C-508-09

    Sentencia C-508-09  

(Julio 29, Bogotá DC)  

DEMANDA   DE   INCONSTITUCIONALIDAD   POR  VULNERACION         DEL         PRINCIPIO        DE        IGUALDAD-Requisitos   

Para  que un demandante estructure cabalmente  un  cargo  en  contra  de  una  norma  por  violar  el  principio de igualdad es  necesario  que  por  lo  menos  cumpla  con  los  siguientes dos requisitos: (i)  constatar  que  se  está  dando  un  trato  diferente  a  dos  o más grupos de  personas,  bien  sea  porque  la  ley  acusada  está dando un trato diferente a  situaciones  que  deben  recibir  el  mismo  trato o porque la ley acusada está  dando  el  mismo trato a situaciones que deben recibir un trato distinto; e (ii)  indicar  las  razones por las que se considera discriminatorio que eso sea así,  y  cuál  es  la  justificación  para  que  esos  grupos  deban  tener el mismo  tratamiento  normativo,  excepto  cuando  sea  evidente  el  empleo de criterios  sospechosos  (edad,  sexo,  raza  lengua, religión, origen familiar o nacional,  etc.)   

DEMANDA   DE   INCONSTITUCIONALIDAD   POR  VULNERACION  DEL  PRINCIPIO  DE IGUALDAD-Incumplimiento  de carga argumentativa   

INHIBICION  DE  LA  CORTE  CONSTITUCIONAL POR  INEPTITUD   SUSTANTIVA   DE   LA  DEMANDA-Ausencia  de  certeza,       pertinencia       y       suficiencia      en      cargos      de  inconstitucionalidad   

Referencia:  Expediente D-7550.   

Demanda  de  inconstitucionalidad:   contra   el   artículo   2452   (parcial)   del  Código  Civil  Colombiano.   

Demandantes: Adriana  María  Posada  Areiza,  Dora  Alejandra  Morales Orrego, Juan Bernardo Ramírez  Durango, Walter de J. Torres García.   

Magistrado  Ponente:  Mauricio González Cuervo.   

I. ANTECEDENTES.  

1. Norma demandada.  

Los  ciudadanos Adriana María Posada Areiza,  Dora  Alejandra  Morales  Orrego,  Juan Bernardo Ramírez Durango y Walter de J.  Torres   García,  en  ejercicio  de  la  acción  pública  consagrada  en  los  artículos  40,  numeral  6o,  y 242, numeral 1o, de la Constitución Política,  demandaron  la inconstitucionalidad parcial del artículo 2452 del Código Civil  Colombiano cuyo tenor, con la parte demandada subrayada es:   

CÓDIGO CIVIL COLOMBIANO  

LIBRO CUARTO  

De  las  obligaciones  en  general y de los  contratos   

(…)  

TÍTULO XXXVII  

De la hipoteca  

Artículo 2452. La  hipoteca  da  al acreedor el derecho de perseguir la finca hipotecada, sea quien  fuere el que la posea, y a cualquier título que la haya adquirido.   

Sin embargo, esta  disposición  no  tendrá  lugar  contra  el tercero que haya adquirido la finca  hipotecada en pública subasta ordenada por el juez.   

Mas, para que esta excepción surta efecto a  favor  del  tercero,  deberá  hacerse  la subasta con citación personal, en el  término  de  emplazamiento  de los acreedores que tengan constituidas hipotecas  sobre  la  misma  finca; los cuales serán cubiertos sobre el precio del remate,  en el orden que corresponda.   

El  juez,  entretanto,  hará  consignar el  dinero.   

2.     Demanda:     pretensión     y  fundamentos.   

A  juicio  de  los  demandantes,  el  aparte  demandado  del  artículo  2452  del  Código  Civil  vulnera  la Constitución,  así:   

2.1.  Vulneración  del  artículo  13  de la  Constitución Política:   

Al    establecer    una   discriminación  injustificada  entre  quienes adquieren un bien en pública subasta ordenada por  el  juez  y  quienes  lo adquirieron por otra vía traslaticia del dominio, pues  mientras  el inmueble que garantiza su acreencia no puede ser perseguido por los  acreedores  hipotecarios en el primer caso, sí puede ser objeto de persecución  por ellos en el segundo.   

