C-899-09

    Sentencia     C-  899-09   

Referencia: expediente  D-7805  

                                                                                                                                                             

Demanda  de  inconstitucionalidad  contra  el  artículo  primero (1°) de la Ley 1296 de 2009, “Por  medio  de  la  cual  se  modifica  el  artículo  primero  de  la  Ley  1148  de  2007”.   

Actor:   Luís   Alberto  Galeano  Barrera.   

Magistrado Ponente:  

Dr. LUÍS ERNESTO VARGAS SILVA  

Bogotá,    D.C.,    dos   (2)   de   diciembre de dos mil nueve  (2009).   

La  Sala Plena de la Corte Constitucional, en  ejercicio  de  sus  atribuciones  constitucionales  y  legales,  en especial las  previstas  en  el  artículo  241,  numeral  4, de la Constitución Política, y  cumplidos  todos  los  trámites y requisitos contemplados en el Decreto 2067 de  1991, ha proferido la siguiente   

SENTENCIA  

     

I. ANTECEDENTES     

En ejercicio de la acción pública consagrada  en  el  artículo  241 de la Constitución Política, el ciudadano Luís Alberto  Galeano   Barrera   solicitó   ante   esta   Corporación  la  declaratoria  de  inconstitucionalidad  del  artículo  primero  (1°)  de  la  Ley  1296 de 2009,  “Por  medio  de  la  cual  se  modifica el artículo  primero de la ley 1148 de 2007”.   

Mediante providencia del treinta (30)  de  junio  de  dos  mil  nueve (2009), el magistrado sustanciador dispuso admitir la  demanda,  por  considerar  que  reunía los requisitos exigidos por el artículo  2° del Decreto 2067 de 1991.   

Simultáneamente  ordenó  correr traslado al  Procurador  General  de la Nación para que emitiera el concepto de rigor; fijar  en  lista  el  proceso  para garantizar la intervención ciudadana; comunicar la  iniciación  del  proceso  al  Presidente  de  la  República, al Presidente del  Congreso,  al  Ministro del Interior y de Justicia, al Director del Departamento  Administrativo  de  la Función Pública; e invitó a participar en el proceso a  los  decanos  de  las  facultades  de  derecho de las Universidades Externado de  Colombia,   Nacional   de   Colombia,   Javeriana,   EAFIT,   Andes,   Libre   y  Cooruniversitaria   

Cumplidos  los  trámites constitucionales y  legales  propios  de  esta  clase de procesos, entra la Corte a decidir sobre la  demanda de la referencia.   

II.  LA NORMA DEMANDADA  

A continuación se transcribe el texto de la  disposición  parcialmente  demandada,  de conformidad con su publicación en el  Diario  oficial  No.  47.335  de  29  de abril de 2009, y se subraya el segmento  normativo acusado.   

LEY 1296 DE 2009  

(abril 29)  

Por  medio  de  la  cual  se  modifica  el  artículo 1° de la Ley 1148 de 2007.   

Diario Oficial No. 47.335 de 29 de abril de  2009   

CONGRESO DE LA REPÚBLICA  

DECRETA:  

ARTÍCULO  1o.  El  inciso 3o del  artículo  1o  de  la Ley 1148 de 2007, modificatorio del artículo 49 de la Ley  617 de 2000, quedará así:   

“Los  cónyuges o compañeros permanentes  de  los  gobernadores, diputados, alcaldes municipales y distritales, concejales  municipales   y   distritales  y  sus  parientes  dentro  del  cuarto  grado  de  consanguinidad,   segundo   de   afinidad,   o  primero  civil  no  podrán  ser  contratistas  del  respectivo  departamento,  distrito  o  municipio,  o  de sus  entidades descentralizadas, ni directa, ni indirectamente.   

         

ARTÍCULO 2°. La presente ley rige a partir  de   su   promulgación   y   deroga   todas   las  disposiciones  que  le  sean  contrarias”.   

     

I. LA DEMANDA     

El ciudadano demandante considera que la norma  acusada  es  incompatible  con el artículo 292 de la Constitución Política. A  continuación  se  sintetizan  las  razones  en  que fundamenta la vulneración.   

1. El precepto demandado vulnera el artículo  292  de la Constitución, en razón  a que amplía hasta el cuarto grado de  consanguinidad   y   segundo   de   afinidad   “las  prohibiciones  para  ocupar o desempeñar cargos públicos en la correspondiente  entidad  territorial,  por  parte  de  los  parientes de diputados y concejales,  cuando  la  norma  constitucional  infringida  lo  que  establece  es que dichas  prohibiciones  van  hasta  el  segundo  grado  de  consanguinidad  y  primero de  afinidad.”   

En  ese  orden  de  ideas,  señala, la norma  acusada  ha  trasgredido  el  límite  constitucional  en  la regulación de las  inhabilidades.   

2.  Sostiene  que  a  raíz  de  la puesta en  vigencia  de la Ley 821 de 2003, que según el demandante vulneraba el artículo  292  de  la  Constitución,  la  Procuraduría General de la Nación emitió los  conceptos  3401,  3412,  y  3419,  dentro de los expedientes D-4832, D-4853 y D-  4939, en los cuales solicitaba declarar su inexequibilidad.   

Aclara  que  “los  cargos  de  la  demanda de la ley 1148 de 2007 (…) modificatoria del artículo  49  de  la  Ley  617 de 2000 son esencialmente los mismos que se demandaron  el  Ley  821 de 20003, inciso segundo del artículo 1,  por  los  cuales  el  señor  Procurador General de la  Nación,   en   concepto  del  16  de  enero  de  2004,  solicitó  declarar  la  inexequibilidad,  para  la época, del inciso segundo,  del   artículo   1°   de   la  Ley  821  de  20031  y  subsidiariamente,  estarse  a  lo  resuelto  en  los  procesos  D-4832,  D-4853,  D-4939.”   

