T-830-09

Tutelas 2009

    Sentencia T-830-09  

VICTIMAS DE LA VIOLENCIA POLITICA-Definición   

ASISTENCIA     HUMANITARIA-Desarrollo de este derecho en el marco de la Ley 418/97   

ASISTENCIA     HUMANITARIA-Constituye  principio  fundamental que le asiste a todo ciudadano en  cualquier país del mundo   

ASISTENCIA     HUMANITARIA-Objeto   

ASISTENCIA     HUMANITARIA-Presupuestos y límites   

HOMICIDIO      SELECTIVO-Si  bien  las  autoridades locales no están obligadas a certificar,  si deben informar sobre los hechos ocurridos   

VICTIMAS DE LA VIOLENCIA POLITICA-Derecho a la asistencia humanitaria   

                                                        Referencia: expediente T-2.331.928 y   

T-2.331.933  

Acción  de  tutela  instaurada  por  Adriana  Bautista  Mendoza  Acosta  en  nombre  propio  y en representación de sus hijos  Estefany  Carolina,  Adriana  Carolina,  José  y Wilson Smith Chacón Mendoza y  Alicia  María  Navarro  Chamorro contra la Agencia Presidencial para la Acción  Social y la Cooperación Internacional -Acción Social-.   

Magistrado Ponente:  

Dr.  JUAN  CARLOS  HENAO  PÉREZ           

Bogotá, D.C., diecinueve (19) de noviembre de  dos mil nueve (2009)   

La  Sala  Primera  de  Revisión   de   la   Corte   Constitucional,   integrada   por   la  Magistrada  MARÍA VICTORIA CALLE CORREA  y         los  Magistrados  LUIS  ERNESTO  VARGAS           SILVA           y  JUAN  CARLOS  HENAO  PÉREZ, en ejercicio de  sus    competencias    constitucionales    y    legales,    ha    proferido   la  siguiente   

SENTENCIA   

dentro  del  trámite  de  revisión  de los  fallos emitidos de la siguiente manera:   

Expediente             

Primera  Instancia             

Segunda  Instancia  

T-2.331.928             

Juzgado  Primero  de  Familia de Valledupar             

Sala  Civil  Familia  Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Valledupar  

T-2.331.933             

Juzgado Primero Laboral  del Circuito de Valledupar             

Sala  Civil  Familia  Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Valledupar.  

I. ANTECEDENTES  

1.   Acción   de   tutela:   T-2.331.928  Instaurada  por Adriana Bautista Mendoza Acosta contra  la  Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional,  Acción Social.   

1.1. Hechos.  

Adriana  Bautista  Mendoza  Acosta en nombre  propio  y  en  representación de sus hijos Estefany Carolina, Adriana Carolina,  José  y  Wilson  Smith  Chacón  Mendoza  presentó acción de tutela contra la  Agencia  Presidencial  para  la  Acción Social y la Cooperación Internacional,  Acción  Social,  por  la presunta vulneración de sus derechos fundamentales al  debido proceso, la igualdad y la reparación.   

Señaló  la gestora del amparo que el 16 de  febrero  de  2007  su  compañero  y  padre  de sus hijos, Fredis Chacón Tafur,  murió  a  causa  de  un  disparo  en  el cuello propinado por grupos armados al  margen  de  la  ley,  razón  por  la  cual  solicitó a la entidad accionada el  suministro  de  la  ayuda  humanitaria a título de reparación en su calidad de  víctimas indirectas de la violencia.   

El 2 de febrero de 2009 la accionante amplió  la   demanda   de   tutela   y   en   su   escrito   señaló  que  “es  desplazada por la violencia desde la ciudad de Bogotá (…).  Ese  desplazamiento  se  debió  a  que  precisamente, los integrantes del grupo  armado  ilegal  que  mataron  a [su] esposo (según averiguaciones son el frente  capital  de  las  AUC,  hoy Águilas Negras), [le] dieron un ultimátum para que  abandonara   la   ciudad   o   de   no  [l]e  pasaría  lo  mismo”.   

Señaló      que      “antes  de  la muerte de [su] compañero los integrantes del grupo  armado  colocaron  unos listados en noviembre de 2006 en sitios públicos con el  nombre  de  las  personas  que  debían  irse  de la ciudad o de no los mataban.  Posteriormente  lo  citaron  a una reunión el mes de febrero, salió de la casa  atemorizado,  pero con coraje decidió enfrentarlos para explicarles que éramos  personas  humildes  que  sólo queríamos sacar a nuestra familia adelante, pero  lastimosamente   no   regresó   porque   el   16   de   febrero   de   2007  lo  mataron”.   

Señaló  que “en  el  año 1993 también nos tocó emigrar de esta ciudad porque no quisimos pagar  extorsiones  a grupos al margen de la ley ya que poseíamos un negocio próspero  de venta de cacharrería”.   

1.2. Solicitud de tutela.  

Por lo expuesto, solicitó que se ordene a la  entidad  accionada  que  les “reconozca y entregue la  reparación  administrativa  a  que tenemos derecho de acuerdo con el art. 15 de  la  Ley  418  de  1997, prorrogada por la Ley 548 de 1999  y prorrogada por  las     Leyes     782    de    2002    y    1106    de    2006…”.   

2.   Acción   de   tutela:   T-2.331.933  Instaurada  por  Alicia María Navarro Chamarro contra  la  Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional,  Acción Social.   

2.1. Hechos.  

Alicia  María  Navarro  Chamarro  presentó  acción  de  tutela  contra  la Agencia Presidencial para la Acción Social y la  Cooperación  Internacional, Acción Social, por la presunta vulneración de sus  derechos    fundamentales    al    debido    proceso,    la    igualdad   y   la  reparación.   

Señaló  la gestora del amparo que el 14 de  diciembre  de  2003,  su  hijo Frays Eduardo Durán Navarro murió a causa de un  disparo  propinado  por  dos  sicarios  que  se movilizaban en motocicleta en el  barrio  Los  Fundadores  de  la  ciudad  de  Valledupar y, que pertenecían a la  organización  armada  al  margen  de  la  ley denominada Autodefensas Unidas de  Colombia.   

Manifestó  la  demandante  en tutela que el  Secretario  de  Gobierno Municipal de Valledupar, dejó sentado que “‘en el marco  del  conflicto  armado  que  vive el país, en la jurisdicción del municipio de  Valledupar,  los grupos armados al margen de la ley han perpetrado toda clase de  crímenes,   dejando  como  saldo  un  muerto  en  esta  oportunidad’,  refiriéndose  a (…) FRAYS EDUARDO  DURAN NAVARRO”.   

Adujo  que  la  entidad  accionada  el  9 de  septiembre  de  2006  le negó el suministro de la ayuda humanitaria solicitada,  debido  a que los “móviles de la muerte no encajaban  dentro  de  lo  preceptuado  en  la  Ley  418  de  1997,  es  decir, que no eran  ideológicos  o  políticos y que estaban a la espera de obtener respuesta de la  Fiscalía  General de la Nación sobre los móviles de la muerte, que una vez la  obtuvieran  me  responderían y de eso hace más de dos (2) años”.   

Arguyó  que  la postura asumida por Acción  Social  “viola el precedente constitucional contenido  en  la  sentencia  T-188  de  2007,  la  cual dejó claro que el Estado no puede  condicionar  la ayuda humanitaria a certificados sobre los móviles ideológicos  y  políticos  del  crimen  que  expidan las autoridades judiciales porque sólo  basta  que la muerte se produzca en virtud del conflicto armado que vive nuestro  país,  es  decir,  que  sea  violenta  como  ocurrió con mi hijo, pues así lo  certificó  el  Secretario  de  Gobierno  Municipal  y  así  se  extracta de la  certificación   expedida   por   la   Fiscalía   16   Seccional”.   

2.2. Solicitud de tutela.  

Por lo expuesto, solicitó que se ordene a la  entidad  accionada  que  les “reconozca y entregue la  reparación  administrativa  a  que tenemos derecho de acuerdo con el art. 15 de  la  Ley 418 de 1997, prorrogada por la Ley 548 de 1999  y prorrogada por la  Leyes 782 de 2002 y 1106 de 2006…”.   

3. Intervención de la accionada.  

3.1.      Acción     de     tutela:  T-2.331.928.   

La  entidad demandada solicitó “DENEGAR   las  peticiones  presentadas  por  la  señora  ADRIANA  BAUSTISTA  MENDOZA  ACOSTA, por carecer de fundamentos fácticos y jurídicos en  razón  a que ACCIÓN SOCIAL NO le ha vulnerado ni amenazado derecho fundamental  alguno”.   

Señaló la autoridad accionada que recibió  “el  día  22  de  febrero  de  2008,  solicitud  de  reparación  administrativa de ADRIANA BAUTISTA MENDOZA ACOSTA, por la muerte de  su  compañero  permanente  FREDYS  CHACON  TAFUR,  ocurrida el 16 de febrero de  2007,   en   Bogotá,   según   registro   civil  de  defunción”,  que  dio  respuesta  el  12  de  marzo  de  2008  a  la solicitud  informando  que  “el presente caso NO se encuentra en  el  marco  legal previsto en el artículo 15 de la Ley 418 de 1997 (…), [t]oda  vez  que  no  existe  certeza  sobre  los  móviles  de  la  ocurrencia  de  los  hechos”.   

Manifestó      que     “con  el  material  probatorio obrante del expediente ‘…  no  se  pudo  establecer  la plena  identidad  de los autores responsables, igualmente se desconoce si el hecho acá  investigado   obedeció   a   móviles  causados  dentro  del  conflicto  armado  interno’. En este orden de  ideas  dentro  del presente caso, no se puede acceder a la solicitud manifestada  por la accionante”.   