2.2.   Vulneración   del   artículo   83  Superior:   

3. Intervenciones.  

La  Procuraduría  General  de  la  Nación  presentó   el   concepto  de  rigor  del  23  de  febrero  de  20091  y  también  intervino   el   Ministerio   del  Interior  y  de  Justicia,  en  el  siguiente  sentido:   

3.1. Solicitud de inhibición.  

3.1.1.   La  Procuraduría  General  de  la  Nación.   

Solicita  a la Corte declararse inhibida para  pronunciarse  de  fondo  por  ineptitud  sustantiva  de  la demanda, en tanto no  presenta       razones      claras,     específicas,     pertinentes     o  suficientes.   

3.1.2.  El  Ministerio  del  Interior  y  de  Justicia.   

Los   cargos  presentados  no  cumplen  los  requisitos  necesarios  para  que  se  profiera  un fallo de fondo, en tanto los  demandantes   no   presentan   razones   ciertas,   claras,   específicas,   ni  suficientes.   

3.2.  Cargo  1º: vulneración del artículo 13 de la Constitución.   

3.2.1.   La  Procuraduría  General  de  la  Nación.   

Los  demandantes  se  limitan  a señalar que  existe  una  diferencia  entre  las  personas  que  adquieren  un  bien inmueble  hipotecado  en  pública subasta y quienes no, porque sólo en este segundo caso  los  acreedores  hipotecarios  pueden  perseguir  tales bienes en manos de quien  estén  y  que  ello  genera  una  situación  desfavorable  para  ese  grupo de  personas,  pero:  (i) no plantean argumentos que sustenten tal afirmación; (ii)  no   establecen   las   razones   por  las  cuales  consideran  tal  distinción  discriminatoria  e  irrazonable;  y  (iii) no indican qué justificaría darle a  los  bienes  hipotecados adquiridos en pública subasta el mismo tratamiento que  se   aplica   cuando   el   bien   es   adquirido   por   un  tercero  en  forma  diferente.   

3.2.2.  El  Ministerio  del  Interior  y  de  Justicia.   

La excepción consagrada en el inciso segundo  no  es  susceptible  de  ser  comparada con lo establecido en el inciso primero,  pues  para  que  dicha  excepción prospere es necesario que se haga citación a  todos  los  acreedores  hipotecarios  del  bien  subastado y se establece que en  éste  caso dichos acreedores “serán cubiertos sobre  el   precio   del   remate,  en  el  orden  en  que  corresponda”.  En  consecuencia  el  adquiriente  en  pública subasta de un bien  hipotecado,  lo recibe libre de la o las hipotecas que recaían contra él antes  de  la  subasta,  por lo cual no cabe establecer un juicio de igualdad entre dos  situaciones no susceptibles de comparación.   

3.3. Cargo 2º: Vulneración del artículo 83  de la Constitución.   

3.3.1.   La  Procuraduría  General  de  la  Nación.   

Al respecto no existe cargo alguno ni razones  claras,  específicas,  pertinentes  o  suficientes,  en  tanto  los  actores se  limitan  a  señalar  que la buena fe se predica tanto de quien adquiere el bien  en  pública  subasta  como  de  quien  lo  adquiere por cualquier otro modo, de  manera   que   solo  invocan  argumentos  vagos,  indeterminados,  abstractos  y  globales,  que  no  presentan  un  planteamiento  que  logre  despertar una duda  mínima sobre el exequibilidad de la norma.   

3.3.2.  El  Ministerio  del  Interior  y  de  Justicia.   

La  vulneración  al  principio  de  buena fe  aducida   por   los   accionantes  parte  de  un  alcance  falso  dado  a  dicha  disposición,  al  suponer  que la razón de la excepción planteada en la norma  acusada  parte  de  la  buena  fe que el legislador presume en quien adquiere el  bien  en  pública subasta, lo cual no es aceptable, pues como se vio el bien se  adquiere  libre de hipotecas, por lo cual no cabe valorar la buena o mala fe del  comprador.   