3. Recuerda así mismo el pronunciamiento de  la  Corte  plasmado  en la sentencia C-311 de 2004, mediante el cual se declaró  la  exequibilidad  condicionada del segundo inciso del  articulo    49    de    la   Ley   617   de   20002   

tal como quedó modificado por la Ley   821   de   2003,   en  el  entendido  que  respecto de  diputados y concejales, cuando no actúan como  nominadores  o  no  han  intervenido  en  la  designación  de quien actúa como  nominador,   se  aplicará la regla prevista en el  segundo inciso del  artículo  292  de  la Constitución, y que la inhabilidad a que dicho inciso se  refiere  se  aplica dentro del ámbito territorial de competencia del respectivo  gobernador,  alcalde,  diputado,  concejal  o  miembro  de  junta administradora  local, municipal o distrital. (Se destaca).   

     

    

1. De  entidades públicas     

     

1. Del Ministerio del Interior y de Justicia.     

El  representante de esta entidad solicita la  declaratoria de exequibilidad del precepto normativo acusado.   

Considera   que   el  actor  parte  de  una  interpretación  errónea  de lo dispuesto en la norma que invoca como vulnerada  –  Art.  292  de  la  Constitución  –  puesto  que  esta  hace  referencia a la  inhabilidad  de los parientes de diputados y concejales para ser designados como  funcionarios de la respectiva  entidad   territorial,   en   tanto   que   la  norma  demandada  contempla  las  inhabilidades  para contratar  por  parte  de  los  parientes  de  los  gobernadores,  diputados,  concejales y  alcaldes municipales y distritales.   

Estima  además el Ministerio que, aún en el  evento  que  el  demandante entendiera que el límite del parentesco establecido  en  la  norma  constitucional  aplica  no  solamente  a  los  parientes  de  los  dignatarios  que  aspiran a ser designados funcionarios, sino también a quienes  pretenden    contratar    con    el    Estado,   la   jurisprudencia   de   esta  Corporación3   ha  establecido  que  el  artículo  292   de  la  Carta  no  constituye  el  único  referente  constitucional  para efectos de determinar el  régimen  de  prohibiciones de la contratación estatal que se surte en el orden  territorial.  Por  consiguiente, la regulación legislativa sobre asuntos ajenos  a  los  contemplados  en  esa  norma  superior,  no  constituye en sí misma una  vulneración  a  la  Carta,  menos  cuando  en  materia  contractual  no  existe  exigencia  constitucional alguna que aluda al carácter vinculante de los grados  de parentesco previstos en el artículo 292.   

Finalmente sostiene que el contenido normativo  demandado  ya  fue  declarado exequible por la Corte Constitucional en sentencia  C-348   de  2004,  por  lo  que  debe  acogerse  tal  precedente  declarando  la  exequibilidad de la norma.   

1.2.  Del  Departamento  Administrativo de la  Función Pública   

El representante de esta institución sostiene  en  primer término, que los cargos de inconstitucionalidad formulados no están  revestidos  de  los  requisitos  mínimos  de claridad y certeza exigidos por la  jurisprudencia  constitucional,  en  razón  a  que  su planteamiento se basa en  apreciaciones  subjetivas  y erróneas del actor, quien confronta una norma  legal   que   contempla   una   inhabilidad  en  materia  contractual,  con  una  disposición  constitucional  que  regula temas atinentes a la inhabilidad en la  designación  de servidores públicos, y concluye a partir de tal equívoco, que  este  problema  jurídico  ya fue resuelto por la Corte Constitucional a través  de la sentencia C-311 de 2004.   

En  segundo  lugar,  expone  que  si la Corte  decide  acometer  el  estudio  de  fondo de la demanda, la decisión debe ser de  exequibilidad,  dado  que  la norma acusada no hace referencia a la designación  de  funcionarios  sino  a  la  contratación,  lo  que indica que no se estaría  infringiendo   la   norma  constitucional  que  se  invoca,  máxime  cuando  el  legislador  goza  de  competencia  para  regular  el  tema de las inhabilidades,  conforme  lo  establece  el  artículo  150  superior.  En  estos  términos  el  legislador  habría  hecho  un  uso  legítimo  de su potestad de configuración  normativa.   

Advierte que tampoco se presenta el fenómeno  de  la  cosa  juzgada  dado  que  en  la  sentencia C-311 de 2004 se estudió la  constitucionalidad  del  inciso 2° del artículo 1° de la Ley 821 de 2003, que  guarda  relación  con  una  prohibición  para  el nombramiento de determinados  parientes   en   cargos  públicos  pertenecientes  a  entidades  territoriales,  mientras  que  el artículo 1° de la Ley 1296 de 2009 refiere a una inhabilidad  para  la  contratación  de  parientes,  de  donde  se  concluye  que  no existe  identidad de materias.   

    

1. De  Instituciones Educativas     

     

1.       De     la    Escuela    Superior    de    Administración  Pública     

El   representante   de  esta  institución  educativa  estima  que  la  norma  debe  ser  declarada exequible dado que no se  presenta  vulneración  alguna  al  artículo 292 de la Carta, ni a ninguna otra  disposición  superior.  A  su  juicio las razones que expone el demandante para  impugnar   la  norma  carecen  de  fundamento,  debido  a  que  la  disposición  constitucional  que  se  estima vulnerada regula un aspecto muy diferente al que  desarrolla  el  contenido  normativo acusado. En efecto, la primera se refiere a  las  inhabilidades  para  “formar parte de las juntas  directivas…”      y      para     “ser   designados   funcionarios”,  en  tanto  que  el  segundo  regula  lo  atinente  a  las inhabilidades “para   ser   contratista”   en   las  entidades territoriales.   