3.2.      Acción     de     tutela:  T-2.331.933.   

Señaló   la   autoridad  accionada  que:  “1.  El  22 de julio de 2004, se recibe solicitud de  reparación  administrativa  por  parte  del padre de la víctima MATÍAS DURÁN  CERPA,  a  la  que  se  responde  el  día  22  de  julio  de  2004, solicitando  documentación.  2. El 23 de julio de 2004, se le informa  al peticionario,  que  el  caso  se  encuentra fuera del marco de la Ley 418 de 1997, información  que  se  reitera  a  través  de  oficio de 15 de septiembre de 2004. 3. El 9 de  septiembre  de  2006,  se  informa  a la madre de la víctima, ahora accionante,  ALICIA  MARÍA NAVARRO CHAMORRO, que el caso se encuentra fuera del marco legal.  4.  El  9  de  septiembre  de  2006,  se  solicita  a la Fiscalía General de la  Nación,  que  sin violar la reserva del sumario, informe si el fallecimiento de  la  víctima  ocurrió  por  violencia  política.  5.  Obra  en  el expediente,  constancia  expedida  por la entidad nombrada, en la que se manifiesta que en el  proceso  seguido  por  el  homicidio  de DURAN NAVARRO, se profirió resolución  inhibitoria”.   

Manifestó      que     “revisado  el  expediente  se logró establecer que, no obra en el  proceso  ningún elemento de juicio que permita concluir que la muerte de Durán  Navarro  ocurrió por violencia política. Ahora, el fallecimiento fue violento,  pero   ello   no   deviene   en   concluir   que   fue  a  causa  del  conflicto  armado”.   

4.   Pruebas   relevantes   aportadas   al  proceso.   

4.1.      Acción     de     tutela:  T-2.331.928.   

Para  efectos  de la tutela de la referencia  fueron aportados los siguientes elementos probatorios:   

a. Copia del oficio  SAV-36349  emitido  el  2  de septiembre de 2008 por Acción Social, mediante el  cual  se  informa  a  la  accionante  que  “una  vez  analizados  los  documentos  del  caso  (…),  se  estableció que los  hechos  no  se encuentran en el marco previsto en el artículo  15  de la Ley 418 de 1997, prorrogada por la Ley 548 de  1999,  y prorrogada y modificada por las Leyes 782 de 2002 y 1106 de 2006. (…)  Como  puede usted ver, a esta reparación administrativa acceden únicamente las  víctimas  de  la  violencia política, o sea, que es necesario que los hechos o  motivos  del  fallecimiento,  hayan  tenido móviles ideológicos y/o políticos  (perpetrados  por  grupos  armados  al  margen  de  la  Ley,  autodenominados de  subversión  o  de  autodefensas  ilegales). Es claro entonces, que no entran en  esta   categoría   los   hechos   perpetrados   por  bandas  de  atracadores  o  perteneciente  a  la  delincuencia  común.  En  su caso hasta el momento, no se  conocen  los  móviles de la muerte del Sr. (a) CHACON  TAFUR  FREDIS y éstos son esenciales para proceder al  reconocimiento   de   la  reparación  administrativa.  Por  lo  anterior,  esta  Subdirección  continua a la espera de la información por parte de la Fiscalía  General  de  la  Nación  o  de  la autoridad judicial competente”    (Resaltado    en    el    original)    (fl.    4    cdno.    1ª  instancia).   

b. Registro Civil de  Nacimiento  de  Stefany  Carolina  Chacón  Mendoza (fl. 8 cdno. 1ª instancia),  Adriana  Carolina  Chacón  Mendoza  (fl.  9 cdno. 1ª instancia), José Chacón  Mendoza  (fl.  10 cdno. 1ª instancia) y de Wilson Smith Chacón Mendoza (fl. 11  cdno.  1ª instancia), en el que consta en cada uno como nombre del padre Fredis  Chacón   Tafur   y   como   nombre   de   la  madre  Adriana  Bautista  Mendoza  Acosta.   

c.  Certificado de  defunción de Fredis Chacón Tafur (fl. 13 cdno. 1ª instancia).   

d.  Certificado  emitido  el 10 de diciembre de 2007 por el Fiscal Seccional Ciento Noventa y Uno  de  la  Unidad  Segunda de Vida e Integridad Personal de la Ciudad de Bogotá en  el  que  consta  que:  “en  esta  Fiscalía  bajo el  radicado  Nro.  110016000028200700490,  cursó  la  investigación  penal por la  muerte  de  FREDYS  CHACÓN  TAFUR  identificado  con  la c.c. No. 77.169.017 de  Valledupar,  por hechos ocurridos el día 16 de febrero de 2007, aproximadamente  a  las 21.00 horas, el hoy occiso fue encontrado en vía pública en la calle 90  sur  con  carrera 12 barrio Los Libertadores de esta ciudad, al parecer el mismo  se  encontraba  fue  arrojado  de un vehículo. Según el protocolo de Necropsia  advierte  que  presenta  una  herida por proyectil de arma de fuego en el cuello  con  orificio  de  salida.  Manera  de  la  muerte  homicidio.  La actuación se  encuentra  en  etapa  de  indagación  con  órdenes  de  policía judicial, hay  reserva     (…)”     (fl.    14    cdno.    1ª  instancia).   

e.   Memorando  suscrito  el 29 de enero de 2009 por la Subdirectora de Atención a Víctimas de  la  Violencia dirigido al Jefe Oficina Asesora Jurídica de Acción Social en el  que  consta  que,  “con  el  fin  de  reunir mayores  elementos  de juicio, mediante oficio SAV8469 de 12 de  marzo  de  2008, se solicitó a la Fiscalía General de  la  Nación,  se  sirva  indicar  si  esta  muerte  tuvo  motivaciones de origen  ideológico  y  político, así como el estado actual de las diligencias. Oficio  que      fue     respondido     indicando     lo     siguiente:     ‘… la actuación se encuentra en etapa  de  indagación  en  averiguación  de  responsables  y  hasta el momento con lo  allegado  al investigativo no se puede concluir que el fallecimiento obedeció a  móviles  ideológicos  o  políticos…’”      (fl.     45     cdno.     1ª  instancia).   

f.   Certificado  emitido  el 22 de septiembre de 2008 por el Coordinador UAO UT Cesar, dirigido a  las  Entidades  del  Snaipd  en  el  que consta que la accionante y sus hijos se  encuentran  inscritos  en  el  Registro  Único de Población Desplazada (fl. 78  cdno. 1ª instancia).   

g.  Declaración  rendida  por  Aura  de  Ávila  de  la Hoz y Nory Luz Martínez Castillo ante la  Notaría  Tercera  del Círculo de Valledupar el 6 de febrero de 2009, en la que  declaran  que  “el señor CHACON TAFUR, inicialmente  estaba  residenciado en la ciudad de Valledupar, Cesar con su núcleo familiar y  era  una  familia  ejemplar,  trabajadora y próspera porque les iba muy bien en  sus  negocios  y comenzaron a extorsionarlo grupos al margen de la Ley hasta que  decidió  llevarse  a  su  familia  para  Bogotá  D.C. en donde siguió con sus  negocios  y  también  lo estaban extorsionando exigiéndole VACUNA y lo citaron  con  engaños y lo asesinaron en febrero de 2007, situación ésta, que hizo que  ADRIANA  MENDOZA  ACOSTA, con sus hijos se DESPLAZARA por segunda vez y al verse  desplazada  por  el  grupo  al  margen  de  la Ley que asesinó a su compañero,  nuevamente  regresó  a  Valledupar,  en donde actualmente muy a pesar de que ha  recibido  ayuda  por ACCIÓN SOCIAL, lo que ha recibido NO es suficiente  y  esta  llevando  una vida inestable” (fl. 79 cdno. 1ª  instancia).   

4.2      Acción      de     tutela:  T-2.331.933.   

Para  efectos  de  esta acción de tutela se  aportaron los siguientes documentos:   

a.  Comunicación  dirigida  a  Alicia  María Navarro Chamorro por parte de Acción Social de 9 de  septiembre  de  2006,  en  la que se señaló que “de  manera  atenta  y en respuesta a su solicitud, nos permitimos informarle que una  vez   analizados   los   documentos   del   caso  de  la  referencia   [caso  No.  6168/2003  –DURAN    NAVARRO    FRAYS   EDUARDO]   se  estableció  que  los  hechos no se encuentran en el marco de la Ley 418 de 1997  (…).  Dado  lo anterior, le informamos que estamos a la espera de información  por  parte  de  la  Fiscalía  General  de  la Nación, sobre los móviles de la  muerte,  una  vez  obtengamos  respuesta, inmediatamente estaremos informando la  decisión  tomada  respecto al trámite de asistencia humanitaria por muerte del  Sr(a)  DURAN  NAVARRO FRAYS EDUARDO” (fl. 6 cdno. 1ª  instancia).   

b.   Copia  del  Registro  Civil  de  Defunción  de  Fray  Eduardo Durán Navarro de fecha 14 de  diciembre de 2003 (fl. 14 cdno. 1ª instancia).   

c.  Formato  Censo  Afectados  por Atentado Terrorista, Ataques, Combates y Masacres suscrito por el  Secretario  de  Gobierno  Municipal  el  14  de  diciembre  de  2003  en  el que  manifiesta  que “en el marco del conflicto armado que  vive  el  país,  en  la  jurisdicción  del Municipio de Valledupar, los grupos  armados  al margen de la ley han perpetrado toda clase de crímenes dejando como  saldo  un  (1)  muerto  en  esta  oportunidad  (…) Nombre: Fray Eduardo Durán  navarro”(fl. 16-17 cdno. 1ª instancia).   

d.  Certificación  emitida  por  el  Fiscal  16  Seccional  de  Valledupar  en  el  que  consta que  “en   este   Despacho  Judicial  se  adelantó  una  investigación  penal radicado con el No. 159478, por el delito de HOMICIDIO, en  contra  de  PERSONAS  EN  AVERIGUACIÓN,  donde  resultó victima el señor FRAY  EDUARDO  DURAN  NAVARRRO  (…), mediante muerte violenta por heridas producidas  por  proyectiles  de  arma  de  fuego, que según declaración  rendida por  ALICIA  MARÍA  NAVARRO CHAMORRO, fue asesinado por miembros de grupos al margen  de   la   ley   (A.U.C.)”   (fl.   40   cdno.   1ª  instancia).   

