C-893-09

    Sentencia C-893/09  

(Diciembre 2; Bogotá D.C.)  

NACIONALIDAD COLOMBIANA POR ADOPCION DE LATINO  CARIBE        AMERICANOS-Requisitos/NACIONALIDAD    COLOMBIANA    POR    ADOPCION   DE   LATINO   CARIBE  AMERICANOS-No  sujeta  a  requisito  de  reciprocidad  convencional/NACIONALIDAD  COLOMBIANA  POR ADOPCION DE  LATINO  CARIBE AMERICANOS-Concesión en aplicación del  principio de reciprocidad en cualquiera de sus expresiones   

La Constitución Política -art. 96, num. 2b-  optó  por  otorgar  la  nacionalidad en modalidad de adopción a los nacidos en  Latinoamérica  y el Caribe, consecuente con el mandato general de promoción de  la  integración  latinoamericana de acuerdo con el principio de reciprocidad, y  no  habiendo  la Constitución limitado el mencionado principio a su regulación  en  tratados  internacionales, y en aplicación del principio de favorabilidad o  pro  hominem  en  cuanto  al  derecho a la adquisición de la nacionalidad, esta  Corte   declarará  la  exequibilidad  de  la  expresión  “mediante  tratados  internacionales  vigentes” contenida en el artículo 39 de la ley 962 de 2005,  entendiéndose  que  es  posible solicitar la nacionalidad adoptiva por parte de  los  nacidos  en  Latinoamérica  o el Caribe, con fundamento en otras formas de  reciprocidad,  a  falta  de  tratado  internacional  en la materia, pues para la  Corte,  la  norma  demandada   simplemente  enuncia  una  de las formas del  principio  de  reciprocidad,  la  diplomática o de tratados internacionales, en  tanto  que la norma constitucional adopta un criterio genérico del principio de  reciprocidad,  que  debe  entenderse  comprensivo de las otras expresiones de la  figura  jurídica  como la reciprocidad legislativa y la reciprocidad judicial o  de  hecho, las que justamente han sido omitidas en el artículo 39 de la Ley 962  de  2005.  En  consecuencia,  en  el  evento  de  la  existencia  de  un tratado  internacional   entre   Colombia  y  un  país  Latinoamericano  o  del  Caribe,  regulatorio  de  la  nacionalidad  por  adopción  entre  los países, el asunto  deberá  regirse  por  lo  establecido en dicho instrumento internacional; en su  defecto,    operarán   los   otros   criterios   o   formas   concurrentes   de  reciprocidad.   

NACIONALIDAD-Concepto   

NACIONALIDAD-Regulación   a   cargo   del   Estado   autónomamente/NACIONALIDAD-Límites      en      la  regulación   

NACIONALIDAD-Derecho  fundamental   

NACIONALIDAD-Instrumentos     internacionales     que     la    consagran    como  derecho   

NACIONALIDAD      COLOMBIANA      POR  ADOPCION-Requisitos/NACIONALIDAD        COLOMBIANA       POR       ADOPCION-Extranjeros que pueden obtenerla   

PRINCIPIO   DE   RECIPROCIDAD-Concepto/RECIPROCIDAD   EN   EL   DERECHO  INTERNACIONAL PUBLICO-Contenido   

RECIPROCIDAD-Formas   

RECIPROCIDAD   DIPLOMATICA  O  DE  TRATADOS  INTERNACIONALES/RECIPROCIDAD       LEGISLATIVA/RECIPROCIDAD       FACTICA      O  JUDICIAL   

El  principio de reciprocidad hace alusión a  la  correspondencia  que debe existir entre un Estado y otro, en el curso de las  relaciones  internacionales.  La  Constitución  Política  de Colombia acoge el  principio  de  reciprocidad  en el manejo de las relaciones internacionales, sin  realizar   distingo   alguno   entre   sus  diferentes  formas.   La  Corte  Constitucional  ha  avalado  la  existencia  del  principio  de reciprocidad sin  ligarlo  necesariamente  a  los  tratados  internacionales,  reconociendo  otras  formas   de   reciprocidad   diferentes  a  la  que  proviene  de  los  tratados  internacionales,  como  la  reciprocidad  legislativa.  En igual forma, La Corte  Suprema   de   Justicia,   tiene  una  jurisprudencia  uniforme  respecto  a  la  aplicación  de  la  reciprocidad  legislativa, como también de la reciprocidad  judicial,  en  defecto  de  la  reciprocidad  diplomática  o  de  los  tratados  internacionales.   

SENTENCIA     CONDICIONADA-Aplicación   

Referencia: expediente D-7703.  

Demanda  de  inconstitucionalidad:  contra el  artículo 39 de la Ley 962 de 2005.   

Demandante: Felipe  Villegas Múnera.   

Magistrado   Ponente:   Mauricio  González  Cuervo.   

I. ANTECEDENTES.  

1. Texto normativo demandado.  

El ciudadano Felipe  Villegas  Múnera  demandó la inconstitucionalidad del  artículo  39  de  la  Ley 962 de 2005 “Por  la  cual  se  dictan  disposiciones  sobre  racionalización de  trámites  y  procedimientos  administrativos  de los organismos y entidades del  Estado  y  de  los  particulares  que  ejercen  funciones  públicas  o  prestan  servicios  públicos.”, por  considerar   que   vulnera  el  artículo  96  de  la  Constitución.    La    disposición    demandada   -subrayada-   es:   

“Ley    962    de    20051   

(Julio 8)  

Por  la  cual  se dictan disposiciones sobre  racionalización   de   trámites   y   procedimientos  administrativos  de  los  organismos  y  entidades  del Estado y de los particulares que ejercen funciones  públicas o prestan servicios públicos.   

TITULO I: Normas Generales.  

CAPÍTULO   V:   De   las   regulaciones,  procedimientos y trámites   

del     sector     de     relaciones  exteriores   

“Artículo   5o.   Requisitos   para   la  adquisición  de  la  nacionalidad  colombiana  por  adopción.  Sólo se podrá  expedir Carta de Naturaleza o Resolución de Inscripción:   

A  los  extranjeros  a  que  se  refiere el  literal  a)  del  numeral  2  del  artículo 96   de  la  Constitución  Política  que  durante   los   cinco   (5)  años  inmediatamente  anteriores  a  la  fecha  de  presentación  de  la  solicitud  hayan estado domiciliados en el país en forma  continua  y  el extranjero titular de visa de residente. En el evento en que los  mencionados  extranjeros  se  encuentren casados, o sean compañeros permanentes  de  nacional  colombiano,  o  tengan hijos colombianos, el término de domicilio  continuo se reducirá a dos (2) años.   

A  los  latinoamericanos  y  del Caribe por  nacimiento   que   durante  el  año  inmediatamente  anterior  a  la  fecha  de  presentación  de  la  solicitud, hayan estado domiciliados en el país en forma  continua,   teniendo   en  cuenta  el  principio  de  reciprocidad  mediante tratados internacionales vigentes.   

Los  hijos  de  extranjeros  nacidos  en el  territorio   colombiano   a   los   cuales   ningún  Estado  les  reconozca  la  nacionalidad,  la  prueba  de la nacionalidad es el registro civil de nacimiento  sin   exigencia  del  domicilio.  Sin  embargo,  es  necesario  que  los  padres  extranjeros  acrediten a través de certificación de la misión diplomática de  su  país  de origen que dicho país no concede la nacionalidad de los padres al  niño por consanguinidad.   

PARÁGRAFO 1o. Las anteriores disposiciones  se  aplicarán  sin  perjuicio de lo que sobre el particular se establezca sobre  nacionalidad    en    tratados   internaciones   en   los   que   Colombia   sea  parte.   

PARÁGRAFO   2o.  Para  efectos  de  este  artículo   entiéndase  que  los  extranjeros  están  domiciliados  cuando  el  Gobierno  Nacional les expide la respectiva Visa de Residente. Por lo tanto, los  términos  de  domicilio  se  contarán  a partir de la expedición de la citada  visa.   

PARÁGRAFO  3o.  De  conformidad  con  lo  señalado  en  el  artículo  20  del  Pacto  de  San José de Costa Rica, en la  Convención    de    los    Derechos    del   Niño   y   en   el   artículo                   93  de  la  Constitución Política, los hijos de extranjeros nacidos  en   territorio  colombiano  a  los  cuales  ningún  Estado  les  reconozca  la  nacionalidad,  serán  colombianos y no se les exigirá prueba de domicilio, y a  fin  de  acreditar  que  ningún  otro  Estado  les  reconoce la nacionalidad se  requerirá  declaración  de la Misión Diplomática o consular del estado de la  nacionalidad de los padres.”   

2.     Demanda:     fundamentos     y  pretensión.   

2.1.    El   actor   solicita2 se declare la  inconstitucionalidad  de la disposición demandada, considerando que con ella se  niega   a  los  latinoamericanos  y  caribeños  el  derecho  de  pretender  ser  nacionales colombianos por adopción.   

2.2.     Vulneración    del  artículo  96  -numeral  2  literal  b)-  de  la  Constitución.   

–  Mediante  Acto Legislativo 01 de 2002, el  Legislador   estableció   el   principio  de  reciprocidad  entre  los  Estados  Latinoamericanos  y  del  Caribe  para obtener la nacionalidad por adopción. Al  tenor  del artículo 96 de la Constitución Política, literal b del numeral 2º  -reformado  por el acto legislativo- el concepto de reciprocidad no está sujeto  a la existencia de tratados internacionales.   

– El principio de reciprocidad puede ser: a)  legal  o  legislativo,  que es “el reconocimiento de  derechos  que consiste en conferir a los extranjeros de un determinado país los  mismos  derechos que tendrían los nacionales en el evento de estar en ese país  de   donde  proviene  el  extranjero  que  pretende  beneficiarse”;  b)  diplomático,  cuando la reciprocidad se halla consagrada en  tratados internacionales.   

– El legislador se extralimitó al incorporar  en  la  norma  acusada  la  expresión  “teniendo en  cuenta  el  principio  de  reciprocidad  mediante  los  tratados internacionales  vigentes”.  Máxime si de acuerdo con el Ministerio  de   Relaciones   Exteriores,   “ningún  país  de  Latinoamérica  o  del  Caribe  maneja  tratados internacionales con Colombia en  esta materia”.   

3. Concepto de la Procuraduría General de la  Nación e intervenciones.   

3.1.   La   Procuraduría   General  de  la  Nación3.   

En relación con la supuesta vulneración del  artículo  96  numeral  2 literal b de la Constitución Política, solicita a la  Corte  declare  la exequibilidad de la norma acusada, con base en los siguientes  argumentos:   

3.1.1.  Existen  tres clases de reciprocidad:  “a)  la reciprocidad diplomática que es la prevista  en  un acuerdo, tratado o convenio, b) la reciprocidad legislativa que subordina  el  goce  de los derechos de los extranjeros a la existencia en su país, de una  norma  de  derecho interno que otorgue un tratado semejante a los nacionales del  país  de  origen,  c) la reciprocidad jurisprudencial que corresponde a aquella  por  la  que  se  concede a los extranjeros en la práctica de las Sentencias de  los  tribunales  de justicia el mismo trato que a los nacionales.”4   

3.1.2. Dentro de la libertad de configuración  legislativa,  es ajustado a la Constitución que el Legislador disponga que para  poder   solicitar   la   nacionalidad  colombiana  por  adopción  debe  existir  reciprocidad  diplomática,  es  decir, que por conducto de tratados o convenios  suscritos,  aprobados  y ratificados por Colombia, dichos Estados otorguen a los  nacionales   colombianos   el  mismo  tratamiento  que  Colombia  otorga  a  los  nacionales de los Estados Latinoamericanos y del Caribe.   

3.2.     El    Ministerio    Relaciones  Exteriores.   

3.2.1.  La  demanda  es  inepta,  teniendo en  cuenta  que  “el accionante le está dando a la norma  constitucional  y  a la norma acusada una interpretación personal y equivocada,  atribuyéndoles  un  alcance  que  estas  no  tienen,  basándose  para  ello en  argumentos  insuficientes,  impertinentes,  faltos  de  objetividad  y  que  son  producto  de  una  interpretación  errónea del ciudadano, incumpliendo así el  requisito  señalado  en  el numeral 3 del artículo segundo del decreto 2067 de  1991.”   

3.2.2.   En   relación   con  la  supuesta  vulneración  del  artículo 96 -numeral 2,  literal b) de la Constitución  Política-,  la  Corte  debe  declarar la exequibilidad de la norma acusada, con  base en los siguientes razonamientos:   

– El principio de reciprocidad es un criterio  con  base  en  el  cual  los Estados regulan sus relaciones internacionales, que  puede  emanar  de  diversas  fuentes: “ya sea por que  está  consagrado  en  una  norma  del  Ordenamiento Jurídico de un Estado y en  virtud   de   ésta,   el  Estado  concede  cierto  tratamiento  a  otro  estado  (reciprocidad  legislativa),  o  por  que fue prevista en una acuerdo, tratado o  convenio  concluido  entre  dos Estados (reciprocidad diplomática) o por que es  resultado  de  la  voluntad  unilateral  del Estado de dar un trato recíproco a  otro   Estado,  ya  sea  por  aplicación  de  la  Costumbre  o  por  la  simple  practica.”   

– El artículo 96 de la Constitución consagra  de  forma  general  la reciprocidad, sin referirse a una forma específica, como  puede  ser la diplomática o legislativa, por lo que es viable que el legislador  elija  una  de  la  formas de reciprocidad para materializar el procedimiento de  nacionalización,  sin  que se trate de una extralimitación, o sin que con ello  se  limite,  restrinja  o  vulnere el criterio de reciprocidad establecido en la  Carta.   

–   La   norma   demandada   “no  impone  como requisito para que un extranjero Latinoamericano  y  del Caribe  pueda solicitar la nacionalidad colombiana por adopción que  se  haya  celebrado  previamente  un  convenio  en materia de nacionalidad entre  Colombia  y  el  país  de  origen  del  extranjero;  la  norma simplemente esta  previendo  una  situación que puede presentarse en el futuro consistente en que  entre  Colombia y un país Latinoamericano o del Caribe se celebre un tratado en  materia  de nacionalidad, caso en el cual el tema se regirá por lo dispuesto es  éste (…).”   

3.3. Universidad del Rosario.  

Es  “…imposible  afirmar   la   constitucionalidad  o  inconstitucionalidad  de  la  disposición  demandada      hasta     tanto     no     se     aclare     por     la     Corte  Constitucional…”  a qué tipo de reciprocidad  se  refiere  el artículo 96 numeral 2 literal b  constitucional; esto, con  base en lo siguiente:   

3.3.2.  La  Corte  Constitucional5  y  la  Corte  Suprema            de            Justicia6,   han    reconocido  la  diferencia  existente  entre  la  reciprocidad  legislativa  y  la diplomática.   

3.3.3. El numeral 2, literal b) del artículo  96  de la Constitución Política “no hace referencia  explícita  a  ningún tipo de reciprocidad (…) sencillamente hace mención de  la  aplicación  de  este principio”. Por otra parte,  la  norma  acusada sí exige explícitamente la reciprocidad diplomática cuando  establece    “reciprocidad    mediante    tratados  internacionales vigentes.”   

3.3.4. Por lo anterior, corresponde a la Corte  Constitucional,   de   acuerdo   con   el   artículo  241  Superior,  hacer  la  interpretación  sobre  el alcance de la reciprocidad contenida en el numeral 2,  literal  b  del  artículo  96,  pues del mismo, como se dijo antes, no se puede  concluir  si  es  de  carácter  legislativa  o  diplomática  y por tanto no es  posible   afirmar   que  existe  una  contradicción  entre  la  Ley  962  y  la  Constitución.   

3.4.     Academia     Colombiana     de  jurisprudencia.   

En el escrito de intervención realizado no se  hace  referencia  al  tema  expuesto  en  esta demanda, sino a otro tema ajeno a  ésta.   

3.5.     Universidad     Nacional    de  Colombia.   

Se   solicita   a   la   Corte  declare  la  exequibilidad  de  la  norma  acusada,  con  base  en los siguientes argumentos:   

3.5.1.  El  principio  de  reciprocidad está  contenido  en  diferentes  normas constitucionales: tal es el caso del artículo  2267             y            2278,   en   los   que   se  fijan  principios  rectores  de  la  actividad  del  Estado  para  la  promoción de la  integración de los países de América Latina y del Caribe.   

3.5.2.   Al   reiterar   el   principio  de  reciprocidad  en  materia de nacionalidad por adopción  “la  Ley 962 de 2005 está  indicando  el  medio  jurídicamente  idóneo  y  ´natural`  en que debe quedar  establecida  esa  reciprocidad acordada con otros Estados, a saber, los tratados  internacionales:  ´el  medio  para  desarrollar la cooperación pacífica entre  las  naciones`,  reconocido  además  por  el ordenamiento colombiano y, podría  decirse, de todos los países del mundo.”   

3.5.3. El aparte demandado debe ser entendido  como  “en desarrollo del principio de reciprocidad en  la materia, establecido en tratados internacionales vigentes.”   

II. CONSIDERACIONES.  

1. Competencia.  

La    Corte    Constitucional  es  competente  para  decidir la constitucionalidad de las normas  legales,  como la disposición demandada,   con  base  en  el  artículo  241  numeral 4 de la Constitución Política.   

2.    Norma,    cargo   y   problema   de  constitucionalidad.   

2.1. El contexto normativo.  

La  ley  962 de 2005 o de racionalización de  trámites    y    procedimientos    administrativos,    contiene   regulaciones,  procedimientos  y  trámites  referidos  al  sector  de relaciones exteriores de  Colombia,   y   entre  otros  asuntos,  se  ocupa  de  los  requisitos  para  la  adquisición de la nacionalidad colombiana por adopción.   

En  desarrollo del Acto Legislativo 1 de 2002  que  modificó el artículo 96 de la Constitución Política, el artículo 39 de  la   citada   ley   -que  contiene  la  expresión  demandada-  fijó  para  los  latinoamericanos  y  del  Caribe  que  aspiren  a la nacionalidad colombiana por  adopción   los   siguientes   requisitos:   (i)   ser  latino-caribe-americanos  “por  nacimiento”;  (ii)  acreditar  domicilio en el país por un año continuo -inmediatamente anterior a  la  fecha  de  presentación  de  la  solicitud-;  (iii)  con consideración del  principio   de   reciprocidad   “mediante  tratados  internacionales   vigentes”   -aparte   demandado-.   

A su vez, el artículo 96 de la Constitución  -modificado  por  el  acto  legislativo  1  de  2002-  había  dispuesto que son  nacionales  colombianos  por  adopción, entre otros, los latinoamericanos y del  Caribe  que  acrediten  estos  requisitos:  (i) ser latino-caribe-americanos por  nacimiento;  (ii)  domicilio  en  Colombia; (iii) solicitud de inscripción como  colombianos  en  la  municipalidad donde se hallaren establecidos autorizada por  el  Gobierno,  de  acuerdo  con  la  ley  y  con  el  principio de reciprocidad.   

2.2. Examen formal del cargo.  

El  demandante  confronta la norma demandada,  específicamente  el  inciso  3°  del  artículo  39  de  la ley 962/05, con el  numeral  2b  del artículo 96 constitucional, considerando que mientras la norma  superior    regula   el   proceso   de   nacionalización   por   adopción   de  latino-caribe-americanos  aludiendo genéricamente al principio de reciprocidad,  la  ley  impugnada  lo  hace  restringiendo  el  concepto  de  reciprocidad a la  existencia  de  tratados  internacionales vigentes. Y considerando el actor que,  de   acuerdo   con   el   Ministerio  de  Relaciones  Exteriores,  “ningún país de Latinoamérica o del  Caribe    maneja    tratados    internacionales    con    Colombia    en    esta  materia”,   concluye   que   el   Legislador   se  extralimitó   al   agregar   al   principio   de   reciprocidad  la  expresión  “mediante     los    tratados    internacionales  vigentes”.   

Con  base  en esto, la Corte considera que la  demanda  cumple  con los requisitos señalados por los numerales 1°, 2° ,3° y  5° del artículo 2 del Decreto 2067 de 1991.   

2.3.  Problema  jurídico-constitucional  a  resolver.   

La   Corte   decidirá   si   la   reciprocidad   mediante   tratados  internacionales  de  que  trata  la  norma  demandada,  como requisito para que las  personas  nacidas  en Latinoamérica y el Caribe puedan adquirir la nacionalidad  colombiana   por   adopción,   se   aviene  con  el  concepto  de  reciprocidad   regulado  en  el  artículo  969  de la Constitución Política de Colombia.   

Con base en el siguiente orden metodológico,  entrará  la  Corte  a  resolver  el  problema  jurídico  planteado.  Así,  se  analizará  (i) el concepto de nacionalidad, posteriormente (ii) el principio de  reciprocidad   y  finalmente  (iii) se analizará el Caso concreto con base  en las conclusiones.   

3. Cargo único: vulneración del artículo 96  de  la Constitución en relación con el principio de reciprocidad en el proceso  de adquisición de la nacionalidad colombiana por adopción.   

3.1. Nacionalidad.  

3.1.1.  Siendo  la  nacionalidad  el vínculo  jurídico  que  une  a una persona con un Estado, se estructura como derecho con  los  siguientes  componentes:  el  derecho a adquirir una nacionalidad, a no ser  privado    de    ella     y    a    cambiarla10.   

La   jurisprudencia  constitucional  la  ha  reconocido    como    un    derecho    fundamental11,  al referirse a la dignidad  humana,  al  nombre y al estado civil. La Corte hizo alusión  a que “…  Es claro entonces, que el apellido cumple una función  jurídica  de enorme trascendencia para la persona individualmente considerada y  para  la  familia  de la cual forma parte. Es elemento esencial del estado civil  de  las personas que es de orden público, como quiera que mediante el se indica  la  situación de la persona en la familia y en la sociedad. Esa y no otra es la  razón  por la cual la propia Constitución Política señala entre los derechos  fundamentales  de  los niños el tener un nombre y una  nacionalidad,  así  como  una  familia,  norma que se  encuentra  en  armonía  con  el  artículo  5  de  la  Carta  que  reconoce sin  discriminación  la  primacía  de  los  derechos  inalienables  de la persona y  ordena   el   amparo   a   la   familia   como   institución   básica   de  la  sociedad.”12   

3.1.2.  Varios  instrumentos  internacionales  consideran  la  nacionalidad como derecho y prerrogativa de la persona. Así, la  Corte  Interamericana  de  Derechos  Humanos  ha  afirmado  que  “La  nacionalidad,  conforme  se  acepta  mayoritariamente,  debe ser  considerada  como  un  estado  natural del ser humano. Tal estado es no sólo el  fundamento  mismo  de  su  capacidad  política  sino  también  de  parte de su  capacidad  civil.  De allí que, no obstante que tradicionalmente se ha aceptado  que  la  determinación y regulación de la nacionalidad son competencia de cada  Estado, la evolución cumplida en esta   

materia   nos   demuestra  que  el  derecho  internacional  impone  ciertos  límites  a la discrecionalidad de los Estados y  que,  en  su  estado  actual,  en la reglamentación de la nacionalidad no sólo  concurren  competencias  de  los  Estados  sino  también  las  exigencias de la  protección  integral  de  los  derechos humanos.”13   

3.1.3.  Específicamente, la Convención para  Reducir      los     Casos     de     Apátridas14 de manera puntual refiere al  tema,   reconociendo   en   el   artículo  primero15  el  derecho  a  obtener una  nacionalidad  “… de pleno derecho en el momento del  nacimiento…”   o  “…  mediante  solicitud presentada ante autoridad competente  por el interesado  o  en  su nombre, en la forma prescrita por la legislación del Estado de que se  trate…   “.  Otros  instrumentos  internacionales  determinan  el  derecho a la nacionalidad como un derecho esencial y fundamental  del  ser humano entendido como una condición normal de todo individuo la de ser  sujeto         de        algún        Estado16.    Así,   la  Declaración  Universal  de  los  Derechos  del Hombre,  aprobada  por  las  Naciones  Unidas  el 10 de diciembre de 1948,  estableció  que  toda  persona  tiene  derecho  a  una nacionalidad17   

;  la  Declaración  Americana  de  los  Derechos y Deberes del Hombre, de 2  de  mayo  de  1948, prescribió que toda persona tiene derecho a la nacionalidad  que       legalmente       le       corresponda18;    en    igual    sentido  la     Convención     Americana     de    Derechos  Humanos  afirma  que  toda persona tiene derecho a una  nacionalidad19.   

3.1.4.  No  obstante  lo  anterior,  son  los  Estados   quienes   autónomamente  regulan  este  derecho  esencial.  La  Corte  Interamericana  de  Derechos  Humanos ha manifestado20   que  corresponde  a  cada  Estado   establecer  la  posibilidad  de  adquirir  la  nacionalidad  por  quien  originariamente  fuere  extranjero,  a través de normas de derecho interno. Con  todo,   estas   regulaciones  estatales  no  pueden  vulnerar  otros  principios  superiores  de  derecho  internacional  o  hacer  nugatorio  el  derecho  en sí  mismo21.  En  ese orden, la Constitución Política de Colombia ha previsto  dos   tipos   de   nacionalidad:   por   nacimiento22  y por adopción23,  también  denominada              naturalización24.  Y  ha  diferenciado  tres  grupos   de  personas,  con  trato  diferente para efectos de otorgarles la  nacionalidad   colombiana   por   adopción,   siendo   ellos  los  extranjeros,  los  latinoamericanos   y   del   Caribe   y  los miembros de pueblos indígenas.   

3.1.5. Por ser motivo especial de estudio de  esta  providencia,  la  Corte  hace  énfasis en los requisitos constitucionales  exigidos   a  las  personas  latinoamericanas  y  del  Caribe  para  obtener  la  nacionalidad   colombiana   por   adopción.   Así,  como  se  dejó  expresado  (Considerandos,   2.1.)   los  latinoamericanos  y  del  Caribe  por  nacimiento  domiciliados  en  Colombia,  que con autorización del gobierno y de acuerdo con  la  ley  y  el principio de reciprocidad ,  pidan  ser  inscritos  como  colombianos,  ante la municipalidad  donde  se establecieron , pueden adquirir la nacionalidad colombiana , a través  del fenómeno jurídico de la adopción o naturalización.   

3.2. Principio de Reciprocidad.  

3.2.1.  El concepto  de   reciprocidad   indica   la   correspondencia   mutua   de   una   cosa  con  otra25.  En el derecho internacional público, teniendo como sujetos a los  Estados,   la  reciprocidad  alude  de  manera  esencial  a  la  noción de  “aplicación   por   la  otra  parte”26.  Se  ha discutido si la reciprocidad exigida en materia  internacional  debe  ser  un compromiso formal -es decir proveniente de acuerdos  internacionales-  o  si  dicha  reciprocidad  proviene  de la práctica del otro  Estado o de los otros Estados.   

3.2.2. La Constitución Política de Colombia,  en   varias   de   sus  disposiciones,  refiere  al  principio  de  reciprocidad.   

El   art.   9627 hace mención de dos maneras  diversas  al  principio  de reciprocidad: de una parte, el literal b del numeral  2°  afirma que es posible ser nacional colombiano por adopción cuando  un  latinoamericano  o  del  Caribe,  domiciliado en Colombia, con autorización del  gobierno  y  de  acuerdo  con  la ley y el principio de  reciprocidad,  pida  ser inscrito como colombiano ante  la  municipalidad donde se estableciere; de otra parte, el literal c del numeral  2°  señala  que  también podrán ser nacionales colombianos por adopción los  miembros  de  pueblos  indígenas  que  compartan  territorios  fronterizos,  en  aplicación   del  principio  de  reciprocidad  según  tratados   públicos.   A   su   vez,   el  artículo  15028  constitucional  indica  que   por  medio  de los tratados que  apruebe    el    Congreso,    éste   puede,   sobre   bases   de   reciprocidad,         transferir  parcialmente  determinadas  atribuciones  a  organismos  internacionales  que  tengan  por  objeto  promover o consolidar la integración  económica  con  otros  Estados.  También  se  ocupa  del  tema el artículo               22629  de  la  Constitución,  al  determinar    que    el   Estado   se   encuentra   obligado   a   promover   la  internacionalización  de  las  relaciones  políticas,  económicas, sociales y  ecológicas,    con    base,    entre   otros   parámetros,   la   reciprocidad.   Finalmente,  el  artículo  22730  constitucional  manifiesta  la  obligación estatal de promover la  integración  económica,  social  y  política  con  los  demás estados,   mediante   la   celebración   de   tratados   sustentados  en  la  reciprocidad.    

En  este orden de ideas, partiendo de que los  preceptos  jurídicos  deben  ser  interpretados  de  manera  tal que su sentido  concuerde  con  las  disposiciones  constitucionales  -principio de interpretación     conforme    a    la  Constitución31,   que   parte   de   la   supremacía  formal  y  material  de  la  Constitución-,  la  Constitución  acepta  claramente el  principio   de  reciprocidad  en  el  manejo  de  las  relaciones  internacionales sin distinguir una especial  forma  de  ella.  Así,  el  principio  general  es la reciprocidad sin distingo  alguno,  quedando  como  única  excepción  a  esta  regla  la nacionalidad por  adopción  de  los  miembros  de  pueblos  indígenas,  la  cual requiere de una  reciprocidad  proveniente de  tratados internacionales.   

3.2.3.  En  la jurisprudencia Constitucional,  dicho  principio  ha  servido  de  base para adelantar el examen de los tratados  internacionales.   

Al  efectuar  el  estudio  del  Acuerdo  de  cooperación  en  materia  de turismo entre la República de Colombia y el Reino  de   España32,  se  señala  que “…. las actividades  que  se compromete a desarrollar un país son las mismas a las que se compromete  el  otro;  ambas  naciones  pueden  negarse a cumplir obligaciones que entren en  conflicto  con  otras  adquiridas  con  anterioridad; participan por igual en la  comisión  que ordena crear el propio Acuerdo y pueden denunciarlo en las mismas  oportunidades.    Este    tratamiento    equitativo,    a    su    vez   implica  reciprocidad…”. Así, el principio de reciprocidad  se   asocia   al   concepto   de   equidad,   como   trato   similar  entre  las  partes.   

Posteriormente,  la  Corte  en  sentencia  de  tutela33    al    efectuar    el    estudio    sobre    el   “certificado   de   reciprocidad”  en  el  trámite de extradición, afirmó:   

“Ni  en  los  tratados  celebrados  por  Colombia  y los Estados Unidos de Norteamérica, ni en los usos internacionales,  ni  en  la  regulación  legal  colombiana  sobre la extradición se consagra la  exigencia  de  tal  certificación  [certificado  de reciprocidad] y, por tanto,  tramitar  la  solicitud  de  extradición de los accionantes sin ella, mal puede  constituir  una  vía de hecho imputable al Ministerio de Relaciones Exteriores.  Sobre  la  reciprocidad,  fue  clara  la Corte Constitucional al señalar, en la  sentencia  C-1106/00  antes  citada,  que  es  el Jefe de Estado a quien compete  proceder  de  acuerdo  con  la  Constitución  y  la  Convención de Viena sobre  Derecho  de  los  Tratados,  cuando  encuentre  que  se vulnera la reciprocidad;  consideró     esta    Corporación    en    esa    providencia:    “…  si la manera como se proceda en otros Estados conforme a su  derecho  interno  comparativamente  resulta  distinta  a la señalada por la ley  colombiana  y,  ello  se  considera  que  pudiera  afectar  el  principio  de la  reciprocidad,  en  ese  punto,  corresponderá  al Jefe del Estado como director  supremo  de las relaciones internacionales del país, proceder de acuerdo con la  Constitución     y     con     la    Convención    de    Viena    –Derecho  de los Tratados- a actuar en  consecuencia,   sin   que   pueda   la   Corte  Constitucional  arrebatarle  esa  competencia”.  Así,  mal  puede haber incurrido el  Ministerio  de  Relaciones  Exteriores  en  una  vía de hecho por no exigir una  certificación  que  ninguna  norma establece como requisito, y por no arrogarse  una  competencia  asignada al Jefe de Estado; en consecuencia, mal puede el juez  de    tutela    otorgar    el   amparo   acogiendo   este   argumento   de   los  demandantes.”   

Así,  la reciprocidad, además de vertida en  tratados  internacionales, puede derivarse de la valoración del derecho interno  de  otro  Estado  a  objeto  de  verificar  un trato recíproco del otro Estado,  valoración  que  corresponde  al  Jefe  de  Estado como director supremo de las  relaciones              internacionales34.   

Confirma la teoría anterior, el hecho de que  la  Corte  Constitucional,  a  través  de  decisiones  de tutela, ha avalado la  existencia  del  principio  de  reciprocidad,  sin ligarlo necesariamente a  los   tratados   internacionales.  En  efecto,  mediante  sentencia  T-  716  de  199635,   se   resolvió   una  solicitud  de  tutela  promovida  para  la  protección  del  derecho  fundamental  al debido proceso, presuntamente violado  por  la  Sala  de  Casación  Civil  de la Corte Suprema de Justicia al proferir  una   sentencia,  por  medio  de  la cual se resolvió una  demanda de  exequátur.  La  Corte  Constitucional estableció que no se estaba en presencia  de  una  vía  de  hecho  por  parte de la Corte Suprema de Justicia, por cuanto  “…Encuentra ponderados y razonables los argumentos  de  la  Corte,  válidos  a  la  luz  de  los  principios  de  la  autonomía  e  independencia   de  que  goza para resolver sobre el exequátur de la sentencia  en    referencia,    en    cuanto    consideró    aplicable   la   reciprocidad   legislativa,  probada  la  jurisdicción  del  Tribunal  Inglés  y acreditados todos los requisitos que la  ley  procesal  exige  para  adoptar  una  decisión  de  esta  naturaleza…”.  En  otras  palabras, por intermedio de la decisión de  tutela  mencionada  la  Corte  avaló  la  interpretación  razonada de la Corte  Suprema  de  Justicia  al  aplicar  la  reciprocidad  legislativa,  a  falta  de  reciprocidad   diplomática  -también  llamada  de  tratados  internacionales-.  Igualmente,   en   la   sentencia   de   tutela   T-   557  de  200536 , se atacaba  jurídicamente   una sentencia dictada por la Sala de Casación Civil de la  Corte  Suprema de Justicia en trámite de exequátur37.   Respecto  de la vía  de  hecho  por  vulneración de la reciprocidad en los tratados internacionales,  esta Corte señaló:   

En  virtud  de  lo  expuesto,  no  aparece  demostrado  por  el  actor  que  la  conclusión de la Corte Suprema de Justicia  sobre     la     existencia     de    reciprocidad  legislativa,  con  la  República  de  Portugal  para  conceder  exequátur  a  las  sentencias  del  otro Estado en cada uno de ellos,  resulte reñida de manera frontal con el ordenamiento  jurídico   colombiano,  lo  que  significa  que  la  pretendida  vía  de  hecho  en que supuestamente se habrían incurrido en éste  caso,   aparece   huérfana   de   sustento   jurídico.”  (subraya  fuera  de  texto)    

De  los anteriores fallos se desprende que la  Corte  ha  impartido  aval  constitucional  a  las  interpretaciones de la Corte  Suprema  de  Justicia  que  admiten la reciprocidad legislativa en defecto de la  reciprocidad proveniente de tratados internacionales.   

3.2.4.  La jurisprudencia de la Corte Suprema  de  Justicia,  ha desarrollado conceptualmente el punto, en relación sentencias  proferidas   en   otros   países.   Existen,  dice38,   mínimo   dos  tipos  de  reciprocidades:    la    diplomática   y  la legislativa.  La  reciprocidad diplomática  tiene  lugar  cuando  entre  Colombia  y el país de donde proviene la decisión  judicial  objeto  del  exequátur,  se  ha suscrito tratado público que permita  igual  tratamiento  en  este  estado  extranjero  a  las sentencias emitidas por  jueces  colombianos, de manera que como contraprestación a la fuerza que éstas  tengan  en  aquel,  las  suyas  vinculen  en nuestro territorio. La reciprocidad  legislativa  se  reconoce al  otorgarse  efectos  jurídicos a las sentencias de los jueces colombianos por la  legislación  del  país  de donde proviene la decisión materia del exequátur,  pues  igual  fuerza  vinculante  tendrán  las  decisiones  de  sus jueces en el  Territorio  nacional,  siendo entendido que esta forma de reciprocidad puede ser  a  su  vez  basada  en textos legales escritos o en la práctica jurisprudencial  imperante  en  el  país  de  origen  del fallo objeto de exequátur39,  también  denominada     esta    última,    reciprocidad    llamada    de    hecho40   -mejor   judicial-,  como  sucedáneos de  la primera.   

3.2.5.  En suma, el principio de reciprocidad  hace  alusión  a la correspondencia que debe existir entre un Estado y otro, en  el  curso  de  las  relaciones  internacionales.  La  Constitución Política de  Colombia  acoge  el  principio  de  reciprocidad  en el manejo de las relaciones  internacionales,   sin   realizar   distingo   alguno   entre   sus   diferentes  formas.   Por  vía  de  tutela  la  Corte  Constitucional  ha  avalado  la  existencia  del  principio  de  reciprocidad  sin  ligarlo  necesariamente a los  tratados  internacionales,  reconociendo otras formas de reciprocidad diferentes  a  la  que  proviene  de  los  tratados  internacionales,  como  la reciprocidad  legislativa.   En   igual  forma,  La  Corte  Suprema  de  Justicia,  tiene  una  jurisprudencia   uniforme   respecto   a   la  aplicación  de  la  reciprocidad  legislativa,  como  también  de  la  reciprocidad  judicial,  en  defecto de la  reciprocidad diplomática o de los tratados internacionales.   

3.3. El Caso Concreto.  

3.3.1.   Es   concordante  la  reciprocidad  “mediante       tratados       internacionales  vigentes” señalada en el artículo 39 de la Ley 962  de  2005  como  requisito  para  que las personas nacidas en Latinoamérica y el  Caribe  puedan  adquirir  la  nacionalidad  colombiana  por  adopción,  con  la  reciprocidad  señalada en el  artículo  9641 de la Constitución Política de Colombia?   

3.3.2.  De  acuerdo  con  lo  expuesto, deben  sentarse  las  siguientes  conclusiones:  (i)  la  nacionalidad  es  un  derecho  fundamental   de  los  individuos,  pudiendo  ser  concedida  por  los  Estados,  autónomamente,  a   extranjeros;  (ii)  el  principio de reciprocidad, tal  como   ha   sido   reseñado   en  varias  disposiciones  de  la  Constitución,  especialmente  en  su  artículo  96  relativo  a la nacionalidad colombiana por  adopción  de  los  latino-caribe-americanos, no introduce distingo alguno entre  sus   diferentes   formas,   a   saber,   reciprocidad   diplomática  -tratados  internacionales-,  reciprocidad  legislativa y reciprocidad de hecho o judicial;  (iii)   tanto  la  jurisprudencia  de  la  Corte  Constitucional   como  la  jurisprudencia  de la Corte Suprema de Justicia han avalado la existencia dentro  de   nuestro   ordenamiento   jurídico   de  diversas  formas  de  reciprocidad, sin ligarla necesariamente a  aquella  que  proviene  de  los tratados internacionales, también conocida como  diplomática.   

3.3.3. Así, dos lecturas admitiría la norma  demandada:  la  primera,  el  principio  de  reciprocidad  que  exige  la  norma  demandada  solamente  puede  provenir  de  tratados internacionales vigentes; la  segunda,  la  norma  demandada   simplemente  enuncia una de las formas del  principio  de  reciprocidad,  sin excluir las otras. La Corte acoge esta última  interpretación, basada en las siguientes consideraciones:   

(i)  La Constitución Política, al referirse  en   el   artículo  96  al  principio  de  reciprocidad  en  relación  con  la  nacionalidad  por adopción de los latinoamericanos y del Caribe domiciliados en  Colombia  -materia  de  la  demanda-  no  la circunscribe a alguna de sus formas  específicas.   Mientras   la   disposición   legal   demandada   relaciona  la  reciprocidad  con  la  modalidad  diplomática o de tratados internacionales, la  norma  constitucional  mencionada  adopta un criterio genérico del principio de  reciprocidad,  que  debe  entenderse  comprensivo de las otras expresiones de la  figura  jurídica como la reciprocidad legislativa y la judicial o de hecho, las  que  justamente  han  sido  omitidas  en  el  artículo  39  de  la  Ley  962 de  2005.   

(ii)  La  interpretación constitucionalmente  válida  de  la norma demandada indica que la falta de tratado internacional con  un  estado  latinoamericano  y  del  caribe  no  significa  que no existan otras  modalidades   de   reciprocidad   referenciales,   a   efectos  de  conceder  la  nacionalidad   por  adopción  a  los  extranjeros  de  tales  países.  Por  el  contrario,  debe  considerarse  que  la  norma  constitucional ha incluido otras  formas  de  reciprocidad  que son de aplicación concurrente. Por ello, debido a  que   el   Legislador   omitió   señalar  la  reciprocidad  legislativa  y  la  reciprocidad  judicial,  este  Tribunal  emitirá una sentencia condicionada que  permita  el entendimiento de la norma demandada en concordancia con la cláusula  constitucional  del  literal  b)  del inciso 2) del artículo 96 de la Carta: en  consecuencia,  en  el  evento de la existencia de un tratado internacional entre  Colombia   y   un   país  Latinoamericano  o  del  Caribe,  regulatorio  de  la  nacionalidad  por  adopción entre los países, el asunto deberá regirse por lo  establecido  en  dicho  instrumento  internacional; en su defecto, operarán los  otros criterios o formas concurrentes de reciprocidad.   

(iii) La Constitución Política privilegia la  integración    latinoamericana   y   del   Caribe42,  una  de cuyas aplicaciones  válidas  consiste  en  el  otorgamiento más favorable de la nacionalidad a los  latino-caribe-americanos,  de  acuerdo con el principio  de  reciprocidad  en  la  acepción  amplia  del mismo  conforme al texto constitucional.   

(iv) Siendo el otorgamiento de la nacionalidad  por  adopción  a  extranjeros que cumplan determinadas condiciones exigidas por  el  país,  expresión elocuente de la soberanía del Estado, la adquisición de  la  misma  por   hijos  de países latinoamericanos y del Caribe de acuerdo  con   el   principio   de   reciprocidad,   mediante  la  inscripción  ante  la  municipalidad     correspondiente     requiere     de     la     “autorización   del  Gobierno”,  en  los  términos del artículo 96 de la Constitución Política.    

3.3.4.   En   suma,  partiendo  de  que  la  Constitución  Política -art. 96, num. 2b- optó por otorgar la nacionalidad en  modalidad  de adopción a los nacidos en Latinoamérica y el Caribe, consecuente  con  el  mandato  general  de  promoción  de la integración latinoamericana de  acuerdo  con  el  principio  de  reciprocidad,  y  no  habiendo la Constitución  limitado  el  mencionado principio a su regulación en tratados internacionales,  y  en  aplicación del principio de favorabilidad o pro  hominem43   

en cuanto al derecho a la adquisición de la  nacionalidad,   esta   Corte   declarará  la  exequibilidad  de  la  expresión  “mediante   tratados   internacionales  vigentes”  contenida  en  el  artículo 39 de la ley 962 de 2005,  entendiéndose  que  es  posible solicitar la nacionalidad adoptiva por parte de  los  nacidos  en  Latinoamérica  o el Caribe, con fundamento en otras formas de  reciprocidad, a falta de tratado internacional en la materia.   

III. DECISIÓN.  

En   mérito   de  lo  expuesto,  la  Corte  Constitucional  de  la  República de Colombia, administrando justicia en nombre  del pueblo y por mandato de la Constitución,   

RESUELVE:  

Declarar    EXEQUIBLE    la    expresión  “…mediante  tratados  internacionales vigentes.”  contenida  en  el  artículo 39 de la ley 962 de 2005,  entendiéndose   que  puede  otorgarse  la  nacionalidad  por  adopción  a  los  latinoamericanos  y del caribe por nacimiento domiciliados en Colombia  con  base en otras formas de reciprocidad.   

Notifíquese,   comuníquese,   cópiese,  publíquese  e  insértese  en la Gaceta de la Corte Constitucional, cúmplase y  archívese el expediente   

NILSÓN PINILLA PINILLA  

Presidente  

MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO  

Magistrado  

MARÍA VICTORIA CALLE CORREA  

Magistrada  

JUAN CARLOS HENAO PÉREZ  

Magistrado  

Ausente en comisión  

GABIEL EDUARDO MARTELO  

Magistrado  

JORGE IVÁN PALACIO PALACIO  

Magistrado  

JORGE IGNACIO PRETELT CHALJUB  

Magistrado  

HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO  

Magistrado  

Aclaración de voto.  

LUIS ENRESTO VARGAS SILVA  

Magistrado  

MARÍA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ  

Secretaria General  

ACLARACIÓN  DE  VOTO DEL MAGISTRADO HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO A  LA SENTENCIA C-893 DE 2009   

NACIONALIDAD COLOMBIANA POR ADOPCION DE LATINO  CARIBE        AMERICANOS-Requisitos/NACIONALIDAD    COLOMBIANA    POR    ADOPCION   DE   LATINO   CARIBE  AMERICANOS-Sujeta   únicamente   a   requisito   de  reciprocidad  convencional/NACIONALIDAD COLOMBIANA POR  ADOPCION  DE  LATINO  CARIBE  AMERICANOS-Concesión no  puede  fundarse  en  prácticas  del  principio  de reciprocidad diferentes a la  convencional (Aclaración de voto)   

El  legislador  colombiano  estableció  como  criterio   para   atribuir  la  nacionalidad  por  adopción  a  los  ciudadanos  latinoamericanos   y  del  Caribe,  el  cumplimiento  de  dos  condiciones:  (i)  permanencia  continua  en  el país durante el año inmediatamente anterior a la  fecha  de  presentación  de  la  solicitud,  y  (ii) existencia de reciprocidad  convencional  con  su  país  de  origen,  decisión  a  través  de  la cual el  legislador  previó  únicamente  la  reciprocidad  convencional,  es decir, por  tratados  internacionales,  limitante  que  se  ajusta a la constitución y a la  evolución  del  derecho  internacional  público,  en  la  medida  en  que  tal  atribución  es  un  asunto  interno y sólo excepcionalmente se regula mediante  tratados internacionales          

NACIONALIDAD-Reglas  de             determinación             de            competencia/NACIONALIDAD-Discrecionalidad  regulatoria  (Aclaración de voto)   

NACIONALIDAD-Escasa  regulación  en derecho positivo internacional (Aclaración de voto)   

NACIONALIDAD     EN     EL     DERECHO  INTERNACIONAL-Ámbito de aplicación reservado de cada  Estado/NACIONALIDAD       EN      EL      DERECHO  INTERNACIONAL-Aplicación    sujeto    a    tratados  internacionales (Aclaración de voto)   

Ref.  Demanda de inconstitucionalidad contra  el artículo 39 (parcial) de la Ley 962 de 2005.   

Demandante:      Felipe     Villegas  Múnera   

Mauricio González Cuervo.  

Con  el  acostumbrado respeto, paso a exponer  las  razones  por  las  cuales  aclaro  mi  voto  en  relación con la decisión  adoptada  por la Sala Plena en sentencia   C- 893 de 2009, mediante la  cual  declaró  “exequible la expresión “mediante  tratados  internacionales  vigentes”,  contenida en el artículo 39 de la  ley  962  de  2005,  entendiéndose  que  puede  otorgarse  la  nacionalidad por  adopción  a  los  latinoamericanos  y del caribe por nacimiento domiciliados en  Colombia    con   base   en   otras   formas   de  reciprocidad”.   

Al respecto, recuérdese que la norma acusada  disponía lo siguiente:   

“Ley    962    de    200544   

(Julio 8)  

Por  la  cual se dictan disposiciones sobre  racionalización   de   trámites   y   procedimientos  administrativos  de  los  organismos  y  entidades  del Estado y de los particulares que ejercen funciones  públicas o prestan servicios públicos.   

TITULO I: Normas Generales.  

CAPÍTULO   V:   De   las   regulaciones,  procedimientos y trámites   

del     sector     de     relaciones  exteriores   

ARTÍCULO  39.  REQUISITOS  PARA  LA  ADQUISICIÓN  DE LA NACIONALIDAD COLOMBIANA POR ADOPCIÓN.  Modifíquese         el         artículo         5° de la Ley 43 de 1993, el cual quedará así:   

“Artículo   5o.   Requisitos   para   la  adquisición  de  la  nacionalidad  colombiana  por  adopción.  Sólo se podrá  expedir Carta de Naturaleza o Resolución de Inscripción:   

A  los  extranjeros  a  que  se  refiere el  literal    a)    del    numeral   2   del   artículo   96  de  la  Constitución  Política  que durante los cinco (5) años  inmediatamente  anteriores  a  la  fecha  de presentación de la solicitud hayan  estado  domiciliados  en  el  país en forma continua y el extranjero titular de  visa  de  residente.  En  el  evento  en  que  los  mencionados  extranjeros  se  encuentren  casados,  o  sean  compañeros permanentes de nacional colombiano, o  tengan  hijos  colombianos, el término de domicilio continuo se reducirá a dos  (2) años.   

A  los  latinoamericanos  y  del Caribe por  nacimiento   que   durante  el  año  inmediatamente  anterior  a  la  fecha  de  presentación  de  la  solicitud, hayan estado domiciliados en el país en forma  continua,   teniendo   en  cuenta  el  principio  de  reciprocidad  mediante tratados internacionales vigentes.   

Los  hijos  de  extranjeros  nacidos  en el  territorio   colombiano   a   los   cuales   ningún  Estado  les  reconozca  la  nacionalidad,  la  prueba  de la nacionalidad es el registro civil de nacimiento  sin   exigencia  del  domicilio.  Sin  embargo,  es  necesario  que  los  padres  extranjeros  acrediten a través de certificación de la misión diplomática de  su  país  de origen que dicho país no concede la nacionalidad de los padres al  niño por consanguinidad.   

PARÁGRAFO 1o. Las anteriores disposiciones  se  aplicarán  sin  perjuicio de lo que sobre el particular se establezca sobre  nacionalidad    en    tratados   internaciones   en   los   que   Colombia   sea  parte.   

PARÁGRAFO   2o.  Para  efectos  de  este  artículo   entiéndase  que  los  extranjeros  están  domiciliados  cuando  el  Gobierno  Nacional les expide la respectiva Visa de Residente. Por lo tanto, los  términos  de  domicilio  se  contarán  a partir de la expedición de la citada  visa.   

El demandante confrontaba la norma demandada,  específicamente  el  inciso  3°  del  artículo  39  de  la ley 962/05, con el  numeral  2b  del artículo 96 constitucional, considerando que mientras la norma  superior    regula   el   proceso   de   nacionalización   por   adopción   de  latino-caribe-americanos     aludiendo     genéricamente     al    principio   de   reciprocidad,   la   ley  impugnada   lo   hace  restringiendo  el  concepto  de  reciprocidad a la existencia de tratados internacionales vigentes   

La  mayoría  de  la  Corte consideró que le  asistía   la   razón  al  demandante,  por  cuanto  existen  otras  formas  de  reciprocidad, tales como la judicial, la legal o la fáctica.   

Por  el contrario, considero que la limitante  que    fijó  el  legislador,  en  el  sentido  de  prever  únicamente  la  reciprocidad  convencional,  es decir, por tratados internacionales, se ajusta a  la Constitución, por las siguientes razones.   

    

1. El  principio  de  la  competencia  estatal  en la atribución de la  nacionalidad.     

De vieja data, en derecho internacional   público,  se  ha  sostenido  que  pertenece  a  cada Estado la competencia para  determinar,  mediante  su  legislación interna, quiénes son sus nacionales. El  anterior  principio  se  encuentra consagrado, por ejemplo, en la Convención de  La  Haya  del  12  de  abril  de 1930, sobre “ciertas  cuestiones  relativas a los conflictos de leyes sobre nacionalidades”;  en  el  fallo  proferido  por  la Corte Permanente de Justicia  Internacional  en el asunto sobre el diferendo franco-británico referente a los  decretos  de  nacionalidad  promulgados  por Marruecos (28 de junio de 1919); al  igual  que en el caso Nottembohm, fallado por la Corte Internacional de Justicia  el 6 de abril de 1955.   

Debido   a   que   cada   Estado  goza  de  discrecionalidad   al   momento   de   establecer  las  reglas  atinentes  a  la  determinación   de   la   nacionalidad,  se  suelen  presentar  los  siguientes  fenómenos:  algunos  individuos  no  poseen  ninguna nacionalidad (apátridas),  en  tanto que otros gozan de  más    de    una   (doble   nacionalidad).   

Ahora  bien,  en  cuanto  a  las  reglas  de  atribución  de  la  nacionalidad,  un  cierto  número  de  Estados  se  fundan  especialmente   en  el  concepto  de  filiación  (ius  sanguinis),  en  tanto  que  la  mayoría combinan ese  factor    con    el    lugar   de   nacimiento   (ius  soli)  o  de  domicilio  (ius  domicili).  Todo  dependerá de si se trata de países  interesados  por  mantener los vínculos jurídicos con sus nacionales que viven  en  el  extranjero  (países de migración)  o  si desean recibir y acoger fácilmente ciudadanos provenientes  de  otros  Estados  (países de migración).   

Ahora  bien, las complejidad e intereses que  están  de  por  medio  en  el  tema  de  la  determinación de la nacionalidad,  históricamente  han  conducido  a la escasa regulación internacional del tema.  De  hecho,  a  pesar  de  la adopción de tratados internacionales encaminados a  hacerle  frente al tema de los apátridas, es decir, de personas que han perdido  su  nacionalidad  de  origen y no han logrado adquirir otra, lo cierto es que no  existen  realmente  normas  de  derecho  positivo  que  obliguen a los Estados a  reconocer como uno de sus nacionales a un determinado individuo.   

Precisamente, debido a las complejidades que  presenta  el orden internacional, algunos países han decidido celebrar tratados  bilaterales,  a  efectos  de facilitar la adquisición de una nueva nacionalidad  entre  sus  ciudadanos,  técnica  jurídica que suele emplearse en contextos de  cesión de territorios o de disolución de Estados.   

En  suma,  en  derecho  internacional,  la  determinación  de  la  nacionalidad  de  un  individuo suele ser considerado un  asunto  que  pertenece  al  ámbito  de  competencia  reservado  de cada Estado,  gozando  por  tanto  de discrecionalidad para fijar los criterios de atribución  de   la   misma,   e   igualmente,  contando  con  la  posibilidad  de  fijarlos  constitucional  o  legalmente.  De  allí  que,  excepcionalmente,  por  vía de  tratados  internacionales,  usualmente  bilaterales,  los Estados determinen las  reglas  para  atribuir  nacionalidad  entre  sus  respectivos ciudadanos. Por el  contrario,  la  nacionalidad  no  se concede con base en criterios previstos por  normas  consuetudinarias, es decir, por comportamientos reiterados y recíprocos  entre los Estados.   

    

1. Exigir     la     reciprocidad     por    vía    convencional    es  razonable.     

El  legislador  colombiano  estableció como  criterio   para   atribuir  la  nacionalidad  por  adopción  a  los  ciudadanos  latinoamericanos   y  del  Caribe,  el  cumplimiento  de  dos  condiciones:  (i)  permanencia  continúa  en el país durante el año inmediatamente anterior a la  fecha  de  presentación  de  la  solicitud,  y  (ii) existencia de reciprocidad  convencional con su país de origen.   

Al  respecto, la Corte estimó que exigir la  reciprocidad  convencional,  excluyendo  otras formas de reciprocidad existentes  como  la  legal,  judicial  o  fáctica,  resultaba desproporcionado, por cuanto  conduciría,   en   la   práctica,   a   hacer   nugatorio   el   artículo  96  Superior.   

Sobre  el  particular,  considero,  por  el  contrario,  que  la  decisión  del  legislador  se ajustaba a la evolución del  derecho   internacional   público,   según  la  cual,  como  se  explicó,  la  atribución  de  la  nacionalidad es un asunto interno, y sólo excepcionalmente  se  regula  mediante  tratados  internacionales,  más  no  mediante prácticas,  fundadas en el principio de reciprocidad.   

Fecha ut supra,  

HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO  

Magistrado    

    

1  Diario Oficial No 45963 de julio 08 de 2005.   

2 Folio  1 al 5 del expediente.   

3  Concepto  No  4808,  recibido  en  la  Corte  Constitucional  el  13 de julio de  2009.   

4  La  Corte  Suprema  de  Justicia  en Sentencia del 19 de junio de 1994, Exp. 3894 se  refirió   a   la   diferencia  que  existe  entre  reciprocidad  legislativa  y  diplomática.   

5  Sentencia  T-716  de  1996,  Magistrado Ponente Antonio Barrera Carbonell y Auto  037 de 1997 Magistrado Ponente Antonio Barrera Carbonell.   

6  Sentencia  del  2 de febrero de 1994; Expediente 4150  Magistrado  Ponente  Héctor Naranjo Marín, Sentencia del 11 de agosto de 2005,  expediente  11001-02-03-000-2004-00696-00  Magistrado  Ponente  Edgardo Villamil  Portilla    y    Sentencia    del    31   de   octubre   de   2008;   Expediente  11001-0203-000-2008-00276-00   Magistrado  Ponente  Edgardo  Villamil  Portilla.   

7  Artículo  226.  El Estado promoverá la internacionalización de las relaciones  políticas,   económicas,  sociales  y  ecológicas  sobre  bases  de  equidad,  reciprocidad y conveniencia nacional.   

8  Artículo  227.  El  Estado  promoverá  la  integración  económica,  social y  política  con  las demás naciones y especialmente, con los países de América  Latina  y  del  Caribe  mediante  la celebración de tratados que sobre bases de  equidad,  igualdad  y  reciprocidad, creen organismos supranacionales, inclusive  para  conformar  una  comunidad  latinoamericana  de  naciones.  La  ley  podrá  establecer  elecciones  directas  para  la constitución del Parlamento Andino y  del Parlamento Latinoamericano.   

9  Numeral 2 literal b.   

10  Art.20 Convención Americana de Derechos Humanos.   

11  Sentencia C- 273 de 1999. Corte Constitucional.   

12 La  nacionalidad  como  derecho  fundamental. Veáse también la sentencia C- 832 de  2006.   

13  Opinión  Consultiva  OC-4 DE 1984. Corte Interamericana de Derechos Humanos.”  Propuesta de modificación a la Constitución de Costa Rica “   

14  Convención  para  reducir  los  casos  de  apatridia.  Adoptada  en Nueva York,  Estados   Unidos,   el   30   de   agosto   de   1961  por  una  Conferencia  de  Plenipotenciarios  que  se reunió en 1959 y nuevamente en 1961, en cumplimiento  de  la  resolución  896 (IX) de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 4  de  diciembre de 1954 .Entrada en vigor: 13 de diciembre de 1975, de conformidad  con el artículo 18.   

15  Artículo 1   

1.  Todo  Estado  contratante  concederá su  nacionalidad  a  la  persona  nacida  en  su  territorio que de otro modo sería  apátrida. Esta nacionalidad se concederá:   

a)  De  pleno  derecho  en  el  momento  del  nacimiento, o   

b)  Mediante  solicitud  presentada  ante la  autoridad  competente  por  el  interesado o en su nombre, en la forma prescrita  por  la  legislación  del  Estado  de  que  se  trate. Salvo lo dispuesto en el  párrafo    2   del   presente   artículo,   la   solicitud   no   podrá   ser  rechazada.   

Todo  Estado  contratante  cuya legislación  prevea  la  concesión de su nacionalidad mediante solicitud, según el apartado  b  del  presente  párrafo,  podrá  asimismo  conceder su nacionalidad de pleno  derecho   a  la  edad  y  en  las  condiciones  que  prescriba  su  legislación  nacional.   

2. Todo Estado contratante podrá subordinar  la  concesión  de  su  nacionalidad  según  el  apartado  b del párrafo 1 del  presente artículo a una o más de las condiciones siguientes:   

a) Que la solicitud se presente dentro de un  período  fijado por el Estado contratante, que deberá comenzar a más tardar a  la  edad  de  18  años  y  que no podrá terminar antes de la edad de 21 años,  entendiéndose  que  el  interesado deberá disponer de un plazo de un año, por  los    menos,    para    suscribir    la    solicitud    personalmente   y   sin  habilitación;   

c)  Que el interesado no haya sido condenado  por  un  delito contra la seguridad nacional ni a una pena de cinco o más años  de prisión por un hecho criminal;   

d)  Que  el interesado no haya adquirido una nacionalidad  al nacer o posteriormente.   

16  Sierra,  Manuel.   “Derecho  Internacional  Público”  México, Tercera  Edición.   

17  Art.  15.   1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad. 2. A nadie se  le  privará  arbitrariamente  de  su  nacionalidad  ni del derecho a cambiar de  nacionalidad.   

18  Artículo   19:”Toda  persona  tiene  derecho  a  la  nacionalidad  que  legalmente  le corresponde, y el de  cambiarla,  si así lo desea, por la de cualquier otro país que esté dispuesto  a otorgársela”.   

19  Artículo  20.  Derecho a la Nacionalidad  1.  Toda  persona  tiene derecho a una  nacionalidad  2.  Toda  persona  tiene  derecho  a la  nacionalidad  del Estado en cuyo territorio nació si no tiene derecho a otra.3.  A  nadie  se  privará  arbitrariamente  de  su  nacionalidad  ni  del derecho a  cambiarla.   

20  Opinión  Consultiva  No  4  de  1984.   Corte  Interamericana  de Derechos  Humanos. Numeral 36.   

21  Respecto  de  la Nacionalidad y de la concesión por parte de cada Estado, en el  “Asunto  Nottebohm”  la  Corte  Internacional de Justicia expresó “La  naturalización  no es una cosa para  tomar  a la ligera. Pedirla y obtenerla no es un acto corriente en la vida de un  hombre.  Entraña para él ruptura de un vínculo de fidelidad y establecimiento  de  otro  vínculo de fidelidad. Lleva consigo consecuencias lejanas y un cambio  profundo  en  el destino del que la obtiene. Le concierne personalmente y sería  desconocer  su  sentido profundo el no retener de ella más que el reflejo sobre  la  suerte  de  sus  bienes.  [Nottebohm Case (second  phase),  Judgment  of April 6th, 1955, I.C.J. Reports  1955,   pág.  24]”  Cfr.  OC.  4  de  1984.  Corte  Interamericana  de  Derecho  Humanos.   

22  ART.    96. Son nacionales colombianos   

1. Por nacimiento:  

a)  Los  naturales  de  Colombia,  que  con  una  de  dos  condiciones:  que  el  padre  o  la  madre  hayan  sido  naturales  o nacionales  colombianos  o  que, siendo hijos de extranjeros, alguno de sus padres estuviere  domiciliado en la República en el momento del nacimiento y;   

b)  Los  hijos  de padre o madre colombianos que hubieren  nacido  en  tierra extranjera y luego se domiciliaren en territorio colombiano o  registraren en una oficina consular de la República.   

23   Ibidem,  2. Por adopción. a) Los  extranjeros  que  soliciten  y obtengan carta de naturalización, de acuerdo con  la  ley,  la cual establecerá los casos en los cuales se pierde la nacionalidad  colombiana por adopción;   

b)  Los  latinoamericanos  y  del  Caribe  por nacimiento  domiciliados  en  Colombia,  que con autorización del gobierno y de acuerdo con  la  ley  y  el  principio de reciprocidad, pidan ser inscritos como colombianos,  ante la municipalidad donde se establecieren, y   

c)  Los  miembros de los pueblos indígenas que comparten  territorios  fronterizos,  con  aplicación del principio de reciprocidad según  tratados públicos.   

24  Sentencia  C-915  de  2001.   “  …los  diferentes  Estados,  donde  por  supuesto  se  incluye  el  nuestro,  han  reconocido  dos  modos  esenciales  de  adquirirla:   Uno originario o por nacimiento, toma en cuenta los principios de  ius  sanguini (derecho por la sangre), ius domicili (derecho por el domicilio) y  de  ius  soli  (derecho  por  el  suelo);  el otro, derivado o por adopción, se  adquiere  según criterios de cada Estado, que obedecen especialmente a factores  como  la  residencia,  el parentesco con nacionales (matrimonio), la aceptación  de un trabajo o la prestación de algún servicio, entre otros”   

25  Diccionario   de   la   lengua   española.    Real   Academia   Española.  rae.es/draeI/   

26  Combacau,  Jean.  “Droit  Internacional  public”.  Montchrestien, pag. 189 . 1995.   

27  ART.   96.—Modificado.  A.L.  1/2002,  art. 1º. Son  nacionales colombianos   

1. Por nacimiento:  

a)  Los  naturales  de  Colombia,  que  con  una  de  dos  condiciones:  que  el  padre  o  la  madre  hayan  sido  naturales  o nacionales  colombianos  o  que, siendo hijos de extranjeros, alguno de sus padres estuviere  domiciliado en la República en el momento del nacimiento y;   

b)  Los  hijos  de padre o madre colombianos que hubieren  nacido  en  tierra extranjera y luego se domiciliaren en territorio colombiano o  registraren en una oficina consular de la República.   

2. Por adopción  

a)  Los  extranjeros  que  soliciten  y obtengan carta de  naturalización,  de  acuerdo  con la ley, la cual establecerá los casos en los  cuales se pierde la nacionalidad colombiana por adopción;   

b)  Los  latinoamericanos  y  del  Caribe  por nacimiento  domiciliados  en  Colombia,  que con autorización del gobierno y de acuerdo con  la  ley  y  el  principio de reciprocidad,  pidan  ser  inscritos  como  colombianos,  ante la municipalidad  donde se establecieren, y   

c)  Los  miembros de los pueblos indígenas que comparten  territorios      fronterizos,      con      aplicación     del     principio de reciprocidad según tratados públicos.   

Ningún  colombiano  por nacimiento podrá ser privado de  su  nacionalidad. La calidad de nacional colombiano no se pierde por el hecho de  adquirir  otra  nacionalidad. Los nacionales por adopción no estarán obligados  a renunciar a su nacionalidad de origen o adopción.   

Quienes  hayan  renunciado  a  la nacionalidad colombiana  podrán recobrarla con arreglo a la ley.   

28  ART.  150.—Corresponde  al Congreso hacer las leyes.  Por   medio   de   ellas   ejerce   las   siguientes  funciones:   

16.  Aprobar  o improbar los tratados que el  gobierno  celebre  con  otros  Estados o con entidades de derecho internacional.  Por  medio  de  dichos  tratados  podrá  el  Estado,  sobre  bases  de equidad,  reciprocidad y conveniencia  nacional,   transferir   parcialmente  determinadas  atribuciones  a  organismos  internacionales,  que  tengan  por  objeto promover o consolidar la integración  económica con otros Estados.   

29  ART.  226.—El  Estado  promoverá  la  internacionalización de las relaciones  políticas,    económicas,    sociales    y    ecológicas   sobre   bases   de  equidad,  reciprocidad  y  conveniencia nacional.   

30  ART.  227.—El   Estado   promoverá   la  integración  económica,  social  y  política  con  las demás naciones y especialmente, con los países de América  Latina  y  del  Caribe  mediante  la celebración de tratados que sobre bases de  equidad,  igualdad  y  reciprocidad, creen organismos supranacionales, inclusive  para  conformar  una  comunidad  latinoamericana  de  naciones.  La  ley  podrá  establecer  elecciones  directas  para  la constitución del Parlamento Andino y  del Parlamento Latinoamericano.   

31  Respecto  de éste principio de interpretación ver sentencias C-038 de 2006, C-  955 de 2001, C-836 de 2001 , C-426 de 2002, entre otras.   

32  Sentencia  C-  421  de  1997,  LAT-  098 .  MP. Carlos Gaviria.  Corte  Constitucional.   

33  Sentencia T- 1736 de 2000. MP. Carlos Gaviria Diaz.   

34  Art.        189       ART.       189.—Corresponde  al  Presidente  de  la República como Jefe de Estado,  Jefe del Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa:   

(…)  

2.   Dirigir  las  relaciones  internacionales.  Nombrar a los agentes diplomáticos  y  consulares,  recibir a los agentes respectivos y celebrar con otros Estados y  entidades  de  derecho internacional tratados o convenios que se someterán a la  aprobación del Congreso.   

(…)  

36 MP.  Alfredo Beltrán Sierra.   

37  Solicitado    por    la    Sociedad    Garcia       Fernandes       Internacional       Importaçao      e  Exportaçao   S.A.,  de  Portugal,  respecto  de  la  Sentencia  dictada  por  el  Tercer  Juzgado  Civil  de  la  Comarca  de  Oporto  (Portugal).      

38  Corte  Suprema  de  Justicia,  Sentencia  de Septiembre 25 de 1996. MP. Nicolás  Bechara S.   

39 La  Corte  Suprema  de  Justicia  ha denominado a la reciprocidad legislativa que se  fundamenta  en la práctica jurisprudencial, como “reciprocidad de hecho”. Y  en  varias  oportunidades ha concedido el exequátur a sentencias proferidas por  autoridades  judiciales norteamericanas, particularmente de la Florida, con base  en  testimonios  de  miembros de la barra de abogados de ese Estado de la unión  americana.  Corte  Suprema  de Justicia Sala De casación Civil y Agraria.   28 de julio de 1998. M.P Nicolás Bechara S.   

40  Corte  Suprema  de  Justicia, Sentencia de junio 27 de 2003 Exp. D-148 M.P José  Fernando Ramírez G.   

41  Numeral 2 literal b.   

42  Preámbulo  constitucional  ,  y  artículos  9,  96  y  227 de la Constitución  Política.   

43  Sentencia  C-551  de  2003,  Corte  Constitucional   “  (…  ) entre dos  interpretaciones   posibles   de  una  disposición  constitucional  relativa  a  derechos  de  la  persona,  debe  preferirse  aquella que mejor armonice con los  tratados  de derechos humanos, dentro del respeto del principio de favorabilidad  o  pro  hominem, según el  cual,  deben privilegiarse aquellas hermenéuticas que sean más favorables a la  vigencia de los derechos de la persona. (…) “   

44  Diario Oficial No 45963 de julio 08 de 2005.     

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *