C-313-09

    Sentencia C-313-09  

(Mayo 5; Bogotá DC)  

Referencia:  Expediente D-7424.   

Actor:  Raymundo  Marenco Boekhoudt.   

Demanda de inconstitucionalidad: contra  el  artículo 19 (parcial)  de la Ley 617 de 2000., por  vulneración  de  los  artículos  4º,  13,  150  numerales 1º y 4º, 155, 300  numeral 6º, 326, 374 y 375 de la Constitución Política.   

Magistrado  Ponente:  Mauricio       González       Cuervo.   

I. ANTECEDENTES.  

1. Norma demandada.  

En  ejercicio  de  la  acción  pública  de  inconstitucionalidad,   el   ciudadano   Raymundo   Marenco  Boekhoudt  demandó  las   expresiones   “y  distritos,”    “o    distrito”,   “o         distritos,         “distritos”        y       “distrito”  del artículo 19 de la Ley 617 de 2000 –  que  modificó  el  artículo  20  de  la  Ley  136  de  1994 -, cuyo texto dice  (subrayados los apartes demandados):    

“LEY    617    DE  20001   

(Octubre 6)  

Por  la cual se reforma parcialmente la Ley  136   de   1994,  el  Decreto  Extraordinario  1222  de  1986, se adiciona la Ley Orgánica de Presupuesto, el Decreto  1421  de  1993,  se  dictan  otras  normas  tendientes  a fortalecer la  descentralización,  y  se  dictan  normas  para  la  racionalización del gasto  público nacional.   

EL   CONGRESO   DE  COLOMBIA   

DECRETA:  

[…]  

ARTÍCULO   19.  VIABILIDAD  FINANCIERA  DE  LOS  MUNICIPIOS  Y DISTRITOS. El artículo 20  de  la  Ley  136  de  1994  quedará  así:  Artículo  20.    Viabilidad   financiera   de   los   municipios   y  distritos.  Incumplidos  los límites  establecidos       en       los      artículos      6o.               y              10  de  la  presente  ley,  el  municipio o  distrito respectivo adelantará, durante una vigencia  fiscal,  un  programa  de  saneamiento tendiente a obtener, a la mayor brevedad,  los  porcentajes  autorizados.  Dicho programa deberá definir metas precisas de  desempeño,  pudiendo  contemplar la contratación a que se refiere el artículo  anterior  o  el esquema de asociación de municipios o  distritos  de  que  tratan  los  artículos 148    y   siguientes   de  la  Ley  136  de  1994,  entre  otros  instrumentos.   

Si  al término del programa de saneamiento  el  municipio  o distrito no  ha  logrado cumplir con los límites establecidos en la presente ley, la Oficina  de  Planeación  Departamental  o  el  organismo que haga sus veces, someterá a  consideración  del  Gobernador  y de la Asamblea un informe sobre la situación  financiera   del   municipio  o  distrito,  a  fin de que esta última, ordene la adopción de un nuevo plan  de  ajuste  que  contemple,  entre otros instrumentos, la contratación a que se  refiere   el   artículo   anterior   y  la  asociación  con  otros  municipios  o   distritos   para  la  prestación  de  los  servicios  a  su  cargo,  la  ejecución  de  obras  o  el  cumplimiento de sus funciones administrativas.   

Transcurrido  el  término  que  señale la  asamblea  departamental  para  la  realización  del  plan de ajuste, el cual no  podrá  superar  las  dos  vigencias  fiscales  consecutivas,  y  siempre que el  municipio  o  distrito  no  haya  logrado alcanzar los límites de gasto establecidos en la presente ley, la  asamblea  departamental,  a  iniciativa  del Gobernador, determinará la fusión  del   respectivo   municipio  o  distrito.   

Al   decidir  la  fusión  la  respectiva  ordenanza       expresará       claramente       a       qué      distrito,   municipio   o   municipios  limítrofes  se  agrega el territorio de la entidad que se fusiona, así como la  distribución  de  los  activos,  pasivos  y  contingencias de dichos municipios  o  distritos,  teniendo en  cuenta,  entre otros aspectos, la forma en que se distribuye a la población, la  ubicación   y  destinación  de  los  activos  y  el  origen  de  los  pasivos.   

En el caso en que se decrete la fusión del  municipio  o  distrito, los  recursos  de  la  participación  municipal  en  los  ingresos  corrientes de la  Nación   pendientes   por   girar,   deberán  ser  asignados  al  distrito,  municipio  o municipios a los  cuales  se agrega el territorio, en proporción a la población que absorbe cada  uno.   

Las  oficinas  de Planeación departamental  presentarán  a  consideración  de  la  respectiva  asamblea  el primer día de  sesiones  ordinarias,  un  informe que cobije a la totalidad de los distritos  y municipios del departamento  y  a  partir  del cual se evalúe la pertinencia de adoptar las medidas a que se  refiere el presente artículo.”   

2. La Demanda.  

2.1. Vulneración de los artículos 374, 375 y  155   de   la   Constitución:   los   distritos  han  sido  creados  por  norma  constitucional,  trátese  de  expresiones  de  la  voluntad  del  constituyente  primario  –  Bogotá,  Cartagena  y  Santa  Marta definidos como distritos en la  propia  Constitución – o del constituyente derivado – que erigió como distrito  a  Barranquilla mediante acto legislativo -; así, al entregarse a las Asambleas  Departamentales  la  potestad  de  determinar si un Distrito pierde tal calidad,  por  la  vía  de su fusión con otra entidad territorial, modifica  normas  constitucionales  que solo pueden ser reformadas por procedimientos previstos en  los  artículos 374, 375 y 155 de la Carta. Por eso la disposición demandada es  inconstitucional.   

2.2. Vulneración del artículo 150, numerales  1,  4  y  5  de  la  Constitución:  (i)  se  le  está entregando a una entidad  administrativa  la  facultad  de  reformar,  interpretar  y  derogar  las leyes,  sustrayendo  competencias  exclusivas  del  Congreso  de  la República, lo cual  resulta   inconstitucional.   Además,   (ii)   al  autorizar  a  las  Asambleas  Departamentales  para  fijar  las bases y condiciones  para   realizar   la   fusión   de  estas  entidades  territoriales,  la norma demandada viola estas disposiciones constitucionales ya  que le corresponde a la ley establecerlas y no a la ordenanza.   

2.3. Vulneración del artículo 300 numeral 6  de  la  Constitución:  dichos  estamentos administrativos tienen la facultad de  crear  y  suprimir  municipios,  segregar  y  agregar  territorios  municipales,  con  sujeción  a  los requisitos que señale la Ley,  según  la Constitución; pero en ningún momento esta norma superior se refiere  a   la  posibilidad  de  afectar  la  existencia  de  los  distritos,  esto  es,  carecen    de   “(…)  competencia   constitucional   para   afectar   el  territorio  de  un  distrito  especial”.   