II. SENTENCIA OBJETO DE REVISIÓN.  

1. Acción de tutela: T-2.331.928.  

El  Juzgado Primero de Familia de Valledupar  el  6  de  febrero  de  2009  decidió  “tutelar los  derechos  fundamentales a la igualdad, debido proceso y demás reclamados por la  señora  ADRIANA  BAUTISTA  MENDOZA.  (…) contra ACCIÓN SOCIAL”  y en consecuencia dispuso “incluir a la  actora  al  programa  de  asistencia  a  la población afectada por el conflicto  armado;  le reconozca y pague por concepto de ayuda humanitaria los perjuicios a  que  tiene  derecho  por  la  muerte  violenta  que sufrió su compañero Fredys  Chacón Tafur”.   

Consideró como fundamento a su decisión que  “la  actora  demanda  la  asistencia humanitaria del  Estado  y  para  tal  efecto aporta las declaraciones extraprocesal (sic)  rendida  por  los señores NORY LUZ  MARTINEZ  CASTILLO  y  AURA  DE  AVILA,  (…) donde hacen constar que el señor  CHACON  TAFUR murió con ocasión al hostigamiento de que era víctima por parte  de  un grupo armado, pues luego de haber sido obligado a desplazarse a la ciudad  de  Bogotá  por  el  delito  de  extorsión de que fue víctima en esta ciudad;  allá  también fue víctima del mismo delito, al punto en que fue asesinado por  no  colaborar(…).  Además, aportó la accionante certificado de inclusión en  el  Registro  Único  de  Desplazado,  lo  que  respalda aun más su dicho en el  sentido  de  que  su desplazamiento fue consecuencia de la muerte violenta de su  compañero  permanente,  lo  cual  genera  un  nexo causal entre la muerte de su  compañero   y   la   obtención  de  la  calidad  de  desplazada”.   

Agregó      que      “teniendo  en  cuenta las pruebas obrantes en el proceso así como  también  el  relato  hecho  por  la accionante, en donde necesariamente hay que  presumir  la  buena  fe y no haber desvirtuado Acción Social lo anterior, en el  sentido  de que dicho fallecimiento no se debió al conflicto armado que se vive  en  este  país  (…) Acción Social debe prestar a la actora la asistencia que  reclama”.   

Acción  Social  impugnó  la  decisión  de  primera   instancia.   Adujo   argumentos   semejantes  a  los  aducidos  en  la  contestación    de   la   demanda   de   tutela.   Agregó   que   “los  móviles  de  la  muerte  son  esenciales  para  proceder al  reconocimiento  de la ayuda humanitaria, pues es de conocimiento público que el  país  está  afectado  por  fenómenos de violencia; pero no toda la violencia,  obedece  a  actos ocurridos con ocasión o a causa del conflicto armado ni lo es  frecuentemente  por  grupos al margen de la ley como los grupos subversivos o de  autodefensa    ilegales”    y   que   “[c]iertamente  NO  obra  en el proceso ningún elemento de juicio  que  permita  darnos  alguna  noción  de  los hechos que motivaron la muerte de  ALEXANDER    GUTIERREZ   SANTIAGO   (sic),  lo  único  que se tiene es que el fallecimiento fue violento por  impactos  de arma de fuego, pero ello no deviene en concluir que fue a causa del  conflicto armado”.   

La  Sala  Civil Familia Laboral del Tribunal  Superior  del  Distrito  Judicial  de  Valledupar el 18 de marzo de 2009 dispuso  “revocar  la sentencia de febrero seis (6) proferida  por  el  Juzgado  Primero de Familia de Valledupar, César, dentro de la acción  de   tutela  promovida  por  Adriana  Bautista  Mendoza  Acosta  contra  Acción  Social”.   

Consideró  el  ad  quem  que  “[d]el análisis  probatorio  se  deduce  que  la  accionante fue objeto de actos violentos por la  muerte  de  su  compañero  permanente,  pero  no  está  demostrado  dentro del  plenario  que  los  hechos  que  dan  lugar  a la muerte de FREDYS CHACÓN TAFUR  obedecieron  a  móviles ideológicos o políticos” y  agregó  que  “[p]or  no  haber  constancia  de  los  resultados  de la investigación penal, como lo aduce la institución accionada,  procede  este Tribunal a REVOCAR la providencia impugnada teniendo en cuenta que  lo  solicitado por el accionante es la reparación administrativa”.   

2. Acción de tutela: T-2.331.933.  

El  Juzgado  Primero Laboral del Circuito de  Valledupar  el  3  de  marzo de 2009 negó la solicitud de amparo presentada por  Alicia María Navarro Chamorro.   

Consideró que “en  el  caso  bajo  estudio  observa  el  despacho que dentro del expediente obra la  certificación  expedida  por  el  secretario  de  gobierno doctor VICTOR EMILIO  MARTINEZ  GUTIERREZ, pero no es una prueba fehaciente ya que el informe suscrito  por  el  citado  funcionario  no  permite  establecer  que el hecho se encuentra  dentro  del  marco  legal  de  la  ley 418 de 1997, es decir que el motivo de la  muerte  del  señor  Fray  Eduardo  Durán  obedeció  a  motivos  políticos  o  ideológicos.  Tampoco  se  probó la vulneración del derecho a la igualdad, en  tanto  no aparece evidencia de personas en igualdad de circunstancias, es decir,  sin  acreditar la causa del daño, hayan recibido la ayuda humanitaria reclamada  por  la  accionante,  ni tampoco la afectación al debido proceso”.   

Impugnada   la   decisión  por  la  parte  accionante,  la  Sala  Civil  Familia Laboral del Tribunal Superior del Distrito  Judicial   de   Valledupar   el  12  de  mayo  de  2009  resolvió  “revocar  la  sentencia  de  tres  (3)  de  marzo  de dos mil ocho  (sic) (2009) proferida por el  Juzgado  Primero  Laboral del Circuito de Valledupar”  y  en  su  lugar  “conceder la tutela de los derechos  constitucionales  invocados  por  la accionante”, por  lo  que ordenó a la entidad accionada “suministr[ar]  a  la  señora  Alicia  María  Navarro  Chamorro,  la  obtención  de  la ayuda  humanitaria  de  emergencia  y se le vincule a los programas de apoyo económico  que   esa   entidad   lidera   para   la   población  desplazada”.   

Consideró  el  ad  quem   que   “la  agencia  estatal  accionada,  tiene  la  carga  de  demostrar que el homicidio alegado no  ocurrió  en  las circunstancias alegadas por el accionante, puesto que se trata  de  una  afirmación indefinida que no requiere en principio prueba, sin que sea  admisible  que  esté  plenamente demostrado por las autoridades competentes, el  móvil  de  la  ocurrencia  del  homicidio,  a  través de la culminación de un  proceso   penal”.   Y   agregó   que  “de  acuerdo  con la norma anterior   [se  refiere  al  artículo  15 de la Ley 418 de 1997],  quien  afirme  ante  la  entidad  accionada  la muerte de una persona dentro del  conflicto  armado  y  pruebe  su  muerte, vive un estado material presumido, que  ACCIÓN  SOCIAL  no  puede desconocer sino razonadamente, como ya se ha afirmado  anteriormente”  y que “se  revocará  la  sentencia  impugnada,  ya que las personas desplazadas y victimas  del  desaparecimiento  forzoso no merecen un trato discriminatorio cuando acuden  a  las  autoridades  competentes para acceder a esa ayuda humanitaria, ya que se  encuentran  en  condiciones  de  vulnerabilidad, exclusión y marginalidad de la  población     desplazada     como     sujeto     de     especial    protección  constitucional”.   

III.    REVISIÓN    POR    LA    CORTE  CONSTITUCIONAL.   

Remitido  el expediente a esta Corporación,  la  Sala  de Selección Número Ocho, mediante auto de seis (6) de agosto de dos  mil nueve (2009), dispuso su revisión por la Corte Constitucional.   

1. Competencia.  

Esta  Corte  es  competente para conocer del  fallo  materia de revisión, de conformidad con lo establecido en los artículos  86  y  241-9  de  la  Constitución  Política  y con los artículos 31 a 36 del  Decreto  2591  de  1991  y  demás  disposiciones  pertinentes, así como por la  escogencia  del  caso  que hizo la Sala de Selección Número Ocho mediante auto  de seis (6) de agosto de dos mil nueve (2009).   