II. CONSIDERACIONES.  

1. Competencia.  

La    Corte    Constitucional  es  competente  para  decidir  sobre  la constitucionalidad de la  norma  legal  demandada, con base en el artículo 241.4  de la Constitución Política.   

2. Cuestión de constitucionalidad.  

En  el  presente  caso  los actores plantean  acusaciones  de  inconstitucionalidad  contra  el  inciso  segundo  parcial  del  artículo  2452  del  Código  Civil  Colombiano,  demandado  por  violación al  derecho a la igualdad y el principio de buena fe.   

A  continuación esta Corporación analizará  las  reglas  constitucionales  relacionadas  con  la  aptitud  de la demanda, lo  anterior,  a fin de revisar las exigencias de procedibilidad de la acción y las  peticiones  de  los  intervinientes.  De  ser procedente el estudio, entrará la  Corte  a  revisar  de  fondo  la  exequibilidad  o  inexequibilidad  de la norma  acusada.   

2.2.    Exigencias    de    procedibilidad          de          las         demandas         de  inconstitucionalidad.   

2.2.1.  En  relación  con  la  solicitud  de  inhibición  presentada  por el Procurador General de la Nación y el Ministerio  del  Interior  y  de  Justicia,  es  necesario  indicar que el artículo 2º del  Decreto  2067  de  1991,  establece que las demandas de constitucionalidad deben  presentarse  por  escrito,  indicando  las  disposiciones legales acusadas y las  normas  constitucionales  violadas  y,  especialmente,  las  razones  en  que se  fundamenta la acción.   

2.2.2.  En  relación  con  los  cargos  de  constitucionalidad  orientados  a  establecer  una vulneración del artículo 13  Superior,   la   jurisprudencia  de  la  Corte  ha  señalado  que  “el  impugnante  soporta  una  carga  de argumentación adicional,  pues  debe  desvirtuar  la premisa según la cual el legislador está autorizado  para    regular    de    manera    diversa    la    realidad    puesta    a   su  consideración”2.    Adicionalmente   ha  reiterado  esta Corporación que para que un demandante estructure cabalmente un  cargo  en  contra  de  una norma por violar el principio de igualdad  “es  necesario  que  por  lo menos cumpla con los siguientes dos  requisitos:  (i)  constatar  que  se está dando un trato diferente a dos o más  grupos  de  personas,  bien  sea  porque  la  ley  acusada  está dando un trato  diferente  a  situaciones  que  deben  recibir  el  mismo  trato o porque la ley  acusada  está  dando  el  mismo  trato a situaciones que deben recibir un trato  distinto;  e  (ii)  indicar las razones por las que se considera discriminatorio  que   eso   sea  así.”3,  y cuál es la justificación  para  que esos grupos deban tener el mismo tratamiento normativo, excepto cuando  sea  evidente  el  empleo  de  criterios  sospechosos  (edad, sexo, raza lengua,  religión,   origen   familiar   o  nacional,  etc)4.   

2.2.3. Respecto  de  las  razones  de  la  violación,  en general, ha sido  doctrina  reiterada  de  esta Corte que la protección del derecho consagrado en  el  numeral 6 del artículo 40 de la Constitución Política, depende de que las  razones   presentadas   por   el   actor  sean  claras,  ciertas,  específicas,  pertinentes  y  suficientes, condiciones éstas que ha definido a lo largo de su  jurisprudencia  así: i) la claridad de la demanda es un requisito indispensable  para  establecer  la  conducencia  del  concepto de la violación, y permitir al  lector  comprender  el  contenido de su demanda y las justificaciones en las que  se  basa; ii) la certeza significa que la demanda recaiga sobre una proposición  o  disposición  jurídica  real  y  no  deducida  por  el  actor,  implícita o  inexistente,  que  permita  deducir la inconstitucionalidad de la misma en tanto  esta  se  desprende  del  texto  normativo; iii) las razones son específicas si  definen  con claridad la manera como la disposición acusada desconoce o vulnera  la  Carta  Política  a  través  de  la  formulación  de por lo menos un cargo  constitucional  concreto,  por lo cual no resulta aceptable que se deba resolver  a  partir  de  argumentos  imprecisos,  indefinidos,  indirectos,  abstractos  y  generales,  no  relacionados  con  las  disposiciones cuya constitucionalidad se  pone  en  duda;  iv)  la  pertinencia  significa  que  la  censura  que  haga el  demandante  debe  ser  de  naturaleza  constitucional,  es  decir, fundado en el  enfrentamiento  entre  la  norma  Superior  y  la atacada, por lo cual no son de  recibo  argumentos  subjetivos, de conveniencia o relativos a la solución de un  caso  particular  y  v)  la  suficiencia  se  refiere  a  la formulación de los  elementos  tanto  argumentativos  como probatorios capaces de despertar una duda  razonable  sobre  la  inexequibilidad  de  la  norma  que  se  ataca  en sede de  constitucionalidad5.  Lo  anterior no conlleva una  rigurosidad  tal  que  impida a los ciudadanos el ejercicio de sus derechos y se  aplica  en  el entendido de que la duda ha de resolverse en favor del demandante  en   virtud   del  principio  pro  actione.   