No   obstante,   recuerda   que   la  Corte  Constitucional  ya  se  pronunció  en  la  sentencia  C-348 de 20044   

sobre la constitucionalidad de un contenido  normativo  similar,  “dejando claro que dentro de las  facultades  del  congreso  si  está  la  de  legislar en lo reaccionado con las  inhabilidades para ¨ser contratista¨”.   

     

El  profesor  Gabriel  Hernández  Villareal,  interviene  en  representación  de esta universidad para sugerir a la Corte que  se declare la constitucionalidad condicionada de la norma acusada.   

El  interviniente  parte de la premisa que el  legislador   es   competente   para  completar  el  régimen  constitucional  de  inhabilidades,   siempre   que:  (i)    no  modifique  ni  altere  el  alcance  de  los  límites  y  las  inhabilidades   fijadas   directamente  por  la  Carta  Política;  (ii)    ni   incurra   en   regulaciones  irrazonables   y   desproporcionadas  –   con   respecto  a  la  finalidad  que  se  persigue  –  que  termine por desconocer valores,  principios y derechos garantizados constitucionalmente.   

Sostiene  “que el  artículo  299  de la Carta establece un límite al legislador consistente en no  establecer   causales   de   ineligibilidad  menos  estrictas  que  las  de  los  congresistas”.  Señala  así mismo que el artículo  303  inciso  2° de la C.P. prevé que la ley fijará las calidades, requisitos,  inhabilidades  e  incompatibilidades  de los gobernadores y que el artículo 179  numeral     5°    de    la    Carta    dispone    que    no    podrán   ser   congresistas:   “Quienes  tengan  vínculos de matrimonio o unión permanente o de  parentesco  en  tercer  grado  de  consanguinidad,  primero de afinidad o único  civil con funcionarios que ejerzan autoridad civil o política”.   

A  partir  de tales referentes infiere que la  norma  acusada  establece  una  inhabilidad  más  estricta  de  la que trata el  artículo  179,  numeral  5  superior,  por  lo  que  concluye que el legislador  trasgredió  los  límites  que  surgen  de  la  propia  Constitución  para  el  ejercicio  de su competencia en el ámbito específico estudiado. De otra parte,  aduce  que  la  norma  acusada  no  hace  una  diferenciación  sobre  si  en la  selección  de los parientes a que se refiere el precepto acusado, intervienen o  no  los diputados y concejales, bien sea directamente como ordenadores del gasto  o  en  calidad  de  nominadores,  o  sea   que  hubieren  participado en la  designación de estos últimos.   

Así las cosas, a juicio del interviniente, la  única   interpretación  que  respetaría  el  contenido  del  inciso  2°  del  artículo  292  de  la  Carta  es  aquella  según  la  cual,  en el caso de los  parientes  de  los  diputados  y  concejales,  cuando  éstos  no  actúan  como  ordenadores  del  gasto  y/o nominadores o no han intervenido en la designación  de  estos,  se  aplicará, en cuanto al grado de parentesco la regla prevista en  el  segundo  inciso  del  artículo  292  de  la  Constitución,  es  decir, que  “no    podrán    ser    designados   funcionarios   de   la   correspondiente  entidad  territorial  los cónyuges o compañeros permanentes de los diputados y  concejales,  ni  sus parientes en el segundo grado de consanguinidad, primero de  afinidad o único civil”. (Se destaca).   

En  tanto  que  (i)  cuando  los  diputados o  concejales   “actúan   como   nominadores   o  han  intervenido  en la designación de quien actúa como nominador, o (ii) cuando se  trata  de  los  parientes  de  gobernadores y alcaldes, el grado de parentesco a  tomar  en  cuenta es el previsto en el artículo 1°, inciso 2 de la ley 1296 de  2009,  a saber, el cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad y primero  civil”.   

Invoca   como   apoyo  de  tal  conclusión  diferenciadora el contenido de la sentencia C-311 de 2004.   

2.3   De  la  Universidad  Externado  de  Colombia.   

La  profesora  Paula  Robledo  Silva, docente  investigadora  de  la  referida  universidad  considera  que  la  argumentación  esbozada  por el demandante resulta deficiente por dos razones: en primer lugar,  por  que  la demanda se dirige en contra de la totalidad del artículo 1° de la  Ley  1296  de  2009,  y sin embargo, el cargo formulado cuestiona únicamente la  constitucionalidad   del  aparte  normativo  “y  sus  parientes  dentro  del  cuarto  grado  de  consanguinidad, segundo de afinidad o  primero civil”.   

Y  en  segundo lugar, por que la disposición  demandada  regula un supuesto de hecho completamente diferente al previsto en la  norma  constitucional.  Explica que mientras que el artículo 1° de la Ley 1296  de  2009  establece  una  causal especial de inhabilidad para ser contratista de  una  entidad pública, el artículo 292 de la Constitución prevé, en su orden,  una  incompatibilidad para los concejales y diputados, quienes no podrán formar  parte  de las juntas directivas de las entidades descentralizadas del respectivo  departamento,  distrito  o  municipio,  y  una  inhabilidad para los cónyuges o  compañeras  permanentes  de  los  diputados y concejales, y sus parientes en el  segundo  grado  de consanguinidad, primero de afinidad o único civil, quines no  podrán  ser  designados funcionarios de la correspondiente entidad territorial.   

Destaca que el actor confunde los conceptos de  contratista  de  la  administración  y funcionario público, y a partir de ello  infiere  erróneamente  que la disposición acusada amplía la prohibición para  ocupar   o   desempeñar   cargos   públicos   en  la  correspondiente  entidad  territorial,  para los parientes de concejales y diputados hasta el cuarto grado  de  consanguinidad  y  segundo  de afinidad, cuando en realidad tal disposición  establece   una  inhabilidad  sobre  dichas  personas  quienes  no  podrán  ser  contratistas  de  las  respectivas  entidades  públicas. Así las cosas, estima  “improcedente  el  reproche constitucional formulado  por el actor a la norma demandada”.   