2.   Trámite   surtido   en   la   Corte  Constitucional.   

2.1 Mediante auto de  23  de  septiembre  de  2009,  el  Magistrado Ponente en razón a la ausencia de  elementos  probatorios que permitieran la adopción de una decisión y con miras  a   la   protección   inmediata   y  efectiva  de  los  derechos  fundamentales  presuntamente  vulnerados,  solicitó  a la Agencia Presidencial para la Acción  Social y la Cooperación Internacional que informara:   

1.  Desde  qué fecha está registrada como  persona   desplazada   por   la   violencia   Adriana  Bautista  Mendoza  Acosta  identificada     con     cédula    de    ciudadanía    No.    49.768.636    de  Valledupar.   

2.  ¿Qué  actuaciones  se  han  realizado  respecto  de  Adriana  Bautista  Mendoza  Acosta  en  el programa de reparación  individual  por  vía  administrativa  para  las víctimas de los grupos armados  organizados  al  margen  de  la  ley  de  que  trata el Decreto 1290 de 2008 con  ocasión de la muerte violenta de su esposo Fredys Chacón Tafur?   

3.  ¿Qué  actuaciones  se  han  realizado  respecto  de  Alicia  María  Navarro  Chamarro  en  el  programa de reparación  individual  por  vía  administrativa  para  las víctimas de los grupos armados  organizados  al  margen  de  la  ley  de  que trata el Decreto 1290 de 2008, con  ocasión   de   la   muerte   violenta   de   su   hijo   Frays  Eduardo  Durán  Navarro?   

Así  mismo  se  requirió al Personero y al  Alcalde  del  Municipio Valledupar a fin de que en virtud del artículo 18 de la  Ley  418 de 1997, informaran si conocían detalles de la muerte de Frays Eduardo  Durán  Navarro,  identificado  con  cédula  de  ciudadanía  No. 77.188.579 de  Valledupar,  ocurrida el 14 de diciembre de 2003 en la mencionada ciudad; si era  posible  asegurar  que este hecho sucedió en el marco del conflicto armado y si  en la región operaron por esa época grupos al margen de la ley.   

En  el  mismo  sentido,  se  requirió  al  Personero  y al Alcalde de Bogotá a fin de que informaran en virtud del Ley 418  de  1997  (prorrogada  por  la  Ley 548 de 1999, 782 de 2002 y 1106 de 2006), si  conocían  detalles  de  la  muerte  de  Fredys  Chacón Tafur, identificado con  cédula  de  ciudadanía No. 77.169.017 de Valledupar, ocurrida el 16 de febrero  de  2007  en  el  barrio Los Libertadores de esta ciudad; si pueden asegurar que  este  hecho  sucedió  en  el  marco  del  conflicto  armado  y si en la región  operaron por esa época grupos al margen de la ley.   

2.2  La  personera  delegada  para  los  derechos  humanos  de  la  ciudad  de  Bogotá señaló que  “revisados   nuestros   archivos  no  se  encontró  petición  alguna elevada por la Sra. ADRIANA BAUTISTA MENDOZA ACOSTA, en la que  se  solicitara  a  esta  Personería la certificación por muerte violenta de la  que  habla el artículo 18 de la Ley 418/97. En consecuencia en este Despacho no  reposan  documentos que permitan establecer con meridiana claridad el deceso del  señor: Fredys Chacón Tafur”.   

Agregó   finalmente   que   “aunque  los  censos  y  las  certificaciones  elaboradas  por las  autoridades  del  lugar,  sobre  el acaecimiento de los hechos y los móviles de  los  mismos,  no  tienen el alcance de otorgar a las víctimas esta calidad y la  falta  de  ellos  no puede ser utilizada para negar a las mismas la asistencia y  el  reconocimiento  de  la  situación  que  reclaman,  si  es necesario para la  expedición  de  las  mismas y especialmente en el caso que nos ocupa el cual no  obedece  a un hecho notorio que haya documentos o información entregados por la  persona  que  desea  acceder  a la asistencia humanitaria que permita establecer  con  meridiana  claridad  a la autoridad competente la ocurrencia de tal suceso.  Ejemplo: Registro de Defunción (…)”.   

2.3 El Secretario de  Gobierno     Municipal     de     Valledupar     informó    que    “revisados  nuestros  archivos, no se encontró ningún dato sobre  el   censo   por  muerte  violenta  del  señor  FRAYS  EDUARDO  DURAN  NAVARRO,  identificado    con    cédula    de    ciudadanía    77.188.579”.   

2.4  La  Agencia  Presidencial  para  la  Acción  Social y la Cooperación Internacional señaló  respecto  de  la  accionante  Adriana  Bautista  Mendoza Acosta que “se  encuentra  incluida  en  el RUDP a partir del 02 (sic)     02    del    2007:  Lugar  y  fecha de expulsión: Bogotá,  D.C.,  20/02/07; Lugar y fecha  de   arribo:   Cesar,  Valledupar  20/02/07;  Lugar  y  fecha  de  declaración:  26/02/07”  y que se encuentra vinculada como Jefa de  Hogar.   

Dijo igualmente que de la accionante recibió  “el  día  22  de  febrero  de  2009,  solicitud  de  reparación  administrativa  (…) por muerte de su compañero permanente FREDYS  CHACON  TAFUR,  ocurrida  el  16 de febrero de 2007, en Bogotá, según registro  civil de defunción”.   

Manifestó   que   mediante   “oficio    de    fecha    12    marzo    de    2008   (sic):  se  le  informa a la peticionaria,  que  el  presente  caso NO se encuentran en el marco previsto en el artículo 15  de  la  Ley  418  de  1997,  prorrogada  por  la  Ley 548 de 1999 y prorrogada y  modificada  por  las  Leyes  782  de 2002 y 1106 de 2006. Toda vez que no existe  certeza  sobre  los  móviles  de  la  ocurrencia  de  los hechos”  y que en esta misma fecha “se solicitó  a  la  Fiscalía  General  de  la  Nación, se sirva indicar si esta muerte tuvo  motivaciones  de  origen a consecuencia del conflicto armado interno que vive el  país,   así   como   el   estado   actual  de  las  diligencias”,   oficio   que   fue   respondido   indicando   que   “la   actuación   se   encuentra   en  etapa  de  indagación  en  averiguación  de responsables y hasta el momento (…) no se puede concluir que  el  fallecimiento  obedeció  a  móviles  causados  dentro del conflicto armado  interno”.   

Finalmente,   adujo   que   “obra  dentro  de  los  archivos  de  este  Programa,  el caso No.  4800/2007  presentado  por  la  citada accionante el día 25 de febrero de 2008,  donde   solicita   Ayuda  Solidaria  a  título  de  Reparación  Administrativa  contemplada  en  la Ley 418 de 1997 sus programas y modificaciones, en cuanto al  fallecimiento  del  señor FREDIS CHACON TAFUR acaecido el día 16 de febrero de  2007.  Caso  que  fue  rechazado  por  encontrarse fuera del marco y plazo legal  establecido  por  la  Ley  418  de  1997 (…) Aunado a lo anterior no existe la  totalidad  de  la documentación requerida, ni tampoco hay elementos probatorios  que  establezcan  que  el  deceso  de  la víctima ocurrió dentro del marco del  conflicto armado”.   

2.5  La  Agencia  Presidencial  para  la  Acción  Social y la Cooperación Internacional señaló  respecto  de  la  accionante  Alicia  María  Navarro  Chamorro que “no  se  encuentra  solicitud  alguna presentada ni radicada en el  Programa  reparación  Individual  por vía Administrativa para las víctimas de  los  grupos armados organizados al margen de la ley de que trata el Decreto 1290  de 2008”.   

Señaló que Alicia María Navarro Chamorro y  Matias  Durán  Cerpa   padres  del  señor  Durán Navarro y tutores de la  menor  de  edad  Lorainys  Stefanny  Durán  Fernández,  hija de la víctima en  mención,  presentaron una petición dentro del programa de Atención a Victimas  de   la   Violencia   que  entrega  Ayuda  Solidaria  a  titulo  de  Reparación  Administrativa  en  desarrollo  de la Ley 418 de 1997, prorrogada por la Ley 548  de  1999  y  prorrogada  y  modificada por las leyes 782 de 2002 y 1106 de 2006.  Afirmó  la  entidad  accionada que una vez reunidos los requisitos establecidos  en  la  normatividad  vigente  y  dando  cumplimiento  al fallo proferido por el  Tribunal  Superior  Judicial de Valledupar procedió a pagar a través de oficio  SAV-27325  de  fecha  11 de agosto de 2009, al señor Matías Durán Cerpa, como  tutor  de  la  menor  de  edad  Lorainys  Stefanny  Durán  Fernández,  la suma  correspondiente para el caso en mención.   

Finalmente,  señaló  que  la  reparación  individual  por  vía administrativa, implementada en virtud del Decreto 1290 de  2008,   tiene  por  objeto  conceder  un  conjunto  de  medidas  de  reparación  individuales  a  favor  de  las  personas  que con anterioridad a su expedición  (abril  22  de  2008) hubieren sufrido violación de sus derechos fundamentales,  por  la  acción  de  grupos armados organizados al margen de la ley a la que se  refiere  el  inciso  2°  del  artículo  1ro  de  la Ley 975 de 2005. Adujo que  Acción  Social tiene la función de verificar las fuentes de información sobre  la  acreditación de la calidad de víctima y formular recomendaciones dirigidas  al  Comité  de  Reparaciones Administrativas. La carga de la prueba ya no recae  en la persona interesada sino en la Administración.   