2.2.4. Los   demandantes   únicamente   señalan  como  fundamento  de  la  violación  del  artículo  13  de  la Carta que la disposición contenida en el  inciso  segundo  del  artículo  2452 del Código Civil  “es  discriminativa  al  permitir  que  el  bien que fue adquirido en pública  subasta  ordenada  por  el  juez,  no pueda ser perseguida por el acreedor de un  derecho  hipotecario  que  recae  sobre  dicho  bien inmueble, colocando a quien  adquirió  un  bien inmueble en condiciones diferentes a la pública subasta con  un   gravamen   hipotecario  anterior  a  su  adquisición,  en  una  condición  desfavorable  puesto  que este bien, si podrá ser perseguido por el acreedor de  la hipoteca”.   

Para  que  sea  posible  la  realización del  juicio  de  constitucionalidad, no es suficiente que los demandantes enuncien la  existencia  de un trato diferente entre dos grupos, personas o situaciones, sino  que  es  indispensable  que,  adicionalmente,  se  indiquen  las razones por las  cuales  se  considera  que dicho trato desigual resulta discriminatorio a la luz  del artículo 13 Superior.   

El  cargo  por  vulneración del principio de  igualdad  requería  que  la  argumentación  se orientara a probar la  razón  por  la  cual  los  acreedores  hipotecarios de quienes  adquieren  un  inmueble  en  pública  subasta  y  de  quienes  lo adquieren por  cualquier  otro  modo  merecen  un  tratamiento  igual  frente  a las normas que  regulan  las  facultades  del  acreedor  hipotecario  para perseguir el bien que  garantiza  el  pago  de su acreencia, y las razones para considerar arbitrario o  carente   de   justificación   el  tratamiento  legal  consagrado  en  el aparte normativo cuya inexequibilidad se pide, dado que no es  suficiente   alegar   su   simple   contradicción   con   la  Carta6   

,  por  lo que el cargo resulta insuficiente.   

En    efecto,    para    establecer    la  inconstitucionalidad  de  una  norma  no basta con afirmar que ella establece un  trato  diferente,  pues si bien el legislador estableció como regla general que  los  acreedores  hipotecarios  pueden perseguir el bien en cabeza de quien esté  con  excepción  de  los  casos  en  que  este es adquirido en pública subasta,  también  es  cierto  que tal excepción no opera de forma automática pues para  que   ella   tenga   aplicación   es  necesario  que  se  haga  “la  subasta  con citación personal, en el término de emplazamiento  de  los  acreedores  que tengan constituidas hipotecas sobre la misma finca; los  cuales   serán   cubiertos  sobre  el  precio  del  remate,  en  el  orden  que  corresponda”,   tal  como  lo  establece  el  inciso  tercero  del  artículo  2452  del Código Civil, precisamente para proteger los  derechos   de   las  personas  diferentes  al  ejecutante  que  también  tengan  constituidas  hipotecas  sobre  el  mismo  bien,  por  lo cual se está ante una  interpretación   descontextualizada   del  segmento  demandado.  Además,  esta  formulación  es manifestación de la libertad de configuración del legislador,  que  no necesariamente implica, como pretenden los accionantes, que la regla del  inciso  primero  del artículo demandado deba aplicarse en todos los casos, pues  valores  como  la  seguridad  jurídica,  ameritan  un  trato  diferente  que no  desconoce  los  derechos  de los otros acreedores hipotecarios, que en todo caso  pueden hacer valer sus derechos.   