2.4.  Vulneración  del  artículo  13  de la  Constitución:  lo  dispuesto  en  la  norma  acusada  produce como “efecto  colateral” la violación del  principio  de  igualdad  contemplado  en el Artículo 13 de la Constitución, ya  que  la jurisprudencia constitucional (sentencias C-503 de 1993 y C-538 de 2005)  ha  entendido  que  el  régimen  jurídico  aplicable  a  todos  los  distritos  existentes  debe ser igual al que regula a la ciudad de Bogotá. Siendo así las  cosas,  el  Artículo  326  de  la  Constitución,  que regula la agregación de  municipios  al  Distrito  Capital,  y  que  prevé  un  procedimiento para dicha  incorporación2  también estaría siendo vulnerado por la disposición acusada, en  la  medida  de que dicha norma dispondría para todos los distritos del país un  procedimiento  alterno  para  la fusión – o incorporación – de municipios a un  determinado  distrito,  desconociendo  un procedimiento de rango constitucional,  al  permitir que la Asamblea Departamental imponga su decisión de fusión sobre  la  voluntad  de  los residentes del determinado municipio al igual que sobre la  competencia  del  Concejo  Distrital,  requisitos sine  qua  non  para  determinar  la  incorporación  de  un  municipio   circunvecino   al  respectivo  Distrito3.   

2.5. Finalmente, el artículo 59 de la Ley 617  autoriza  el reconocimiento de honorarios para los Ediles de las Localidades del  Distrito  Especial  de  Bogotá,  mientras  que  el  artículo  23  ídem    los  prohíbe para los Ediles de los municipios existentes.  Haciendo  extensivo  el  argumento  en  torno a la vulneración del principio de  igualdad,  dado  que las normas atinentes al Distrito Capital deben extenderse a  los   demás   distritos,   los  ediles  de  estos  deberían  ser  remunerados,  considerando  que  en  la  actualidad,  “servidores  públicos   ubicados  jurídicamente  en  igual  rango  jerárquico  dentro  del  ejercicio  de iguales funciones y facultades con las mismas responsabilidades en  idénticas   entidades  territoriales  especiales  en  calidad  de  ediles,  son  colocados  en  estatus  institucionales distintos cuando a unos se les otorga un  derecho  privilegiado  a  obtener  una  remuneración  producto del ejercicio de  tales  funciones  y  facultades y a otros, bajo las mismas prerrogativas, se les  niega  y  cercena  el  acceso  a  obtener  ese mismo derecho por idéntica labor  desempeñada”4.   

3.  Intervenciones.  

3.1.  Intervención  del Ministerio del   Interior y de Justicia   

3.1.1. Los cargos contra el artículo 19 de la  Ley  617  de 2000 son infundados, pues éste encuentra  soporte  en el  artículo  300  – numeral 6º – de la Constitución Política, modificado por el  artículo   2º  del   Acto  Legislativo  No.  1  de  1996,  posteriormente  modificado  por  el  artículo  4º  del Acto Legislativo No. 1 de 2007, el cual  dispuso:   

“Corresponde a las Asambleas, por medio de  Ordenanzas:   

[…]  

6.-  Con  sujeción  a  los  requisitos que  señale   la   ley,   crear  y  suprimir  municipios,  segregar  y  agregar   territorios   municipales   y  organizar               provincias.”5   

3.1.2.   Si   un   distrito   “no  alcanza  con  los  límites  de  gasto  establecidos  por la  mencionada  ley,  podrá  la Asamblea Departamental a iniciativa del Gobernador,  anexar  un  municipio  al territorio del Distrito, sin que ello, implique que la  naturaleza  misma  del  Distrito  sufra detrimento en su territorio y que afecte  sus      prerrogativas      constitucionales”6.   

3.1.3. Dentro de la libertad de configuración  que  le  es  propia,  el  Congreso  expidió  la  Ley  617, en desarrollo de una  política   macroeconómica   estatal,    para   exigir   a  las  entidades  territoriales  sujetarse  a un plan de ajuste para conjurar la crisis económica  de   modo   que   se   asegurara  la  viabilidad  financiera  de  las  entidades  territoriales.   

3.1.4. En cuanto al tema de la igualdad, lejos  de  violar  el  artículo  13  Superior,  el régimen jurídico especial para el  Distrito   de  Bogotá   constituye  cabal  desarrollo  del  artículo  322  Constitucional  que  otorgó especial atribución al legislador para organizarlo  en  los  aspectos  administrativo,  fiscal  y político,  como en efecto se  hizo  al expedir el Decreto Ley 1421 de 1993 y lo reitera la Ley 617 de 2000, al  prever  la  incorporación  de  municipios  a  los  distritos  para  asegurar la  viabilidad  financiera de las entidades territoriales.   

En  el mismo sentido, el Congreso expidió la  Ley   768   de   2002   “Por  la  cual   se   adopta  el  régimen  político,  administrativo   y   fiscal   de   los   Distritos  Portuario  e  Industrial  de  Barranquilla,  Turístico  y  Cultural  de  Cartagena  de  Indias  y Turístico,  Cultural  e  Histórico de Santa Marta,” a cuyo tenor  a   estos  distritos  les  son  aplicables  la  Constitución  Política  y  las  disposiciones  de  carácter especial, que prevalecen sobre las disposiciones de  carácter  ordinario  de  los  municipios,  de  tal  manera  que cada uno de los  distritos  está  regulado  por un régimen propio que consulta su especificidad  como entidad territorial.   

3.2. Intervención del Ministerio de Hacienda  y Crédito Público.   

3.2.1. En el presente caso hay ineptitud de la  demanda,  al no establecerse en los cargos en contra del artículo demandado las  razones  por  las  cuales  se  estiman  violadas las normas constitucionales. El  demandante  solo  encaminó  su argumentación a atacar los incisos 3, 4 y 5 del  artículo  acusado,  por  lo  que  instó a la Corte Constitucional a declararse  inhibida para fallar sobre los demás incisos del artículo.   

3.2.2. El accionante se refirió en su demanda  solo  a  una  de las situaciones contempladas en la norma, como es que se ordene  la   fusión   de  un  distrito  a  un  municipio,  desapareciendo  el  primero,  permaneciendo  sin  objeción  el resto de las situaciones, como aquellas en las  cuales  el  municipio  se anexe al distrito, caso que en manera alguna violaría  la  Constitución. Señaló además que el procedimiento que se debe agotar para  que    se    lleve   a   cabo   la   eventual   fusión   es   lo   “suficientemente  amplio,  garantista  y  racional [… de manera  que  …]  la  lógica  de la norma es que sólo debe proceder la fusión cuando  los  recursos  y herramientas jurídicas y financieras para sanear fiscalmente a  un   municipio   o  distrito  se  hayan  agotado”7.   

3.2.3. La norma, en concreto, es fundamental,  pues  regula  lo atinente a la viabilidad fiscal de las entidades territoriales,  previniendo  situaciones  en  las cuales el municipio o distrito no sea capaz de  sostener  su  gasto y con ello afecte el bienestar de su población o desatienda  las  necesidades  básicas  de  su  población,  garantizando  de  esta forma la  realización del concepto de Estado Social de Derecho.   