3. Consideraciones.  

3.1   Problema   jurídico  y  esquema  de  resolución.   

Esta Sala pasa a determinar si Acción Social  vulneró  el  derecho  a  la  reparación  y  a la asistencia humanitaria de los  accionantes  por  negar el suministro de la asistencia humanitaria al considerar  que  respecto  de la muerte de los familiares de los demandantes en tutela no se  tenía  certeza  de  que  ella aconteció como consecuencia del conflicto armado  interno.   

A fin de resolver el problema jurídico esta  Sala   reiterará   los   fundamentos   acerca   de   la   especial  protección  constitucional  que  gozan  las personas víctimas de la violencia política, el  carácter  fundamental  de  sus  derechos  a  la  asistencia  humanitaria y a la  reparación   y   el  empleo  de  los  mecanismos  legales  para  acceder  a  su  satisfacción.   

Las  personas  víctimas de la violencia son  sujetos de especial protección.   

1.  El  artículo  15  de la Ley 418 de 1997  prorrogada  por  la  Ley 548 de 1999, Ley 782 de 2002 y Ley 1106 de 2006, define  como  víctimas  de  la violencia política “aquellas  personas  de  la  población  civil  que  sufran  perjuicios en su vida, o grave  deterioro  en  su  integridad  personal o en sus bienes, por razón de atentados  terroristas,  combates, secuestros, ataques y masacres en el marco del conflicto  armado  interno.  Son  víctimas  los desplazados en los términos del artículo  1o.  de la Ley 387 de 1997. Así mismo, se entiende por víctima de la violencia  política    toda    persona   menor   de   edad   que   tome   parte   en   las  hostilidades”.   

A partir de una interpretación sistemática  de  la  misma  normatividad  (artículo  49) también se considera como personas  víctimas  de  la  violencia  aquellas  que  “sufran  perjuicios  por  causa  de  homicidios  u otros atentados o agresiones contra la  vida,  la  integridad  física, la seguridad o la libertad personales, cometidos  por  móviles  ideológicos o políticos, o sean objeto de amenazas referentes a  la  comisión  de  atentados  o  agresiones  de  esta  naturaleza”.   

2. De esta manera y al igual que acontece con  la  condición  de  personas víctimas del desplazamiento forzado, la condición  de  víctima  de  la  violencia política es una situación fáctica1  soportada en  el  padecimiento  de  hechos  como  atentados terroristas, combates, secuestros,  ataques,  masacres,  homicidios,  esto es, de una serie de actos que en el marco  del  conflicto  armado  interno  afectan derechos fundamentales como la vida, la  integridad física, la seguridad o la libertad personal.   

Respecto  de  la  calidad  de  víctima esta  Corte2,      trayendo      a      colación     diversas     disposiciones  internacionales3   señaló   que   “a  la  luz  de  los  mencionados  principios  fundamentales de derecho internacional, incorporados en  nuestro  ordenamiento  interno  en  virtud  del  bloque  de  constitucionalidad,  es  absolutamente  válida la existencia de víctimas  sin  victimario  identificado,  aprehendido,  enjuiciado o condenado”4.  En  otros  términos que “para que una  persona  sea  considerada  como  víctima  de  un delito o abuso de poder, no es  necesaria  la  identificación,  aprehensión,  enjuiciamiento  y mucho menos la  condena  del  sujeto  responsable  del  ilícito”5     (Resaltado     en    el  original).   

3.  Ahora  bien, es de la esencia del Estado  garantizar   los   derechos   respecto   de   todos  los  ciudadanos6,   lo  cual  genera  una  obligación  que,  en  razón  al  artículo 13 de la Constitución  Política,  apremia ser satisfecha cuando se trata de ciudadanos incursos en una  situación  especial  vulnerabilidad,  que  en  este  caso  se constituye al ser  víctimas  de  la  violencia  en  el  marco del conflicto armado interno, lo que  impone  la  carga  al  Estado de adoptar medidas que concluyan en su atención y  protección.   

Carácter  fundamental  del  derecho  a  la  asistencia   humanitaria   de   las   personas   víctimas   de   la   violencia  política.   

4.  El  Estado  asume  la  obligación  de  satisfacer  las  garantías  mínimas  que  necesita  la  persona víctima de la  violencia  para superar las consecuencias inmediatas del hecho vulnerador de sus  derechos   en   el   marco   del   conflicto  amado7.  El  derecho  a la asistencia  humanitaria  está  regulado  por  medio de la Ley 418 de 1997 prorrogada por la  Ley  548  de  1999 y prorrogada y modificada por las Leyes 782 de 2002 y 1106 de  2006.   

“ARTÍCULO  16.  <Artículo modificado  por  el  artículo  7 de la Ley 782 de 2002. El nuevo texto es el siguiente:>  En  desarrollo  del principio de solidaridad social, y  dado  el  daño  especial  sufrido  por las víctimas,  estas    recibirán   asistencia   humanitaria,   entendida   por   tal   la  ayuda  indispensable  para  sufragar  los  requerimientos  esenciales,  a  fin  de  satisfacer los derechos que hayan sido menoscabados por  los  actos  enunciados  en el artículo 15. Esta ayuda  humanitaria  será  prestada  por  las  entidades  públicas así: Por la Red de  Solidaridad  Social,  en  desarrollo  de  su  objeto  legal y de acuerdo con las  directrices  que  para  el efecto señale su Consejo Directivo, y por las demás  entidades  públicas  señaladas  en  la  presente  ley, dentro del marco de sus  competencias,  siempre  que la solicitud se eleve dentro del año siguiente a la  ocurrencia del hecho.   

PARÁGRAFO  1o. En caso fuerza mayor o caso  fortuito  que  impidan  a  la  víctima presentar oportunamente la solicitud, el  término  a  que  se refiere la presente disposición debe contarse a partir del  momento en que cesen los hechos motivo de tal impedimento.   

PARÁGRAFO 2o. El  Gobierno  Nacional  apropiará los recursos necesarios en el Presupuesto General  de  la  Nación  –Red de  Solidaridad  Social –, con  el  objeto  de prestar asistencia humanitaria, conforme a los fines previstos en  la presente ley.   

PARÁGRAFO  3o.  La ayuda humanitaria será  entregada  por  la  Red  de  Solidaridad  Social en forma directa, asegurando la  gratuidad  en  el  trámite,  para  que  los  beneficiarios  la  reciban  en  su  totalidad.   

PARÁGRAFO  4o. Los beneficios de contenido  económico  que  se  otorguen  a  los  desplazados se regirán por la Ley 387 de  1997”  (Resaltado fuera del  texto).   

6.  La  asistencia  humanitaria, definió la  Corte10,  “se  inscribe  en  esta tendencia del  derecho  internacional  público  que  propende  por la colaboración, auxilio y  asistencia   de  los  más  pobres,  incluyendo  ayuda  en  casos  de  desastres  naturales,    hambruna,    terremotos,    epidemias    y    conflictos   armados  internos”.  La  asistencia  humanitaria  responde al  principio,  al derecho y al deber de solidaridad que pretende la realización de  derechos  fundamentales  del ciudadano incurso en una situación catastrófica y  que   “encuentran   su   fundamento  en  principios  constitucionales  tales  como el Estado Social de Derecho, la dignidad humana, y  en  derechos  fundamentales que se encuentran íntimamente ligados como la vida,  la   dignidad   humana,   mínimo   vital,   la   salud,   la   vivienda,  entre  otros”11.   

En    otros    términos,   “la  asistencia  humanitaria  (…)  debe  ser  entendida  como un  derecho  radicado  en  cabeza de la población civil, consistente en la facultad  de  reclamar  del  Estado  la  ayuda  necesaria  para  salir de la situación de  emergencia  en  la  que se encuentran los ciudadanos como consecuencia de causas  naturales           o           humanas”12.   

7.  En razón, precisamente, a la situación  catastrófica  base  del  surgimiento de este derecho, la asistencia humanitaria  se   ha   de   proveer   de   forma   prioritaria,  esto  es,  que  “la  naturaleza  misma de esta clase de prestaciones hace evidente  la  urgencia con la que debe proporcionarse (…)”13.   

8. Con la asistencia humanitaria se pretende  mejorar  las  condiciones  mínimas  de  existencia  de  las  víctimas a fin de  satisfacer  los  derechos  que  fueron  menoscabados  y  mitigar  o  impedir  la  agravación  o  la  extensión  de  los  efectos  de  los  mismos. La asistencia  humanitaria   busca   “satisfacer   necesidades  de  carácter  general de la población, en particular aquellas relacionadas con los  derechos    a   los   que   la   Constitución   les   atribuye   un   carácter  social14  o  cuya  prestación  origina  gasto  público  social15”16.   

9.  Con  base  en lo expuesto, esta Corporación ha indicado17   que  el  derecho  a  la  asistencia humanitaria es diferente del derecho a la reparación  de  las víctimas de violaciones de derechos humanos, debido a que: a.  La  Ley  418 de 1997 no establece una obligación de naturaleza  reparatoria  a  cargo del Estado, imputable a título de responsabilidad por los  actos  violentos  perpetrados  por  grupos  ilegales,  como  quiera que el mismo  artículo  4718  señala  que los programas de atención no implica reconocimiento  por  parte  de  la  nación o de la respectiva entidad de responsabilidad alguna  por  los  perjuicios  causados;  y  b.  Con  base  en  la noción de reparación  expuesta  en  el artículo 8° de la Ley 975 de 200519se  observa que la finalidad  perseguida  por la misma supone un mayor cubrimiento frente al daño sufrido por  la persona víctima de la violencia.   