Por  tanto el debate de constitucionalidad en  casos  como el que se revisa no puede limitarse a verificar que el legislador ha  previsto  un  trato diferente a personas que merecen el mismo, sino que, una vez  determinados  los  grupos  o  sujetos  que se comparan, se requiere establecer  las  razones  para  considerar  arbitrario o carente de  justificación  el  tratamiento legal consagrado en el  aparte normativo atacado.   

3. Razón de la decisión.  

La  Corte encuentra que los cargos formulados  contra  el  inciso  segundo  del  artículo  2452  del  Código Civil carecen de  certeza,  pertinencia  y  suficiencia, toda vez que no se expone con claridad en  qué  consiste  el  concepto  de  violación  de  la Constitución Política. En  primer  lugar,  los  demandantes  se  limitan a afirmar que la buena fe (art. 83  C.P.)  se  predica  tanto  de quien adquiere el bien en pública subasta como de  quien  lo  adquiere mediante otro modo, sin explicar por qué la norma desconoce  este  postulado.  En segundo lugar, tampoco se cumple con la carga argumentativa  que  requiere  la  formulación  del  cargo  de  vulneración  del  derecho a la  igualdad  (art.  13  C.P.),  ya  que no basta señalar la existencia de un trato  diferente,   sino   que   es   indispensable  indicar  los  grupos  de  personas  involucradas,  el  trato que genera la violación del derecho a la igualdad y el  desconocimiento  de  la  prohibición de discriminación, así como, cuál es la  justificación  para que esos grupos deban tener el mismo tratamiento normativo.  Por  consiguiente, no se cumplen los requisitos para que la Corte pudiera entrar  a proferir un fallo de mérito.   

III. DECISIÓN.  

En   mérito   de  lo  expuesto,  la  Corte  Constitucional  de  la  República de Colombia, administrando justicia en nombre  del pueblo y por mandato de la Constitución,   

RESUELVE:  

INHIBIRSE de emitir  un  pronunciamiento  de  fondo  sobre  la  constitucionalidad del inciso segundo  (parcial)  del  artículo 2452 del Código Civil, por ineptitud sustancial de la  demanda.   

Notifíquese,   comuníquese,   cópiese,  publíquese  e  insértese  en la Gaceta de la Corte Constitucional, cúmplase y  archívese el expediente.   

NILSON PINILLA PINILLA  

Presidente  

Magistrada  

            

MAURICIO  GONZÁLEZ CUERVO   

Magistrado  

JUAN CARLOS HENAO  PÉREZ   

Magistrado  

Ausente con permiso.  

            

GABRIEL  EDUARDO MENDOZA MARTELO   

Magistrado  

JORGE IVÁN PALACIO PALACIO  

Magistrado            

   

JORGE IGNACIO PRETELT CHALJUB  

Magistrado  

HUMBERTO  ANTONIO SIERRA PORTO   

Magistrado            

LUIS ERNESTO VARGAS  SILVA   

Magistrado  

MARTHA VICTORIA SÁCHICA  DE MONCALEANO   

Secretaria  General  

    

1  Concepto Nº 4724.   

2 C-190  de 2008 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.   

3  Sentencia  C-402  de 2007. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa. Ver además, entre  otras,  las  sentencias  T-422  de 1992 MP. Eduardo Cifuentes Muñoz.   

