C-806-09

    Sentencia         c-806-09   

ALLANAMIENTO Y REGISTRO DE DOMICILIO SIN ORDEN  JUDICAL-Excepción por consentimiento libre y expreso  del   propietario  o  tenedor  del  bien  objeto  del  registro  no  vulnera  la  Constitución/ALLANAMIENTO Y REGISTRO DE DOMICILIO SIN  ORDEN   JUDICAL-Excepción  por  consentimiento  del  propietario o tenedor sujeta a control posterior   

El numeral 1 del artículo 230 de la Ley 906  de  2004, consagra una de las excepciones a la formalidad de la orden escrita de  la  Fiscalía General de la Nación como condición previa a la realización del  allanamiento,  que prevé la autorización expresa del propietario o morador del  domicilio  objeto  de  registro  que  pueda  verse afectado con su realización,  siendo  el  motivo  que justifica esta modalidad de allanamiento la realización  de  una  investigación penal y la formalidad exigida, que el consentimiento del  propietario,   o  morador  del  domicilio  o  de  la  persona  afectada  con  el  allanamiento  sea  dado libremente, por lo que la mera ausencia de objeciones no  se  considera  suficiente.  La autorización libre y expresa del titular de  los  derechos  a  la  inviolabilidad del domicilio y a la intimidad, deriva esta  forma  de  allanamiento  en  un  acto  razonable  y proporcionado siempre que el  consentimiento  haya  sido  manifestado  de manera libre y expresa. No obstante,  dado  que la excepción planteada sólo lo es frente a la exigencia de una orden  escrita  de autoridad judicial, pero no frente al requisito del control judicial  posterior  que  establece  el  numeral  2º  del  artículo  250 de la Carta, el  allanamiento  excepcional  previsto  en  la  norma, debe someterse al examen del  juez   de   control   de   garantías,  quien  valorará  en  cada  caso  si  el  consentimiento  dado por el afectado por la diligencia de allanamiento fue libre  y  expreso,  o  si  por  el contrario fue fruto de un acto arbitrario o abusivo.   

POTESTAD  DE  CONFIGURACION  LEGISLATIVA  EN  RESTRICCIONES  A  LA  LIBERTAD  INDIVIDUAL-Competencia  limitada/POTESTAD  DE  CONFIGURACION  LEGISALTIVA  EN  RESTRICCIONES   A  LA  LIBERTAD  INDIVIDUAL-Sujeta  a  criterios de razonabilidad y proporcionalidad   

JUICIO      DE      PROPORCIONALIDAD  ESTRICTO-Aplicación   en   norma  que  autoriza  el  allanamiento  y  registro sin autorización judicial con el sólo consentimiento  del propietario o tenedor del bien   

ALLANAMIENTO  Y  REGISTRO  DE  DOMICILIO  SIN  AUTORIZACION   JUDICIAL-Medida  debe  ser  necesaria,  razonable y proporcional a la finalidad que persigue   

La Corte Constitucional ha afirmado de manera  reiterada  que  la  potestad  de  configuración  del  legislador  al establecer  restricciones  a la libertad individual, es una competencia limitada y ha de ser  ejercida  conforme  a  los principios de razonabilidad y proporcionalidad, a fin  de   que   tales   limitaciones   no  resulten  arbitrarias,  dado  que  el  ejercicio de esta potestad de configuración puede incidir  en  el  goce  de  derechos  constitucionales,  por  lo que la Corte ha dicho que  limitaciones  deben  ser adecuadas para lograr el fin perseguido, necesarias, en  el  sentido  de que no exista un medio menos gravoso en términos de afectación  de  otros  principios  constitucionales, y por último, deben ser proporcionales  stricto  sensu,  esto  es,  que no se afecten excesivamente valores y principios  que  tengan  un  mayor  peso que el fin constitucional que se pretende alcanzar.   

DERECHO    A    LA    INVIOLABILIDAD   DE  DOMICILIO-Protección   constitucional/DERECHO    A    LA    INVIOLABILIDAD    DE    DOMICILIO-Carácter    relativo/DERECHO    A   LA  INVIOLABILIDAD  DE  DOMICILIO-Regulación  sometida a  reserva legal   

ALLANAMIENTO     Y     REGISTRO     DE  DOMICILIO-Requisitos/ALLANAMIENTO      Y      REGISTRO     DE     DOMICILIO-Reserva  legal/ALLANAMIENTO Y REGISTRO DE  DOMICILIO-Reserva        judicial/ALLANAMIENTO      Y      REGISTRO      DE     DOMICILIO-Autoridades  judiciales  autorizadas  para  ordenarlo en el ámbito  penal   

Por  regla  general,  de  conformidad con el  artículo  28  de  la  Constitución,  son  tres  los  requisitos exigidos a las  autoridades  para  registrar  un  domicilio: (i) la existencia de un mandamiento  escrito  de  autoridad  judicial  competente; (ii) el respeto a las formalidades  legales  y  (iii) la existencia de un motivo previamente definido en la ley. Sin  embargo,  Como  excepciones a este régimen general que exige una orden judicial  previa,  la  Carta  establece expresamente dos: (i) en el artículo 32 Superior,  que  permite  el ingreso “de los agentes de la autoridad” al domicilio donde  se  refugia  el  delincuente  sorprendido  en flagrancia; y (ii) en el artículo  250,   numeral   3,   que   autoriza  a  los  fiscales  a  ordenar  y  practicar  allanamientos,   con  control  posterior  por  parte  del  juez  de  control  de  garantías.  Fuera  de  estas  dos  excepciones,  el artículo 28 de la Carta ha  autorizado  al  legislador  a establecer otros motivos por los cuales se podría  ingresar  a  domicilio  ajeno.  Respecto de las autoridades judiciales que en el  ámbito  penal  pueden  expedir  las  ordenes  de  allanamiento  son  la Sala de  Casación  Penal  de  la  Corte  Suprema  de  Justicia, las Salas Penales de los  Tribunales  Superiores,  los  jueces  de la República en lo penal, la Fiscalía  General   de   la   Nación   y   el  Senado  cuando  ejerce  las  funciones  de  juzgamiento.   

ALLANAMIENTO Y REGISTRO DE DOMICILIO SIN ORDEN  JUDICIAL-Constituye   una   excepción  a  la  regla  general   

INHIBICION  DE  LA  CORTE  CONSTITUCIONAL POR  INEPTITUD  SUSTANTIVA DE LA DEMANDA-Ausencia de cargos  ciertos y de argumentos específicos y pertinentes   

SENTENCIA     CONDICIONADA-Aplicación   

Referencia: expediente D-7707  

Accionante:   Alfonso   Daza   González.   

Demanda  de  inconstitucionalidad  contra el  artículo  184,  inciso  final,  230, numeral 1 y 445 (parcial) de la Ley 906 de  2004.   

Magistrada Ponente:  

Dra. MARÍA VICTORIA CALLE CORREA  

Bogotá, D.C., once (11) de noviembre de dos  mil nueve (2009).   

La Sala Plena de la Corte Constitucional, en  cumplimiento  de  sus  atribuciones  constitucionales  y  de  los  requisitos de  trámite   establecidos   en   el   Decreto   2067  de  1991,  ha  proferido  la  siguiente   

SENTENCIA  

     

I. ANTECEDENTES     

Mediante Auto del siete (07) de mayo de 2009,  la  Magistrada  sustanciadora  admitió  la  demanda referida. Por consiguiente,  ordenó  comunicar la iniciación del proceso al Presidente de la República, al  Presidente  del  Congreso  de  la  República,  al  Ministerio del Interior y de  Justicia,  a  la  Fiscalía  General de la Nación, a la Sala Administrativa del  Consejo  Superior  de la Judicatura, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo  11  del  Decreto  2067  de 1991. Además, invitó a participar en este proceso a  las  facultades  de  Derecho  de  la Universidad de los Andes, de la Universidad  Externado  de  Colombia,  de  la Universidad EAFIT, y al Instituto Colombiano de  Derecho  Procesal,  dando  cumplimiento  a  lo prescrito por el artículo 13 del  referido  decreto.  Ordenó correr traslado al Procurador General de la Nación,  como  lo  señala  el  artículo 7 del Decreto 2067 de 1991. Finalmente, ordenó  fijar  en  lista las normas acusadas para efectos de la intervención ciudadana,  a  fin  de  cumplir  con  lo  establecido  en el artículo 7 del Decreto 2067 de  1991.   

Cumplidos  los trámites constitucionales y  legales  propios  de los procesos de constitucionalidad, la Corte Constitucional  procede a decidir acerca de la demanda en referencia.   

     

I. NORMA  DEMANDADA.     

El  texto de la disposición demandada, tal  como  aparece  publicado  en  el  Diario  Oficial  No.45658,  es  el  siguiente:   

Ley 906 de 2004  

(agosto 31)  

“Por  la  cual  se  expide  el Código de  Procedimiento Penal”   

EL CONGRESO DE COLOMBIA  

DECRETA:  

(…)  

Artículo  184.  Admisión.  Vencido  el  término  para  interponer  el  recurso, la demanda se  remitirá  junto con los antecedentes necesarios a la Sala de Casación Penal de  la  Corte  Suprema  de Justicia para que decida dentro de los treinta (30) días  siguientes sobre la admisión de la demanda.   

No será seleccionada, por auto debidamente  motivado  que  admite  recurso  de  insistencia  presentado  por  alguno  de los  magistrados  de  la  Sala  o  por  el  Ministerio  Público,  la  demanda que se  encuentre  en cualquiera de los siguientes supuestos: si el demandante carece de  interés,  prescinde  de  señalar  la  causal,  no  desarrolla  los  cargos  de  sustentación  o  cuando  de  su  contexto  se  advierta  fundadamente que no se  precisa    del   fallo   para   cumplir   algunas   de   las   finalidades   del  recurso.   

En  principio,  la Corte no podrá tener en  cuenta  causales  diferentes  de  las  alegadas  por el demandante. Sin embargo,  atendiendo  a  los  fines  de  la  casación,  fundamentación  de  los  mismos,  posición  del  impugnante  dentro  del  proceso  e  índole  de la controversia  planteada,   deberá  superar  los  defectos  de  la  demanda  para  decidir  de  fondo.   

En    caso    contrario,   se  fijará  fecha  para  la  audiencia  de  sustentación  que  se  celebrará  dentro  de  los  treinta  (30)  días  siguientes,  a la que podrán  concurrir  los no recurrentes para ejercer su derecho  de contradicción dentro de los límites de la demanda.   