De  este  modo,  el  derecho a la asistencia  humanitaria  y  a  la  reparación tienen distinta razón e intencionalidad, por  ello  “resulta  inadecuado  plantear  que la acción  gubernamental,  en  desarrollo  de  deberes  de  carácter general que al Estado  atañen,  pueda  suplir  la acción reparatoria que recae de manera principal en  los  perpetradores  de  los  delitos,  y  que  aun  cuando en últimas puede ser  cumplida  por  el  Estado  desde  su  posición de garante, tiene una naturaleza  ostensiblemente             diferente”20.   

Mecanismos   legales  para  acceder  a  la  satisfacción del derecho a la asistencia humanitaria.   

10.  El  artículo  18  de  la  Ley  418  de  199721  determinó  los  medios para satisfacer el derecho a la asistencia  humanitaria  a  las personas víctimas de la violencia en el marco del conflicto  armado  y quienes han padecido afectación a su derecho fundamental a la vida, a  la integridad o a la libertad personal.   

“ARTÍCULO  18.  <Artículo modificado  por  el  artículo  9 de la Ley 782 de 2002. El nuevo texto es el siguiente:>  Cuando  quiera  que ocurra alguno de los eventos contemplados en el artículo 15  de  la  presente  ley,  la  Alcaldía  Municipal, la Personería Municipal, o la  entidad  que haga sus veces, deberá elaborar el censo  de   las   personas  afectadas  en  su  vida,  en  su  integridad  personal  o  en  sus  bienes, que contenga  como  mínimo la identificación de la víctima, su ubicación y la descripción  del  hecho,  y enviarlo a la Red de Solidaridad Social  en  un  término  no mayor a 8 días hábiles contados a partir de la ocurrencia  del mismo.   

Igualmente,    expedirá   una  certificación  individual a los beneficiarios de las personas  fallecidas,   que  deberá  contener  los  mismos  datos  del  censo,  requisito  esencial    para    el  reconocimiento  de  la  ayuda  humanitaria  por  parte  de la Red de Solidaridad  Social.   

Si  la  Red de Solidaridad Social establece  que  alguna  de  las personas certificadas no tiene la calidad de víctima, esta  perderá  los  derechos  que  le  otorga  el  presente  título,  además de las  sanciones  penales  que correspondan, y deberá reembolsar las sumas de dinero y  los   bienes   que  se  le  hayan  entregado.  Si  se  trata  de  créditos,  el  establecimiento  financiero  que lo haya otorgado podrá mantenerlo, reajustando  las condiciones a la tasa de mercado.   

PARÁGRAFO. El representante legal de la Red  de  Solidaridad Social elaborará las listas de desplazados en aquellos casos en  que   les   sea   imposible   a   las  autoridades  municipales”  (Resalta la Sala).   

10.1.A pesar de que este artículo se refiere  a   la   noción   de   víctima   contenida   en  el  artículo  1522 de la misma  unidad  normativa  (Ley  418  de  1997), como quedó antes establecido, también  cobija  a las víctimas descritas en el artículo 49 de la misma ley, esto es, a  aquellas   que   “sufran  perjuicios  por  causa  de  homicidios  u  otros  atentados  o  agresiones  contra  la  vida,  la integridad  física,   la  seguridad  o  la  libertad  personales,  cometidos  por  móviles  ideológicos  o  políticos, o sean objeto de amenazas referentes a la comisión  de     atentados     o     agresiones    de    esta    naturaleza”.   

10.2  A  efectos  de  acceder  a  la asistencia humanitaria, la mencionada  norma   dispone  que  una  vez  acaecido  los  hechos  descritos,  la  Alcaldía  Municipal,   la  Personería  Municipal  o  la  autoridad  que  haga  sus  veces  elaborará  un  censo  de  las  personas  afectadas  en el que, como mínimo, se  identifique  a  la  víctima, su ubicación y la descripción del hecho. De esta  forma   el   censo  “se  elabora  por  la  autoridad  competente,   a   partir   de  la  valoración  de  unos  hechos  que,  por  sus  circunstancias,  se  presumen  producidos  en  el  marco  del  conflicto  armado  interno,  pero  sin que, en estricto sentido quepa expedir una certificación en  los  términos  exigidos  por  la  Red  de Solidaridad Social, lo cual exigiría  tener  certeza  acerca  de  hechos  que,  de  todas  maneras,  están  sujetos a  posterior  verificación  por  parte de las autoridades competentes, en cuanto a  sus   modalidades,   autores   y   partícipes,   móviles,   etc”23.   

10.3  Con  base en el artículo 18 de la Ley  418  de  199724,        esta        Corporación25    ha   dicho  que  la  “ley no exige una certificación sobre la naturaleza  de  los  hechos,  ni  sobre  los  móviles  de  los  mismos,  circunstancias que  constituyen  apenas un presupuesto para la elaboración del censo”  y  ello  es apenas lógico, debido a que esperar la resolución de  un  proceso  penal desnaturalizaría la esencia de la ayuda humanitaria, cual es  la      prontitud      en      su     suministro26.   

10.4  Respecto  del  derecho a la asistencia  humanitaria  en caso de homicidio u otros atentados o agresiones contra la vida,  la  integridad  física,  la  seguridad  o  la  libertad personales cometidos   por   móviles  ideológicos  o  políticos  dispuesta  en  el  artículo  49 de la Ley 418 de 199727, esta Corte  ha  señalado  que, a diferencia de las circunstancias descritas en el artículo  15,  aquellos  no constituyen hechos notorios, a efectos de la certificación, y  por  ende “es claro que en un homicidio selectivo, en  el  que,  por  la  naturaleza de los hechos, no hay[a] lugar a hacer un censo de  damnificados,  no  cabe  expedir  una  certificación  que t[enga] como base ese  censo”28.   

10.5  ¿Qué  hacer entonces para certificar  que  una  persona  es  víctima  de  la  violencia  en caso de homicidio u otros  atentados  o agresiones contra la vida, la integridad física, la seguridad o la  libertad  personales  cometidos  por  móviles  ideológicos  o  políticos?  Al  respecto  la  Corte  trae  similares consideraciones a las aducidas a propósito  del   artículo   18   de   la   Ley  418  de  199729,  esto  es,  que la forma de  acreditar  la  condición  de víctima de la violencia política no puede ser la  que  resulte de la culminación del proceso penal, como única manera de obtener  la  certeza  sobre  los  autores  y  los  móviles  de  esos  hechos, por cuanto  “la ayuda humanitaria establecida en el artículo 49  de  la  ley, es una ayuda de emergencia, prevista con el propósito de mitigar o  impedir  la  agravación o la extensión de las consecuencias que han afectado a  las  víctimas de la violencia, y por consiguiente, debe producirse en un tiempo  breve,  pese  a  que  no  puedan,  en  principio,  establecerse  con certeza las  circunstancias          del         hecho”30.   

10.6  De  este modo, si bien las autoridades  locales  no  deben  elaborar un censo de damnificados y no pueden certificar los  móviles  que  guiaron  la afectación a los derechos a la vida, a la integridad  física  o  a  la  libertad,  sí  pueden, cuando así se les requiera por parte  interesada,  hacer,  cuando  a  su juicio a ello haya lugar, una descripción de  los  hechos  acerca  de  los  cuales  han  tenido  noticia  a  través de medios  fidedignos  y  de  las  circunstancias  conexas, a partir de los cuales se pueda  establecer  si  los  mismos  encajan  o  no  en  el  ámbito  de  la  Ley 418 de  199731,  esto  es,  que  “cuando  existan elementos objetivos que permitan pensar que la víctima lo  fue  a causa del conflicto armado interno debe remitir el informe en ese sentido  y  en  caso  contrario  debe  exponer suficientemente las razones por las cuales  considera   que  no  es  posible  llegar  a  esa  conclusión  a  partir  de  la  información  disponible.   La  decisión, en uno o en otro sentido, habrá  de  ser,  en  todo  caso,  valorada  por la Agencia Presidencial para la Acción  Social,  a  quien  corresponde  dar  una  respuesta  de  fondo  y  definitiva al  peticionario”32.   

Así,          “la  mera  negativa  de las autoridades  locales  a  expedir  el  certificado  solicitado  por  la actora, a partir de la  imposibilidad  jurídica  de hacerlo, pero sin ahondar en las circunstancias del  problema  que  les  fue  presentado,  también  es  violatoria  del  derecho  de  petición”33.   

11.    Carga  probatoria.  Si  bien  es un principio procesal que al  demandante  le incumbe el deber de probar los hechos en que funda su acción, en  razón  a  que  “no  es posible dentro del marco del  principio  de  igualdad  que  dirige  un  proceso,  dar  validez  sin más a las  afirmaciones  de  una  parte  y  no de la otra, cuando ambas se gobiernan por la  presunción        de        buena       fe”34,     esta    Corporación  “ha  determinado que la regla general de que a quien  alega  le  corresponde  probar,  debe  ser  apaciguada  en sede de tutela, y ser  interpretada  en  el  sentido  de  que  la  parte  afectada  pruebe lo que alega  ‘en  la medida en que ello  sea      posible’35,  pues  se  ha  de  tener en  consideración  la  especial  situación de debilidad o subordinación en que se  encuentre  el  accionante  para  acceder a la prueba36”.   

11.1  Con  base en lo expuesto, exigir a los  accionantes  la  prueba  de la condición de personas víctimas de la violencia,  esto  es,  de  los  móviles  ideológicos  o  políticos  que  determinaron  la  vulneración  de  sus derechos fundamentales, constituye una barrera de acceso a  la   asistencia   humanitaria,   pues   establece  un  requisito  irrazonable  y  desproporcionado37,   en  razón  a  que  ello  supondría  la  subordinación  de  la víctima al proceso de investigación que  debe  el  Estado  adelantar  contra el victimario a efectos de establecer si los  móviles  que  incitaron  su actuar tenían un contenido ideológico o político  en  el  marco  del  conflicto  armado  interno,  lo que desconoce los principios  internacionales  de  protección  de  derechos  humanos que establecen que se es  víctima  con independencia de que se identifique, aprehenda, enjuicie o condene  al victimario.   