3.2.4.  La norma en ningún momento contempla  para  las  Asambleas  Departamentales  la  facultad  de  eliminar una entidad de  creación  constitucional  puesto  que  lo  único  que  hizo  el Congreso de la  República  al  promulgar  la  ley  fue ejercer sus facultades constitucionales,  contenidas  en  el  artículo  150  num. 4 de la Constitución, que contempla la  eliminación  y  fusión de entidades territoriales, dentro de las cuales, deben  entenderse   incluidos  los  distritos.  Así,  “es  perfectamente  ajustado a la Constitución que el Congreso de la República haya  definido  las  bases  y  condiciones  para  que  no  sólo  los municipios, sino  también  los  distritos,  puedan  fusionarse  en  caso  de  no  ser fiscalmente  viables”8.  De  tal  manera  que la norma demandada es solo la expresión del  deber  constitucional del legislador, así como de las previsiones contenidas en  el  artículo  300  numeral 6  y 12, que se “le  ha  conferido  la  función  a  las  Asambleas  Departamentales,  acorde  con la  Constitución  Política,  de  fusionar  municipios  y distritos [en éste caso]  cuando    se    ha    demostrado    que    los   mismos   no   son   fiscalmente  viables”9.   

3.2.5. En cuanto al tema de la igualdad de los  distritos    especiales    con    el    Distrito    Capital   que   “el  actor  formula algunas consideraciones que se sustraen de un  juicio  de  constitucionalidad  […]  Así, el actor no hace ninguna acusación  concreta  de  norma  legal  alguna,  y solo hace una referencia tangencial a una  posible  violación  del  artículo  23  de  la  Ley 617 de 2000 al artículo 13  Constitucional,  la cual ya fue tratada por la Honorable Corte Constitucional en  sentencia  C-313  de 2002 M.P. Manuel José Cepeda, en la que declaró exequible  dicho artículo”.   

Finalmente, la Corte debe declararse inhibida  para  fallar de fondo; y en caso de hacerlo, declarar exequibles las expresiones  demandadas.   

4.  Concepto Del Procurador General de la  Nación10.   

4.1.  La Corte debe inhibirse de fallar   porque  las   razones  de  las violaciones constitucionales aducidas contra  los  incisos  3°,  4°  y  5°  del  artículo  19 de la Ley 617 de 2000 no son  claras,  ciertas, específicas, pertinentes ni suficientes. El escrito carece de  un  hilo  conductor  que  dé cuenta, al menos sumariamente, de la existencia de  una  oposición  objetiva  y verificable entre los apartes normativos acusados y  la  Constitución  Política; se limita a realizar una serie de afirmaciones que  son,  por  una  parte,  vagas  e indeterminadas puesto que se refieren, en forma  aislada  y  precaria,  al  régimen  de  reforma  constitucional existente en el  país,  lo  mismo  que  al régimen superior de las Asambleas Departamentales, y  por  otra  parte, imprecisas e inciertas, ya que se fundamentan en proposiciones  constitucionales  inexistentes,  inducidas  por  el  actor  de sus apreciaciones  individuales  sobre  los  efectos  de  los  artículos  Superiores que considera  transgredidos.   

4.2.  Si bien la demanda se dirige contra las  expresiones  “distrito(s)”,  contenidas  a  lo  largo de todo el texto de la  norma  acusada,  la  argumentación del peticionario se refiere exclusivamente a  la  posibilidad  de  establecer, mediante ordenanza departamental, la fusión de  una  de  tales entidades territoriales especiales, hipótesis que es contemplada  y  regulada  sólo  en  los  incisos  4°,  5° y 6° de aquella, no así en los  incisos  1°,  2°, y 3°, también impugnados. En efecto, el contenido integral  del  artículo bajo análisis se refiere a las medidas que se deben adoptar para  asegurar  la  viabilidad  financiera  de  los  municipios y distritos del país,  dentro  de  las  cuales  se  consagra,  como  opción  límite,  su  fusión por  determinación  de  la  Asamblea  departamental,  a  iniciativa  del  Gobernador  respectivo.  Sin  embargo,  previo  a  la configuración de tal eventualidad, es  menester  agotar  un  procedimiento  administrativo  previsto  en la misma norma  (incisos  1°,  2°  y  3°),  cuya  inexequibilidad  no fue sustentada, en modo  alguno, en la presente acción.   

4.3. Las razones de inexequibilidad esgrimidas  por  violación  del  artículo  13  Superior  no guardan relación de conexidad  intrínseca  con  el  artículo  19  de  la  Ley  617 de 2000. Las disposiciones  especiales  de  la  Ley en comento que rigen para el Distrito Capital de Bogotá  están   consagradas   en   su   capítulo   VI,  y  para  poder  realizarse  un  pronunciamiento  sobre  con su constitucionalidad, es necesario que se configure  una  de  las siguientes hipótesis: i) que tales normas hubiesen sido demandadas  expresamente  y  en  sí  mismas, o, ii) que estuviesen presentes los requisitos  para  establecer  una  unidad  normativa en relación con ellas. Sin embargo, es  claro  que  lo  primero  no sucedió, puesto que la demanda se dirigió desde un  principio  contra  el  artículo  19 (parcial) de la Ley 617 de 2000 y no contra  ninguno  de  sus  artículos  52  al 60 que hacen parte de su capítulo VI; y lo  segundo  tampoco  se  verifica  por  cuanto para que sea procedente efectuar una  unidad  normativa,  es  necesario que se presenten ciertas condiciones, no dadas  en este caso, que se explicaron en la sentencia C-539/99.   

II. CONSIDERACIONES.  

1. Competencia.     

La    Corte    Constitucional  es  competente para decidir la acción de inconstitucionalidad de  la  referencia por tratarse de una norma contenida en  una   ley   de  la  República,  según  lo   dispuesto   en   el   artículo   241.4   de  la  Constitución  Política.   

2. Consideraciones previas.   

2.1.   Procedibilidad   de   la   acción  pública.   

2.1.1.  El Procurador General de la Nación y  el   Ministerio   de  Hacienda  y  Crédito  Público  afirman  que  los  cargos  presentados   por  el  ciudadano  en  contra  de  las  expresiones      “y      distritos,”     “o  distrito”,     “o  distritos”      y  “distrito” del artículo  19  de  la Ley 617 de 2000, que modificó el artículo 20 de la Ley 136 de 1994,  son  impertinentes  e  infundados,  y  solicitan  por tal razón que la Corte se  declare inhibida para conocer de esta demanda.   

2.1.2. La jurisprudencia de esta Corporación,  ha  expresado  que  los  cargos que formule un ciudadano contra una disposición  jurídica  concreta,  deben  ser  claros,  ciertos,  específicos, pertinentes y  suficientes11.  Con  todo,  ha  recordado  esta  Corporación  que las exigencias  anteriores    se    encuentran   sopesadas   por   el   principio   pro    actione,    que   promueve   una  interpretación  procesal  en  favor  de los ciudadanos, con el propósito de no  imponer   exigencias   excesivamente  rígidas  a  los  demandantes,  que  hagan  nugatorios    sus    derechos   políticos   relacionados   con   esta   acción  constitucional.  Por  lo  tanto,  una  argumentación  básica que autorice a la  Corte  hacer  un  cotejo  entre  el  contenido  de  la  ley  y  el  texto  de la  Constitución,  como  elementos  de  juicio  susceptibles  de  discusión en los  términos  anteriormente  enunciados, permite a la Corte realizar, en principio,  un    pronunciamiento   de   fondo   respecto   de   la   constitucionalidad   o  inconstitucionalidad  de las normas que se acusan.   