4  Se  busca    así    establecer   en   cada   caso   “i.)   si  se está  frente a supuestos de hecho  diversos  o  si estos son comparables; ii.) si el fin perseguido por la norma es  un  fin  objetivo  y  legítimo  a la luz de la Constitución; iii.)  si  los supuestos de hecho estudiados,  la  finalidad  perseguida  y el trato desigual otorgado guardan una coherencia o  eficacia  interna,  es  decir  una  racionalidad  entre ellos; (iv.) si el trato  desigual  es  proporcionado.   La  necesidad de que exista proporcionalidad  entre  los  medios  y  los  fines  perseguidos  por  la  norma  ha sido también  resaltada  por  la  jurisprudencia, que ha propuesto tres pasos para resolverlo:  así  entonces, a) los medios escogidos deben ser adecuados para la consecución  del  fin  perseguido; b)  los medios empleados deben ser necesarios para la  consecución  de  ese  fin  y, c) los medios empleados deben guardar proporción  con  los fines perseguidos, esto es, que el principio satisfecho por el logro de  este   fin   no  sacrifique  principios  constitucionales  más  importantes”.  (Sentencia  C-1176/01 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra  )   

5 Ver  entre  otros,  los  Autos  de  Sala  Plena 097 de 2001 M.P. Marco Gerardo Monroy  Cabra  y  244  de  2001  M.P. Jaime Córdoba Triviño y Sentencias C-143 de 1993  M.P.  José  Gregorio  Hernández,  C-281 de 1994 M.P. José Gregorio Hernández  Galindo,  C-269  de 1995 M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz, C-504 de 1995 M.P. José  Gregorio  Hernández Galindo, C-568 de 1995 M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz, C-090  de  1996  M.P.  Antonio  Barrera  Carbonell,  C-428  de 1996 M.P. Carlos Gaviria  Díaz,  C-509  de  1996  M.P.  Vladimiro  Naranjo Mesa, C-357 de 1997 M.P. José  Gregorio  Hernández  Galindo,  C,  374  de  1997 M.P. José Gregorio Hernández  Galindo,  C-519  de  1998 M.P. Vladimiro Naranjo Mesa, C-1048 de 2000 M.P. José  Gregorio  Hernández  Galindo, C-012 de 2000 M.P. Alfredo Beltrán Sierra, C-013  de  2000  M.P.  Álvaro  Tafur  Gálvis,  C-040 de 2000 M.P. Fabio Morón Díaz,  C-380  de  2000  M.P.  Vladimiro  Naranjo  Mesa,  C-645  de  2000 M.P. Alejandro  Martínez  Caballero, C-876 de 2000 M.P. Alejandro Martínez Caballero, C-955 de  2000  M.P.  José  Gregorio Hernández Galindo, C-1044 de 2000 M.P. Fabio Morón  Díaz,  C-011  de  2001  M.P.  Álvaro Tafur Gálvis, C-052 de 2001 M.P. Álvaro  Tafur  Gálvis,  C-177 de 2001 M.P. Fabio Morón Díaz, C-201 de 2001 M.P. José  Gregorio  Hernández  Galindo, C-1052 de 2001 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa,  C-308 de 2007 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.   

6 “En  ese  sentido,  el  juicio de igualdad desborda la mera verificación referente a  si   se   ha   otorgado  o  no  idéntico  tratamiento  normativo  a  todos  los  destinatarios  de  la  ley,  pues es claro que cuando los supuestos de hecho que  definen  la aplicación de ciertas consecuencias normativas cambian o varían en  relación  con  algunos de tales destinatarios, es constitucionalmente admisible  que  el  tratamiento  reconocido  a estos últimos sea sustancialmente distinto,  sin  que  esa  sola circunstancia haga presumir el quebrantamiento del precitado  principio.  //  Entonces,  en  relación  con los destinatarios de la ley, es de  resaltarse  que  la  máxima  de  la igualdad se entiende quebrantada, no por el  hecho  de  que  el legislador haya previsto un trato desigual entre unos y otros  sujetos,  sino  como  consecuencia  de  que  tal  diferencia  normativa  resulte  arbitraria  y  desprovista de una justificación objetiva y razonable, generando  una  verdadera  discriminación.  Desde este punto de vista, puede afirmarse que  el  legislador  goza de un cierto margen de libertad de configuración normativa  para   regular   de  manera  diferente  una  determinada  situación  jurídica,  diferencia  que  sólo resulta discriminatoria si no se encuentra razonablemente  justificada.”  Sentencia C-1115 de 2004, M.P. Rodrigo Escobar Gil. Ver además  Sentencias  C-106  de  2004,  M.P. Clara Inés Vargas Hernández y C-258 de 2008  M.P. Mauricio González Cuervo.     

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