Así, “…Acción  Social  en  cumplimiento  de las obligaciones propias del Estado como garante de  la  efectividad  de  los  derechos,  debe suministrar la asistencia humanitaria,  independientemente   de   los   resultados  en  las  investigaciones  judiciales  pertinentes                 (…)”38.   

11.2 Empero, lo anterior no quiere decir que  la  mera  afirmación baste para que en sede de tutela se ampare el derecho a la  asistencia  humanitaria  de  las  personas  víctimas  de la violencia política  cuando  ésta  ha sido negada por la Agencia Presidencial para la Acción Social  y  la  Cooperación  Internacional  -Acción  Social- en razón a la ausencia de  certeza en torno a esta calidad.   

De  este  modo,  a efecto de ser amparado el  derecho  a  la  asistencia humanitaria de las personas víctimas de la violencia  política,  es  necesario  algún  principio  de  prueba  que  ofrezca  al  juez  constitucional  la  presunción  de  que  el  hecho  ocurrió  en  el  marco del  conflicto   armado  interno.  Se  recuerda  que  la  estructura  lógica  de  la  presunción  consiste  en  determinar unos hechos conocidos que permitan llegar,  por vía de inferencia razonada, a los hechos desconocidos.   

11.3 Así, esta Corporación ha estudiado en  diversas  oportunidades  igual  supuesto  al   propuesto  en  esta  acción  constitucional  y  ha accedido al amparo del derecho a la asistencia humanitaria  en  eventos  en  los que obra certificado de lo ocurrido por parte del Personero  Municipal39,   mientras   que   en  otros  eventos40  ha  negado  el  amparo  en  razón  a  la  ausencia  de  elementos  probatorios  que sustenten la calidad de  víctima de la violencia política de los accionantes.   

12.  Con  base  en  lo  expuesto, esta Sala  considera que:   

12.1  La  entidad  accionada  vulneró  el  derecho  fundamental  a  la  asistencia  humanitaria  de  Alicia  María Navarro  Chamorro  (T-2.331.933),  al  no  otorgarle  validez a una certificación que la  gestora  del  amparo allegó como prueba del homicidio de su hijo, Frays Eduardo  Durán  Navarro,  emitida por el Secretario de Gobierno Municipal de Valledupar,  en  la  que  constaba  que “en el marco del conflicto  armado  que  vive el país, en la jurisdicción del municipio de Valledupar, los  grupos  armados  al  margen  de  la  ley han perpetrado toda clase de crímenes,  dejando  un  muerto  en esta oportunidad [refiriéndose  al  hijo de la accionante]”,  en  razón  a  que, según consideró, de allí no se derivaban los móviles que  impulsaron  el  homicidio  para  así enmarcarlo como causa del conflicto armado  interno.   

12.1.1  Al  respecto  y  como  se mencionó  anteriormente,  la  exigencia  de  certificación de los móviles constituye una  carga  desproporcionada  para las autoridades competentes que no están inmersas  en  la  investigación  penal de los autores de los delitos, y más aún para la  víctima  del  ilícito.  De  allí  que esta Corte haya considerado como prueba  válida  a  fin  de  satisfacer  el requisito legal para acceder a la asistencia  humanitaria  a  quienes  sufran perjuicios a causa de homicidios cometidos en el  marco   del   conflicto   armado   interno  (artículo  49  de  la  Ley  418  de  199741),  la  certificación  por parte de una autoridad competente, no de  los  móviles  que  inspiraron el homicidio, sino de unos hechos que con base en  elementos  objetivos  se  presumen acontecieron en el marco del conflicto armado  interno.  Dicho  certificado permite, entonces, llegar a lo desconocido a partir  de la técnica jurídica de la presunción.   

De  este  modo, la certificación del 14 de  diciembre   de  2003,  emitida  por  el  Secretario  de  Gobierno  Municipal  de  Valledupar  (fl.  16-17  cdno.  1ª  instancia)  constituye  prueba suficiente a  efectos de otorgar la asistencia humanitaria.   

12.1.2  Con  base en lo expuesto, esta Sala  confirmará  la  sentencia  proferida  el  12  de mayo de 2009 por la Sala Civil  Familia  Laboral  del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Valledupar, por  medio  de  la  cual  se  revocó  el  fallo emitido el 3 de marzo de 2009 por el  Juzgado  Primero  Laboral  del Circuito de Valledupar y en su lugar se concedió  el  amparo  del  derecho  a  la  asistencia humanitaria de Alicia María Navarro  Chamorro.   

12.2  Respecto  de  la  solicitud de amparo  presentada  por  Adriana  Bautista Mendoza Acosta (T-2.331.928) a fin de que sea  suministrada   la   atención  humanitaria  con  ocasión  al  homicidio  de  su  compañero  Fredys  Chacón  Tafur, se ha de señalar que a pesar de que no obra  certificación  por  parte  de las autoridades competentes de los hechos conexos  acerca  de este homicidio y que la Fiscalía aduce que no ha obtenido resultados  en  torno  a  la investigación de los autores del homicidio, es un hecho cierto  que,  según  información  aportada por la entidad accionada, el desplazamiento  forzado  del cual fue víctima la accionante y sus hijos ocurrió días después  del fallecimiento de su compañero.    

12.2.1 Así, esta Sala bajo el principio de  buena  fe  y  pro  homine que  gobierna  la  aplicación  de  las  normas  que  regulan  el  suministro  de  la  asistencia  humanitaria a las personas víctimas de la violencia política, así  como  en  ejercicio  del  principio  de libertad en la valoración de la prueba,  considera  que  el  hecho  de  que  el  desplazamiento  forzado de la accionante  hubiese  ocurrido  cuatro días después de la muerte de su compañero, que ella  esté  registrada  como jefe de hogar y que obran declaraciones extra proceso en  este  expediente de tutela, son elementos suficientes que permiten establecer el  indicio  para  concluir  que  existen elementos de juicio objetivos que permiten  presumir  que  la  muerte  de  Fredys  Chacón  Tafur aconteció en el marco del  conflicto armado interno.   

12.2.2  Con  base en lo expuesto, esta Sala  revocará  la  sentencia  proferida  el  18  de  marzo de 2009 por la Sala Civil  Familia  Laboral  del  Tribunal Superior del Distrito Judicial de Valledupar por  medio  de  la  cual  se  revocó el fallo emitido el 6 de febrero de 2009 por el  Juzgado  Primero  de  Familia  de Valledupar y, en su lugar, dejará en firme el  fallo  del a quo que concedió  el  amparo  del  derecho a la asistencia humanitaria de Adriana Bautista Mendoza  Acosta.   

13.  En  lo  que  atañe  al  derecho  de  reparación  de  las  gestoras  del  amparo  por ser víctimas de un delito como  consecuencia  del  conflicto  armado,  esta  Sala  se  abstendrá  de  hacer  un  pronunciamiento  respecto  a  tal  reclamo,  en razón a que, según informó la  entidad  accionada,  las  demandantes  no  han  radicado  ninguna  solicitud  de  reparación en el marco del Decreto 1290 de 2008.   

De  este  modo,  al  no  configurarse  una  negativa  o  una  omisión  en  la satisfacción de este derecho, esto es, al no  existir  fundamento  para  determinar  la  existencia  de  una vulneración a un  derecho  fundamental,  carece  de  objeto  un pronunciamiento en sede de tutela.   

14. Finalmente, resalta esta Sala que a pesar  de  que  en esta acción de tutela se solicitó también el amparo del derecho a  la  igualdad  y  al  debido  proceso,  en  el expediente no obran argumentos que  justificaran la transgresión alegada.   

IV. DECISIÓN  

En mérito de lo expuesto, la Sala Primera de  Revisión,  administrando  justicia  en  nombre  del  pueblo y por mandato de la  Constitución Política,   

RESUELVE  

Primero: CONFIRMAR  la  sentencia  proferida el 12 de mayo de 2009 por la Sala Civil Familia Laboral  del  Tribunal  Superior del Distrito Judicial de Valledupar por medio de la cual  se  revocó  el  fallo  emitido  el  3  de  marzo de 2009 por el Juzgado Primero  Laboral  del  Circuito  de  Valledupar  y  se concedió  el  amparo  del derecho a la asistencia humanitaria de  Alicia María Navarro Chamorro (T-2.331.933)   

Segundo: REVOCAR el  fallo  emitido  el  18  de  marzo  de 2009 por la Sala Civil Familia Laboral del  Tribunal  Superior  del  Distrito Judicial de Valledupar en la acción de tutela  presentada  por Adriana Bautista Mendoza Acosta (T-2.331.928) por medio del cual  se  resolvió  revocar  el fallo impugnado y negar el amparo solicitado; y en su  lugar  CONFIRMAR en cuanto a  la  protección  del  derecho  fundamental  a la asistencia humanitaria el fallo  proferido  el  6  de  febrero  de  2009  por  el  Juzgado  Primero de Familia de  Valledupar.   

Tercero:  DAR por  secretaría  cumplimiento  a lo dispuesto en el artículo 36 del Decreto 2591 de  1991.   

Notifíquese, comuníquese, publíquese en la  Gaceta de la Corte Constitucional y cúmplase.   