Artículo     230.     Excepciones  al  requisito  de  la  orden  escrita  de la Fiscalía  General  de  la  Nación  para  proceder  al registro y allanamiento.  Excepcionalmente  podrá  omitirse la  obtención  de  la  orden escrita de la Fiscalía General de la Nación para que  la   Policía   Judicial   pueda   adelantar   un   registro   y   allanamiento,  cuando:   

1.    Medie  consentimiento  expreso  del  propietario  o  simple tenedor del bien objeto del  registro,  o  de quien tenga interés por ser afectado durante el procedimiento.  En  esta  eventualidad,  no  se considerará como suficiente la mera ausencia de  objeciones  por  parte  del interesado, sino que deberá acreditarse la libertad  del afectado al manifestar la autorización para el registro.   

2.  No  exista una expectativa razonable de  intimidad  que  justifique  el  requisito  de la orden. En esta eventualidad, se  considera  que  no  existe  dicha  expectativa  cuando el objeto se encuentra en  campo abierto, a plena vista, o cuando se encuentra abandonado.   

3.  Se  trate  de situaciones de emergencia  tales  como  incendio,  explosión,  inundación  u  otra  clase de estragos que  pongan en peligro la vida o la propiedad.   

4. Se lleve a cabo un registro con ocasión  de la captura del indiciado, imputado, acusado, condenado.   

Parágrafo. Se considera también aplicable  la  excepción a la expectativa razonable de intimidad prevista en el numeral 2,  cuando  el  objeto  se  encuentre  a  plena  vista  merced  al auxilio de medios  técnicos  que  permitan  visualizarlo  más  allá  del  alcance  normal de los  sentidos.   

Artículo     445.     Clausura    del    debate.  Una  vez  presentados  los  alegatos,  el  juez declarará que el  debate  ha  terminado  y,  de ser necesario, podrá decretar un receso hasta por  dos   (2)   horas   para  anunciar  el  sentido  del  fallo.   

     

I. LA  DEMANDA.     

Expone  el  accionante  que  los artículos  demandados  vulneran  los artículos 15, 32, 116 inciso final y 250, numerales 2  y 4, de la Constitución Política de Colombia.   

En cuanto al artículo 184 de la Ley 906 de  2004,  el demandante considera que la expresión “se  fijará  fecha  para  la  audiencia de sustentación que se celebrará dentro de  los  treinta  (30)  días  siguientes,  a  la  que podrán concurrir”,  debe ser declarado inexequible puesto que el Acto legislativo  03  de  2002  donde  se  implementó  el  sistema  acusatorio y se dio paso a la  oralidad  sólo  es  aplicable, por sus características, a la etapa del juicio.   

Argumenta  el accionante que la oralidad se  va  a  aplicar  “en  el proceso penal en la primera  instancia  –o en los casos  de  única  instancia  –,  porque  es allí donde se presenta la teoría del caso a través de los alegatos  de  apertura,  se  interrogan  y contrainterrogan a los testigos, se presenta la  evidencia  demostrativa,  se  incorporan  y  autentican los elementos materiales  probatorios  y la evidencia física, se presentan las objeciones, se exponen los  alegatos  finales y se indica el sentido del fallo,”  pero  según  el  actor, no tiene sentido ni cumple función alguna aplicarlo al  recurso  extraordinario  de  casación. “De allí en  adelante,  y  de  manera  particular  en  sede  del  recurso  extraordinario  de  casación,  no  se  requiere  volver  a  hablar  de  juicios  orales, públicos,  contradictorios,  concentrados  y  con inmediación de las pruebas, porque allí  no  se van a exponer teorías del caso a través de los alegatos de apertura, no  se  van  a  interrogar  y  contrainterrogar a los testigos, no se va a presentar  evidencia  demostrativa,  no  se  van  a  exponer  alegatos  finales, ni se va a  indicar  el  sentido del fallo”. En conclusión para  el   demandante  el  apartado  demandado  “no  solo  desconoce  las  características  del  nuevo sistema procesal, y convierte dicha  sustentación  en  un acto procesal innecesario, injustificado y contrario a los  fines  del juicio oral, público, concentrado y contradictorio, sino que además  desconoce los fines del recurso extraordinario de casación”.   

Con  referencia  al artículo 445 de la Ley  906  de  2004  el  actor solicita se declare inexequible el aparte que establece  que  quien anuncia el sentido del fallo es el juez, y no el jurado en las causas  criminales,  con  lo  cual  resulta  contrario a la Constitución Política y al  Acto  Legislativo 03 de 2002. Para el demandante, el mencionado acto legislativo  creó   la  institución  del  jurado  en  las  causas  criminales  y  modificó  “la  función  del juez de indicar o dar el sentido  del   fallo.”   Por   lo   anterior  concluye  que  “el  artículo 445 de la Ley 906 de 2004, establece  que  quien  anuncia  el  sentido  del fallo es el juez de conocimiento, y no los  particulares  investidos transitoriamente de la función de administrar justicia  en la condición de jurados en las causas criminales.”   

En relación con el artículo 230 numeral 1  de  la  Ley  906 de 2004, el actor solicita declararlo inexequible porque prevé  la  vulneración  del  derecho  a  la  intimidad  (art.  15  CP) por parte de la  Policía  Judicial,  quien  al supuesto amparo del consentimiento del morador de  la  vivienda,  y  sin  que  exista  orden de autoridad judicial competente o una  situación    de    flagrancia    que   lo   justifique,   puede   realizar   el  allanamiento.   

Para el demandante, la autoridad competente  para  emitir  dichas  órdenes  es  la  Fiscalía General de la Nación, como lo  establece  el  artículo  250  de  la  Carta.  Concluye  el accionante diciendo:  “No  existe  otra  posibilidad.  Pretender hacerlo,  como  lo  hace  la  norma demandada, es asignar una potestad a quien no la puede  ostentar,  como lo es la función investigativa, conformada por funcionarios que  no  son  judiciales,  ni  que  tienen  el carácter, y que al hacerlo le permite  actuar  –  a la policía  judicial  – sin que medie  una orden judicial, y sin que exista situación de flagrancia.”   

     

I. INTERVENCIONES     

     

1. Del Ministerio del  Interior y de Justicia     

La  Nación-Ministerio  del  Interior  y  de  Justicia,  intervino  en el presente proceso a través de apoderado y solicita a  la  Corte  Constitucional  dictar una sentencia inhibitoria, en relación con el  artículo  184 inciso final y artículo 445 en la expresión “para anunciar el  sentido  del  fallo”,  “por  cuanto la demanda no  cumple  con  los  requisitos  legales  necesarios  para  realizar  un  examen de  constitucionalidad  de  dichas normas”; en cuanto al  artículo  230  numeral  1,  solicita  a  la  Corte  Constitucional  declarar la  exequibilidad  del  artículo.  Para  fundamentar  sus  solicitudes  expone  los  siguientes argumentos.   

Considera  el  interviniente  que  el  actor  realizó  una  interpretación muy restringida del artículo 250 numeral 4 de la  Constitución  Política,  “cuando  afirma  que  el  “juicio”  al  cual  se refiere dicha norma superior para que opere en él la  oralidad,  es  solamente  la  primera  o  única  instancia y no las actuaciones  procesales  subsiguientes  como  los  recursos  y  en  particular  el recurso de  casación”.  Así  mismo considera el apoderado del  Ministerio  del  Interior  y  de Justicia que “desde  ninguna  perspectiva  hermenéutica,  se  encuentra  fundamento para afirmar que  este  es  el  alcance  de  dicho  concepto,  contenido en la norma invocada como  violada  por  parte  del  artículo  184, inciso final, del CPP, en la medida en  que,  en  primer  lugar,  el  constituyente no efectuó precisión alguna a este  respecto  y,  en  segundo  lugar,  conforme  a  la  acepción  natural  de dicho  concepto,  contenida  en  el  Diccionario  de  la Real Academia Española, en su  acepción  general,  significa  “conocimiento de una  causa   en  la  cual  el  juez  ha  de  pronunciar  la  sentencia”,  causa  que, en criterio de este ministerio, solo finaliza cuando  la  sentencia se encuentre ejecutoriada; es decir, incluye las instancias en las  cuales  se  resuelven  los  respectivos recursos, entre ellos el de Casación”  (negrilla  en  el  texto).   

Un   segundo   aspecto,   a   juicio   del  interviniente,  es  que  el  actor “no cumple con el  requisito  de  suficiencia  de  las razones de inconstitucionalidad alegadas”,  por  lo que se concluye que  la   Corte   no   podría   proferir   “un  fallo  de fondo, en los términos señalados en el artículo  2  del  Decreto  de  1991  y,  por  tanto,  habrá  de  conducir a una sentencia  inhibitoria por ineptitud sustancial de la demanda.”   

En  relación con el artículo 445 de la Ley  906  de  2004,  en  la  expresión  “para  anunciar  el  sentido del fallo”,  considera   el   interviniente  que  “el  actor  no  presenta  argumentos  suficientes  para  fundamentar  su  inconstitucionalidad y  parte  de  una  apreciación  subjetiva  del  actor  respecto  del alcance de lo  dispuesto  en el 116 de la Constitución, modificado por Acto Legislativo No. 03  de  2002,  sobre  la posibilidad de investir transitoriamente a los particulares  de  la  función  de  administrar  justicia,  en la condición de jurados en las  causas  criminales,  pues  considera  que  esta  disposición  le  esta dando un  mandato  absoluto  y  perentorio al Legislador para que implemente la figura del  Jurado  en  las causas criminales, dada su obligación de implementar el sistema  acusatorio,  como  lo ordena el artículo 4 transitorio, inciso 3 del mencionado  Acto  Legislativo,  lo  cual ni es cierto, ni está fundamentado suficientemente  en  el  escrito  de  acusación  de la norma” por lo  anterior  estima  que  lo  planteado  conduce  a  una  sentencia inhibitoria por  ineptitud sustancial de la demanda.   

En cuanto al artículo 230 numeral 1 del CPP,  el  interviniente  estima que “resulta ajustado a la  Constitución  el  ingreso  al  domicilio  ajeno  del  delincuente, cuando medie  autorización  expresa  e  inequívoca  del  morador de dicho domicilio, bajo el  entendido  que  dicho  ingreso,  en  la modalidad de registro o allanamiento, no  afecte  derechos  fundamentales  superiores  al  de  la  intimidad  del morador,  derecho  éste  de  intimidad  del  cual  estaría  disponiendo libremente dicho  morador   al   expresar   su   consentimiento  al  allanamiento  o  registro”.  El  Ministerio  del Interior y de Justicia fundamenta  lo  dicho  en  el  párrafo  anterior  en  la sentencia C-176 de 2007, MP. Marco  Gerardo Monroy Cabra.   

     

1. Del  Instituto  Colombiano de Derecho Procesal     

El Instituto Colombiano de Derecho Procesal,  interviene  a través de apoderado en el proceso de la referencia para solicitar  que  la  Corte  declare  inexequible  el  artículo 184 parcialmente demandado y  exequibles  los  apartes demandados de los artículos 230 y 445 de la Ley 906 de  2004.   

En   primer   lugar,   en   cuanto  a  la  constitucionalidad  de  la  expresión  “se fijará fecha para la audiencia de  sustentación  que  se celebrará dentro de los treinta (30) días siguientes, a  la  que  podrán  concurrir (…)” contenida en el artículo 184 de la Ley 906  de  2004, el interviniente señala que es inconstitucional, en razón de que los  principios  del  sistema  acusatorio  no  tienen  aplicación  en  el recurso de  casación:   “considero   que   la  oralidad  como  principio,  es  obligatoria  en  el  desarrollo  del  proceso  penal, pero en la  audiencia  de sustentación del recurso de casación, pierde completa eficacia y  utilidad,  pues  en  ella no existe ni la inmediación, ni la concentración, ni  la  contradicción,  es  decir,  la  oralidad  como  característica  propia del  sistema  penal  colombiano con corte acusatorio pierde su finalidad y fundamento  en  dicha audiencia, toda vez que el sujeto recurrente se limita a dar lectura a  la  demanda  de  casación  o  hacer  un  resumen  de la misma, sin que en dicha  audiencia  exista  la  exposición  de  la  teoría  del  caso o la práctica de  pruebas  o  la exposición de argumentos jurídicos encontrados”. Concluye  diciendo  que “la oralidad se  ve  menguada  en  el  recurso de casación y es por este motivo que considero la  norma   cuestionada   como  inconstitucional  pues  la  misma  es  ajena  a  las  finalidades y principios del sistema penal acusatorio”.   

En  segundo  lugar,  en  relación  con  la  constitucionalidad  del artículo 230 de la Ley 906 de 2004, el interviniente lo  encuentra  ajustado  a  la  Constitución “siempre y  cuando  el  ente  investigador,  de  manera  excepcional  al  no  contar  con la  respectiva  orden judicial, cuente con el consentimiento expreso del propietario  o  de  la  persona  que  va  a resultar afectada con el allanamiento o registro,  consentimiento  libre,  voluntario  e  independiente  de  presiones,  pues de lo  contrario,  es decir, si el consentimiento se encuentra viciado la diligencia de  allanamiento  es nula y las pruebas obtenidas en la misma deberán ser excluidas  de la investigación”.   

En  tercer  y  último  lugar, en cuanto al  aparte    “para    anunciar    el    sentido   de  fallo”  del artículo 445 de la Ley 906 de 2004, el  interviniente     considera     que    es    constitucional    y    “acorde  con  la  finalidad impuesta por el legislador al sistema  penal  colombiano, sin embargo es de aclarar que si bien el Acto Legislativo 003  de  2002  consideró  importante  la  creación  de  los  jurados  en las causas  criminales,  su  no  implementación,  no  crea  ninguna incompatibilidad con la  Constitución,  pues  finalmente  quien toma la decisión y pronuncia el sentido  del  fallo  es un tercero imparcial, descontaminado de la prueba, con lo cual se  garantizan  los  derechos  del  acusado  y  de los demás sujetos procesales”.   

     

1. Intervención  Ciudadana     

Hernando  Barreto  Ardila,  interviene en el  proceso  en  curso y solicita que se declare inexequible la parte que reza “se  fijará  para  la  audiencia  de  sustentación  que se celebrará dentro de los  treinta  (30) días siguientes, a la que podrán concurrir”, del artículo 184  de la Ley 906 de 2004.   

Considera  el interviniente que “la  oralidad  fue  dispuesta  en el Acto Legislativo 003 de 2002  únicamente  para  la  fase  del  juicio,  en  cuanto allí cobra importancia el  debate  concentrado  referido a la práctica o aducción de pruebas por parte de  los  contendientes,  ante  un  juez  que  actúa  como  tercero y que anuncia el  sentido   del   juicio  una  vez  finalizado  el  debate  oral”.  Por  lo  expuesto  anteriormente  el interviniente cree innecesario  que  el  recurso de casación sea sustentado en audiencia oral, puesto que allí  no  se  practican  ni  aduce pruebas, en palabras del interviniente “es  evidente  que  si la oralidad tiene sentido en la practica y  aducción  concentrada  de  las  pruebas,  no  se  aviene con la razón común y  traspasa  el  límite  dispuesto por el artículo 250 de la Carta Política, que  el  legislador  haya  dispuesto  en  la  Ley  906  de  2004  la  celebración de  audiencias  orales  para  sustentar  el recurso de casación o el de apelación,  cuando  allí  no  hay  oportunidad  de  practicar  o  aducir pruebas, sino para  escuchar  los argumentos de impugnantes y no recurrentes, los cuales bien pueden  estar  contenidos  en  un  escrito,  sin  que  por  ello se afecte la estructura  medular del sistema acusatorio”.   

Observa    además    que   “el   aparte   demandado   limita   indebidamente   y  de  manera  irrazonable  el  derecho fundamental de acceso a la administración de justicia,  pues  obliga  a los sujetos procesales en trámites adelantados fuera de la sede  de  la  Corte  Suprema  de  Justicia asumir los costos de traslado de su abogado  para  sustentar  el  recurso,  cuando  ya  obra  en  el expediente la respectiva  demanda”.   

Por   lo   anterior   estima   pertinente  “declarar   inexequible   el   aparte   normativo  demandado,  pues  desborda  el  precepto constitucional suficientemente claro al  señalar  que  la  oralidad  es propia del juicio, no de las otras fases y tanto  menos  del  trámite  extraordinario  de casación ulterior a la clausura de las  instancias”.    Solicita   además   “por  unidad  de  materia  y por las mismas razones, es necesario  también  declarar inexequible los apartes que se ocupan de la sustentación del  recurso  de  apelación  interpuesto contra autos (inciso 1 del artículo 178) y  sentencias (inciso 2 del artículo 179)”.   

     

I. CONCEPTO  DEL  PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN     

El Procurador General de la Nación, mediante  concepto  No.  4799  del  2  de  agosto  de 2009, solicita a la Corte se declare  inhibida  de  pronunciarse  frente a los cargos contra los apartes demandados de  los  artículos  184 y 445 de la Ley 906 de 2004, por ineptitud sustancial de la  demanda  y  declarar inexequible el numeral 1 del artículo 230 de la Ley 906 de  2004. A continuación se resumen las razones de su solicitud.   

Considera el Ministerio Público en relación  con  el  artículo 184 de la Ley 906 de 2004 que “el  ciudadano  no  consiguió construir un cargo de inconstitucionalidad, por cuanto  las  razones expresadas fueron impertinentes para que procediera un análisis de  fondo   sobre   el   mismo”.  De  igual  manera  se  pronunció   respecto   del   artículo   445   de   la  Ley  906  de  2004,  en  cuanto   “no   acusa   la   vulneración   de   la  Constitución  sino  razones de conveniencia, capricho o deseo que no encuentran  cobijo   en   el   control   abstracto  de  constitucionalidad”.  En  consecuencia  “dada  la  falta  de  pertinencia,  certeza y suficiencia de las acusaciones contra los artículos 184  inciso  final  y  445  de  la  Ley  906, el Ministerio Público considera que el  demandante   no   consiguió  trabar  los  cargos,  situación  que  acarrea  la  declaración  de  inepta demanda y la consecuente inhibición por parte del alto  tribunal constitucional”.   

En  cuanto  al artículo 230 numeral 1 de la  Ley  906  de  2004,  solicita  el  Ministerio Público se declare inexequible, y  arguye lo siguiente:   

“De la regla jurisprudencial señalada se  deriva  que  las diligencias de registro y allanamiento requieren orden judicial  para  su  práctica,  que  excepcionalmente  al  Fiscal le corresponde emitir la  orden  en  casos  concretos,  y  que  la  salvedad  a  esa  orden judicial es la  flagrancia.  Ahora  bien,  el supuesto que es sometido a estudio, la ausencia de  orden  judicial  que  se  convalida  con  el  consentimiento libre y expreso del  propietario,  tenedor  o  interesado,  para  que  sea la Policía Judicial quien  discrecionalmente  adelante un registro y allanamiento de domicilio, no se ubica  dentro  de las causales que constitucionalmente dan lugar a la justificación de  la  actuación sin orden judicial”. Continua su explicación: “En este caso,  en  efecto  el  legislador consagró una excepción a la excepción al principio  de  reserva judicial mediante orden escrita por el competente en la práctica de  diligencias  de  carácter  penal,  holgura que claramente desborda los límites  impuestos  a  las  autoridades  en  aquellas actuaciones que restringen derechos  fundamentales  como  en este caso sucede con el de intimidad y la inviolabilidad  de  domicilio”.  Concluye:  ”La posibilidad de que los ciudadanos puedan ser  abordados  en  su  propio  domicilio  directamente por la Policía Judicial para  que,  en  el  mismo acto y bajo la intimidación que el mismo operativo produce,  otorgue  libre  y expresamente su consentimiento, plantea situaciones en las que  fácilmente  y, pese a las cautelas tomadas por el legislador, se abra una larga  compuerta  que permita que las autoridades de Policía Judicial se tomen amplias  licencias  en  la interferencia de los derechos fundamentales de los ciudadanos,  que  por  lo  demás puede conllevar a que bajo resguardo legal pueda incurrirse  en abuso de autoridad”.   

I. CONSIDERACIONES Y  FUNDAMENTOS.     

     

1. Competencia     

En  virtud  de lo dispuesto por el artículo  241-4  Superior,  la  Corte  Constitucional  es  competente  para conocer de las  demandas  de  inconstitucionalidad  contra normas de rango legal, como la que se  acusa en la demanda que se estudia.   

     

1. Cuestión previa:  ineptitud   sustantiva   de   algunos   de   los   cargos   planteados   en   la  demanda     

Para  el  Procurador General de la Nación y  para  el  interviniente  del  Ministerio  del Interior y de Justicia, dos de los  cargos  planteados  por  el  demandante no cumplen con los requisitos necesarios  para provocar un pronunciamiento de fondo.   

En efecto, en relación con los cargos contra  las  expresiones “se fijará fecha para la audiencia  de  sustentación que se celebrará dentro de los treinta (30) días siguientes,  a  la que podrán concurrir,” contenida en el inciso  final  del  artículo  184,  y  “para  anunciar  el  sentido  del  fallo”, contenida en el artículo 445  de  la Ley 906 de 2004, tanto el Procurador como el interviniente del Ministerio  resaltan  que  el  demandante  hace una interpretación amañada del alcance del  artículo  250  de  la Carta, sin exponer razones constitucionalmente relevantes  para examinar si tales apartes son o no exequibles.   

La  Corte  ha señalado de manera reiterada  que  el  ejercicio de la competencia rogada que tiene para asegurar “la  integridad  y supremacía de la Constitución”  en  los  estrictos  términos  del  numeral  4  del artículo 241  CP,1  depende de que los ciudadanos efectivamente presenten una demanda  que   le   permita  a  la  Corte  ejercer  su  función  como  guardiana  de  la  Constitución  y  contrastar  la  norma  legal  con  el  precepto constitucional  supuestamente  vulnerado  y  hacer un pronunciamiento de fondo frente a un cargo  cierto, claro, específico, pertinente y suficiente.   

Dado   el   carácter   popular   que  la  Constitución  misma  le  atribuye  a la acción pública de inexequibilidad, la  demanda  debe ser analizada a la luz del principio pro  actione.  Sin  embargo,  en ella deben concurrir unas  condiciones  mínimas  que  permitan  guiar  la  labor del juez constitucional y  orientar,  asimismo,  el debate de los intervinientes en el proceso que pretende  instarse.   

El Decreto 2067 de 1991, en su artículo 2º  prescribe  que  la  demanda  debe  contener:  (i) el señalamiento de las normas  acusadas  como  inconstitucionales, trascribiéndolas literalmente por cualquier  medio  o aportando un ejemplar de la publicación oficial; (ii) el señalamiento  de  las  normas constitucionales infringidas; (iii) las razones que sustentan la  acusación,   esto  es,  el  por  qué  se  estima  que  se  violan  los  textos  constitucionales;   (iv)   si  se  acusa  quebrantamiento  del  debido  trámite  legislativo,  entonces  debe  señalarse cuál es el trámite que debió haberse  observado,  y  ;  (v) la razón por la cual la Corte es competente. No obstante,  no  es  suficiente  la  observancia formal  de  esos  requisitos.  Además  de  las  exigencias  formales, es  importante  determinar  el  objeto de la demanda, la razón por la cual la Corte  es  competente  para conocer de ella, y el concepto de la violación.   

El concepto de la  violación se formula debidamente cuando (i)    se    identifican   las   normas  constitucionales     vulneradas;    (ii)  se  expone  el  contenido normativo de las disposiciones acusadas  -lo   cual  implica  señalar  aquellos  elementos  materiales  que  se  estiman  violados-;   (iii)   y  se  expresan   las   razones   por  las  cuales  los  textos  demandados  violan  la  Constitución.    Esas    razones    –según  amplia  y  reiterada  jurisprudencia de la Corte- deben ser  razones      claras,  ciertas,   específicas,        pertinentes      y      suficientes.2   

En  el asunto bajo estudio, en relación con  los  cargos  contra  la expresión “se fijará fecha  para  la audiencia de sustentación que se celebrará dentro de los treinta (30)  días  siguientes,  a  la  que  podrán  concurrir,”  contenida  en  el  inciso  final  del  artículo  184  de la Ley 906 de 2004, el  demandante  señala  razones  de  inconveniencia  frente  al  hecho  de  que  el  legislador   haya   extendido  la  oralidad  a  la  sustanciación  del  recurso  extraordinario  de  casación,  pues a su juicio, la oralidad solo tiene sentido  en  la  etapa  del  juicio.  Tal  señalamiento,  no contiene una exposición de  razones   ciertas,   suficientes   y   pertinentes   desde  el  punto  de  vista  constitucional  que  permitan comprender por qué el demandante considera que la  oralidad  en  esta etapa sería contraria a la Carta. En esa medida no existe un  cargo susceptible de análisis por parte de la Corte.   

Por  su  parte,  en  cuanto  a la expresión  “para  anunciar  el  sentido  del fallo”,  contenida  en  el  artículo  445  de  la Ley 906 de 2004, el  demandante  considera que es contraria al Acto Legislativo 03 de 2002, porque le  asignó  al  juez  la  función  de  anunciar  el sentido del fallo y, según su  comprensión,  en  el sistema penal acusatorio tal función sólo corresponde al  jurado  en las causas criminales. Sin embargo, ni del artículo 116 de la Carta,  ni  del  texto  de  la  norma  acusada  surge  la  interpretación  que  hace el  demandante.   Tampoco   resulta   claro  en  qué  consiste  el  cuestionamiento  constitucional.  No  existen,  por  lo tanto, razones ciertas ni suficientes que  permitan  un  análisis del cargo planteado por el demandante y en esa medida el  cargo es inepto.   

Por  lo anterior, la Corte Constitucional se  inhibirá  de  pronunciarse  de fondo frente a los cargos contra las expresiones  “se   fijará   fecha   para   la   audiencia   de  sustentación  que  se celebrará dentro de los treinta (30) días siguientes, a  la  que  podrán  concurrir,” contenida en el inciso  final  del  artículo  184,  y  “para  anunciar  el  sentido  del  fallo”, contenida en el artículo 445  de la Ley 906 de 2004.   

     

1. El  problema  jurídico     

En  el presente caso, corresponde a la Corte  resolver el siguiente problema jurídico:   

¿Vulnera el principio de la inviolabilidad  del  domicilio  y  el  derecho a la intimidad, permitirle a la policía judicial  allanar  y  registrar  un  domicilio sin orden de autoridad judicial competente,  cuando  medie  el  consentimiento  expreso  del propietario o simple tenedor del  bien  objeto del registro, o de quien tenga interés por ser afectado durante el  procedimiento?   

Con el fin de resolver el anterior problema  jurídico,  la  Corte  recordará  brevemente la línea jurisprudencial sobre la  inviolabilidad   del   domicilio,   la   necesidad   de  orden  judicial  previa  –  como  regla general –  para  adopción  de  medidas  de  investigación  que  impliquen  afectación de  derechos  fundamentales  y  el  control  posterior  que  debe ejercer el juez de  control  de  garantías  cuando  se adelanten  registros y allanamientos, y  con base en ese marco juzgará la norma cuestionada.   

     

1. La  protección  constitucional   del   derecho  a  la  inviolabilidad  del  domicilio.  Límites  constitucionales  a  la  potestad de configuración del legislador en materia de  inviolabilidad  del  domicilio  y  la  exigencia  de  respeto  del  principio de  proporcionalidad     

4.1.  De  conformidad  con  el artículo 28  Superior  “Nadie puede ser molestado en su persona o  familia,  (…)  ni  su  domicilio  registrado,  sino  en  virtud de mandamiento  escrito  de  autoridad  judicial  competente, con las formalidades legales y por  motivo    previamente   definido   en   la   ley.”   

Sobre este derecho la Corte ha señalado que  “goza  de  protección  del  Estado y que, al mismo  tiempo,  hace parte del núcleo esencial de los derechos a la intimidad personal  y  familiar  (artículo 15), a la libertad y seguridad individual y la propiedad  de    las    personas    (artículo   58   de   la   Constitución).”3   En   esa   medida,  se  ha  señalado   que  la  protección  del  domicilio  comprende  la  protección  de  “además  de  los  lugares  de  habitación,  todos  aquellos  espacios  cerrados,  en  donde  las  personas  desarrollan  de  manera  inmediata  su  intimidad  y  su  personalidad  mediante el libre ejercicio de su  libertad.”4   

Esta  garantía  constitucional  tiene  por  objeto   “proteger  los  ámbitos  en  los  que  se  desarrolla    la    intimidad    o    privacidad   de   la   persona,”5    pero    “tiene  un  carácter  relativo  y (…) por consiguiente, puede ser  limitado  en  razón  de  proteger  otros derechos y valores con gran relevancia  constitucional.”    

También ha señalado esta Corporación que  la  regulación  de  este  derecho  está sometido a una estricta reserva legal,  como  quiera  que  además  de  las  excepciones expresamente consagradas en los  artículos  326            y            2507   de   la   Carta,  solo  el  legislador  tiene  la  competencia  para determinar expresamente los motivos que  facultan    la    realización    de    allanamientos    y    registros   a   un  domicilio”.8   

De  conformidad  con  el  artículo 28 de la  Constitución,  por  regla  general,  son  tres  los  requisitos  exigidos a las  autoridades  para  registrar  un  domicilio: (i) la existencia de un mandamiento  escrito  de  autoridad  judicial  competente; (ii) el respeto a las formalidades  legales  y  (iii)  la  existencia  de  un  motivo  previamente  definido  en  la  ley.9  El  cumplimiento de estos tres requisitos ha sido valorado por la  Corte   Constitucional   al   examinar  normas  que  limitan  el  derecho  a  la  inviolabilidad del domicilio.   

Como excepciones a este régimen general que  exige  una  orden  judicial  previa  para el ingreso a domicilio ajeno, la Carta  establece  expresamente  dos:  (i)  en  el artículo 32 Superior, que permite el  ingreso  “de los agentes de la autoridad”  al  domicilio  donde  se refugia el delincuente sorprendido en  flagrancia;  y  (ii) en el artículo 250, numeral 3, que autoriza a los fiscales  a  ordenar  y  practicar allanamientos, con control posterior por parte del juez  de control de garantías.   