No obstante, la ciudadana interviniente aborda  el  análisis  de fondo para concluir que la norma debe ser declarada exequible.  Para  sustentar  esta  conclusión  suministra los siguientes argumentos: (i) El  legislador  es  competente  para  establecer  el  régimen  de  inhabilidades  e  incompatibilidades  para  contratar  con la administración pública en el nivel  descentralizado,  no  obstante  al  hacerlo  no  puede  desbordar  los  límites  constitucionales   ni  incurrir  en  una  afectación  desproporcionada  de  los  derechos  individuales;  (ii)  las  inhabilidades  e  incompatibilidades  son de  carácter  excepcional,  y  en  consecuencia  existe  la  obligatoriedad  de  su  interpretación   restrictiva;  (iii)   la  disposición  acusada  pretende  salvaguardar   el   interés   público   mediante   el   aseguramiento   de  la  imparcialidad,   eficacia,   eficiencia,   moralidad   y   transparencia  de  la  contratación  administrativa,  en consecuencia es razonable que la ley pretenda  evitar  la  influencia  de  los  sentimientos  familiares  en  el  marco  de  la  contratación  estatal;  (iv)  la  disposición  acusada  establece una correcta  ponderación   entre   el   interés  general  implícito  en  la  contratación  administrativa  y  la  habilitación  para  la  intervención legal en la esfera  jurídica,  de  tal  forma  que  busca  conciliar  los  intereses  públicos  de  imparcialidad,   a  través  de  la  intervención  de  familiares  cercanos  de  servidores públicos con poder de influencia en la selección.   

La inhabilidad examinada es entonces legítima  pues  respeta  las  reglas básicas de la razonabilidad y proporcionalidad de la  restricción  del derecho individual. Es también adecuada en cuanto se dirige a  los  familiares  de  aquellas  personas  que  gozan  del poder de decisión para  adjudicar  contratos u ostentan influencias que razonablemente pueden determinar  la  decisión,  tales  vínculos  pueden  colocar  en peligro la transparencia y  seriedad del proceso de contratación administrativa.   

Finalmente  sostiene  que  se  presenta  el  fenómeno  de  la  cosa  juzgada  constitucional, dado que la Corte ya se había  pronunciado  sobre  un  contenido  normativo idéntico a través de la sentencia  C-348  de  2004  en  la  cual  examinó  el artículo 1° de la Ley 821 de 2003,  modificatorio  del  artículos  49  de  la  Ley  617  de  2000.  Estima  que los  argumentos  allí  esbozados para declarar la constitucionalidad de ese precepto  deben  ser  aplicados  en el presente juicio, teniendo en cuenta que el contexto  normativo  actual no dota a la disposición demandada de unos efectos o alcances  diferentes  a  los  del  artículo  1°  de  la  Ley  821  de  2004,  y  que  la  argumentación de los demandantes es análoga.   

2.4. Universidad de Ibagué  

Francisco  Taborda  Ocampo  interviene  en su  condición  de  Decano de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales  de  la Universidad de Ibagué para solicitar que la norma sea declarada ajustada  a la Constitución.   

Sostiene   que   el  artículo  292  de  la  Constitución  no  incluye  a  los  contratistas como sujetos de la prohibición  allí  contenida,  por  lo  que  no  es  posible  aplicar  extensivamente  dicha  prohibición  a los contratistas que menciona el artículo 1° de la ley 1296 de  2009.  De  manera que “si el constituyente no cobijó  con  la  inhabilidad consagrada en el artículo 292 de nuestra Carta Política a  los  contratistas,  el  Congreso  de la República estaba facultado para imponer  esta  inhabilidad  por  medio de una ley, mencionando otros sujetos normativos e  indicando  grados  de  parentesco diferentes a los que menciona el artículo 292  de  la misma Carta, con fundamento en lo previsto en el numeral 23 del artículo  150  ibídem,  tal  como  lo  hizo  al  dictar la ley 1296 de 2009 demandada”.   

Para  el interviniente la norma acusada es el  producto  de  un  ejercicio  legítimo  de  la  libertad  de  configuración del  legislador.   

3.   De   la   Academia   Colombiana   de  Jurisprudencia   

Fernando  Sarmiento  Cifuentes intervine como  miembro  de  Número  de la Academia Colombiana de Jurisprudencia, en defensa de  la norma acusada.   

Precisa  que  la  norma  que  se  invoca como  vulnerada  (Art.  292.2  C.P.)  cobija únicamente a los funcionarios y no puede  interpretarse   extensivamente  a  otras  categorías  de  sujetos  como  la  de  contratista.   

La determinación de las condiciones positivas  o  negativas  que regulan el acceso a un determinado cargo o función públicos,  constituye  materia  de  la  competencia  del  legislador de conformidad con los  artículos  123  y  150-23,  siempre  y  cuando  no  exista  una  determinación  constitucional  específica  sobre  el tema (cita la sentencia C-311/04). En ese  orden,  las  configuraciones  normativas  relacionadas  con  miembros  de juntas  directivas,  funcionarios  o  contratistas  corresponden a diversos campos de la  actividad  funcional  y  pueden ostentar diferentes exigencias y tratamientos, y  la  norma  acusada  sería  una  expresión  de  esa libertad de configuración.   

     

I. CONCEPTO DEL PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN     

Mediante  concepto  4835 del 24 de agosto de  2009,     el    señor  Procurador  General  de la  Nación     solicitó  a     esta  Corporación  declararse inhibida para  conocer  de  fondo  de la presente demanda, o en subsidio, declarar exequible la  Ley  1296  de 2009 “en los términos establecidos en  la  sentencia C-348 de 2004”  y únicamente por  el cargo presentado en la demanda.   

En  relación  con  la  primera  petición  sostiene  que  la  norma  acusada  se  orienta  a  reglamentar las inhabilidades  contractuales  públicas  en  el nivel regional, por lo que dicha regulación no  se  rige  por  el  régimen  de  inhabilidades  establecido en el inciso 2° del  artículo  292  de  la  Constitución, disposición esta que de manera expresa y  taxativa  regula  las  inhabilidades  laborales  públicas  aplicable  de manera  restringida  a  determinados  parientes de diputados y concejales  a efecto  de  que   no  sean  designados  funcionarios  de la correspondiente entidad  territorial.   

Las  inhabilidades contractuales públicas a  que  se  refiere  la Ley 1296 de 2009, aplicables a ciertos grados de parentesco  no  sólo de diputados y concejales sino también de gobernadores y alcaldes, se  rige  por otras disposiciones constitucionales como son los artículos 293, 299,  303  y  312  de  la  Constitución. De acuerdo con estos preceptos superiores el  régimen  de  inhabilidades,  incompatibilidades y prohibiciones aplicable a los  ciudadanos  elegidos  por voto popular para el desempeño de funciones públicas  en  las  entidades  territoriales debe ser establecido por la Ley. En desarrollo  de   esos   mandatos  la  Ley  1296-09  reguló  el  régimen  de  inhabilidades  contractuales  públicas aplicable a determinados parientes de los gobernadores,  diputados,  concejales  y  alcaldes,  asunto  muy  diverso  a  las inhabilidades  laborales a que se refiere el artículo 292 de la Carta.   

A  juicio  de  la  Procuraduría  la  norma  demandada  y el referente constitucional invocado regulan materias diversas, por  lo que sugiere la inhibición.   

Respecto de la solicitud subsidiaria sostiene  que  la Ley 1296-09 se ajusta al marco constitucional que rige las inhabilidades  contractuales  aplicables  a  los  servidores públicos  del nivel regional  elegidos   por  voto  popular,  dado  que  la  norma  en  mención  “tiene  por  finalidad  garantizar  la  independencia  que  debe  regir  las  relaciones  entre  las  autoridades de los  departamentos  y  municipios  y los órganos de elección encargados del control  político  en  dichas  entidades, y evitar que el nepotismo o el aprovechamiento  particular  del  erario  público,  por parte de tales servidores públicos  elegidos   popularmente”  5,  se      lleve      a      cabo      “utilizando  la  parentela”   a  través de la contratación.   

Finalmente  afirma  que  sobre la materia en  cuestión  existe cosa juzgada constitucional como quiera que la Corte, mediante  sentencia  C-348  de  2004,  se  pronunció sobre una norma de contenido similar  – artículo 49 de la Ley  617  de 2000, modificado por el artículo 1° de la Ley 821 de 2003 –  en relación con cargos análogos a  los  que  motivan  la  presente  demanda.  Aduce que en aquella oportunidad esta  Corporación  sentenció  que las inhabilidades contractuales establecidas en la  norma  acusada  contra los parientes de los diputados y concejales se ajustaban,  de  manera  razonable  y proporcional, a la potestad de configuración política  del   legislador   para   regular   los   asuntos  de  la  contratación  de  la  administración  pública,  con  el  fin de evitar la injerencia indebida de las  corporaciones  de  representación  popular  en  las  administraciones públicas  territoriales para favorecer a sus familiares más allegados.   

VI. FUNDAMENTOS DE  LA DECISIÓN   

1.  Competencia de la Corte  

De  conformidad  con  lo  dispuesto  en  el  artículo   241,   numeral   4o.   de   la  Constitución  Política,  la  Corte  Constitucional  es  competente  para  conocer y decidir definitivamente sobre la  demanda  de  inconstitucionalidad de la referencia, pues la disposición acusada  forma  parte  de  una Ley de la República, en este caso,  de la  1296  de 2009.    

2.   Asunto  bajo  revisión, y problema  jurídico planteado.   

El demandante considera que el artículo 1°  de  la  Ley 1296 de 2009 vulnera el artículo 292 de la Constitución Política,  en  razón  a  que amplía las prohibiciones para ocupar o desempeñar “cargos  públicos”   en  la  correspondiente  entidad  territorial  (cuarto  grado  de  consanguinidad  y  segundo de afinidad), por parte de los parientes de diputados  y  concejales  más  allá de lo previsto en la norma constitucional, que limita  las   prohibiciones   al   segundo   grado   de   consanguinidad  y  primero  de  afinidad.   

La   Procuraduría,   el   Departamento  Administrativo  de  la  Función Pública y la Universidad Externado de Colombia  coinciden  en  sostener  que  la  demanda  carece  de  claridad,  pertinencia  y  suficiencia  argumentativa  por lo que la decisión debe ser inhibitoria. Por su  parte,  el  Ministerio  del  Interior  sostiene  que  el demandante parte de una  interpretación   errónea   del   precepto   que  estima  vulnerado  (Art.  292  C.P.)   No  obstante,  como planteamiento subsidiario, aportan razones para  defender  la  constitucionalidad  de  la  norma  acusada  con  fundamento  en el  principio  de libertad de configuración del legislador y la concurrencia de una  ponderación  entre  el  interés  público  y  los  derechos individuales en el  precepto  acusado.  Esta  perspectiva  (la  exequibilidad)  es compartida por la  Escuela   Superior   de   Administración   Pública   y   la   Universidad   de  Ibagué.   

La  Universidad  del  Rosario por su parte,  sugiere  un  pronunciamiento  de  exequibilidad  condicionada  que  atienda  una  diferenciación  entre  los parientes de diputados y concejales que actúan como  ordenadores del gasto y/o nominadores, y los que no.   