JUAN CARLOS HENAO PÉREZ  

Magistrado Ponente  

MARÍA VICTORIA CALLE CORREA  

Magistrada  

LUIS ERNESTO VARGAS SILVA  

Magistrado  

MARTHA     VICTORIA     SACHICA    DE  MONCALEANO   

Secretaria General  

    

1  T-188-07.   

2  T-572-08, T-1001-08, T-085-09.   

3  Principio  V  referente a las Víctimas de violaciones manifiestas de las normas  internacionales  de  derechos  humanos  y  de  violaciones  graves  del  derecho  internacional  humanitario  de  la  Resolución  60/147 aprobada por la Asamblea  General  de  las  Naciones  Unidas  adoptada el 16 de diciembre de 2007, y en la  Resolución  4034  del  29 de noviembre de 1985 por la cual se establecieron los  “Principios  fundamentales  de  justicia  para  las  víctimas     de     delitos    y    del    abuso    del    poder”.   

4  T-572-08.   

5  T-1001-08.   

6  El  artículo   2°   de   la   Constitución  Política  dispone  que  “son  fines esenciales del Estado servir a la comunidad, promover  la  prosperidad  general y garantizar la efectividad de los principios, derechos  y    deberes    consagrados    en    la    Constitución    (…)”.   

7  Artículo  16  y  49  de la Ley 418 de 1997, prorrogada por la Ley 548 de 1999 y  prorrogada y modificada por las Leyes 782 de 2002 y 1106 de 2006.   

8  Respecto  del  derecho  a la asistencia humanitaria de las personas víctimas de  la  violencia  la  Corte Constitucional ha tenido la oportunidad de pronunciarse  en     los     siguientes     eventos:    T-1094-04,    T-572-08,    T-922ª-08,  T-1001-08.   

9  Prorrogada  por  la  Ley 548 de 1999 y prorrogada y modificada por las Leyes 782  de 2002 y 1106 de 2006.   

10  C-255-03  en  la  cual  se  revisó  la  constitucionalidad  de  la  Ley  767 del 31 de julio de 2002 “Por  medio  de  la  cual  se  aprueba  el  Tratado  para  la  Asistencia  en  materia  Humanitaria  entre  La Soberana Orden de Malta y el Gobierno de la República de  Colombia”,  firmado en Roma el 30 de septiembre de 1999.   

11  T-1094-04, T-922A-08.   

12  T-572-08.   

13  T-1094-07.   

14      Artículos    42    a    77    de    la    Constitución  Política.   

15   Artículos  52,  350  y  366 de la Constitución Política.   

16  C-1199-08.   

17  T-572-08, C-1199-08.   

18  “ARTÍCULO  47.  La asistencia que la Nación o las  entidades  públicas  presten  a  las  víctimas  de actos que se susciten en el  marco  del  conflicto  armado  interno,  en  desarrollo  de  lo  dispuesto en el  presente  título  y de los programas de atención que al efecto se establezcan,  no  implica reconocimiento por parte de la Nación o de la respectiva entidad de  responsabilidad    alguna    por    los    perjuicios    causados    por   tales  actos”.    

“ARTÍCULO 8o. DERECHO A LA REPARACIÓN. El derecho de las  víctimas a la reparación comprende las acciones que  propendan  por  la restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción;  y las garantías de no repetición de las conductas.   

Restitución es la  realización  de  las  acciones  que  propendan  por regresar a la víctima a la  situación anterior a la comisión del delito.   

La           indemnización consiste en compensar los  perjuicios causados por el delito.   

La           rehabilitación consiste en realizar las  acciones  tendientes  a  la  recuperación  de  las víctimas que sufren traumas  físicos y sicológicos como consecuencia del delito.   

La  satisfacción  o  compensación  moral  consiste  en  realizar  las  acciones  tendientes  a  restablecer  la  dignidad  de la víctima y difundir la  verdad sobre lo sucedido.   

Las garantías de  no   repetición   comprenden,   entre   otras,   la  desmovilización  y  el  desmantelamiento  de los grupos armados al margen de la  ley.   

Se entiende por reparación simbólica toda  prestación  realizada a favor de las víctimas o de la comunidad en general que  tienda  a  asegurar la preservación de la memoria histórica, la no repetición  de  los  hechos victimizantes, la aceptación pública de los hechos, el perdón  público y el restablecimiento de la dignidad de las víctimas.   

 La reparación colectiva debe orientarse a  la  reconstrucción  sico-social  de las poblaciones afectadas por la violencia.  Este  mecanismo  se prevé de manera especial para las comunidades afectadas por  la    ocurrencia   de   hechos   de   violencia   sistemática…” (Resalta la Sala).   

20  C-1199-08..   

21Prorrogada  por  la  Ley  548 de 1999 y prorrogada y modificada por  las Leyes 782 de 2002 y 1106 de 2006.   

22  ARTÍCULO   15.   <Artículo  modificado  por  el  artículo  6 de la Ley 782 de 2002. El nuevo texto es el siguiente:> Para los  efectos  de  esta  ley,  se  entiende  por  víctimas de la violencia política,  aquellas  personas  de  la  población civil que sufran perjuicios en su vida, o  grave  deterioro  en  su  integridad  personal  o  en  sus bienes, por razón de  atentados  terroristas, combates, secuestros, ataques y masacres en el marco del  conflicto  armado  interno.  Son  víctimas los desplazados en los términos del  artículo 1o. de la Ley 387 de 1997.   

Así mismo, se entiende por víctima de la  violencia   política  toda  persona  menor  de  edad  que  tome  parte  en  las  hostilidades.   

23  T-417-06.   

24  Prorrogada  por  la  Ley 548 de 1999 y prorrogada y modificada por las Leyes 782  de 2002 y 1106 de 2006.   

25  T-417-06, T-1001-08.   

26  Esta   Corporación   en   sentencia   de  tutela  T-444-08  basándose  en  los  antecedentes  del  artículo 15 de la Ley 418 de 1997 y trayéndolos a colación  para   efectos   de   realizar  el  análisis  del  artículo  49  de  la  misma  normatividad,  señaló  que  “No  obstante,  en la  ponencia  para  primer debate [Gaceta del Congreso No.  497  de  2002] del proyecto de ley que culminó con la  expedición  de  la  Ley  782 de 2002 los ponentes consideraron más adecuada la  redacción  de  la norma que traía la Ley 418 de 1997  [Texto  inicial  de  la Ley 418 de 1997 : Artículo 15  “Para  los  efectos  de  esta  ley  se entiende por  víctimas,  aquellas personas de la población civil que sufren perjuicios en su  vida,  grave deterioro en su integridad personal y/o bienes, por razón de actos  que  se  susciten en el marco del conflicto armado interno, tales como atentados  terroristas,  combates,  ataques  y masacres entre otros. Parágrafo. En caso de  duda,  el  representante legal de la Red de Solidaridad Social de la Presidencia  de  la  República  determinará  si  son  o  no aplicables las medidas a que se  refiere  el  presente  título]  y manifestaron que no  resultaba  adecuada la remisión a los ‘motivos         ideológicos        o        políticos’,  asunto  de  competencia de la rama  judicial  y  no del ámbito de esta ley. Así las cosas, el legislador descartó  la     remisión     a     los     ‘motivos         ideológicos        o        políticos’ propuesta por el Gobierno, de manera  que  aunque  la referencia a esos móviles no se modificó en el artículo 49 de  la  Ley  418 de 1997 prorrogado por las leyes 548 de 1999, 782 de 2002 y 1106 de  2006,  no  puede  negarse que la misma, por las razones que expuso en su momento  el  Congreso  de  la  República,  se constituye, como se dijo, en un obstáculo  para  que  las víctimas puedan acceder a los beneficios legales, que finalmente  por  hacer  nugatoria  la  ayuda  humanitaria consagrada en la citada ley con la  vulneración  de  los  derechos fundamentales de las víctimas. Tal vulneración  proviene  de que ni se adopta una decisión sobre la demanda del ciudadano ni se  permite  que  ello  sea  posible  hasta  tanto  no  exista un fallo judicial que  determine  los motivos de la muerte, y del desconocimiento de lo dispuesto en el  artículo  18  de  la  Ley  418  de  1997  modificado  por  la Ley 782 de 2002 y  prorrogado  por  la  Ley  1106  de  2006 que impone a Acción Social la carga de  desvirtuar  que  alguna  de  las  personas  certificadas  no tenga la calidad de  víctima,  por lo anterior la referencia a los motivos ideológicos y políticos  contenida  en el artículo 49 de la Ley 418 de 1997 prorrogado por las leyes 548  de  1999,  782  de  2002  y  1106  de  2006  ha  de  entenderse  contraria  a la  Constitución  y debe ser inaplicada como se ordenará en la parte resolutiva de  esta providencia”.   

27  Prorrogada  por  la  Ley 548 de 1999 y prorrogada y modificada por las Leyes 782  de 2002 y 1106 de 2006.   

28  T-417-06.   

29  Prorrogada  por  la  Ley  548  de 1999 y prorrogada y  modificada por las Leyes 782 de 2002 y 1106 de 2006.   

30  Ibídem.   

31  Ibídem.   

32  T-444-08.   

33  T-417-06.   

34  T-600-09.   

35  T-835-00, T-741-04, T-601-05.   

36  T-722-03, T-741-04.   

37  T-628-07, T-444-08.   

38T-067-08.   

39  T-1094-07, T-572-08, T-1001-08   

41Prorrogada  por  la  Ley  548 de 1999 y prorrogada y modificada por  las Leyes 782 de 2002 y 1106 de 2006.     

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