2.1.3.  En  el  caso  que ocupa a la Sala, el  actor  presenta  un  cargo  relativo al otorgamiento de facultades por parte del  Congreso  de  la  República  a  las  Asambleas Departamentales, para decidir la  fusión  de  distritos,  lo  que  sobrepasa  las  atribuciones  constitucionales  propias   de   las   corporaciones  populares  departamentales  y  desconoce  la  competencia  reservada  al  legislativo  en  la materia. El cargo es claro, vale  decir,  comprensible,  ya  que  sigue  un hilo argumental que busca demostrar al  juzgador  las razones de la inconstitucionalidad de la norma, aduciendo la falta  de  competencia de las Asambleas Departamentales para la supresión o la fusión  de  distritos.  Igualmente,  el  cargo  es  cierto  puesto  que  recae  sobre el  contenido   específico   de   la  disposición  acusada,  al  enfocarse  en  la  competencia  atribuida  por  el  legislador a las Asambleas Departamentales para  determinar   la  fusión  de  los   distritos.  También,  es  específico,  pertinente  y  suficiente, pues realiza un análisis de contraste entre la norma  demandada  y  la Constitución,  recabando en la oposición de las mismas y  brindando   con  ello  base  suficiente  para  proceder  a  realizar  el  juicio  constitucional.  Así, la demanda en este aspecto es comprensible, se refiere al  contenido  de  las  normas  acusadas, expresa por qué se consideran ajenas a la  Carta,  y se funda en la comparación del contenido de la norma Superior con los  preceptos  demandados,  justificando  el  examen  de  fondo  por  parte  de esta  Corporación. Por ello, no procede un fallo inhibitorio.   

2.1.4. En relación con los cargos restantes,  es  diferente.  (i)  En  modo  alguno  puede  estructurarse,  a  partir  de  las  disposiciones  demandadas,  una vulneración de los artículos 374, 375 y 155 de  la  Constitución  Política,  ya  que  las  disposiciones acusadas no pretenden  modificar  los procedimientos y competencias de reforma de la Carta Fundamental;  la  oposición  entre  una  norma legal y otra constitucional no debe entenderse  genéricamente  como  una tentativa de la primera por reformar irregularmente la  segunda,  sino  como  la  transgresión del principio consagrado en el artículo  4º    constitucional    según    la   cual   la   Constitución   “es  norma  de  normas”. (ii) De otra  parte,  el  artículo  19  de  la  Ley  617,  parcialmente  demandado,  no está  asignando  a  las  asambleas  departamentales  la  tarea de fijar las “bases y  condiciones”  para  fusionar  entidades  territoriales  con  vulneración  del  artículo  150.4  de  la Constitución Política, ya que dicha función la está  realizando,  precisamente,  la  Ley  617 en otras disposiciones que se ocupan de  los  criterios  y  parámetros  financieros  para la existencia de las entidades  territoriales;  tampoco aparecen fundamentos que permitan vislumbrar una posible  colisión  entre  la  norma demandada y los numerales 1 y 5 del artículo 150 de  la  Constitución  Política,  pues,  o  se  limita  a la mera afirmación de la  inexequibilidad  o  se  atiene  a  lo  que se decida en el cargo analizado en el  punto  anterior.  (iii)  Las impugnaciones a la norma demandada por vulneración  presunta  del  principio  de  igualdad, por el supuesto tratamiento diferenciado  que  se  les  da  a  los  distritos  especiales  frente  al Distrito Capital, no  estructuran  con claridad las razones del tratamiento diferencial derivado de la  aplicación  de  los apartes de la norma demandados, de manera que no es posible  derivar  que  de  la  aplicación  de  la  disposición  acusada  se  genere una  situación  de desigualdad entre los distritos especiales y el Distrito Capital;  además,  no se refiere al contenido de la disposición acusada, sino una red de  disposiciones,  apreciaciones  y circunstancias que no recaen precisamente sobre  el objeto de la demanda.   

2.1.5.    En    suma,    el   examen   de  constitucionalidad  se  centrará  en  la  posible  inconstitucionalidad  de las  atribuciones  otorgadas a las asambleas departamentales para decretar la fusión  de  distritos  –  por inviabilidad financiera de los mismos, en los términos de  la  ley  617  de  2000  -,  por vulneración de los artículos 150.4 y 300 de la  Constitución Política.   

2.2.  Inexistencia  de   Cosa  Juzgada  Constitucional frente a la Sentencia C-579/2001.   

2.2.1. Dado que el artículo 19 de la Ley 617  de  2000 ya había sido estudiado por esta Corporación en sentencia C-579/2001,  es  menester  proceder  a  su  examen  para  determinar  si  existe cosa juzgada  constitucional  frente  a  los cargos aquí analizados. La sentencia aludida fue  proferida  con ocasión de una demanda de inconstitucionalidad presentada contra  éste  y  otros artículos de la Ley 617 de 2000, por considerar los accionantes  que    “las   condiciones   para   la   creación,  subsistencia  y  supresión  de los entes territoriales forman parte del núcleo  reservado   a   la  ley  orgánica  de  ordenamiento  territorial”12,  vulnerándose,  de  esta manera, los artículos 1, 151 y 287 de la Constitución  Política.   

2.2.2.  En  aquella  oportunidad,  la  Corte  determinó   que,   de   acuerdo  con  el  análisis  constitucional  realizado,  “los  artículos  15,  16, 17 y 19 de la Ley 617 de  2000,  que determinan los requisitos para la creación y fusión de municipios,    se    ajustan    a   la  Constitución,  ya que el establecimiento de su régimen jurídico, a diferencia  de  la  región,  los  departamentos,  los  territorios  indígenas y las áreas  metropolitanas,  fue  deferido  al  legislador  ordinario.  Por  tal  razón, se  procederá   a  declarar  su  exequibilidad  por  el  cargo  estudiado  en  esta  providencia”13.   En  consonancia  con  lo  anterior, la Corte resolvió lo siguiente:   

[…]  

2.2.3. Nótese que el artículo 19 de la Ley  617  de 2000 fue declarado exequible “por los cargos  analizados  en  esta  providencia”,  los  cuales  no  guardan  relación  alguna  con  el  actual. Mientras la sentencia C-579/2001 se  ocupó   de  la  reserva  de  ley  orgánica  para  la  creación  de  entidades  territoriales,  en  el  presente  caso  se  analiza la facultad conferida por la  norma  a las Asambleas Departamentales para determinar la fusión de un distrito  a  partir  de  la  adopción  de  planes  de  ajuste  fiscal  por  parte  de los  mismos.   

2.3  Necesidad de la integración normativa.   

2.3.1.   La   unidad   normativa,   como  reiteradamente   lo   ha   señalado   esta   Corporación,  procede  cuando  la  proposición  jurídica acusada, si bien tiene un contenido propio, se encuentra  íntimamente  ligada  con  otros  contenidos jurídicos, resultando necesario el  análisis  de  éstos  para  examinar  la  constitucionalidad de la disposición  acusada.   