Tanto  el  Procurador General de la Nación  como  algunos  de  los  intervinientes  (el  Departamento  Administrativo  de la  Función  Pública)  consideran  que se presenta el fenómeno de la cosa juzgada  constitucional en relación con la C- 348 de 2004.   

Planteado  así el debate, corresponde a la  Corte  definir,  como  cuestión  preliminar,  si  la  demanda  cumple  con  los  presupuestos  mínimos  exigidos por la ley y la jurisprudencia para provocar un  pronunciamiento  de  mérito.  Si  la  demanda supera este análisis preliminar,  evaluará   la   posible  estructuración  de  cosa  juzgada  constitucional  en  relación  con  la  sentencia  C-348  de 2004. De no estructurarse, abordará el  estudio de fondo de la demanda.   

3. Cuestión Preliminar. Ineptitud sustantiva  de la demanda.   

3.1. La presentación en debida forma de las  demandas  de inconstitucionalidad, como materialización del derecho político y  ciudadano  a  interponer  acciones  públicas en defensa de la Constitución, ha  sido   un   tema   ampliamente   desarrollado  por  la  jurisprudencia  de  esta  Corporación6.   

Desde        sus        primeros  pronunciamientos,7 atendiendo al contenido de las  disposiciones  constitucionales y legales que regulan la materia, la Corte dejó  en  claro  que,  aun  cuando la acción de inconstitucionalidad es de naturaleza  pública  y  como  tal  no está sujeta a una técnica especial, quien la ejerce  sí  debe  asumir  una  carga procesal mínima que permita al órgano de control  adelantar  con  diligencia  la  función  que  en ese campo le ha sido asignada,  consistente  en  decidir definitivamente y con alcance de cosa juzgada, las  controversias  sobre  la  validez  de las leyes y los decretos con fuerza de ley  que hayan llegado a su conocimiento a través de demanda ciudadana.   

3.2.  En  desarrollo  del  artículo  2° del  Decreto  2067  de  1991,  esta  Corporación  ha  sostenido  que  la  demanda de  inconstitucionalidad   se   entiende  presentada  en  debida  forma,  cuando  el  demandante:  (i) señala las  disposiciones    que    se    acusan   como   inconstitucionales,   (ii)    describe    los   preceptos  superiores   que   se   estiman   violadas   y,   particularmente,  (ii)  expone las razones o motivos por los  cuales    se   considera   que   dichos   textos   constitucionales   han   sido  infringidos.   

Con  relación  a  este último requisito ha  expresado  que  el  mismo  “no  se  satisface con la  exposición  de  cualquier  tipo de razones o motivos, sino que es necesario que  éstas   sean   ‘claras,  ciertas,  específicas, pertinentes y suficientes”8.  Sólo de esta manera el juez  constitucional  puede  hacer  la  confrontación  entre  el texto demandado y la  norma   superior   y   deducir   si   existe   o  no  contradicción9.   

Las     razones    son    ciertas  “cuando la demanda recae sobre una proposición jurídica  real  y  existente  y  no sobre una deducida por el actor, o implícita, o sobre  otras   normas   vigentes   que   no   constituyen  el  objeto  concreto  de  la  demanda”10.  El  ejercicio de la acción pública de  inconstitucionalidad  supone,  desde este referente, la confrontación del texto  constitucional  con  una norma legal que tiene un contenido verificable a partir  de  la  interpretación  de  su  propio texto, y no opera frente a proposiciones  inexistentes  que  no  han  sido  suministradas  por  el  legislador11.   

La  suficiencia  de  las  razones  guarda  relación  con dos aspectos:  (i)  la exposición de todos  los  elementos  de juicio (argumentativos y probatorios) necesarios para iniciar  el  estudio  de  constitucionalidad  respecto del precepto objeto de reproche; y  (ii)  su alcance persuasivo,  esto  es,  a  la  presentación de argumentos que prima  facie   despierten   una   duda   mínima   sobre  la  constitucionalidad  de  la  norma  impugnada,  de tal manera que dan inicio a un  proceso  demostrativo dirigido a desvirtuar la presunción de constitucionalidad  que  ampara  a toda norma legal y se hace necesario un pronunciamiento por parte  de        la        Corte       Constitucional14.   

3.3.   De  otra parte, interpretando el  contenido  del  artículo  6º  del  Decreto  2067 de 1991, la Corte15    ha  establecido  que  en principio, es en el auto a través del cual se decide sobre  la  admisibilidad  de la demanda, el momento oportuno para definir si la acción  de  inconstitucionalidad  cumple o no con los requisitos de procedibilidad a los  que  se ha hecho expresa referencia. Sin embargo, bajo la consideración que ese  primer  análisis  responde  a  una  valoración  apenas  sumaria de la demanda,  realizada  únicamente  por cuenta del magistrado sustanciador, también resulta  jurídicamente  admisible  que  la  Corte  en pleno lleve a cabo el análisis de  procedibilidad  en  la  sentencia, una vez evalúe, además de la acusación, la  opinión  de los distintos intervinientes y el concepto del Ministerio Público.   

3.4.   Bajo  los  anteriores  parámetros,  encuentra  la  Corte  que  la  demanda  objeto de este examen presenta ineptitud  sustantiva  por  ausencia de los requisitos de certeza,  especificidad y suficiencia.    

3.4.1.  En  efecto,  tal como lo señalan la  Procuraduría,   el  Departamento  Administrativo de la Función Pública y  la  Universidad  Externado  de  Colombia,  la  demanda  carece  de  certeza  en  razón  a  que  se  centra en  cuestionar  una  proposición jurídica que no se deriva del contenido normativo  acusado.  El  demandante  cuestiona  lo  que  considera  una  divergencia  entre  el   artículo  1°  de  la  Ley  1296  de  2009  y el  inciso 2° del  artículo  292  de  la  Constitución,  sobre  el  alcance  de las inhabilidades  aplicables  a  parientes  de gobernadores, diputados, alcaldes y concejales para  “ocupar   o  desempeñar  cargos  públicos  en  la  correspondiente   entidad   territorial”.  La  norma  objeto   de   acusación   regula   un  supuesto  distinto  consistente  en  las  inhabilidades  de  los  mencionados  sujetos  de  derecho  para  ser  directa  o  indirectamente    “contratistas   del   respectivo  departamento,     distrito     o     municipio     o     de     sus    entidades  descentralizadas”.   

Sin  que aporte ninguna razón para ello, el  demandante   parte,   implícitamente,  de  la  equiparación  del  régimen  de  inhabilidades    originadas    en    el   parentesco   para   ser   contratista de las entidades territoriales  y  sus entes descentralizados, y el aplicable a quienes aspiran a ser designados  funcionarios  en esos mismos  niveles de la administración pública.   

La    Ley   1148   de   200716,   en  su  artículo  primero,  modificado  parcialmente  por la Ley que ahora es objeto de  impugnación,   contempla,   de  manera  independiente,  tres  situaciones:  Las  prohibiciones  aplicables  a:  (i)  Los  cónyuges,  compañeros  permanentes  y  parientes  de  los  gobernadores,  diputados,  alcaldes  y  concejales  para ser  miembros  de  juntas  o  consejos  directivos  de entidades pertenecientes a los  entes  territoriales,  o  para ser miembros de juntas directivas, representantes  legales,  revisores  fiscales,  auditores  o  administradores  de  las entidades  prestadoras  de  servicios públicos domiciliarios o de seguridad social de esos  mismos  entes  (inciso  1°); (ii) los mismos sujetos de derecho para acceder al  ejercicio   de   la   función  pública  en  las  entidades  territoriales  o  de  sus entes descentralizados  (inciso  2°); y (iii) los mismos individuos para ser, directa o indirectamente,  contratistas  de  las mismas  entidades territoriales y descentralizadas (inciso 3°).   

La  Ley  objeto  de  demanda  – 1296-09 – modificó el inciso tercero  relativo  a  las  inhabilidades  de  los  cónyuges,  compañeros permanentes, y  parientes  de  los  gobernadores,  diputados,  alcaldes  y  concejales, para ser  contratistas,  directa   o  indirectamente,  del   respectivo  departamento,  distrito  o  municipio,  o  de  sus  entidades  descentralizadas,  estableciendo  como  umbral  de la prohibición el  parentesco  ubicado  dentro  del  cuarto  grado  de  consanguinidad,  segundo de  afinidad primero civil.   

El demandante contrasta este contenido con el  inciso  segundo  del  artículo  292  de la Constitución, según el cual,   “no    podrán    ser    designados   funcionarios   de   la   correspondiente  entidad  territorial  los cónyuges o compañeros permanentes de los diputados o  concejales,  ni  sus parientes en el segundo grado de consanguinidad, primero de  afinidad  o  único  civil.” (Se destaca). Este es el  único   referente   constitucional   que   menciona   el   demandante  para  la  construcción  del  cargo,  e implícitamente parte del supuesto de que se trata  de  una  norma  que  incluye  en  su  ámbito  a  los  contratistas  de  la administración territorial y descentralizada, sin que aporte  ninguna  razón  para  equiparar  estas  disímiles  formas de vinculación a la  administración.   

Aunque la ley prevé tratamientos y alcances  similares  a  las  prohibiciones   derivadas  de  los  vínculos familiares  aplicables  a  los  aspirantes  a  funcionarios públicos y a contratistas de la  administración  territorial,  no  es posible equiparar, como implícitamente lo  hace  el  demandante,  la situación de quien aspira a tener un vínculo laboral  subordinado  con  un  organismo del Estado para desarrollar funciones dentro del  radio  de  competencia  que  le asigna la Constitución, la ley o el reglamento,  con   la   de   la   persona  natural  o  jurídica17  que  aspira  a  celebrar un  contrato   con   las   entidades   descentralizadas  territorialmente,  para  el  desarrollo de una obra o cometido determinados.   

Observa  la  Corte que el demandante no hace  ningún  tipo  de  cuestionamiento  acerca del trato diferente que en virtud del  inciso  segundo  del  artículo  292  de  la  Constitución  se  establece entre  aspirantes  a  funcionarios  y  candidatos  a   contratistas  en  el  nivel  territorial,  simplemente  parte  del  supuesto erróneo de que la situación de  hecho  regulada  en  el artículo 1° de la Ley 1296 de 2009 (prohibiciones para  contratistas),  es  igual a la prevista en el inciso 2° del artículo 292 de la  Constitución  (inhabilidades  para  funcionarios);  esta  distorsión  sobre el  contenido   normativo   acusado   estructura,   sin   duda,  la  falta  de   certeza  en  la formulación  del cargo.   

3.4.2.   De  la  situación  anteriormente  descrita     surge     a     su     vez     la     falta     de     especificidad  del  cargo,  por  cuanto el  demandante  no  logra  plantear  una  oposición objetiva y verificable entre el  contenido  normativo del artículo 1° de la Ley 1296, y el artículo 292 inciso  2°  de la Carta; no suministra un solo argumento orientado a demostrar por qué  considera  que  las  prohibiciones  derivadas  del  parentesco, aplicables a los  contratistas  de  las  entidades  territoriales,  contravienen la norma superior  invocada  relativa  a  las  inhabilidades  para  ser designado funcionario en el  mismo ámbito de la administración.   

3.4.3.  Finalmente, las anteriores falencias  de   la   demanda   confluyen   a   su   vez  en  la  ausencia  de  suficiencia en el planteamiento del cargo,  dado  que  como  acertadamente  lo  señala  alguno  de  los  intervinientes  la  argumentación  esbozada  por  el demandante resulta deficiente en la medida que  se  centra  en cuestionar el umbral de parentesco que establece la norma acusada  como  fuente  de  la  inhabilidad  (cuarto  grado de consanguinidad y segundo de  afinidad),  sin incorporar en su análisis el resto del precepto que refiere esa  prohibición  a  los  “contratistas”.  No  suministra ninguna  razón   que   prima  facie  despierte  dudas  acerca  de la constitucionalidad de esa regulación, frente al  umbral  de  parentesco  establecido  en  el inciso 2° artículo 292 de la Carta  para   quienes   aspiren   a   vincularse   como   funcionarios   de  los  entes  territoriales.   

Establecida   la   falta  de  certeza,  especificidad  y  suficiencia en  las  razones  que  sustentan  el  único cargo planteado en la demanda, la Corte  procederá  a  declararse inhibida para emitir pronunciamiento de fondo sobre la  constitucionalidad del artículo 1° de la Ley 1296 de 2009.   

VII. DECISIÓN  

En   mérito   de   lo  expuesto  la  Corte  Constitucional  de  la  República de Colombia, administrando justicia en nombre  del pueblo y por mandato de la Constitución,   

RESUELVE:  

Declararse    INHIBIDA    para   emitir  pronunciamiento  de  fondo  sobre  la demanda presentada contra el artículo 1°  de la Ley 1296 de 2009, por  ineptitud sustantiva de la demanda.   

Notifíquese,  comuníquese,  cúmplase,  e  insértese   en   la   Gaceta  de  la  Corte  Constitucional,  y  archívese  el  expediente.   

NILSON PINILLA PINILLA  

Presidente  

MARÍA  VICTORIA CALLE CORREA   

Magistrado  

            

MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO   

Magistrado  

JUAN  CARLOS HENAO PÉREZ   

Magistrado   

Ausente en comisión.  

            

Magistrado  

JORGE  IVÁN PALACIO PALACIO   

Magistrado  

            

JORGE  IGNACIO  PRETELT CHALJUB   

Magistrado  

HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO  

Magistrado            

   

LUÍS ERNESTO VARGAS SILVA  

Magistrado  

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ  

Secretaria  General  

    

1 Esta  norma  contempla  la  inhabilidad  de los cónyuges o compañeros permanentes de  los   gobernadores,  diputados,  alcaldes  municipales  y  distritales,  de  los  miembros  de  juntas administradoras locales municipales y distritales, y de sus  parientes,  dentro  de  determinados  rangos,  para  ser designados funcionarios  de  la  respectiva entidad  territorial.   

2  Artículo  1°  de  la  Ley  821  de 2003. El artículo 49 de la Ley 617 de 2000  quedará así:   

(…)  

“Los cónyuges o  compañeros  permanentes  de los gobernadores, diputados, alcaldes municipales y  Distritales  y  concejales  municipales  y  Distritales,  y  miembros  de juntas  administradoras  locales  municipales  y  Distritales y sus parientes dentro del  cuarto   grado   de   consanguinidad,  segundo  de  afinidad  o  primero  civil,  no  podrán  ser  designados funcionarios  del  respectivo  departamento,  distrito  o  municipio,  o de sus  entidades descentralizadas”. (Se destaca).   

3 Cita  ampliamente la sentencia C-348 de 2004.   

4  En  esta  sentencia  la Corte analizó la constitucionalidad del artículo 1° de la  Ley  821  de  2003,  norma  que  en  su inciso tercero establecía: “Los  cónyuges  o  compañeros  permanentes de los gobernadores,  diputados,  alcaldes  municipales  y  Distritales  y  concejales  municipales  y  Distritales,   y  miembros  de  juntas  administradoras  locales  municipales  y  Distritales,  sus  parientes  dentro del cuarto grado de consanguinidad, segundo  de  afinidad  o  primero  civil,  no  podrán  ser  contratistas  del respectivo  departamento,  distrito  o  municipio,  o  de sus entidades descentralizadas, ni  directa, ni indirectamente”.   

5 Folio  183 del expediente.   

6 Sobre  el  punto, se pueden consultar, entre otras, las Sentencias C-131 de 1993, C-447  de  1997, C-250 de 1999, C-402 de 1999, C- 170 de 2004, C-865 de 2004, C-1115 de  2004,   C-181  de  2005,  y C-980 de 2005. Una síntesis comprehensiva  de  este  precedente se encuentra en la C-1052 de 2001. Para el presente caso se  utiliza  la  exposición  efectuada más recientemente en la sentencia C- 352 de  2009.   

7  Sentencia C-131 de 1993.   

8  Sentencia C-1052 de 2001.   

9   Sentencia C-402 de 1999.   

10             Sentencia C-1052 de 2001   

11             Ibídem.   

12  Ibídem.   

13  Ibídem.   

14  Sentencia C-1052 de 2001.   

15  Sentencias C-1115 de 2004; C-033 de 2008.   

16  “Por medio de la cual se modifican las Leyes 136 de  1994   y   617   de   2000   y   se   dictan   otras   disposiciones.”   

17  Según  lo  ha precisado la jurisprudencia de esta Corporación contratistas son  todas  aquellas  “personas  naturales o jurídicas,  privadas  o  públicas  que  deben  asumir  la  realización  de una determinada  prestación,  según  las  especificidades  del objeto del contrato, a cambio de  una  contraprestación”, sin que por ello pierdan su  naturaleza    de   particulares   en   tanto   “su  vinculación  jurídica  a  la  entidad  estatal no les confiere una investidura  pública”.     

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