Fuera de estas dos excepciones, el artículo  28  de  la  Carta ha autorizado al legislador a establecer otros motivos por los  cuales  se  podría  ingresar  a domicilio ajeno. Sobre este tipo de medidas, la  Corte   Constitucional   se   ha   pronunciado  en  varias  ocasiones  sobre  su  exequibilidad.  Así  en la sentencia C-041 de 1994,10   la  Corte  Constitucional  declaró  ajustadas  a  la  Carta varias disposiciones del Código del Menor que  autorizaban  a  los  defensores y comisarios de familia a realizar allanamientos  para   rescatar   menores   que   se   encontraran  en  situaciones  de  peligro  extremo.11  En  dicha  sentencia, la Corte efectuó un análisis cuidadoso de  la  colisión  de  derechos  y  de las condiciones en las cuales el rescate como  medida  preventiva  de  protección  no  requiere  de la intervención previa de  autoridad   judicial   y   señaló   que  era  “la  actualidad  e inminencia de un daño considerable que puede afectar la vida o la  integridad  física  del  menor” la que excusaba la  presencia  del  juez  en  la  diligencia  de  allanamiento  y  autorizaba  a los  comisarios  de  familia  realizar  allanamientos con fines de rescate, cuando se  hubiera  establecido  sumariamente la situación de grave peligro que afronta el  menor.   

En  la  sentencia  C-657  de 1996, la Corte  Constitucional  declaró  exequibles los artículos del Código de Procedimiento  Penal12   que   regulaban   los   requisitos   para  la  realización  del  allanamiento  sin  orden  judicial  escrita  y  los  allanamientos  especiales a  lugares  amparados  por  inmunidad  diplomática.  En  esa  sentencia  la  Corte  puntualizó  que  los requisitos exigidos a las autoridades para el registro del  domicilio  son  tres: la existencia de mandamiento escrito de autoridad judicial  competente,  el  respeto  a  las  formalidades  legales  y un motivo previamente  definido  en  la ley. “De estos requisitos, (…) se  desprenden  las  siguientes consecuencias: el respeto al debido proceso que debe  presidir  la expedición de una orden de allanamiento y su práctica, la reserva  legal  pues  sólo  la ley puede establecer los eventos en los cuales es posible  el  registro  del domicilio y por último, una reserva judicial ya que una orden  de  esta  naturaleza  proviene,  según  el  nuevo  ordenamiento constitucional,  exclusivamente  de  las autoridades judiciales y cabe aclarar que, en el ámbito  penal,  esas  autoridades  son la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de  Justicia,  las  Salas  Penales  de  los  Tribunales Superiores, los jueces de la  República  en  lo  penal, la Fiscalía General de la Nación y el Senado cuando  ejerce las funciones de juzgamiento”.   

En  1999, en la sentencia C-505 de 1999, MP:  Alejandro  Martínez  Caballero  la  Corte  declaró  exequible  una  norma  del  Estatuto                  Tributario13  que autorizaba a la DIAN a  ordenar  el  registro de establecimientos comerciales e industriales de empresas  para  impedir que las pruebas fueran alteradas, ocultadas o destruidas. La Corte  concluyó  que,  si  bien es cierto, esos lugares hacían parte del domicilio de  la  persona  jurídica,  el  derecho a la inviolabilidad del domicilio puede ser  limitado  para  alcanzar  una  finalidad constitucional importante, en este caso  “la   motivación   del  acto  administrativo  que  autoriza  la diligencia debe justificar suficientemente las razones que conducen  a  tomar  la  decisión  del  registro  y  debe  precisar  igualmente su ámbito  material,   el   cual   debe  estar  directamente  vinculado  al  objeto  de  la  investigación  tributaria.  (…)  Por  consiguiente,  debe  entenderse  que la  facultad  de  la  DIAN  para  registrar las oficinas del contribuyente impone el  deber  de  abstención  de  la administración frente a los datos irrelevantes o  impertinentes        a        la        investigación        fiscal”.14   

En  la  sentencia  C-176 de 2007, MP: Marco  Gerardo  Monroy  Cabra, la Corte Constitucional declaró exequible una norma del  Código  Nacional  de  Policía que autorizaba a “la  policía”  a  penetrar en los domicilios ajenos sin  mandamiento  escrito  de  autoridad  judicial  y  sin el permiso del morador del  domicilio,    en    situaciones    de   “imperiosa  necesidad”.15       “Las  situaciones  en  los  que  se  autoriza  el  allanamiento  por  “imperiosa  necesidad”,  (…)  muestra la excepcionalidad de la medida y la  condiciona  a  situaciones  extremas  de  inexcusable intervención policiva. De  hecho,        el       significado       usual16  de  la  expresión muestra  que  las autoridades de policía solamente están autorizadas a aplicar la norma  demandada  en  casos  límite, esto es, en situaciones extremas que requieren la  intervención  urgente  y obligatoria de aquellas autoridades para preservar los  derechos  o intereses que se encuentran en grave riesgo de afectarse.”   

En  la  sentencia C-519 de 2007  (M.P. Nilson Pinilla Pinilla), la Corte  declaró  inexequible  el  numeral  4° del artículo 230 de la Ley 906 de 2004,  que  establecía  como  excepción al requisito de orden escrita de la Fiscalía  General  de  la  Nación  para  proceder al registro y allanamiento, el que este  fuera  realizado  de manera concomitante o sucedánea de la captura.17  En  dicha  sentencia,    la    Corte    Constitucional    señaló    que   “autorizar  la ley a la Policía Judicial para practicar registros o  allanamientos    previos,    concomitantes   o   con  posterioridad18  a  la captura del indiciado, imputado,  acusado  o  condenado,  sin  la  orden  escrita  de  la  Fiscalía General de la  Nación,  permite  una  injerencia  indebida  de  quienes  integran  la policía  judicial  en  la  esfera  jurídica  privada  de  los habitantes del país, pues  pueden  ser  sorprendidos  con  un  registro  y  allanamiento  de  su domicilio,  decidido  no  por  la  Fiscalía  General  de  la  Nación,  ni  por  el juez de  garantías,  sino  con  amplitud para interpretar su procedencia pretextando que  se  realiza  con  ocasión  de  la  captura  del  indiciado, imputado, acusado o  condenado,   lo  que  hace  nugatoria  la  garantía  constitucional”.19   

En la sentencia C-256 de 2008 (M.P: Manuel  José  Cepeda  Espinosa),  al  juzgar  una  norma  de la Ley de la Infancia y la  Adolescencia  que  permitía el allanamiento con fines de rescate, la Corte hace  un  recuento  jurisprudencial  de  las  excepciones  al  allanamiento  con orden  judicial     y     resaltó    que    “los  requisitos  para  que  estos  allanamientos administrativos  sean  constitucionales son de diverso orden, pero usualmente versan sobre (i) la  existencia  de  un  peligro  inminente  y  grave;  (ii)  que amenaza la vida, la  integridad,  la seguridad o la salubridad de las personas; y (iii) la existencia  de  elementos  en la regulación demandada que circunscriben el margen decisorio  de  la  autoridad  administrativa  y permiten un control posterior efectivo ante  una  autoridad judicial en caso de presentarse excesos o arbitrariedades . Estos  requisitos  no  han  sido  exigidos  cuando  se  trata de ingresar a (i) lugares  abiertos  al  público,  o  (ii)  cuando  el  morador  del domicilio autoriza el  ingreso  de  las  autoridades  administrativas.  En  cambio,  se  han  declarado  incompatibles  con  la  Carta allanamientos administrativos cuya finalidad es la  búsqueda  de  evidencia  física para efectos penales, en donde ha desaparecido  el  elemento  de  flagrancia,  como  en  el  caso  del  registro  o allanamiento  concomitante  o  sucedáneo  a  la  captura  del  imputado, indiciado, acusado o  condenado”.  En  esa  misma  sentencia  se  hizo un  recuento  de  las  excepciones  al régimen general de  protección  al  derecho  de  inviolabilidad  del  domicilio  con orden judicial  previa,  que facultaban a las autoridades administrativas realizar allanamientos  compatibles     con     la    Carta    Política.20.21   

Más  recientemente, en la sentencia C-131  de  2009  (M.P.  Nilson  Pinilla Pinilla),   la   Corte   declaró  exequible  la  expresión  “la orden expedida por el fiscal deberá  determinar  los  lugares  que  se  van a registrar,”  contenida  en  el  artículo  222  de  la  Ley  906  de  2004, modificado por el  artículo14  de la 1142 de 2007, por considerar que la exigencia de que la orden  de  allanamiento  determine  los  lugares  que  van a ser objeto de registro era  compatible  con  la  protección  constitucional del domicilio. Dijo entonces la  Corte:   

De  ese  modo,  no  se conculca el respeto  exigido  a  la  inviolabilidad del domicilio consagrado en el artículo 28 de la  Constitución,  toda  vez  que  en la orden de registro o allanamiento el Fiscal  deberá   determinar  los  lugares  donde  será  efectiva  la medida y de no poder hacerlo la descripción  exacta  de  aquéllos.  A su vez, se guarda la reserva judicial que debe existir  para  esa  clase de irrupción en los bienes sujetos a esa clase de medida, pues  acorde  con la norma constitucional debe mediar mandamiento escrito de autoridad  competente,  en  este  caso  la  Fiscalía,  con  las  formalidades  legales  ya  señaladas  y  por motivos previamente definidos en la ley (principio de reserva  legal, art. 220 L. 906 de 2004).   

Por  ende se salvaguarda la inviolabilidad  del  domicilio,  la  mayor  preocupación  de los ponentes de la propuesta en la  Cámara  de  Representantes  que  abogaban por esa garantía, pues se evitan las  eventuales arbitrariedades en que pudiera incurrir la autoridad.   