2.3.2. Teniendo en cuenta que en el presente  caso  el  demandante solamente acusó expresiones “y  distritos,”    “o    distrito”,   “o     distritos”    y    “distrito”,    la   Corte  integrará  la  unidad  normativa  de  las  partes  no  demandadas  del   artículo   19   de   la   Ley   617   de  2000,  en  la  medida  en  que  están  inescindiblemente  ligados  con el  problema  jurídico  y  su  resolución  final. En consecuencia, abordará en su  totalidad  el  artículo  19 de la Ley 617 de 2000, que  modificó  el  artículo  20  de  la  Ley 136 de 1994.   

3.       La       cuestión      de  constitucionalidad.   

3.1.  La Sala determinará, de acuerdo con lo  señalado  atrás  (2.1.5.  de   ‘Considerandos’),  si  el Art. 19 de la Ley 617 de 2000 viola las normas superiores  consagradas  en  los  artículos  150  numeral  4º  y  300  numeral  6º  de la  Constitución  Política,  por  facultar  a  las  Asambleas Departamentales para  ordenar  la  fusión de distritos entre sí o de municipios con distritos, dadas  determinadas   situaciones   que   la   ley   califica   como   de  inviabilidad  financiera.   

3.2. La Corte abordará los siguientes temas:  (i)  los  distritos  como  entidades territoriales específicas; (ii) la reserva  legal  para  la  creación,  eliminación, modificación o fusión de distritos;  (iii)   la   reserva   legal   para   el  establecimiento  de  las  “bases  y  condiciones para crear, eliminar, modificar o fusionar  entidades  territoriales”;  (iv)  competencia de las  asambleas  departamentales  para  “crear y suprimir  municipios,   segregar   y   agregar  territorios  municipales…”;  (v)  la  competencia  del  legislador para establecer condiciones  financieras  de  viabilidad  de  municipios y distritos. Finalmente, abocará el  caso concreto.   

4. Consideraciones generales.  

4.1.   Los   distritos   como   entidades  territoriales     específicas     dotadas     de    un    régimen    jurídico  especial.   

4.1.1.  No  obstante  tratarse, histórica y  sociológicamente,  de términos municipales, los distritos han sido erigidos en  la  Constitución  Política  como  entidades  territoriales  diferentes  de los  municipios  que  alguna  vez  fueron: “Son entidades  territoriales      los      departamentos,     los  distritos,   los   municipios   y   los  territorios  indígenas” (CP, art. 286, inc 1).   

4.1.2.  Existen  en  Colombia los siguientes  distritos  que,  como se mencionó anteriormente, fueron creados por la Asamblea  Nacional  Constituyente  de  1991  y  por  el Congreso de la República mediante  actos legislativos, a saber:   

Distrito             

Tipo     de  Distrito  

Bogotá             

– Reforma Constitucional de 1945:  Acto       Legislativo      1      de      194515.   

–  Decreto  3640  de  1954  (incorporación  de  municipios                  aledaños)16.   

–  Constitución  de  1991, Art. 322 –   327.             

Distrito Capital.  

Cartagena             

–   Acto   Legislativo   1   de   1987.   

–  Constitución  de 1991, Art. 328.             

Distrito     Turístico    y  Cultural.  

Santa Marta             

–     Acto     Legislativo     3     de     1989.   

–  Constitución  de 1991, Art. 328.             

Distrito  Turístico,  Cultural  e  histórico.  

Barranquilla             

– Acto Legislativo 1 de 1993.             

Distrito  Especial,  Industrial  y  Portuario.  

Buenaventura             

– Acto Legislativo 2 de 2007.             

Distrito Especial,  Industrial,  Portuario, Biodiverso y Ecoturístico.  

4.1.3. El fin de la norma constitucional, al  elevar  ciertos  municipios  a  la categoría de distritos, aparece expresado en  los  propios  actos de constitución o reconocimiento de los mismos: sustraerlos  del  régimen  municipal  ordinario  y dotarlos, en cambio, de un régimen legal  especial.  Al  respecto, en los actos constitucionales de creación de distritos  disponen   en   general   la  existencia  de  un  régimen  político  fiscal  y  administrativo  independiente;  en lo no dispuesto en  éste,  les  son  aplicables  las  disposiciones  del  régimen municipal ordinario de manera subsidiaria.   

4.1.4.  Esta  especificidad de los distritos  que  los sustrae del régimen ordinario de los municipios, se aprecia claramente  en  los  actos de creación de los distritos, antes y después de la vigencia de  la  Constitución de 1991. Desde que Bogotá se erigió como Distrito Especial a  través  del  Acto  Legislativo  1 de 1945, se dispuso que el régimen municipal  ordinario  no  lo  cobijaría,  posición  que fue reiterada más adelante en el  Decreto  3640  de  1954,  que  organizó  al  Distrito  Especial,  cuando  en su  artículo  primero  se  dispuso  que  “La ciudad de  Bogotá,  capital  de  la República, se organiza como un Distrito Especial, sin  sujeción  al  régimen  municipal  ordinario”.  Tal  posición  de  exclusión  del  régimen  ordinario  se  reproduce  en los actos  legislativos  1  de  1987  y  3 de 1989, que erigen como distritos a Cartagena y  Santa  Marta  respectivamente,  dotándolos  de  un  estatuto  especial sobre su  régimen  fiscal,  administrativo  y  su  fomento económico, social y cultural;  para  el  caso  de  Santa  Marta  se  contempla  la  exclusión  expresa  de  la  aplicación  de  las  normas  ordinarias  relativas  a  los  municipios. Una vez  dictada  la  Constitución  de 1991, se siguió en la línea de la independencia  de  los distritos frente al régimen municipal, determinando la existencia de un  régimen  especial,  concibiendo las normas generales que regulan los municipios  como  subsidiarias,  frente  a  las  especiales  dictadas  como  régimen de los  distritos17.  Igualmente,  los  dos  distritos  creados  con posterioridad a la  Constitución  de 1991 – Barranquilla y Buenaventura -contemplan en sus actos de  creación   que   su  régimen  político,  fiscal  y  administrativo  será  el  que determine la Constitución y las leyes especiales  que  para  el  efecto  se  dicten,  y  en  lo  no dispuesto en ellas, las normas  vigentes para los municipios.   

Finalmente,  respecto  de  los  Distritos  Especiales  de Barranquilla, Cartagena de Indias y Santa  Marta,  la  ley  768 de 2002 (régimen político, administrativo y fiscal de los  tales   distritos)   destaca   su   especificidad   indicando  que  “se  encuentran  sujetos a un régimen especial autorizado por la  propia  Carta  Política, en virtud del cual sus órganos y autoridades gozan de  facultades   especiales  diferentes  a  las  contempladas  dentro  del  régimen  ordinario   aplicable   a   los   demás   municipios  del  país”.  Y  en  cuanto  a  la  integración de su régimen jurídico y al  ámbito   de   aplicación   del   régimen  municipal  ordinario,  dispone  que  “las    disposiciones   de   carácter   especial  prevalecerán  sobre las de carácter general que integran el régimen ordinario  de  los  municipios  y/o  de  los  otros  entes  territoriales; pero en aquellos  eventos  no  regulados  por  las normas especiales o que no se hubieren remitido  expresamente  a  las  disposiciones  aplicables  a  alguno de los otros tipos de  entidades  territoriales  previstas  en  la  C.P.  y  la ley, ni a las que está  sujeto  el  Distrito Capital de Bogotá, estos se sujetarán a las disposiciones  previstas para los municipios”.   

4.1.5. En suma, el régimen jurídico de los  distritos  se  integra  con las disposiciones constitucionales correspondientes,  las  leyes  especiales  dictadas  para ellos, las normas especiales de remisión  expresa  y,  en  lo no regulado por éstas, con las normas legales que conforman  el régimen municipal ordinario.    

4.2.  Reserva  legal  para  la  creación,  eliminación, modificación o fusión de distritos.   

         

Artículo      150.     Corresponde   al   Congreso   hacer  las  leyes. Por medio de ellas ejerce las siguientes funciones:   

(….)  

4.  Definir  la  división  general  del  territorio  con arreglo a lo  previsto  en  esta  Constitución,  fijar  las  bases  y condiciones para crear,  eliminar,   modificar  o  fusionar  entidades  territoriales  y  establecer  sus  competencias.   

4.2.2. Por división general de territorio ha  de  entenderse  la  organización  física  e  institucional  de la República a  partir  de  sus  entidades territoriales, a saber, los departamentos, distritos,  municipios,    territorios    indígenas    y,    eventualmente,    regiones   y  provincias   (CP,  arts  285  y 286). Como lo dice la propia Constitución,  existen  otras  divisiones  del  territorio establecidas para el cumplimiento de  determinadas  funciones  y  servicios  a cargo del Poder Público, entre las que  sobresalen  las  propias  de  la  función  judicial, notarial, registral, entre  otras.  Mas el mapa que surge de la conjunción de entidades territoriales es la  división general del territorio.   

4.2.3.  La  facultad de definir la división  general  del  territorio  entraña  el  poder de determinar la existencia de las  entidades  territoriales que constitucionalmente lo conforman, esto es, el poder  de  creación,  eliminación,  modificación  y  fusión  de  las mismas. Lo que  constituye  una  cláusula  general de competencia del Legislador en tal sentido  respecto   de   departamentos,   distritos,   territorios  indígenas  –  y  del  otorgamiento  de  tal carácter a las regiones y provincias -, con excepción de  los   municipios,   cuya   creación,  supresión,  agregación  y  segregación  corresponde  a  las  asambleas  departamentales a través de ordenanzas (CP, art  300,   numeral   6).   Lo  que  no  obsta  para  que  el  propio  constituyente,  directamente,  haya  erigido antiguas intendencia o comisarias en departamentos,  o  municipios  en  distritos,  sin  que  ello afecte la vigencia de la cláusula  general de competencia radicada en el Legislador.   

4.2.4.  En suma, a diferencia del municipio,  la   existencia  de  la  entidad  territorial  distrital  y  sus  vicisitudes  –  creación,  modificación,  fusión,  eliminación  – depende del Congreso de la  República,  a través de la ley, de conformidad con el artículo 150, numeral 4  de   la   Carta,  a  menos  que  el  propio  poder  constituyente  se  ocupe  de  ello.   

4.3.  Reserva legal en el establecimiento de  las     “bases    y    condiciones”  de  creación,  eliminación, modificación o fusión de entidades  territoriales.   

4.3.1. La Constitución Política dispone que  corresponde  al  Congreso  de  la  República,  por  medio  de leyes, definir la  división  general  del  territorio  y  “fijar  las  bases  y  condiciones para  crear,  eliminar, modificar o fusionar entidades territoriales…”  (CP, art 150, numeral 4). Así, las competencias que determinan la  existencia,  modo  y fin de los entes territoriales han de sujetarse a leyes que  prestablecen de manera general las pautas de su ejercicio.   

4.3.2. La ley que prefigura las “bases       y       condiciones18”  para   “crear,   eliminar,  modificar  o  fusionar  entidades              territoriales”19,  es  una  ley orgánica. En  efecto,    consistiendo    las   normas   orgánicas   en   leyes   “a  las  cuales  estará  sujeto  el  ejercicio  de  la actividad  legislativa”20,   corresponde   a  la  ley  orgánica  de  ordenamiento territorial sentar los parámetros a los cuales debe  someterse  el  propio  Legislador  ordinario  al expedir las leyes de creación,  modificación,  fusión  y  eliminación de los entes territoriales. También en  esto  se  repite  la excepción municipal: dado que la Constitución revistió a  las  asambleas  departamentales del poder de decidir la existencia de municipios  a  través  de  ordenanzas, la norma legal precedente al acto de su creación no  tiene  que  ser  de  naturaleza  orgánica  ya  que  no  existe  en  estos casos  “actividad  legislativa”  que  sujetar,  por  lo  que  bien  puede  consistir  en una norma territorial de  carácter ordinario como el código de régimen municipal.   

4.3.3. La Corte Constitucional ha dicho sobre  la   creación   y   la   desaparición   de  las  entidades  territoriales  que  “en  relación  con los municipios, a diferencia de  la   región,   las  áreas  metropolitanas,  las  entidades  indígenas  y  los  departamentos,  la Constitución no defirió lo relativo a su creación a la ley  orgánica   sino   a  la  ley  ordinaria,  lo  que  significa  que,  a  juicio del constituyente, no es una  materia  cuya  regulación requiera las garantías institucionales que rodean el  procedimiento  de  expedición  de  esa  ley  especial [… de manera que p]uede  afirmarse  que,  por  regla  general,  corresponde  al  legislador  ordinario la  fijación   de  las  condiciones  para  crear,  fusionar  y  eliminar  entidades  territoriales”21.   

    

4.3.4.  En  suma,  el  acto  de  creación,  eliminación,  modificación  o  fusión de distritos, que debe consistir en una  ley,  se  encuentra  regido  por  otra norma legal, de naturaleza orgánica bajo  cuyos  parámetros  se  expide.  Corresponde  a  tal  norma legal establecer las  “bases y condiciones” de  existencia  de  los  distritos  y  de  otras  entidades territoriales. Sólo que  actualmente  no  existe  en el ordenamiento jurídico una normatividad orgánica  que      predetermine     tales     “bases     y  condiciones”,  vacío  normativo  que  se ha suplido  erigiendo  municipios  en  distritos  mediante acto constituyente o legislativo,  como    ocurría   al   amparo   de   la   Constitución   de   1886   con   sus  reformas22.   

4.4.   La  competencia  de  las  asambleas  departamentales  para  la  creación,  supresión, segregación y agregación de  territorios municipales.   

4.4.1. La Constitución Política atribuye a  las  asambleas  departamentales potestades relacionadas con la existencia de los  municipios. Así:   

Artículo  300.  Corresponde     a     las     Asambleas    Departamentales    por    medio    de  ordenanzas:   

(…)  

6.  Con  sujeción  a  los  requisitos  que  señale     la     ley,     crear    y    suprimir  municipios,   segregar  y  agregar   territorios   municipales,   y   organizar  provincias.   

4.4.2.  Esta atribución constitucional, que  debe  ejercerse  con  sujeción  a  la  ley,  no  puede  hacerse extensiva a las  entidades  territoriales distritales en razón a la reserva legal que pesa sobre  los  actos  de  creación,  eliminación, modificación y fusión de ellas, pues  corresponde       constitucionalmente       al       Congreso       “definir   la  división  general  del  territorio”23,  esto  es,  “crear,  eliminar,  modificar  o fusionar entidades  territoriales”24,  –  diferentes  de  los municipios -, y entre estas los  distritos.   

4.4.3.  Así,  a  través  de ordenanza, una  Asamblea  Departamental  puede  crear,  eliminar  o fusionar municipios, sin que  esta  atribución  se  considere  extensiva  a  los distritos comprendidos en el  respectivo  departamento, ya que: (i) negaría la especificidad de los distritos  como  entidad  territorial (CP, art 286); y (ii) desconocería la reserva de ley  consagrada  en  el artículo 150.4 de la Constitución para definir la división  general  del  territorio,  es decir, la existencia de entidades territoriales, y  entre ellas, los distritos.   

4.5.  La  competencia  del  legislador  para  establecer    condiciones    financieras   de   viabilidad   de   municipios   y  distritos.   

4.5.1.  De  nuevo,  es  menester  acudir al  artículo   150   de   la   Constitución   Política,   que  en  su  numeral  4  dispone:   

Artículo     150.     Corresponde   al   Congreso   hacer  las  leyes. Por medio de ellas ejerce las siguientes funciones:   

(….)  

4.  Definir  la  división  general  del  territorio  con  arreglo  a  lo  previsto  en  esta  Constitución, fijar   las  bases  y  condiciones  para  crear,  eliminar, modificar  o   fusionar   entidades  territoriales y establecer sus competencias.   

Esta disposición constitucional faculta al  Legislador   para   establecer   condiciones  que  determinen  la  existencia  o  desaparición  de las entidades territoriales. Solo que, de acuerdo con lo dicho  (4.3.2.  de  esta  providencia),  mientras  los  parámetros  prefijados  a  los  municipios  pueden  incorporarse  en  leyes  ordinarias,  los mismos referidos a  departamentos,   distritos,   entidades  territoriales  indígenas,  regiones  y  provincias territoriales, constituyen norma orgánica.   

4.5.2.  La ley 617 de 2000 tiene, entre sus  objetivos  principales, el de establecer parámetros de viabilidad fiscal de los  municipios  y  distritos  (artículos  6 a 10). Partiendo del establecimiento de  categorías  municipales  a  partir de la población de la entidad territorial y  de  su  capacidad  financiera,  acude  al  concepto  presupuestario  de Ingresos  Corrientes   de   Libre   Destinación  (ICLD)  como  indicador  fundamental  de  viabilidad  fiscal  de  departamentos,  municipios  y  distritos:  considera  el  Legislador  que estas entidades territoriales son fiscalmente viables cuando sus  Ingresos  Corrientes  de  Libre  Destinación  son  suficientes para atender los  gastos  de  funcionamiento  a  su  cargo  y,  en cierto grado, algunos gastos de  inversión.  Los  ICLG  se definen como aquella parte de los ingresos corrientes  carentes  de  destinación  específica,  proviniendo  estos mayoritariamente de  participaciones  en  recursos  de  la Nación o de regalías que ésta les gira.   

4.5.3. A partir de este criterio de sanidad  fiscal,  establece  unos  límites  al  gasto de funcionamiento de las entidades  territoriales,   como   un  porcentaje  de  los  Ingresos  Corrientes  de  Libre  Destinación  – más alto para municipios o distritos pequeños y más bajo para  grandes  municipios  o  distritos  -,  cuya transgresión activa los principales  mandatos  del  artículo 19 de la ley 617, la norma demandada: (i) elaboración,  por  el  municipio  o  distrito,  de  un  plan  de  saneamiento financiero; (ii)  elaboración,  por  el  departamento, de un plan de ajuste financiero que obliga  al  municipio  o  distrito;  (iii)  definición  de  la  fusión del municipio o  distrito con agregación a otro.    

5. Conclusión.  

5.1.   Los   distritos   son   entidades  territoriales  específicas  (CP,  art 286), cuyo régimen jurídico se integra,  además  de  lo  dispuesto  en la Constitución, con las leyes especiales que se  expidan  para ellos. Solamente a falta de norma especial, les son aplicables las  disposiciones  que  rigen  los  municipios,  ya  que,  justamente,  la finalidad  jurídica  de  la  creación de los distritos consiste en sustraer a estos entes  territoriales     del     régimen     municipal     ordinario    en    materias  específicas.   

5.2.  Las  disposiciones  contenidas  en el  inciso  1º  del  artículo  19 de la Ley 617, que establecen obligaciones a los  municipios  y  distritos  de  adelantar un programa de saneamiento financiero de  los  mismos  – ante el incumplimiento de los límites o parámetros establecidos  en           los           artículos           6o.               y               10   de   la  misma  Ley-,  son  exequibles.  En  efecto,  no  existen  disposiciones  especiales y superiores que regulen lo relativo a las condiciones  financieras  que determinan la viabilidad fiscal de los distritos, razón por la  cual  deben aplicarse las normas generales dispuestas en este aparte de la norma  demandada.  Además, lo dispuesto en el inciso 1º de la norma demandada goza de  amparo   superior,  pues  desarrolla  la  norma  constitucional  que  ordena  al  Legislador  “… fijar las bases y condiciones para  crear,  eliminar,  modificar  o  fusionar  entidades  territoriales…” (CP, art  150,       num       4).       Así,      las      expresiones      “distrito”     y     “distritos”   del   inciso  1º  del  artículo  19  de  la Ley 617 de 2000, referidas a la elaboración por éstos de  un  plan  de  saneamiento  financiero,  no  vulnera  la  Constitución,  y será  declarado exequible.   

5.3.   Las   expresiones   “distrito”     y     “distritos”,       contenidas  en  el  inciso 3º del artículo demandado, se refieren  al  poder de fusión de municipios y distritos otorgado a la respectiva Asamblea  Departamental.     Tal     disposición     establece     que    “transcurrido  el  término  que  señale  la asamblea departamental  para  la  realización  del  plan  de  ajuste, el cual no podrá superar las dos  vigencias  fiscales  consecutivas, y siempre que el municipio o distrito no haya  logrado  alcanzar  los  límites  de  gasto  establecidos  en  la  presente ley,  la  asamblea departamental,  a  iniciativa  del Gobernador, determinará la fusión  del    respectivo    municipio    o    distrito”26.    Se   trata   de   una  asignación  irregular  a  las  Asambleas Departamentales de atribuciones que le  conciernen  al  Legislador,  ya que la fusión de los distritos tiene reserva de  ley   definida  en el artículo 150, numeral 4, que atribuye al Congreso de  la  República  la potestad de “definir la división  general  de  territorio”, y con ello, la atribución  de  “fusionar” entidades  territoriales,  entre  ellas,  los  distritos.  Esta norma, en relación con los  distritos,  excede  la  atribución  constitucional  asignada  a  las  asambleas  departamentales  en  el  artículo  300  numeral  6  de  la  Constitución:  las  Asambleas  Departamentales  pueden  fusionar  municipios,  mas no distritos. Por  eso,  será  declarado  inexequible la expresión distritos del inciso 3º   de la Ley 617.   

5.4. En cuanto a las expresiones “distrito”     y     “distritos”  contenidas  en  los  incisos 2º, 4º, 5º y 6º del artículo demandado, estos  incluyen  disposiciones que solamente se entienden a partir de la determinación  de  la  fusión,  por  lo que, para el caso de los distritos, correrán la misma  suerte   del  inciso  precedente,  determinándose  la  inexequibilidad  de  las  expresiones  demandadas  en estos apartes. En efecto, (i) el inciso 2º otorga a  las  Asambleas  seccionales  la  capacidad  de  imponer  a  los  distritos de la  respectiva   área   departamental   un   plan  de  ajuste  cuyo  incumplimiento  activaría,  precisamente, los poderes de fusión de las mismas, competencia que  será  declarada  inexequible;  en consecuencia, esta disposición, en relación  con  los  distritos,  ha  de ser retirada del ordenamiento constitucional. Y los  incisos   restantes   (4º,   5º   y   6º),   instrumentalizan   la  decisión  inconstitucional   de   la   fusión   de   los   distritos  por  las  Asambleas  Departamentales,  en  relación con la distribución de los recursos financieros  de  las  entidades  implicadas  en  una  fusión,  la  asignación  de  recursos  de participación municipal en los ingresos corrientes  de  la  Nación pendientes por girar, y con el informe anual a presentar por las  autoridades  departamentales  para  tal  fin;  por  lo  cual, correrán la misma  suerte    del    inciso   3º   respecto   de   las   expresiones   “distrito”     y     “distritos”.   

III. DECISION.   

                   

En   mérito   de  lo  expuesto,  la  Corte  Constitucional  de  la  República de Colombia, administrando justicia en nombre  del pueblo y por mandato de la Constitución,   

RESUELVE:  

Primero:  Declarar  EXEQUIBLE  las  expresiones  “y distritos”, “o  distrito,”   y  “o  distritos”,    contenidas   en   el   inciso  1°  y  en  el  título  del  artículo  19 de la Ley 617 de  2000.   

Segundo:  Declarar  INEXEQUIBLES las expresiones  “y   distritos”,  “o  distrito,”        “o      distritos”,  “distrito”         y         “distritos”    contenidas   en  los  incisos  2º,  3°,  4°, 5° y 6° del artículo  19  de la Ley 617 de 2000.   

Notifíquese,   comuníquese,  publíquese,  insértese   en   la   Gaceta   de  la  Corte  Constitucional  y  archívese  el  expediente.   

NILSON PINILLA PINILLA  

Presidente  

MARÍA VICTORIA CALLE  

CORREA  

Magistrada  

JUAN CARLOS HENAO PEREZ  

Magistrado  

JORGE IVÁN PALACIO PALACIO  

Magistrado  

HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO  

Magistrado  

Ausente con Excusa  

MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO  

Magistrado  

GABRIEL EDUARDO MENDOZA MARTELO  

Magistrado  

JORGE IGNACIO PRETELT CHALJUB  

Magistrado  

LUIS ERNESTO VARGAS SILVA  

Magistrado  

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ  

Secretaria General    

1  Diario   Oficial   No.   44.188   de   2000   (9  de  octubre).   

2  Constitución   Política,   Articulo  326:   “Los  municipios  circunvecinos  podrán  incorporarse  al Distrito Capital si así lo  determinan    los    ciudadanos    que    residan    en    ellos    mediante  votación  que  tendrá lugar cuando el concejo distrital  haya  manifestado  su acuerdo con esta vinculación. Si ésta ocurre, al antiguo  municipio  se  le aplicarán las normas constitucionales y legales vigentes para  las   demás   localidades   que   conformen   el  Distrito  Capital”. (Subrayas fuera del texto original).   

3  El demandante, reforzando su hipótesis, sostiene que  el  Consejo  de  Estado ha precisado que las Asambleas Departamentales no están  autorizadas  para segregar territorios de un distrito especial con miras a crear  municipios,  y  hace  un especial llamado a la Corte Constitucional para definir  cuál   es   la   autoridad   competente  para  fijar  o  afectar  los  límites  territoriales  de  un distrito especial, y concretamente si es el Congreso de la  República  quien  debe  definirlos  en  el  acto  legislativo  de creación del  respectivo  distrito,  destacando que en el caso de la ciudad de Barranquilla el  legislador  omitió hacerlo de manera precisa, lo que genera un vacío jurídico  que en su opinión la Corte Constitucional debe llenar.   

4  Folios 9 y 10 del  Expediente.   

5 Folio  45 del Expediente   

6 Folio  46 del Expediente.   

7 Folio  31 del Expediente.   

8 Folio  34 del Expediente.   

9  Ibíd.   

10  Concepto No. 4623 de 23 de septiembre de 2008.   

11  Sentencias  C-1052  de  2001 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa y C-1256 de 2001.  M.P. Rodrigo Uprimny Yepes.   

12  Sentencia C-579/2001, M.P. Eduardo Montealegre Lynett   

13  Ibíd. (Subrayas fuera de texto).   

14  Ibíd. (Subrayas fuera de texto).   

15 Por  medio  de  este  acto  legislativo  se erigió a Bogotá como Distrito Especial,  concediéndole   cierta  independencia,  especialmente  del  régimen  municipal  ordinario,  disponiendo  la  creación del “distrito especial sin sujeción al  régimen  municipal  ordinario”  (Inc.  2  Art.  1  del  Acto Legislativo 1 de  1945).   

16 En  el  artículo  primero  del  Decreto  3640 de 1954 “por el cual se organiza el  Distrito  Especial de Bogotá”, dispone igualmente que el Distrito Especial de  Bogotá     operaría     “sin     sujeción     al     régimen     municipal  ordinario”   

17  Dentro  de  estas  normas  especiales  se  encuentran  el Decreto  1421  de  1993 “Por  el  cual  se  dicta  el régimen  especial  para  el  Distrito  Capital  de Santafé de Bogotá” y la Ley 768 de  2002  “Por la cual se adopta el Régimen Político,  Administrativo   y   Fiscal   de   los   Distritos  Portuario  e  Industrial  de  Barranquilla,  Turístico  y  Cultural  de  Cartagena  de  Indias  y Turístico,  Cultural e Histórico de Santa Marta”   

18  Constitución Política, artículo 150, numeral 4.   

19  Constitución Política, artículo 150, numeral 4.   

20  Constitución Política, artículo 151.   

21  Sentencia C-579/2001 M.P. Eduardo Montealegre Lynett.   

22 Es  el  caso  de la creación del distrito especial de Bogotá, por acto legislativo  1  de 1945, y del distrito de Cartagena de Indias por acto legislativo 1 de 1987  y del distrito de Santa Marta mediante acto legislativo 3 de 1989.   

23  Constitución Política, artículo 150, numeral 4.   

24  Constitución Política, artículo 150, numeral 4.   

26 Ley  617/2000,    Artículo    19    (subrayas    y    negrilla   fuera   del   texto  original)     

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