4.2. La Corte Constitucional ha afirmado de  manera  reiterada que la potestad de configuración del legislador al establecer  restricciones  a la libertad individual, es una competencia limitada y ha de ser  ejercida  conforme  a  los  principios  de razonabilidad y proporcionalidad, a fin de que tales limitaciones  no           resulten          arbitrarias.22         Dado  que  el  ejercicio  de  esta potestad de configuración puede  incidir  en  el  goce  de  derechos  constitucionales, la Corte ha dicho que las  limitaciones  deben  ser  adecuadas  para  lograr  el  fin perseguido, deben ser  además  necesarias,  en  el  sentido de que no exista un medio menos gravoso en  términos  de  afectación de otros principios constitucionales para alcanzar el  fin     perseguido     y,     por    último,    deben    ser    “proporcionales               stricto              sensu”,23  esto es, que no se afecten  excesivamente  valores  y  principios  que  tengan  un  mayor  peso  que  el fin  constitucional   que   se  pretende  alcanzar.  “En  relación  con  el  juicio  de  proporcionalidad que el juez constitucional debe  adelantar  sobre  este  tipo  de  disposiciones  que  introducen  límites a los  derechos  fundamentales, la jurisprudencia ha definido que la verificación debe  recaer  no  solo  sobre  el hecho de que la norma logre una finalidad legítima,  sino  que  también  debe  establecerse  si la limitación era necesaria y útil  para   alcanzar   tal  finalidad.  Además,  para  que  dicha  restricción  sea  constitucional,  se  requiere  que  sea  ponderada  o  proporcional  en  sentido  estricto.  ‘Este paso del  juicio  de  proporcionalidad  se  endereza  a  evaluar si, desde una perspectiva  constitucional,  la  restricción de los derechos afectados es equivalente a los  beneficios  que  la  disposición  genera.  Si  el daño que se produce sobre el  patrimonio  jurídico  de los ciudadanos es superior al beneficio constitucional  que  la  norma  está en capacidad de lograr, entonces es desproporcionada y, en  consecuencia,      debe      ser      declarada     inconstitucional’.24”.25   

     

1. La autorización  del  morador  del  domicilio como excepción al requisito de orden escrita de la  Fiscalía  para  la realización de un allanamiento es constitucional. Necesidad  de    control    posterior    por    parte    del    juez    de    control    de  garantías     

5.1.  Según lo que establece el numeral 2°  del  artículo  250  de la Constitución corresponde directamente a la Fiscalía  la  potestad de “adelantar registros, allanamientos,  incautaciones  e interceptación de comunicaciones”,  actuaciones  éstas  sometidas al examen posterior por parte del juez de control  de  garantías,  a más tardar dentro de la 36 horas siguientes, a efecto de que  se  realice  un control amplio e integral de        esas       diligencias.26   

De  tal  previsión constitucional surge con  claridad   que  fue  voluntad  del  Constituyente  facultar  directamente  a  la  Fiscalía    para    adelantar   registros,   allanamientos,   incautaciones   e  interceptación  de  comunicaciones,  como  regla  general, sometidos al control  posterior   del  juez  de  control  de  garantías  y  disponer que en todos los demás eventos en que, para  el  aseguramiento  de  los elementos materiales probatorios, se requiera medidas  adicionales  que  impliquen afectación de derechos fundamentales, tales medidas  deben  estar  sometidas  a  un  control  previo por parte del juez de control de  garantías.27   

Ahora bien, de conformidad con el artículo  28  de la Constitución, son tres los requisitos exigidos a las autoridades para  allanar  y registrar un domicilio: a) la existencia de un mandamiento escrito de  autoridad  judicial competente; b) el respeto a las formalidades legales y c) la  existencia  de  un  motivo  previamente  definido  en  la  ley.  “Para          la          Corte28,   el   respeto   a   las  formalidades  legales  y  la  existencia de un motivo previamente definido en la  ley  -requisitos b) y c)-, hacen referencia  a que en la expedición de una  orden  de allanamiento o de privación de la libertad, como en su ejecución, se  observe  el  debido  proceso,  consagrado  como  principio  en  el  artículo 29  superior.   La  existencia  de un motivo previamente definido hace alusión  al  principio  universal de legalidad, es decir, que sólo la ley puede definir,  y  ha  de  hacerlo  con antelación, las circunstancias en que la naturaleza del  hecho  punible ameriten la privación de la libertad de una persona. Igualmente,  sólo  la ley establecerá los casos en los cuáles puede una autoridad judicial  ordenar  un  registro  domiciliario.  La  Constitución  determinó entonces una  estricta  reserva  legal  en  materia  de  libertad personal e inviolabilidad de  domicilio,  por  lo  cual  estos  derechos  no  pueden ser limitados sino por la  ley.”29    

5.2.  En  ejercicio  de  la  potestad  de  configuración  en  materia  penal,  el  legislador  estableció  una  serie  de  excepciones  a  la  formalidad de la orden escrita de la Fiscalía General de la  Nación  como  condición  previa  a  la  realización  del  allanamiento. Tales  circunstancias  han  sido  reguladas en el artículo 230 de la Ley 906 de 2004 y  dentro  de  ellas  se  encuentra  la  que  prevé  la  autorización expresa del  propietario  o morador del domicilio objeto de registro que pueda verse afectado  con su realización.   

Según  lo  que establece el numeral 1 del  artículo  230 cuestionado, no se requiere la orden escrita de la Fiscalía para  proceder  al  allanamiento  cuando  el  propietario, tenedor del bien objeto del  registro  o  quien pueda verse afectado por la diligencia, autoriza expresamente  su  realización.  Dado  que  la  figura  del  allanamiento  con ocasión de una  investigación  penal,  supone  que una autoridad pública penetra a lugares que  gozan  de protección jurídica, contra la voluntad de sus moradores, con el fin  de  lograr,  entre  otras  cosas,  la captura de una persona que se ha ocultado,  decomisar   una   cosa,  registrar  un  bien,  obtener  pruebas,  controlar  una  perturbación,  o  socorrer  a  una  persona  que  se  encuentre en peligro, tal  circunstancia  ha  hecho  que  para  que  la realización del allanamiento no se  convierta  en  un  acto  arbitrario  de las autoridades, este procedimiento haya  sido  rodeado  de fuertes exigencias constitucionales: a) el mandamiento escrito  de  autoridad  judicial  competente  que  suple  la  falta  de autorización del  afectado  por  el allanamiento; b) el respeto a las formalidades legales y c) la  existencia de un motivo previamente definido en la ley.   

En  el  asunto  bajo  estudio,  el  motivo  previamente  definido  en la ley que justifica esta modalidad de allanamiento es  la  realización  de una investigación penal. La formalidad específica exigida  por  la  norma es que el consentimiento del propietario, o morador del domicilio  o  de la persona afectada con el allanamiento sea dado libremente, razón por la  cual  no  se  considera  suficiente la mera ausencia de objeciones por parte del  interesado.   

No  obstante  lo  anterior,  dado  que  la  excepción  planteada  sólo lo es frente a la exigencia de una orden escrita de  autoridad  judicial,  pero no frente al requisito del control judicial posterior  que  establece  el  numeral  2º  del artículo 250 de la Carta, el allanamiento  excepcional  previsto  en  el numeral 1 del artículo 230 de la Ley 906 de 2003,  debe  someterse  al examen del juez de control de garantías, quien valorará en  cada  caso  si  el  consentimiento  dado  por  el  afectado por la diligencia de  allanamiento  fue  libre  y  expreso, o si por el contrario fue fruto de un acto  arbitrario o abusivo.   

Por  lo  tanto,  la  Corte  Constitucional  declarará  exequible  por los cargos analizados en esta sentencia, el numeral 1  del  artículo 230 de la Ley 906 de 2004, en el entendido de que el allanamiento  realizado  en  las circunstancias previstas en la norma, se debe someter en todo  caso a control posterior del juez de control de garantías.   

     

I. DECISION     

En   mérito  de  lo  expuesto,  la  Corte  Constitucional  de  la  República de Colombia, administrando justicia en nombre  del pueblo y por mandato de la Constitución,   

RESUELVE  

Primero.- Declararse  INHIBIDA  para pronunciarse  de  fondo  por  ineptitud  sustancial  de  la  demanda  contra  las  expresiones  “se   fijará   fecha   para   la   audiencia   de  sustentación  que  se celebrará dentro de los treinta (30) días siguientes, a  la  que  podrán  concurrir,” contenida en el inciso  final  del  artículo  184,  y  “para  anunciar  el  sentido  del  fallo”, contenida en el artículo 445  de la Ley 906 de 2004.   

Segundo.-  Declarar  EXEQUIBLE,  por  los cargos  analizados  en  esta  sentencia, el numeral 1 del artículo 230 de la Ley 906 de  2004,  en  el  entendido  de que el allanamiento realizado en las circunstancias  previstas  en  la  norma,  se  debe someter en todo caso a control posterior del  juez de control de garantías.   

Notifíquese,  comuníquese,  publíquese,  insértese   en   la   Gaceta   de  la  Corte  Constitucional  y  archívese  el  expediente.   

NILSON PINILLA PINILLA  

Presidente  

MARIA VICTORIA CALLE CORREA  

Magistrada  

MAURICIO GONZALEZ CUERVO  

Magistrado  

Impedimento aceptado.  

JUAN CARLOS HENAO PEREZ  

Magistrado  

GABRIEL EDUARDO MENDOZA MARTELO  

Magistrado  

JORGE IVAN PALACIO PALACIO  

Magistrado  

JORGE   IGNACIO   PRETELT   CHALJUB   

Magistrado  

HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO  

Magistrado  

LUIS ERNESTO VARGAS SILVA  

Ausente en comisión  

MARTHA VICTORIA SACHICA MENDEZ  

Secretaria General  

    

1 Ver  entre  muchas  otras,  las  sentencias C-1052 de 2001 y C-717 de 2008 MP: Manuel  José  Cepeda;  C-128  de  2004,  MP: Alfredo Beltrán Sierra; C-142 de 2001 MP.  Eduardo  Montealegre Lynett, C-143 de 1993; MP: José Gregorio Hernández; C-428  de 1996 MP. Carlos Gaviria Díaz.   

2  Sentencia C-1052 de 2001, MP. Manuel José Cepeda Espinosa.   

3  Sentencia  C-176  de  2007,  MP:  Marco  Gerardo Monroy Cabra, SVP: Jaime Araujo  Rentería  en  donde  la  Corte  Constitucional declaró exequible una norma que  autorizaba  a  la  policía  a  penetrar  domicilios  sin mandamiento escrito en  situaciones de peligro extremo.   

4  Sentencia   C-519  de  2007,  MP:  Nilson  Pinilla  Pinilla,  AV:  Jaime  Araujo  Rentería.   

5  Sentencia  C-041  de  1994,  MP:  Eduardo  Cifuentes  Muñoz,  en donde la Corte  declaró  exequibles  las  disposiciones del Código del Menor que autorizaban a  los  defensores  y  comisarios de familia a realizar allanamientos para rescatar  menores en situación de peligro extremo.   

6  Constitución     Política,     Artículo     32.  “El  delincuente  sorprendido  en flagrancia podrá  ser  aprehendido y llevado ante el juez por cualquier persona. Si los agentes de  la  autoridad  lo  persiguieren  y  se refugiare en su propio domicilio, podrán  penetrar  en  él,  para  el acto de la aprehensión; si se acogiere a domicilio  ajeno, deberá preceder requerimiento al morador”.   

7  Constitución  Política,  Artículo  250. “La Fiscalía General de la Nación  está  obligada  a  adelantar  el  ejercicio  de  la acción penal y realizar la  investigación  de los hechos que revistan las características de un delito que  lleguen  a su conocimiento por medio de denuncia, petición especial, querella o  de  oficio,  siempre  y  cuando  medien  suficientes  motivos  y  circunstancias  fácticas  que  indiquen  la posible existencia del mismo. (…) En ejercicio de  sus  funciones  la  Fiscalía General de la Nación, deberá: (…) 2. Adelantar  registros,  allanamientos,  incautaciones  e interceptaciones de comunicaciones.  En  estos  eventos  el  juez  que  ejerza las funciones de control de garantías  efectuará  el control posterior respectivo, a más tardar dentro de las treinta  y  seis  (36)  horas  siguientes,  al  solo efecto de  determinar  su  validez. [Las expresiones tachadas en  este  numeral  fueron  declaradas inexequibles por la Corte Constitucional en la  Sentencia  C-1092 de 2003, MP: Álvaro Tafur Galvis, Salvamento y Aclaración de  Voto  del  Magistrado:  Jaime  Araujo  Rentería,  Aclaración  de  Voto  de los  Magistrados Rodrigo Escobar Gil y Eduardo Montealegre Lynett]”.   

8  Sentencia   C-519  de  2007,  MP:  Nilson  Pinilla  Pinilla,  AV:  Jaime  Araujo  Rentería,  en  donde la Corte declaró INEXEQUIBLE el numeral 4° del artículo  230  de la ley 906 de 2004, “Por la cual se expide el Código de Procedimiento  Penal,  que  establecía  como  excepción  al  requisito de orden escrita de la  Fiscalía  General  de  la  Nación  para  proceder  al  registro y allanamiento  “4.  Se lleve a cabo un registro con ocasión de la  captura     del     indiciado,    imputado,    acusado,    condenado.”   

9  Sentencia  C-519 de 2007, MP: Nilson Pinilla Pinilla, AV: Jaime Araujo Rentería   

10  C-041 de 1994, MP: Eduardo Cifuentes Muñoz,   

11  Sentencia  C-041  de  1994,  MP:  Eduardo  Cifuentes  Muñoz.  Las disposiciones  declaradas  exequibles  establecen lo siguiente: Decreto 2737 de 1989, Artículo  43.  Cuando  el  Defensor  de  Familia  establezca  sumariamente que un menor se  encuentra  en  situación  de grave peligro, procederá a su rescate a efecto de  prestarle  la  protección  necesaria; y si las circunstancias así lo ameritan,  ordenará,  mediante  auto, el allanamiento del sitio donde el menor se hallare,  para  lo cual podrá solicitar el apoyo de la fuerza pública, la cual no podrá  negarse  a  prestarlo.  ║  Parágrafo.  Para  los  efectos de este artículo se entiende por peligro grave,  toda  situación  en  la  que  se encuentre comprometida la vida o la integridad  personal  del  menor.  ║  Artículo  44.  Antes  de proceder al allanamiento y registro del sitio donde se  encuentra  el  menor,  el  Defensor  de Familia deberá dar lectura del auto que  ordena  la  diligencia, a quien se encuentre en el inmueble. Si los ocupantes al  enterarse  del  contenido  del auto, entregaren al menor sin resistencia o si se  desvirtuaren  los  motivos  que  originaron  la  medida,  el Defensor de Familia  suspenderá      la      práctica      del      allanamiento.      ║  Artículo  45.  Si  el  Defensor de  Familia  no  encontrare  persona  alguna  en  el  inmueble  para  comunicarle el  allanamiento,        procederá        a        practicarlo.        ║  Artículo  46.  En la diligencia de  allanamiento  y  registro  prevista en los artículos anteriores, deben evitarse  las  inspecciones  inútiles y el daño innecesario a las cosas; en ningún caso  se  podrá  molestar  a los habitantes del inmueble con acciones distintas a las  estrictamente  necesarias  para  cumplir  su  objetivo,  cual  es la protección  inmediata  del  menor.  ║  Artículo  47. Durante la diligencia de allanamiento y registro se levantará un  acta  en  la que conste: ║  1.  Si  se  surtió  la  comunicación  del  auto  que  la ordenó. ║  2. La identidad de las personas que  ocupaban  el  inmueble.  ║  3.  Las  circunstancias  en  que  se encontró el menor y los motivos que fueron  aducidos      para      explicar     dichas     circunstancias.     ║ 4. Los demás hechos que el Defensor  considere  relevantes.  ║  5. Las medidas provisionales de protección adoptadas.   

12  Sentencia  C-657  de  1996, MP: Fabio Morón Díaz. Las disposiciones declaradas  exequibles     establecen:     Decreto     2700     de     1991,    Artículo  343.  Allanamiento, procedencia y requisitos.  Cuando  hubiere  serios  motivos  para  presumir  que en un bien  inmueble,  nave  o  aeronave se encuentre alguna persona contra quien obra orden  de  captura,  o  las  armas,  instrumentos o efectos con que se haya cometido la  infracción  o que provengan de su ejecución, el funcionario judicial ordenará  en   providencia   motivada,   el   correspondiente   allanamiento  y  registro.  ║    La  providencia  a  que  se  refiere  el inciso anterior no requiere  notificación.              ║  Artículo  344.  Allanamiento  sin  orden  escrita del fiscal. En  casos  de flagrancia cuando se esté cometiendo un delito en lugar no abierto al  público,  la  policía  judicial  podrá ingresar sin orden escrita del fiscal,  con  la  finalidad  de  impedir  que  se  siga ejecutando el hecho. ║   Salvo  casos   de   flagrancia,   el   fiscal  o  un  delegado  suyo debe estar presente  en  los  allanamientos.  ║  Artículo  345.  Allanamientos especiales.  Para el allanamiento y registro de las  casas  y  naves,  que  conforme  al  derecho  internacional  gozan  de inmunidad  diplomática,   el   funcionario   pedirá   su   venia   al  respectivo  agente  diplomático,  mediante  oficio  en  el  cual rogará que conteste dentro de las  veinticuatro  horas  siguientes.  Este  oficio  será  remitido por conducto del  Ministerio  de  Relaciones Exteriores. ║  En  caso  de  registro de residencia u  oficinas  de  los cónsules se dará aviso al cónsul respectivo y en su defecto  a la persona a cuyo cargo estuviere el inmueble objeto de registro.   

13 Ley  383   de   1997.  “Artículo  2º.  Adiciónase  al  Estatuto     Tributario     con    el    siguiente    artículo:    ║  Artículo  779-1.-  Facultades  de  registro.  La  Dirección  de  Impuestos  y  Aduanas  Nacionales, podrá ordenar  mediante   resolución  motivada,  el  registro  de  oficinas,  establecimientos  comerciales,  industriales  o  de servicios y demás locales del contribuyente o  responsable,  o  de  terceros  depositarios  de  sus  documentos contables o sus  archivos,  siempre  que  no  coincida  con su casa de habitación, en el caso de  personas  naturales.  ║ En  desarrollo  de  las facultades establecidas en el inciso anterior, la Dirección  de  Impuestos  y  Aduanas  Nacionales  podrá  tomar las medidas necesarias para  evitar  que  las  pruebas  obtenidas  sean  alteradas,  ocultadas  o destruidas,  mediante      su      inmovilización      y     aseguramiento.     ║   Para  tales  efectos,  la  fuerza  pública   deberá   colaborar,   previo   requerimiento   de  los  funcionarios  fiscalizadores,  con  el  objeto  de garantizar la ejecución de las respectivas  diligencias.  La  no  atención del anterior requerimiento por parte del miembro  de  la  fuerza  pública  a  quien  se  le haya solicitado, será causal de mala  conducta.  ║  Parágrafo  1º.  La  competencia  para  ordenar el registro y aseguramiento de que trata el  presente  artículo,  corresponde  al  Administrador  del  Impuestos  de Aduanas  Nacionales  y  al  Subdirector de Fiscalización de la Dirección de Impuestos y  Aduanas    Nacionales.    Esta    competencia   es   indelegable.   ║  Parágrafo  2.-  La providencia que  ordena  el  registro  de que trata el presente artículo, será notificado (sic)  en  el  momento de practicarse la diligencia a quien se encuentre en el lugar, y  contra      la      misma      no     procede     recurso     alguno.”   

14  Sentencia C-505 de 1999, MP: Alejandro Martínez Caballero.   

15  Sentencia  C-176  de  2007,  MP:  Marco  Gerardo Monroy Cabra, SVP: Jaime Araujo  Rentería.  La  norma  en cuestión es el artículo 83 del Decreto 1355 de 1970,  por  el  cual  se  dictan  normas  sobre  Policía,  que establece lo siguiente:  Artículo  83.  “La policía podrá penetrar en los  domicilios,  sin  mandamiento  escrito,  cuando  fuere  de  imperiosa necesidad:  ║  1.  Para  socorrer  a  alguien     que     de     alguna     manera    pida    auxilio;    ║  2. Para extinguir incendio o evitar  su  propagación,  o  remediar  inundación o conjurar cualquier otra situación  similar  de  peligro; ║ 3.  Para     dar     caza     a     animal    rabioso    o    feroz;    ║  4.  Para  proteger  los  bienes  a  personas   ausentes,   cuando   se   descubra   que  un  extraño  ha  penetrado  violentamente  o  por  cualquier  otro  medio  al  domicilio  de estas personas;  ║  5.  Cuando  desde  el  interior  de  una casa o edificio se proceda por la vía de hecho contra persona  o  propiedad  que se halle fuera de éstos.” SPV: Jaime Araujo Rentería quien  consideró  que  “la Constitución Nacional no excepciona de la orden judicial  ni  a  la  privación  de  la  libertad,  ni  a  la  práctica  de  registros  y  allanamientos  contra  la  voluntad  del  morador  de  un  domicilio.”   

16 De  acuerdo  con  la Real Academia Española, imperioso es lo “que conlleva fuerza  o   exigencia”   y  necesidad,  en  su  primera  acepción  es  el  “impulso  irresistible  que hace que las causas obren infaliblemente en cierto sentido”;  en  su  segunda  acepción  “todo  aquello  a lo cual es imposible sustraerse,  faltar  o  resistirse”.  Diccionario  Esencial  de la Real Academia Española.  Editorial      Espasa.     Madrid.     1997.     Páginas     609     y     761,  respectivamente.   

17  Sentencia   C-519  de  2007,  MP:  Nilson  Pinilla  Pinilla,  AV:  Jaime  Araujo  Rentería,  en  donde la Corte declaró INEXEQUIBLE el numeral 4° del artículo  230  de la ley 906 de 2004, “Por la cual se expide el Código de Procedimiento  Penal,  que  establecía  como  excepción  al  requisito de orden escrita de la  Fiscalía  General  de  la  Nación  para  proceder  al  registro y allanamiento  “4.  Se lleve a cabo un registro con ocasión de la  captura     del     indiciado,    imputado,    acusado,    condenado.”   

19  C-519  de  2007,  MP:  Nilson Pinilla Pinilla, Aclaración de Voto: Jaime Araujo  Rentería.   

20  (1)     Excepciones  constitucionales  expresas:  (a)  Para  capturar  al  delincuente  que  al  ser  sorprendido en flagrancia se  refugia  en domicilio propio (artículo 32 CP); (b) Para capturar al delincuente  que  al ser sorprendido en flagrancia huye y se refugia en domicilio ajeno, para  lo  cual  se  debe haber requerido previamente al morador (artículo 32 CP); (c)  El  allanamiento  ordenado  y practicado por los fiscales, de conformidad con lo  que  establece  el  artículo  250,  numeral  3.  (2)  Excepciones   de   origen   legal   –  allanamientos  administrativos,  practicados  por la autoridad señalada en la ley y respetando  los  requisitos  previstos en la misma: a) Para inspeccionar lugares abiertos al  público  (Decreto  1355  de  1970,  Artículo 82); b) Para cumplir funciones de  prevención  y  vigilancia en actividades sometidas a la inspección, vigilancia  e   intervención   del  Estado,  “por  razones  de  interés  general”,  “cuando  la  ley  haya habilitado a ciertas autoridades  administrativas  a  ordenar  esos registros y éstos se efectúen en protección  de   valores  superiores,  como  la  vida  o  la  dignidad  humana  (Decreto  1355  de  1970,  Artículo  82,  literal  c)”; como por  ejemplo  por  motivos  de  salubridad  pública;  d)  Para “capturar a quien se  le   haya   impuesto   (…)   pena   privativa   de   la   libertad   (Decreto  1355  de  1970,  Artículo  82, literal a)”; e)  “Para  aprehender  a  enfermo  mental o peligroso o a  enfermo  contagioso”  en  desarrollo del principio de  solidaridad  social  y  de la protección a la vida e integridad personal de los  asociados  (Decreto  1355  de  1970,  Artículo  82, literal b); f) Para obtener  pruebas  “sobre  la  existencia de casas de juego o  establecimientos   que   funcionen   contra   la  ley  o  reglamento  (Decreto  1355  de  1970,  Artículo  82,  literal d)”; e) Para  indagar   sobre   “maniobras  fraudulentas  en  las  instalaciones   de   servicios  públicos  de  acueducto,  energía  eléctrica,  teléfonos  (Decreto  1355  de  1970,  Artículo  82,  literal   e)”;  g)  Para  “practicar  inspección  ocular  ordenada  en  juicio de policía (Decreto 1355  de    1970,    Artículo    82,   literal   f)”;   h)   Para   “examinar  instalaciones  de  energía  eléctrica  y  de gas,   chimeneas,   hornos,  estufas,  calderas,  motores  y  máquinas  en  general  y  almacenamiento  de  sustancias  inflamables  o explosivas con el fin de prevenir  accidentes   o   calamidad  (Decreto  1355  de  1970,  Artículo   82,   literal  g)”.  i)  Por  razones  del  servicio  ‑  previa  autorización  del dueño o  cuidador  del  predio  rústico cercado (Decreto 1355 de 1970, Artículo 84); j)  Para  rescatar  menores que se encuentren en situaciones de peligro extremo para  su  vida  e  integridad  personal,  siguiendo  el  procedimiento  previsto en el  Código  del  Menor (Decreto 2737 de 1989, Artículo 43). k) En establecimientos  comerciales  e  industriales  de  empresas  para  impedir  que  las  pruebas  de  infracciones   tributarias   fueran   alteradas,  ocultadas  o  destruidas  como  desarrollo  legal  contenido  en  el  Estatuto  Tributario  (Ley  383  de  1997,  artículo  2);  l)  En  situaciones  de  “imperiosa  necesidad”  reguladas  en  el  Código  Nacional de  Policía   (Decreto   1355   de   1970,   Artículo  83):  (i)   “Para  socorrer  a  alguien  que  de  alguna  manera pida auxilio” situación en la que se  entiende   que   hay  un  consentimiento  tácito  para  el  ingreso  (Decreto  1355  de  1970,  Artículo  83,  numeral 1);  (ii)  “Para  extinguir  incendio  o  evitar  su  propagación,  o  remediar  inundación  o  conjurar  cualquier otra  situación  similar  de  peligro”  por tratarse  de  una  situación  de peligro objetivo (Decreto 1355  de   1970,   Artículo   83,   numeral   2);   (iii)  “Para  dar caza a animal rabioso o feroz”,    por    tratarse    de    una    situación    de   peligro  objetivo (Decreto 1355 de 1970, Artículo 83, numeral  3;  (iv)  “Para proteger  los  bienes a personas ausentes, cuando se descubra que un extraño ha penetrado  violentamente   o   por   cualquier   otro   medio   al   domicilio   de   estas  personas”  (Decreto 1355  de  1970, Artículo 83, numeral 4). y (v) “Cuando  desde  el interior de una casa o edificio se proceda por  la  vía  de  hecho  contra  persona o propiedad que se halle fuera de éstos”  (Decreto 1355 de 1970, Artículo 83, numeral 5).   

21  Sentencia  T-572  de  2009, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto. En esta ocasión  se  trataba  de constatar el supuesto estado de abandono en que se encontraba un  niño  con  este  fin  se  realizó una diligencia de allanamiento a su lugar de  residencia.  La  Sala  de  Revisión  N°  8  señaló  al respecto: “(…) la  diligencia  de  allanamiento y rescate no podía haber sido decretada por cuanto  no  se  contaba  con  el material probatorio necesario para ello. En efecto, los  informes  de  policía  judicial  no  son  prueba,  con  lo cual se precisaba de  mayores elementos de juicio para decretar la medida.   

22 Ver  entre  otras,  las  sentencias  C-1404  de  2000.  MM.PP. Carlos Gaviria Díaz y  Álvaro  Tafur  Galvis,  SV:  Alfredo Beltrán Sierra, José Gregorio Hernández  Galindo,  Martha  Victoria Sáchica y Alejandro Martínez Caballero; AV: Alfredo  Beltrán  Sierra  y José Gregorio Hernández Galindo; C-173 y C-551 de 2001 MP.  Álvaro  Tafur  Galvis,  SPV:  Jaime  Araujo Rentería y C-592 de 1998 MP. Fabio  Morón  Díaz,  SV:  Alejandro  Martínez  Caballero, en donde la Corte señaló  :“el  legislador, en ejercicio de las competencias constitucionales de las que  es  titular,  puede  establecer  procedimientos distintos y consagrar regímenes  diferenciados  para  el  juzgamiento  y  tratamiento  penitenciario de delitos y  contravenciones,  pudiendo,  incluso,  realizar  diferenciaciones dentro de cada  uno  de  estos  grupos,  en  la  medida  en  que  unos y otros se fundamenten en  criterios  de  razonabilidad  y  proporcionalidad  que  atiendan una valoración  objetiva  de  elementos  tales  como,  la  mayor o menor gravedad de la conducta  ilícita,  la  mayor  o menor repercusión que la afectación del bien jurídico  lesionado  tenga en el interés general y en el orden social, así como el grado  de culpabilidad, entre otros.”   

23  Corte  Constitucional, Sentencia C-309 de 1997 MP Alejandro Martínez Caballero,  AV:  Vladimiro  Naranjo  Mesa,  AV: Hernando Herrera Vergara. Sobre el juicio de  proporcionalidad     strictu     sensu,  en  la  sentencia  C-584  de  1997 se precisa que “Este paso del  juicio  de  proporcionalidad  se  endereza  a  evaluar si, desde una perspectiva  constitucional,  la  restricción de los derechos afectados es equivalente a los  beneficios  que  la  disposición  genera.  Si  el daño que se produce sobre el  patrimonio  jurídico  de los ciudadanos es superior al beneficio constitucional  que  la  norma  está en capacidad de lograr, entonces es desproporcionada y, en  consecuencia, debe ser declarada inconstitucional.”   

24  Corte  Constitucional,  Sentencia  C-448  de 1997, MP: Eduardo Cifuentes Muñoz.  Sobre  este  tema  también pueden consultarse entre otras, las sentencias C-309  de  1997,  AV:  Vladimiro  Naranjo  Mesa, AV: Hernando Herrera Vergara, C-068 de  1999,  SV:  Vladimiro  Naranjo  Mesa,  SV:  Eduardo Cifuentes Muñoz, SV: Carlos  Gaviria  Díaz;  C-741  de  1999,  APV: Alfredo Beltrán Sierra y José Gregorio  Hernández  Galindo;  C-110  de 2000, C-371 de 2000, AV: Vladimiro Naranjo Mesa,  SPV:  Alejandro  Martínez Caballero, SV: Eduardo Cifuentes Muñoz, SPV: Álvaro  Tafur Galvis y C-093 de 2001.   

25  Corte  Constitucional,  Sentencia  C-648 de 2001 MP. Marco Gerardo Monroy Cabra.   

26  Sentencia  C-1092  de 2003 MP: Álvaro Tafur Galvis, Salvamento y Aclaración de  Voto  del  Magistrado:  Jaime  Araujo  Rentería,  Aclaración  de  Voto  de los  Magistrados  Rodrigo Escobar Gil y Eduardo Montealegre Lynett. En esta sentencia  la   Corte   declaró   la   inexequibilidad   de   la  expresión  “al   solo   efecto  de  determinar  su  validez”  del   numeral  2°  del artículo 250, destacando el carácter  amplio e integral del control de legalidad.   

27  C-336    de    2007,   MP:   Jaime   Córdoba   Triviño,   SV:   Jaime   Araujo  Rentería.   

28  Sentencia   C-024   de   enero   27  de  1994,   M.P.  Alejandro  Martínez  Caballero.   

29  C-519  de  2007,  MP:  Nilson Pinilla Pinilla, Aclaración de Voto: Jaime Araujo  Rentería.     

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *