T-081-09

Tutelas 2009

    Sentencia T-081-09  

                                         Referencia: expediente T-2.014.725   

Acción de tutela instaurada por Fabio Méndez  Vanegas  contra  la Sección Tercera, Subsección B, del Tribunal Administrativo  de Cundinamarca.   

Magistrado Ponente:  

Dr.   JAIME  ARAÚJO  RENTERÍA           

Bogotá, D.C., dieciséis (16) de febrero de  dos mil nueve (2009)   

La  Sala  Primera  de  Revisión   de   la   Corte   Constitucional,   integrada  por  los  Magistrados  CLARA ELENA REALES GUTIÉRREZ  (E),    JAIME    CÓRDOBA    TRIVIÑO    y  JAIME ARAÚJO  RENTERÍA,  en  ejercicio de  sus    competencias    constitucionales    y    legales,    ha    proferido   la  siguiente   

SENTENCIA  

dentro  del  trámite  de  revisión  de los  fallos  emitidos  por  la  Sección  Segunda, Subsección A,  y la Sección  Cuarta  de  la  Sala  de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado, en  primera y segunda instancia, respectivamente.   

I. ANTECEDENTES  

1. Hechos  

Fabio   Méndez   Vanegas,  por  medio  de  apoderada,  formuló  acción  de tutela contra la Sección Tercera, Subsección  B,  del  Tribunal Administrativo de Cundinamarca por la supuesta vulneración de  sus  derechos fundamentales al debido proceso, a la defensa, a la contradicción  de  las  pruebas  y  al  libre  acceso  a la administración de justicia, por el  despacho  judicial accionado en el trámite del proceso ejecutivo adelantado por  el  Instituto  Nacional de Vivienda de Interés Social y Reforma Urbana -Inurbe-  contra  el  Consorcio  Fabio  Méndez  Vanegas  &  Arzuza  Ltda.  y  Seguros  Universal S.A. -en liquidación-.   

Fundamenta  el accionante la vulneración de  sus derechos en los siguientes supuestos fácticos:   

a.  El  Instituto  Nacional  de  Vivienda de  Interés                    Social                   y                   Reforma  Urbana                  -Inurbe-  presentó  en  la  ciudad  de  Bogotá  demanda  ejecutiva  contra  el  Consorcio  Fabio Méndez Vanegas & Arzuza Ltda. y Seguros Universal S.A. -en  liquidación-,  teniendo  como base el domicilio de la sociedad en liquidación,  lo  que, según adujo el accionante, contradice el artículo 116 del Decreto 663  de  1993 y con el fin de“…tramitar el proceso lejos  y  a  espaldas  de  mi poderdante”, pues “en  la  misma  demanda  se  dice que el consorcio demandado y sus  integrantes  tenían  su  domicilio  en la ciudad de Valledupar, y se manifiesta  que  el ‘Consorcio Méndez y  Arzuza  Ltda.,  conformado  por Arzuza Ltda., … se puede notificar en la Calle  16  No.  10-51 de Valledupar y Fabio Méndez Vanegas… se puede notificar en la  calle   16A  No.  12-41  de  Valledupar’”.   

Adujo  el  demandante  en tutela que Seguros  Universal  S.  A.  “logró la revocatoria parcial del  mandamiento  ejecutivo,  desvinculándose  de  esta  manera del proceso, el cual  siguió  en  contra  del consorcio demandado, cuyo domicilio así como el de sus  integrantes,       es      la      ciudad      de      Valledupar”.   

Dijo el accionante que librado el mandamiento  de  pago  el 20 de marzo de 1997, el Tribunal accionado profirió el 24 de marzo  de  1998  auto  en  el  que  dispuso  “comisionar al  Tribunal  Administrativo  del  César para que notifique el auto admisorio de la  demanda  a  la  Sociedad  Méndez  y  Arzuza  Ltda.”,  cuando  en  verdad  debió “enviar por competencia el  proceso  al Tribunal Administrativo del Cesar, lugar de domicilio de los únicos  demandados  que  quedaban,  pero  no  se  hizo  así,  violando  normas de orden  público   que   conllevan   la   nulidad   de  la  actuación…”.   

Afirmó igualmente que la competencia para el  conocimiento  del  proceso  que  se censura radica en el Tribunal Administrativo  del  César,  por ser en esta localidad el lugar de ejecución del contrato base  de la acción.   

b.  Señaló  el  gestor  del  amparo que el  Tribunal  Administrativo  del  Cesar  ordenó  notificar  el mandamiento de pago  “al  Representante  Legal  de  la Sociedad Méndez y  Arzuza  Ltda.”;  que  “el  auxiliar  administrativo  de  la Oficina Judicial dejó la siguiente constancia:  ‘Me permito comunicarle que  me  trasladé  a  la Carrera 16 No. 10-65 de esta ciudad (Valledupar) con el fin  de  notificar  personalmente  al  representante  legal  de la Sociedad Méndez y  Arzuza  Ltda.;  quién  después  de  recibir el respectivo traslado… no quiso  firmar,  manifestando  que  primero  consultaba  a su abogado ya que la Sociedad  Méndez    y    Arzuza   no   existía’”  y  que  el  18  de  enero  de 1999 se  “emplaza  mediante  edicto al Representante Legal de  la Sociedad Méndez y Arzuza Ltda.”.   

Manifestó    que    la    Sociedad  Méndez  y Arzuza Ltda. no existe  y  que si en gracia de discusión se pudiera asimilar al Consorcio Fabio Méndez  y  Arzuza Ltda., tenía que emplazarse a sus representantes, es decir, al señor  Gonzalo  David  Arzuza  Cuesta,  en  su calidad de gerente de la Sociedad Arzuza  Ltda. y a Fabio Méndez Vanegas, como persona natural.   

Indicó  el accionante que a pesar de que su  dirección  fue  aportada  en  la  demanda, (Calle 16 A No.12-41 de Valledupar),  “no  fue  notificado  personalmente,  ni  tampoco se  menciona  su  nombre  en  el  edicto  en que se ordena emplazar al representante  legal     de    la    Sociedad    Méndez    y    Arzuza    Ltda.”.   

Adujo    también    que    “se  debió  señalar  en  el  edicto el diario que a ‘juicio     del     juez’  es  de  amplia  circulación  en  la  respectiva  localidad”  y  que  el  interesado en la  notificación  no  manifestó  bajo  juramento  “que  ignora  la habitación y el lugar de trabajo del demandado y que éste no figura  en el directorio telefónico…”.   

c.  Señaló  el  gestor  del  amparo que se  enteró  de  la  existencia  del  proceso  que  censura  cuando  al solicitar el  certificado  de  registro del único inmueble de su propiedad, se dio cuenta que  estaba embargado a petición del Inurbe.   

Adujo   que   la  actuación  surtida  con  posterioridad a su conocimiento fue la siguiente:   

c.1  Alegada la nulidad del proceso con base  en  el  numeral  8°  del  artículo  140 del Código de Procedimiento Civil, el  magistrado  ponente  por  proveído  de 3 de octubre de 2007 resolvió negarla y  ordenó   por   Secretaría   correr  “traslado  al  demandado  Fabio  Méndez  Vanegas, por un término de diez (10) días, del auto  de  20  de  marzo  de  1997,  por  el cual se libró mandamiento ejecutivo en su  contra”. Indicó el gestor del amparo que dentro del  término de traslado propuso excepción de prescripción.   

c.2 Interpuesto un recurso de súplica contra  el  auto  que  negó la nulidad, los demás magistrados de la Sala accionada por  auto  de  5  de  diciembre  de 2007, resolvieron rechazar la nulidad propuesta y  revocar  lo dispuesto en el numeral segundo del auto de 3 de octubre de 2007. En  esa  decisión  se  dijo  que  “pese a que le asiste  razón  al  demandado (Fabio Méndez) no se puede proceder a decretar la nulidad  solicitada  por cuanto la misma no se originó en la sentencia; sino que tuvo su  origen  en  la providencia de 24 de marzo de 1998, en el que se ordenó emplazar  a  la  sociedad Méndez y Arzuza Ltda.; y no al señor FABIO MÉNDEZ VANEGAS y a  la  Sociedad  ARZUZA LTDA., miembros del consorcio (FABIO MENDEZ Y ARZUZA LTDA).  (fl.74.c.3)”.   

Adujo  el  gestor del amparo que el juzgador  ignoró   que   “desde   siempre  se  ha  dado  por  establecido  que  el  proceso  de  ejecución termina sólo cuando, por remate o  consignación  o  entrega  de  bienes  efectuada  por  el deudor con tal fin, se  cancela  la obligación y que la providencia que la Sala llamó sentencia que le  puso  fin al proceso y que fue el pretextado obstáculo para decretar la nulidad  que  reconoció  como  existente,  no  es  tal,  pues  con  ella  se  inicia  el  ejecutivo”,    concluyendo   el   accionante   que  “cuando  el  honorable Tribunal, en Providencia de 3  de  octubre  del  2007, rechaza la nulidad propuesta por el Señor Fabio Méndez  Vanegas,  dentro  de un proceso en que aún no se habían avaluado bienes, mucho  menos  efectuado  el correspondiente remate, pasó por alto el artículo 142 del  C.P.C….  que  en  su  inciso  cuarto  contiene  norma especial para el proceso  ejecutivo”.   

d.  Señaló  que  no  posee  otro  medio de  defensa  judicial  eficaz  e  inmediato  que “permita  precaver  la ocurrencia de un perjuicio irremediable”  y  que  la  cuestión  que  se  discute  tiene  relevancia  constitucional, pues  “sólo  resta  el  remate  de  los  bienes  a  quien  legalmente no es parte del proceso”.   

e.  Manifestó  que  hay  una  relación  de  inmediatez  entre  la  solicitud de amparo y el hecho vulnerador de los derechos  fundamentales,  pues  enterado  de la existencia del proceso en febrero de 2007,  alegó  la  nulidad  por  indebida  notificación en mayo de la misma anualidad,  ésta  fue  resuelta  en  octubre  de  2007 y una vez fue resuelto el recurso de  súplica  interpuesto  contra  el  auto  que  negó  su  solicitud  procedió  a  interponer la acción de tutela.   

2. Solicitud de tutela  

Por  lo  expuesto  el  accionante reclama el  amparo  de  los  derechos  fundamentales  al  debido proceso, a la defensa, a la  contradicción  de  las  pruebas  y  al  libre  acceso  a  la administración de  justicia.   

3.    Intervención    de    la    parte  demandada   

3.1  El Magistrado  Carlos  Alberto  Vargas  Bautista  de  la  Subsección  B, Sección Tercera, del  Tribunal    Administrativo    de   Cundinamarca,   señaló   que   “el  proceso  ejecutivo anotado por la parte actora como generador  del  daño,  fue  tramitado  con  el lleno de los requisitos tanto formales como  sustanciales”.  Agregó que  “de  la  simple  lectura  de  los  hechos  invocados por la parte actora en la  solicitud  de  nulidad y en la acción de tutela, se encuentra que la última es  una  copia  textual  de  la  primera,  degenerando  esta  acción en una tercera  instancia,  toda vez que su pedido fue analizado tanto por el magistrado ponente  como   por  la  Sala  dual,  en  recurso  de  súplica.  Por  lo  anterior,  las  providencias  emitidas  en  el proceso ejecutivo seguido en contra del consorcio  conformado  por  el  Señor Fabio Méndez Vanegas y la sociedad Arzuza Ltda., se  encuentran  en  firme  y  así  deben  permanecer  en aras a la garantía de los  derechos   fundamentales  que  conlleva  la  seguridad  jurídica,  siendo  así  improcedente   la  presente  acción”  (fl.86  cdno.  tutela).   

Indicó  que  “de  considerarse  que  la  acción  de  tutela es procedente contra las providencias  judiciales…   en  el  proceso  en estudio no se configura ninguna vía de  hecho,  pero  dado  que  la  acción  de  tutela  se  fundamenta  en la supuesta  configuración   de   un   hecho  procedimental,  el  cual  no  fue  debidamente  demostrado,  dado  que por no haber sido posible la notificación del demandado,  se   procedió   al   trámite   pertinente  culminado  con  la  designación  y  notificación  del respectivo curador ad litem”   y  dijo  finalmente  que  “la  parte  demandante  no  específica  la  vía  de  hecho  o  el  defecto alegado en la acción de tutela  presentada”  (fl.86  cdno.  1ª  instancia). De este  modo,   solicitó   “desestimar   las  pretensiones  formuladas por el actor”.   

3.2  El Magistrado  Leonardo  Augusto  Torres  Calderón,  magistrado  de  la  Subsección  B  de la  Sección  Tercera  del  Tribunal  Administrativo  de  Cundinamarca, señaló que  “mediante  auto de 16 de mayo de 2007, se reconoció  personería  a  la  apoderada  del  señor  Méndez  Vanegas,  con  lo  cual, en  aplicación  del artículo 330 del Código de Procedimiento Civil, antes citado,  se   entiende  que  el  demandado  fue  notificado  personalmente  por  conducta  concluyente  de  todas  las  providencias,  inclusive  del  mandamiento  de pago  proferido  el  20  de marzo de 1997, desde el 23 de mayo de 2007 fecha en que se  notificó  el  auto  que  le reconoció personería jurídica a su apoderada, el  señor  Méndez  Vanegas  pudo  ejercer  su  derecho  de  defensa y contestar la  demanda  ejecutiva,  proponiendo  las  excepciones pertinentes o presentando los  recursos de ley”.   

Concluyó que “en  razón  a  que  en las providencias proferidas por el suscrito, no se configuró  una  vía de hecho, garantizándose al accionante el debido proceso y el derecho  a  la  defensa,  no  puede  considerarse  que se cometió una vía de hecho. Sin  embargo,  el  accionante  oportunamente  no  contestó  la  demanda,  ni propuso  excepciones  o  defensas,  diferentes  a  la  solicitud  de nulidad, la cual fue  debidamente  denegada,  por  cuanto  el  accionante,  por  el  hecho  de haberle  otorgado  poder a la doctora Yolanda Higuera de Gómez, tenía que dársele como  notificado  por  conducta  concluyente,  en  aplicación  a  lo  dispuesto en el  artículo  330  del C.P.C. En conclusión por no haber existido vía de hecho en  los   auto   del   16  de  mayo  de  2007  y  del  3 de octubre de 2007,  y  por  cuanto  la  jurisprudencia  de la Corte Constitucional ha  considerado  que  es  en  principio  improcedente  la  tutela  contra sentencias  judiciales,  solicito  a  su  señoría  que  se  denieguen las pretensiones del  accionante”       (fl.104       cdno.       1ª  instancia).   

4.     Intervención     de    tercero  interesado   

La apoderada del Inurbe dijo que “cuando  el  tutelante  se  presentó  a  través de apoderados al  proceso  ejecutivo,  ya  se  había  proferido  sentencia  de seguir adelante la  ejecución,  por  lo  que sólo era posible alegar nulidad durante la actuación  posterior  a  la  sentencia,  siempre  y  cuando  la nulidad haya ocurrido en la  sentencia….  Además  porque  el tutelante se negó a recibir la notificación  personal  del  proceso ejecutivo, cuando por Comisión al Tribunal de Valledupar  se  le  intentó  notificar personalmente del mandamiento de pago del proceso el  día  12  de  agosto  de  1998,  lo  cual  se  deduce  del  informe del Auxiliar  Administrativo   de   la   oficina   judicial   de  Valledupar…”.   

Dijo    también    que    “no  se  le  negó  al  demandado tutelante el derecho de defensa,  cuando  excepcionó,  lo  que ocurre es que el mismo interpone excepciones fuera  de  termino  que  no  corresponden y que según el artículo 509 del C.P.C., los  hechos  de  las  excepciones debieron alegarse mediante de reposición contra el  mandamiento    de    pago”   y   que   “no   existe   yerro  inexcusable  en  las  decisiones  sabiamente  proferidas  por  el  TRIBUNAL  ADMINISTRATIVO  DE  CUNDINAMARCA  como  se podrá  apreciar  de  la  inspección  del expediente, lo que ocurre es que el demandado  pretende  de  mala fe eludir el cobro forzoso de la obligación que nos ocupa en  el  proceso  ejecutivo, defraudar los intereses estatales y por ultimo jugar con  la   administración   de   justicia   esgrimiendo  tutelas  como  la  presente,  pretendiendo  torpedear  el  debido  proceso  que se ha adelantado sin violar el  derecho a la defensa…”.   

Por   lo   expuesto   pidió  “no  tutelar los derechos supuestamente conculcados  al mismo  toda  vez,  que  no  se  ha  violado  el  derecho  de  defensa,  debido proceso,  contradicción   de   las   pruebas,   libre  acceso  a  la  administración  de  justicia….”.   

II. SENTENCIAS OBJETO DE REVISIÓN  

Sentencia de primera instancia  

La Subsección A de la Sección Segunda de la  Sala  de  lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado, el 11 de abril de  2008  resolvió  “tutelar  los  derechos  al  debido  proceso,  en  su  matices  de acceso a la administración de justicia, defensa y  contradicción,  a  favor  del  señor  Fabio  Méndez  Vanegas  y en contra del  Tribunal  Administrativo  de  Cundinamarca”   y  ordenó   al   Tribunal   accionado   efectuar  “los  trámites  necesarios  para  garantizar los derechos de defensa y contradicción  del  señor  Fabio  Méndez  Vanegas  al interior del proceso ejecutivo  96  D3342,  objeto  de  la  presente  controversia  y  con  plena observancia de las  formalidades  del  proceso  y  de  las  reglas del debido proceso”.   

Consideró  el  juzgador  de  instancia como  fundamento de su decisión que:   

El  auto  de 24 de marzo de 1998 que ordenó  “‘comisionar  al  Tribunal Administrativo del Cesar para que notifique  del  auto  admisorio  de  la  demanda  a  la  Sociedad  Méndez  y  Arzuza  Ltda.’  (Resaltado  por la Sala)… erró en la determinación de la persona a notificar  y  es  aquí donde comienza la cadena de equivocaciones que llevaron al Tribunal  Administrativo  de  Cundinamarca, así como al Tribunal comisionado en el Cesar,  a  reiterar  durante  todo  el  proceso que el demandado era la Sociedad Méndez  Arzuza   Ltda.,   y   no   el   CONSORCIO  MÉNDEZ  Y  ARZUZA.,       que       está       conformado  por  la  Sociedad Arzuza Ltda., cuyo representante legal era  el    Señor   Gonzalo   Arzuza   Cuesta,   y   por   el   señor   FABIO  MÉNDEZ VANEGAS, como claramente se  fijó  en  el  escrito contentivo de la demanda. No obstante el Tribunal ordenó  la  notificación  de  una  persona jurídica inexistente, pues según consta en  las  certificaciones expedidas por la Cámara de Comercio de Valledupar, y en la  copia   del   contrato   con   la   Administración,  la  supuesta  ‘Sociedad    Méndez    y    Arzuza  Ltda.’,  a la que el Tribunal se refirió, no era la accionada, y nunca fue  parte  contratante  con  el  INURBE”  (fl. 120 cdno.  tutela).   

Señaló  que “se  fundamenta  lo  expuesto  en  el  artículo  44 del C.P.C. el cual prescribe que  tienen  capacidad  para  comparecer  por sí al proceso, las personas que puedan  disponer  de sus derechos; y en el caso de los consorcios, su constitución como  asociación,   implica  que  hay  una  representación  conjunta  para  celebrar  contratos,  pero  sin  menoscabo de la personería jurídica que cada uno de los  miembros  ostenta,  lo que implica que no tiene capacidad para ser parte ni para  comparecer  en  un  proceso  judicial” (fl. 121 cdno.  tutela).   

Indicó  que  “a  folio  91 del cuaderno No 4, se observa el edicto de la Secretaría del Tribunal  Administrativo     de     Cundinamarca     que    emplazó    al    ‘REPRESENTANTE  LEGAL  DE  LA  SOCIEDAD  MENDEZ   Y   ARZUZA   LTDA.   CARRERA  16  No.  10-65  VALLEDUPAR’,  fijado el 18  de   enero   de  1999.  Nuevamente  las  autoridades  judiciales  yerran  en  la  denominación  de  la  persona  demandada,  lo  que  de  contera  conllevó a la  inexistencia   de   la   notificación  del  edicto  emplazatorio”  (fl.  123 cdno. tutela) y que el Tribunal  “fijó  el  edicto  emplazatorio  en  dos oportunidades diferentes, pues ya lo  había  hecho  el  18 de enero de 1999, pero en las dos oportunidades emplazó a  una  persona  jurídica inexistente. Con posterioridad a esto, por medio de auto  de  30 de agosto de 1999, el Tribunal resuelve designar al doctor Antonio María  Meneses     Bravo     como    curador    ad    litem    de    la    ‘Sociedad     Méndez    y    Arzzua  Ltda.    (Resaltado    de    la    Sala)’”   (fl.  126cdno. tutela).   

Con  respecto al incidente de nulidad, adujo  que  “las  providencias  que  se  sintetizaron y que  resolvieron  el  incidente  de  nulidad,  resultaron  desatinadas  respecto  del  problema  de  fondo  que  se  estaba  discutiendo,  violación  del derecho a la  defensa” (fl. 131 cdno. tutela).   

Dijo que en la providencia de 3 de octubre de  2007  se sostuvo “que el señor Fabio Méndez Vanegas  se  había notificado por conducta concluyente del auto por el cual se libró el  mandamiento  ejecutivo  en  el  momento en que otorgó poder a dos profesionales  del  derecho.  Tal afirmación no corresponde a la lectura del artículo 330 del  C.P.C.,  que  establece  esta  modalidad de notificación para aquellas personas  que  concurren al proceso cuando ya se han dictado providencias, incluso las del  auto  admisorio  de  la  demanda  o  del  mandamiento  de  pago,  pero que no se  relacionan  con  el  litis consorcio necesario del negocio, pues la norma indica  que   se   entiende  la  notificación  por  conducta  concluyente  ‘a  menos  que  la notificación se haya  surtido  con  anterioridad’,  y  como  en  este  caso  la notificación ya se había surtido supuestamente por  medio  de  edicto emplazatorio, no habría lugar a la modalidad de notificación  alegada  por  el Tribunal. Claro, con la salvedad que dicho emplazamiento había  sido irregular” (fl. 131 cdno. tutela).   

Señaló  que “la  actuación  del  Tribunal  afectó  de  manera  directa  y palmaria los derechos  fundamentales   del   señor   FABIO  MÉNDEZ  VANEGAS,  pues  las  desacertadas  decisiones  tomadas  en  el  proceso  judicial controvertido, siempre estuvieron  encaminadas  de  una  u  otra  manera  a  cercenar su derecho a la defensa… la  necesidad  de  la  notificación  de  las  providencias  judiciales,  resulta de  trascendental  importancia para hacer efectiva la protección de los derechos al  acceso  a  la  administración  de  justicia  y  a  la  defensa  de  los sujetos  procesales…el   medio  escogido  por  el  demandado,  era  a  todas  luces  el  conducente  para  que la justicia enmendara su propio error… sabido es que una  vez  ejecutoriadas  las  decisiones,  no  procede  contra  ellas  recursos, y lo  ajustado  al procedimiento, cuando la parte afectada demuestra que no pudo tener  conocimiento  de  aquellas, es retrotraer la actuación con el fin de concederle  al  interesado  su  derecho de defensa y  contradicción… como excepción  de  los  medios  ordinarios  de  defensa,  está  la circunstancia del perjuicio  irremediable  que  sobrevendría  ante  el  remate  de  los bienes embargados al  señor  FABIO  MÉNDEZ  VANEGAS,  producto de una demanda ejecutiva en la que no  tuvo  representación  judicial…el  yerro  que  se  presentó con ocasión del  proceso  ejecutivo,  tiene  un  efecto  decisivo en la finalización del proceso  pues   afecta   de  manera  directa  los  derechos  fundamentales  del  actor”  (fl. 136-138 cdno. tutela).   

Indicó  que “la  actuación  judicial  adelantada por la Subsección B de la Sección Tercera del  Tribunal   Administrativo   de   Cundinamarca,  presenta  defecto  procedimental  absoluto  al  apartarse  por  completo  del  procedimiento  establecido para las  acciones  ejecutivas  y  su notificación” y dijo que  “sobre  la  vía  de  hecho  por defecto procesal la  Corte       Constitucional       ha       dicho1  que  este se configura en los  casos  en  que  se  ha  adelantado  un proceso sin el conocimiento de la persona  contra  la  cual  se  adelanta,  pues se reconoce como un derecho constitucional  fundamental,  la oportunidad de no ser condenado, sin antes haber sido escuchado  y   vencido  en  juicio”  (fl..  139),  “Aunado  a  lo  anterior, para la Sala… el Tribunal incurrió en  un  defecto  material al denegar la solicitud de nulidad procesal presentada por  el  Señor  Fabio  Méndez  Vanegas…  la  Corte ha señalado que este concepto  cobija  los  casos  en  que  el  defecto  se  presenta  por  una interpretación  inaceptable  del  juez  respecto  de  la  norma  que aplica, evento en el que la  descalificación  del  acto  judicial  tiene  origen  en la interpretación más  adversa a los intereses del afectado”.   

Respecto  de la competencia señaló que el  artículo  21  del  Código  de  Procedimiento  Civil,  en relación con el  factor    territorial   de   la   competencia   estableció   que   “esta  no  varía  porque  una  persona  deje  de  ser parte en el  proceso;  luego  si respecto de la compañía SEGUROS UNIVERSAL S.A., se revocó  el  mandamiento  de  pago,  ello  no obligaba al juez a variar la competencia”  (fl. 141).   

Impugnación  

El  magistrado  Leonardo  Augusto  Torres  Calderón  impugnó  la  decisión  del  juez  de primera instancia, por cuanto,  según   adujo   “no  existió  vulneración  a  los  derechos  del  demandante y por cuanto las providencias proferidas en el proceso  ejecutivo  con  el NO. 1996-3342, se ajustaron al ordenamiento legal con lo cual  no  se configura ninguna vía de hecho”. Reiteró que  “desde  el  23  de  mayo  de  2007,  fecha en que se  notificó  el  auto  que  le reconoció personería jurídica a su apoderada, el  señor  Méndez  Vanegas  pudo  ejercer  su  derecho  de  defensa y contestar la  demanda  ejecutiva,  proponiendo  las  excepciones pertinentes o presentando los  recursos  de  ley  contra el mandamiento ejecutivo. La oportunidad procesal para  ejercer  el  derecho  de defensa transcurrió sin ninguna actuación de la parte  demandada,  diferente  a  la  solicitud  de  nulidad  efectuada el 17 de mayo de  2007” (fl. 149 cdno. corte).   

Solicito  así  que el fallo emitido por el  juzgador  de  primera  instancia  sea  revocado  “por  cuanto  no existió una vulneración del derecho al debido proceso del actor, ya  que  éste  tuvo  la  oportunidad  para  ejercer  su  derecho a la defensa en la  oportunidad  derivada  de  la  aplicación  del  artículo  330  del  Código de  Procedimiento  Civil,  toda  vez  que  fue  notificado por conducta concluyente,  oportunidad  procesal  que  se  confirmó  en  las  providencias  del 16 de mayo  y   del  3  e  octubre  de 2007, y por cuanto la jurisprudencia de la Corte  Constitucional  ha considerado que es en principio improcedente la tutela contra  providencias judiciales”.   

Sentencia de segunda instancia  

La  Sección  Cuarta  de  la  Sala  de  lo  Contencioso  Administrativo  del Consejo de Estado decidió revocar la sentencia  de  primera  instancia  y  en  su  lugar rechazar por improcedente la acción de  tutela  instaurada  por  el señor Fabio Méndez Vanegas contra la Subsección B  de  la Sección Tercera del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, como quiera  que  “al  hacer  una interpretación sistemática de  los  mandatos constitucionales confiere eficacia a la cosa juzgada en aras de la  seguridad        jurídica        –material   y   formal-  y  concluye  que  no  existe  tutela  contra  providencias  judiciales”  (fl.  184 cdno. tutela ).   

III.    REVISIÓN    POR    LA    CORTE  CONSTITUCIONAL   

Remitido el expediente a esta Corporación,  la  Sala de Selección Número Diez, mediante auto de veintidós (22) de octubre  de    dos    mil    ocho   (2008),   dispuso   su   revisión   por   la   Corte  Constitucional.   

1. Competencia  

Esta Corte es competente para conocer de los  fallos  materia de revisión de conformidad con lo establecido en los artículos  86  y 241-9 de la Constitución Política, en los artículos 31 a 36 del Decreto  2591  de  1991  y  en  las  demás  disposiciones  pertinentes, así como por la  escogencia que del caso hizo la Sala de Selección.   

2.   Trámite   surtido   ante  la  Corte  Constitucional     –  Suspensión del término para resolver la revisión   

2.1  Mediante auto  de  11  de  diciembre  de  2008  esta  Sala  de  Revisión  solicitó a  la  Subsección  B,  Sección  Tercera,  del Tribunal Administrativo de Cundinamarca  allegar  a  esta  Corporación  el  expediente  número 1996-3342 contentivo del  proceso  ejecutivo  adelantado por el Instituto Nacional de Vivienda de Interés  Social  y  Reforma  Urbana  -Inurbe-  contra  el Consorcio Fabio Méndez Vanegas  & Arzuza Ltda. y Seguros Universal S.A. -en liquidación-.   

Asimismo  se  dispuso suspender el término  para  la  resolución  del trámite de revisión de los fallos proferidos dentro  del  expediente  de  la  referencia,  hasta cuando fuera recibida y evaluada por  esta Corporación la información indicada anteriormente.   

2.2 El 15 de enero  de  2009  la  Secretaría  de la Sección Tercera del Tribunal Administrativo de  Cundinamarca  remitió  a esta Corporación el expediente solicitado, en el cual  constan las siguientes piezas procesales relevantes:   

a.  Demanda  ejecutiva  que  dio  origen al  proceso  objeto de censura, presentada el 11 de diciembre de 1996, donde figuran  como   demandados   “CONSORCIO   MENDEZ   Y  ARZUZA  LTDA,   integrado  por  la sociedad ARZUZA LTDA. y FABIO MÉNDEZ VANEGAS, o  por  quien  haga sus veces al momento de la notificación y SEGUROS UNIVERSAL S.  A.  EN  LIQUIDACIÓN…,  el  Consorcio  y  sus integrantes con domicilio principal en la ciudad de Valledupar  y  Seguros Universal en Bogotá…” (fl. 1 cdno. 1) y  en   el   aparte   de   notificación   está   “Las  demandadas:…  Consorcio  Méndez  y  Arzuza Ltda., conformado por Arzuza Ltda,  que  se  puede  notificar en la Calle 16 No. 10-51 de Valledupar y Fabio Méndez  Vanegas   que   se   puede   Notificar   en   la   Calle   16ª   No.  12-41  de  Valledupar”  (fl.8 cdno. 1).   

b. Certificados del 4 de diciembre de 1994,  emitidos   por   la   Cámara   de   Comercio  de  Valledupar  de  existencia  y  representación  de  la  Sociedad  Arzuza  Ltda. donde consta como representante  legal  el  señor  Raúl  Arzuza  Cuesta  (fl. 23-25 cdno, 1) y que “MENDEZ  VANEGAS  FAVIO  identificado  (a) se encuentra registrado  (a)  en  esta Cámara de Comercio desde el 27 de Sep/bre de 1.977” (fl.26 cdno. 1).   

c. Auto de 20 de marzo de 1997 por medio del  cual  la  Sección  Tercera  del  Tribunal  Administrativo de Cundinamarca libra  mandamiento   de   pago   a   favor   del  Inurbe  y  dispone  que  “la  suma  …  deberá  pagarla  de  manera el CONSORCIO MENDEZ Y  ARZUZA  LTDA.  y  SEGUROS  UNIVERSAL  S. A.,  dentro de los cinco (5) días  siguientes   ,   conforme   al   artículo  498  del  Código  de  Procedimiento  Civil” (fl.30-35 cdno. 1).   

d.  Proveído  de 24 de marzo de 1998 en el  que  el  Magistrado  Ponente  en  el  proceso  de  la referencia, consideró que  “La  Sociedad  demandada  no  tiene  su domicilio en  Bogotá,  por  tanto  se  comisionará,  para  que  un  juez  con  domicilio  en  Valledupar   notifique   del   auto   admisorio   de  la  demanda”   y   en  consecuencia  resolvió  “1°  Comisionar  al  Tribunal  Administrativo  del  Cesar para que notifique del auto  admisorio  de  la  demanda  a  la  Sociedad Méndez y  Arzuza  Ltda….” (Resalta  la Sala) (fl. 74 cdno. 1).   

e.  Auto emitido el 21 de julio de 1998 por  la  Presidenta del Tribunal Administrativo del Cesar en que dispuso “Auxíliese   la   comisión  proferida  por  parte  del  Tribunal  Administrativo    de   Cundinamarca   –Sección  Tercera…En  consecuencia, notifíquese el auto admisorio  de   la   demanda   al   Representante  Legal  de  la  Sociedad    MÉNDEZ   y   ARZUZA   LTDA.  …”  (fl. 87 cdno. 1) (Resalta la Sala).   

f.  Informe  del  Auxiliar  Administrativo  Oficina   Judicial   en   el   que   deja   constancia   de   que   “me  traslade a la Carrera 16 NO. 10-65 de esta ciudad, con el fin  de   notificar   personalmente   al   representante  legal  de  la  Sociedad  Méndez  y  Arzuza  Ltda.; quien  después  de  recibir  el respectivo traslado… y leído el auto a notificar no  quiso  firmar  manifestando  que  primero  consultaba  a  su  abogado  ya que la  Sociedad  Méndez  Arzuza no  existía”    (fl.    88    cdno.1)   (Resalta   la  Sala).   

h.  Auto de 8 de abril de 1999 en el que el  Magistrado  Ponente resuelve “requerir al actor a fin  de  que allegue las publicaciones del edicto emplazatorio hecho al representante  legal   de  la  Sociedad  Méndez  Arzuza  Ltda, tal como  lo  dispone  el  artículo  318  del  C.P.C.” (fl. 96  cdno.   1)   y   de   11  de  mayo  de  1999  en  el  que  dispone  “requerir   por   segunda   vez   al  actor  para  que  aporte  la  publicación   de   que   trata   el  artículo  318  del  C.P.C.” (fl. 97 cdno. 1) (Resalta la Sala).   

j. Mediante proveído de 28 de junio de 1999  el  Magistrado  Ponente dispuso “con las formalidades  del   artículo   318   del   Código  de  Procedimiento  Civil,  emplácese  al  representante  legal  de  la  Sociedad Méndez Arzuza  Ltda.”  (fl.  101 cdno. 1)  (Resalta la Sala).   

k. La Secretaría de la Sección Tercera del  Tribunal  Administrativo  de  Cundinamarca fijó el 19  de  julio  de  1999  el  siguiente EDICTO “EL    TRIBUNAL    ADMINISTRATIVO    DE   CUNDINAMARCA,   SECCIÓN  TERCERA…EMPLAZA…   A:  REPRESENTANTE   LEGAL   SOCIEDAD   MENDEZ  Y  ARZUZA  LTDA.  PARA  QUE  EN  EL  TERMINO…  SE  PRESENTE  A  NOTIFICARSE  DEL AUTO 20 DE MARZO DE 1997 DICTADO  EN  EL  EXPEDIENTE…DEMANDA  QUE  VERSA  SOBRE: CONTRA LAS  SOCIEDADES   MENDEZ   Y   ARZUZA   LTDA.  Y SEGUROS UNIEVRSAL EN LIQUIDACIÓN…”  (fl. 102 cdno. 1) (Resalta la Sala).   

l. Mediante auto de 30 de agosto de 1999 el  Magistrado  Ponente  considerando que “se han agotado  los   trámites   previstos   en  el  artículo  318  del  C.P.C.”  resolvió  “Designar a…. Como curador  ad   litem   de   la   Sociedad   Méndez  y  Arzuza  Ltda.”(fl.  108  cdno.1)  (Resalta la Sala).   

m. El 15 de mayo de 2001 la Subsección B de  la  Sección  Tercera  del  Tribunal  Administrativo  de  Cundinamarca resolvió  modificar  el  mandamiento  de  pago  de fecha 20 de marzo de 1997, “excluyendo  como  parte  ejecutada  a  la  sociedad  ‘Seguros   Universal   S.A.’    en    liquidación” (fl. 126 cdno. 1).   

n. El 26 de agosto de 2004 la Subsección B  de  la  Sección  Tercera  del  Tribunal  Administrativo  de Cundinamarca dictó  sentencia   y   ordenó   “proseguir  la  ejecución  establecida  en  el  mandamiento  de  pago  de  20 de marzo de 1997, respecto al  Consorcio  Fabio  Méndez  y  Arzuza.Ltda.” (fl. 180  cdno.  1                             -continuación-).   

ñ. El 26 de enero de 2005 la Subsección B  de  la  Sección  Tercera del Tribunal Administrativo de Cundinamarca determinó  que  “queda  ejecutoriada la sentencia proferida por  este  tribunal,  dentro  del  proceso  de  la referencia, el veintiséis (26) de  agosto  de  2004  (fl.179-178  cuaderno  4)” (fl. 189  cdno. 1- continuación-).   

o.  El  29 de marzo de 2007 se presentó al  proceso  poder  suscrito  por  el demandado Fabio Méndez Vanegas a los doctores  Yolanda  Higuera  de  Gómez  y  Wilson  Gómez Fernández para que asumieran su  representación    dentro    de    ese    proceso    (fl-.    228    cdno.    1.  -continuación-).   

p.  En  proveído  de 16 de mayo de 2007 el  Magistrado   Ponente   dispuso   entre   otras   cosas   reconocer  “personería  jurídica  para  actuar  a  la  doctora YOLANDA  HIGUERA DE GÓMEZ, como apoderada  principal  de  la  parte  demandada,  y al doctor WILSON GÓMEZ FERNÁNDEZ, como  apoderado  sustituto  de la parte demandada, en los términos y para los efectos  del  poder visible a folio 229 c.5.” (fl. 237 cdno. 1  –continuación). Proveído  que  fue  notificado  por  estado el 23 de mayo de 2007 (anverso fl. 237 cdno.1-  continuación).   

q. Solicitud de nulidad presentada el 17 de  mayo  de 2007 por el apoderado de Fabio Méndez Vanegas invocando como causal el  numeral  8°  del  artículo  140 del C. de P.C., “la  cual  se  configura  ‘Cuando  no   se  práctica  en  legal  forma  la  notificación  al  demandado  o  a  su  representante,  o  al  apoderado  de aquél o de éste, según el caso, del auto  que   admite  la  demanda  o  el  mandamiento  ejecutivo,  o  su  corrección  o  adición” (fl. 1-6 cdno. incidente).   

r.  Proveído de 3 de octubre de 2007 en el  que  el  Magistrado  Ponente resolvió negar la solicitud de nulidad formulada y  ordenó  correr  “traslado al demandado Fabio Méndez  Vanegas,  por  un término de diez (10) días, del auto del 20 de marzo de 1997,  por   el  cual  se  libro  mandamiento  ejecutivo  en  su  contra”.  Consideró que no puede predicarse una nulidad de todo lo actuado  desde  la  notificación  del  auto  que  libró mandamiento de pago  “toda  vez  que,  este  Despacho  por  intermedio de comisionado  intentó   en  reiteradas  ocasiones  la  notificación  personal  de  la  parte  demandada  y  visto  que  la  misma  no  pudo  llevarse  a cabo, se practicó la  notificación  por  edicto emplazatorio, que se publicó el 28 de julio de 1999,  en  el  Diario  la  República, que circula por toda la Nación… se agrega que  una  vez  el señor Fabio Méndez Vanegas, otorgó poder a dos profesionales del  derecho,  para  que  asumieran su representación en el proceso y solicitaran la  nulidad  desde  el auto por el cual se libró mandamiento ejecutivo, se entiende  notificado    por   conducta   concluyente   el   referido   auto” (fl. 16-19 cdno. incidente).   

s.  La  apoderada  de Fabio Méndez Vanegas  presentó  recurso  de  súplica el 12 de octubre de 2007 contra el auto de 3 de  octubre de 2007 que negó la nulidad (fl. 20-21 cdno. incidente).   

3. Consideraciones  

3.1   Problema  jurídico  y  esquema  de  resolución   

Pasa  esta Sala a determinar con fundamento  en  los  supuestos  fácticos  narrados,  si  el  derecho  fundamental al debido  proceso  del  accionante  fue  vulnerado  con  ocasión  de  la  negativa  de la  autoridad  judicial  accionada  de  acceder  a  la  solicitud de nulidad por él  presentada  en  razón  de una indebida notificación del mandamiento ejecutivo,  por  considerar  aquella  que había quedado notificado por conducta concluyente  cuando   se  reconoció  personería  jurídica  para  actuar  a  su  apoderada.   

Asimismo,  esta Sala deberá analizar si se  vulneró  el  derecho  al debido proceso al rechazarse por improcedente la misma  solicitud  de  nulidad,  en la decisión del recurso de súplica interpuesto por  el  accionante,  con  fundamento en que ésta fue alegada con posterioridad a la  sentencia que ordenó seguir adelante con la ejecución.   

A  fin  de  resolver  el problema jurídico  planteado,  esta  Sala  reiterará  su  jurisprudencia  acerca  de  i)   la  procedencia  excepcional  de  la  acción  de  tutela  contra  providencias  judiciales, y analizará ii)  la finalidad de la figura procesal de  la   notificación   y  su  relación  con  la  anulación  de  las  actuaciones  procesales. A continuación examinará el caso concreto.   

i)  Procedencia  de  la  acción  de tutela  contra   providencias   judiciales   –Reiteración Jurisprudencial   

El   artículo  86  de  la  Constitución  Política  instituyó  la  acción  de  tutela  como  un mecanismo para que toda  persona  pueda  “reclamar  ante  los jueces, en todo  momento  y  lugar, mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí misma  o  por  quien  actúe  en  su  nombre,  la protección inmediata de sus derechos  fundamentales,  cuando quiera que éstos resulten vulnerados o amenazados por la  acción   o   la   omisión  de  cualquier  autoridad  pública”   (Resalta  la  Sala).   

Bajo  este  postulado normativo superior la  acción  de  tutela  procede  para  la protección de los derechos fundamentales  cuando  éstos  son  vulnerados o amenazados por una autoridad pública. De este  modo,  y trayendo a colación una de las razones expuestas por esta Corporación  en  la  sentencia  de  constitucionalidad  C-590  de  2005  se  puede  concluir,  “sin mayor dificultad, que el ámbito constitucional  de  aplicación  de  la  acción  de  tutela incluye la tutela contra decisiones  judiciales.  En  efecto,  si  se  acepta  que  las  autoridades  judiciales  son  autoridades  públicas,  no  cabe duda alguna sobre la procedencia de la acción  de  tutela  para proteger, de manera subsidiaria, los derechos fundamentales que  puedan  resultar vulnerados o amenazados por cualquier acción u omisión de los  jueces de la República”.   

Asimismo,   la   Constitución  Política  determinó       que      “las      autoridades   de  la  República  están  instituidas  para  proteger  a  todas  las personas residentes en Colombia en su  vida…  y  demás derechos y  libertades…”2, que  “nadie       podrá       ser      juzgado       sino      conforme  a  leyes  preexistentes al acto  que  se  le  imputa, ante juez o tribunal competente y  con  observancia de la plenitud de las formas propias de cada juicio”3,       que      la      “Administración    de   Justicia   es  función  pública.  Sus  decisiones  son independientes”4, que  en  las actuaciones “prevalecerá el  derecho                 sustancial”5, que  “se garantiza el derecho a  toda   persona   para  acceder  a  la  administración  de  justicia”6  y  que  “los jueces en su providencias,  sólo     estarán     sometidos     al     imperio     de    la    ley”7.   

Conforme  a  la  estructura  estatal,  la  función   pública   de  administrar  justicia  está  asignada  a  autoridades  previamente       constituidas,      quienes  tienen  el  encargo  esencial de  proteger  los  derechos  fundamentales a través de un  proceso  establecido  con  anterioridad y al que toda persona tiene el derecho a  acceder.  De  este  modo,  la  actuación  judicial  es  la  expresión  de  los  principios  constitucionales que gobiernan el Estado Social de Derecho, de allí  que  sus pronunciamientos deban ser la manifestación de ese Derecho y por tanto  sus  actuaciones  estén resguardadas bajo las nociones de seguridad jurídica y  cosa juzgada.   

Partiendo  precisamente  de este postulado,  esta  Sala  reitera que la acción de tutela contra las decisiones judiciales es  procedente  de  manera excepcional, esto es, cuando contraviene los presupuestos  que  rigen su actuación -legalidad, independencia, autonomía- y obra en contra  del  fin  para  el cual fueron instituidas, vulnerando o amenazando los derechos  fundamentales.   

Al  respecto esta Corporación ha dicho que  la  procedencia  de  la  acción  de  tutela  contra  decisiones  judiciales  es  excepcional  “i) porque las decisiones judiciales son  de  por sí medios ordinarios de protección de creencias, derechos, intereses y  libertades,  ii)  a  causa  de  que  los funcionarios que las profieren han sido  formados  en  el respeto de la Constitución y someten sus decisiones al imperio  de   la  ley  y  iii)  en  razón  de  que  la  revisión  de  la  cosa  juzgada  constitucional  podría  atentar  contra  la  autonomía  e independencia de los  jueces  y  afectar la inmutabilidad y la  consecuente obligatoriedad de las  sentencias       definitivas       –artículos   2,   228   y  230  C.P.”8.   

La  acción  de  tutela  es  así  el medio  judicial  que  permite a la persona afectada en sus derechos fundamentales hacer  primar  el  ordenamiento  jurídico atropellado por una irregularidad judicial y  de  este  modo dar prevalencia a tales derechos, siempre y cuando no exista otro  medio  de defensa judicial o se advierta la ocurrencia inminente de un perjuicio  irremediable.   

De este modo, la tutela es procedente cuando  se  satisfacen  las  causales  correspondientes,  esto  es,  cuando “el  juez  impone,  de manera grosera y burda su voluntad sobre el  ordenamiento,…  se  aparta  de  los  precedentes  sin  argumentar  debidamente  (capricho)…   su discrecionalidad interpretativa se desborda en perjuicio  de  los  derechos  fundamentales de los asociados (arbitrariedad)”;   es  decir,  cuando  se  satisfacen  las  causales  genéricas  y  específicas de procedibilidad indicadas por esta Corporación.   

Como requisitos generales de procedencia de  la  acción  de  tutela  contra  providencias  judiciales  esta  Corporación ha  señalado los exigibles en todos los procesos de tutela.   

En  relación con las causales específicas  de  procedibilidad  de  la  acción de tutela contra providencias judiciales, la  Corte  ha clasificado los siguientes tipos de defectos en los que puede incurrir  una providencia judicial:   

“-Defecto  orgánico  si  el  funcionario  judicial  que  profirió la  providencia  cuestionada,  carece  por completo de competencia para surtir dicha  actuación9.   

-Defecto  procedimental,  si  la  autoridad  judicial  adelanta  el  proceso judicial cuestionado por fuera del procedimiento  establecido en las normas correspondientes.   

-Defecto fáctico, si el supuesto legal del  cual  se  deriva  la  providencia  judicial,  no  tiene  sustento en el material  probatorio allegado al proceso.   

– Defecto sustantivo, si las normas acogidas  para  tomar  la  decisión  judicial,  no  son aplicables al caso concreto, o la  interpretación  que de ellas hace el juez, desborda en  perjuicio   de   los   derechos   fundamentales   del  actor10”.   

De lo expuesto se concluye que la acción de  tutela   procede   de   manera   excepcional   contra   providencias  judiciales  “en  todos  aquellos  casos en que el juez de tutela  determine  (i)  que  el  caso  puesto  a  su  consideración cumple las causales  genéricas  de  procedencia  de la acción de tutela; y, (ii) que la providencia  judicial  atacada vulnera o amenaza los derechos fundamentales del accionante, y  por   tanto,   presenta   uno   o  varios  de  los  defectos  previstos  por  la  jurisprudencia  de  la  doctrina  de  las  vías  de hecho desarrollada por esta  Corporación”11.   

ii)  Finalidad  de la figura procesal de la  notificación  y  su  relación  con la anulación de las actuaciones procesales   

El   artículo  29  de  la  Constitución  Política  consagró  el  derecho fundamental al debido proceso y determinó que  éste:   

Nadie  podrá  ser  juzgado sino conforme a  leyes  preexistentes al acto que se le imputa, ante juez o tribunal competente y  con   observancia  de  la  plenitud  de  las  formas  propias  de  cada  juicio.   

En  materia  penal,  la  ley  permisiva  o  favorable,   aun  cuando  sea  posterior,  se  aplicará  de  preferencia  a  la  restrictiva o desfavorable.   

Toda persona se presume inocente mientras no  se  le  haya declarado judicialmente culpable. Quien sea sindicado tiene derecho  a  la  defensa  y  a  la asistencia de un abogado escogido por él, o de oficio,  durante  la  investigación  y  el juzgamiento; a un debido proceso público sin  dilaciones  injustificadas;  a  presentar  pruebas  y  a controvertir las que se  alleguen  en  su contra; a impugnar la sentencia condenatoria y a no ser juzgado  dos veces por el mismo hecho.   

Es  nula,  de  pleno  derecho,  la  prueba  obtenida      con      violación      al      debido     proceso”.   

El  derecho  al  debido proceso contiene de  este  modo,  entre otros el derecho a la defensa, que implica la facultad de ser  escuchado  en  un  proceso  en  el  cual  se  está  definiendo la suerte de una  controversia,  pedir,  aportar  y  controvertir  pruebas, formular alegaciones e  impugnar  las decisiones. El  debido  proceso,  como  ya  lo  ha  establecido  esta Corporación, “no  es  solamente  poner  en  movimiento mecánico las reglas de  procedimiento  y  así  lo insinuó Ihering. Con este método se estaría dentro  del  proceso  legal  pero  lo  protegible mediante tutela es más que eso, es el  proceso  justo,  para  lo  cual  hay  que  respetar los principios procesales de  publicidad,  inmediatez,  libre apreciación de la prueba, y, lo mas importante:  el            derecho            mismo”12.   

El   derecho  a  la  defensa  debe  estar  garantizado  en  todo  el  proceso,  y  su  primera garantía se encuentra en el  derecho  de  toda  persona al conocimiento de la iniciación de un proceso en su  contra en virtud del principio de publicidad.   

Al  respecto ha dicho esta Corporación que  “el  principio  de  publicidad  de  las  decisiones  judiciales  hace  parte  del  núcleo esencial del derecho fundamental al debido  proceso,  como  quiera que todas las personas tienen derecho a ser informadas de  la  existencia  de  procesos  o actuaciones que modifican, crean o extinguen sus  derechos   y  obligaciones  jurídicas.  De  hecho,  sólo  si  se  conocen  las  decisiones  judiciales  se  puede  ejercer el derecho de defensa… controvertir  pruebas  que  se  alleguen  en  su contra,… aportar pruebas para su defensa…  impugnar  la  sentencia  condenatoria  y…no ser juzgado dos veces por el mismo  hecho”13   

Es así parte esencial del derecho al debido  proceso  la  facultad  de ser oído, ya que en caso contrario, es decir, en caso  de  desarrollo  de  una  litis en el que a una de las partes no se le brindó la  posibilidad  de  defenderse  “sería  la  forma más  radical  de  vulneración  del  derecho  fundamental  al  debido  proceso  y  de  defensa”14.   

La  notificación  es  un acto procesal que  pretende  garantizar el conocimiento acerca de la iniciación de un proceso y en  general  de todas las providencias que se dictan en él, de forma que se amparen  los   principios   de   publicidad  y  de  contradicción.  Con  ello  se  busca  precisamente  darles  a conocer a las partes e intervinientes el contenido de lo  decidido   y   concederles   de   este  modo  la  posibilidad  de  defender  sus  derechos.   

La  notificación,  en  otros  términos,  “en cualquier clase de proceso, se constituye en uno  de  los  actos  de  comunicación  procesal  de  mayor  efectividad,  en  cuanto  garantiza  el  conocimiento  real de las decisiones judiciales con el fin de dar  aplicación  concreta  al  debido proceso mediante la vinculación de aquellos a  quienes  concierne  la  decisión judicial notificada, así como que es un medio  idóneo  para  lograr  que  el interesado ejercite el derecho de contradicción,  planteando  de  manera  oportuna sus defensas y excepciones. De igual manera, es  un  acto  procesal  que  desarrolla el principio de seguridad jurídica, pues de  él    se    deriva    la   certeza   del   conocimiento   de   las   decisiones  judiciales”15,  de allí que “asuntos como la ausencia  de  ciertas notificaciones o las innumerables y graves irregularidades en que se  pueda  incurrir  al  momento  de  efectuarlas,  no pueden quedar sin posibilidad  alguna  de  alegación  por  la  persona  afecta,  pues  un  impedimento  de tal  naturaleza  violaría  su  derecho  fundamental al debido proceso”16.   

Considerando  precisamente  esta  posible  vulneración  al  debido proceso, la ley prevé la medida procesal de anulación  de  las actuaciones surtidas con posterioridad al vicio y que resulten afectadas  por   éste,  señalando  expresamente  las  causales  correspondientes  en  los  diversos  códigos de procedimiento, “en tanto que lo  considera  un defecto sustancial grave y desproporcionado que merece protección  del   derecho   a   la   defensa  del  demandado”17 .   

En conclusión, la notificación constituye  una  figura  esencial  en  los  procesos  judiciales, pues la finalidad de dar a  conocer  a  una  persona  que  sus  derechos  están  en  disputa y que tiene la  facultad  de  ser  oído  en el proceso, característica que tiene mayor entidad  cuando  se  trata  del  conocimiento  de  la  primera providencia judicial (auto  admisorio de la demanda o mandamiento de pago).   

4. Del caso en concreto  

Con  base en las consideraciones jurídicas  expuestas  y  de  cara al supuesto de hecho base de esta acción constitucional,  esta  Sala  concluye  que la acción de tutela es procedente y que en el proceso  que  se  censura  se  incurrió en una vía de hecho por defecto procedimental y  sustancial   que   impone   la   concesión   del   amparo   de   los   derechos  reclamados.   

4.1  En efecto, la  acción  de  tutela  es  procedente,  comoquiera  que  se  trata de un asunto de  relevancia  constitucional,  pues  se  cuestiona la ausencia de la garantía del  derecho  a  la  defensa  en  un  proceso  judicial,  ocasionada  por la presunta  irregularidad  en  la  notificación del mandamiento ejecutivo al demandado, que  le  impidió  el conocimiento del proceso que se censura y por ende el ejercicio  de  su  defensa,  derecho  fundamental  susceptible  de  ser  amparado  ante una  vulneración   o  amenaza  en  virtud  del  artículo  86  de  la  Constitución  Política.   

Asimismo,  el  accionante agotó dentro del  proceso  ejecutivo  cuestionado  los  medios  ordinarios  de defensa judicial al  solicitar  la  nulidad  por  la  indebida  práctica  de  la  notificación y al  interponer  recurso  de  súplica  frente a la negativa de su pedimento. Una vez  surtida esa actuación procedió a presentar solicitud de amparo.   

Además,   advierte   esta  Sala  que  el  accionante  no  posee  otro medio de defensa judicial para alegar lo que en esta  acción   constitucional   ha   sido  expuesto,  pues  nótese  que  el  recurso  extraordinario  de revisión,  al  que  alude  la autoridad accionada en el auto del 5 de diciembre de 2007, no  resulta  procedente,  comoquiera  que  entre  las  causales  expuestas  para  su  trámite  dentro de la jurisdicción de lo contencioso administrativo (artículo  188  del  Código  Contencioso  Administrativo) no se encuentra la que el gestor  del  amparo  pretende  configurar, cual es, “estar el  recurrente  en  alguno  de  los  casos  de  indebida  representación o falta de  notificación  o  emplazamiento  contemplados  en  el  artículo 15218, siempre que  no haya saneado la nulidad” .   

4.2 Por remisión  del  artículo  165  del  Código Contencioso Administrativo el cual dispone que  “serán  causales  de nulidad en todos los procesos,  las  señaladas  en los artículos 152 y 153 del Código de Procedimiento Civil,  y  se propondrán y decidirán como lo previenen los artículos 154 y siguientes  de            dicho            estatuto”19,   las   nulidades  que  se  pretenda  alegar  dentro  de  un proceso contencioso administrativo se rigen por  las  disposiciones  que  sobre  la  materia  establezca el ordenamiento procesal  civil.   

Considerando lo precedentemente expuesto, el  accionante  alega en esta solicitud de amparo que en el proceso ejecutivo que se  censura  se  configuró  la  causal de nulidad determinada en el numeral 8° del  artículo   140   del   Código  de  Procedimiento  Civil  el  cual  indica  que  “el proceso es nulo en todo o en parte, solamente en  los   siguientes   casos:…8.   Cuando   no  se  practica  en  legal  forma  la  notificación  al  demandado o a su representante, o al apoderado de aquél o de  éste,  según  el  caso,  del  auto  que  admite  la  demanda o del mandamiento  ejecutivo, o su corrección o adición”.   

Al  respecto,  esta  Sala  considera que es  evidente  el  yerro  en  que  incurrió  la  autoridad  judicial accionada en el  trámite  de  notificación  al  demandado,  hoy accionante en esta solicitud de  amparo,  del  mandamiento  de  pago en el proceso ejecutivo que se censura, pues  nótese  que  desde  el  auto  que  comisionó  al  Tribunal  Administrativo  de  Valledupar20  a  fin  de que se surtiera la notificación a los demandados hasta  el   proveído   en   el   que   se  tomo  posesión  del  curador  ad                 litem21,  es  decir, en la totalidad  del  trámite  de  notificación  de  la  primera  providencia  judicial  a  los  demandados,      se      señaló      a      una      persona      ajena   a   la   litis,  esto  es,  a  la  Sociedad   Méndez   y   Arzuza  Ltda.,  y  no  a  cada  una  de  las  partes  que  componían  el  consorcio  demandado,  es  decir,  a  la  Sociedad  Arzuza Ltda. y a Fabio Méndez Vanegas.   

En  este  sentido  resalta  esta  Sala  que  teniendo  la autoridad accionada los elementos para notificar debidamente al hoy  accionante,  pues  en la demanda ejecutiva presentada por el Inurbe figuran como  demandados  el “CONSORCIO MENDEZ Y ARZUZA LTDA,   integrado  por  la sociedad  ARZUZA  LTDA.  y  FABIO  MÉNDEZ  VANEGAS…” y en el  texto  de  la  misma se advierte, nuevamente, en el aparte de las notificaciones  que   el   demandado   Consorcio   Méndez  y  Arzuza  Ltda.,  está “conformado      por      Arzuza  Ltda, que se puede notificar en la  Calle  16  No.  10-51  de  Valledupar  y Fabio Méndez  Vanegas  que  se  puede Notificar en la Calle 16ª No.  12-41  de  Valledupar”, indudablemente incurrió ella  misma  en un error protuberante, al surtir todo el proceso de notificación a la  Sociedad    Méndez   y   Arzuza   Ltda., que no era demandado y al parecer no existe.   

Luego   al  no  surtirse  debidamente  la  notificación  del  mandamiento  de  pago  al  señor  Fabio  Méndez Vanegas se  configura  la causal de nulidad indicada en el numeral 8° del artículo 140 del  Código de Procedimiento Civil.   

De  este  modo,  el  señor  Fabio  Méndez  Vanegas  no  tuvo  conocimiento  oportuno  de  la  iniciación del proceso en su  contra,  pues sólo se vino a enterar cuando se embargó un bien de su propiedad  luego  de haberse dictado sentencia, por lo que la finalidad de la notificación  de  la primera providencia judicial no fue satisfecha, ya que no obtuvo a tiempo  el  conocimiento  del  proceso  ejecutivo que se censura a fin de ejercer algún  acto de defensa.   

4.3  Definida así  esa  irregularidad  en  la  notificación  del  mandamiento  de  pago, esta Sala  advierte  que  en  el  proceso objeto de censura el señor Fabio Méndez Vanegas  presentó  solicitud  de  nulidad el 17 de mayo de 2007 invocando como causal el  numeral  8° del artículo 140 del Código de Procedimiento Civil; solicitud que  fue  decidida  desfavorablemente  el  3  de  octubre  de  2007 por el Magistrado  Ponente   del   proceso   que   se  censura  tras  considerar  que  “una  vez  el  señor  Fabio  Méndez Vanegas, otorgó poder a dos  profesionales  del  derecho, para que asumieran su representación en el proceso  y  solicitaran  la  nulidad  desde  el  auto  por  el cual se libró mandamiento  ejecutivo,   se   entiende  notificado  por  conducta  concluyente  el  referido  auto”.   

Asimismo,   el   apoderado  de  la  parte  peticionaria,  de  cara  a la improsperidad de la solicitud de nulidad presentó  recurso  de  súplica,  el cual fue resuelto por los restantes magistrados de la  Sala  en el sentido de “revocar el auto proferido por  el   Magistrado   Sustanciador…”  y  en  su  lugar  “rechazar  la  nulidad propuesta por el apoderado de  la  parte  demandada  (FABIO MÉNDEZ)”, al considerar  que  era  improcedente  la  solicitud de nulidad, por falta de oportunidad de su  alegación.   

Partiendo  del  supuesto fáctico expuesto,  esta  Sala  pasa  a analizar el artículo 330 del Código de Procedimiento Civil  que  dispone  la notificación por conducta concluyente y seguidamente definirá  la   procedencia   de   la   solicitud   de   nulidad   en  el  proceso  que  se  censura.   

4.3.1 En el auto de  3  de  octubre  de  2007  se expresó que “una vez el  señor  Fabio  Méndez  Vanegas,  otorgó poder a dos profesionales del derecho,  para  que  asumieran  su  representación en el proceso y solicitaran la nulidad  desde  el  auto  por  el  cual  se  libró  mandamiento  ejecutivo,  se entiende  notificado    por   conducta   concluyente   el   referido   auto”;  en  torno  a la conducta concluyente el artículo 330 del Código  de Procedimiento Civil dispone que:   

“Artículo 330:  Notificación  por  conducta  concluyente.  Cuando una  parte  o  un tercero manifieste que conoce determinada providencia o la mencione  en  escrito  que  lleve  su  firma,  o  verbalmente  durante una audiencia o una  diligencia,   si  queda  constancia  en  el  acta,  se  considerará  notificada  personalmente  de  dicha  providencia en la fecha de presentación del escrito o  de la audiencia o diligencia.   

Cuando una parte retire el expediente de la  secretaría  en  los  casos  autorizados  por  la ley, se entenderá notificadas  desde  el  vencimiento  del término para su devolución, todas las providencias  que   aparezcan  en  aquél  y  que  por  cualquier  motivo  no  le  hayan  sido  notificadas.    

Cuando el escrito en que se otorgue poder a  un   abogado   se   presente   en   el   juzgado  de  conocimiento  se  entenderá surtida la notificación por conducta concluyente de  todas  las  providencias que se hayan dictado, inclusive el auto admisorio de la  demanda   o   del   mandamiento   de  pago,  el  día  en  que  se  notifique    el   auto   que   reconoce  personería,  a  menos  que  la  notificación se haya  surtido con anterioridad.   

Cuando  se  decrete la nulidad por indebida  notificación  de  una  providencia,  ésta  se  entenderá surtida por conducta  concluyente  al día siguiente de la ejecutoria del auto que la decretó o de la  notificación    del    auto   de   obedecimiento   a   lo   resuelto   por   el  superior” (Resalta la Sala).   

De la anterior disposición se desprende que  la   modalidad   de   notificación  por  conducta  concluyente  en  virtud  del  otorgamiento  de poder, busca, por resultado de la ley, comunicar los proveídos  proferidos  con  anterioridad  a  la  llegada  de  la  parte  o interviniente al  proceso.  Tiene  como resultado que éstos asuman el proceso en el estado en que  se  encuentre,  para,  a  partir  ese  momento, emprender acciones futuras en el  mismo.   

Las  notificaciones  correspondientes  se  entienden   surtidas   el  día  en  que  se  notifique  el  auto  que  reconoce  personería,    a   menos   que   la   notificación   se   haya   surtido   con  anterioridad.   

De este modo, resalta esta Sala que para que  opere  la  notificación por conducta concluyente en la hipótesis señalada, se  debe      partir      de      la     base     de     que     la     notificación anterior no se surtió, pues  en  caso  contrario  sería  inoficiosa  la conducta concluyente, ya que ningún  sentido  tendría  darse por notificada en otro momento procesal una providencia  ya dada a conocer.   

En   consecuencia,   al   surtirse   la  notificación  del  auto  que  reconoció  personería a la apoderada del señor  Fabio       Méndez       Vanegas       el       23       de       mayo       de  2007                                                                (anverso  fl.  237  cdno. 1 -continuación-), quedaron de este modo, notificadas  todas  las  providencias  que con anterioridad se habían emitido, incluyendo el  mandamiento de pago.   

Ahora  bien,  en  torno al asunto de si esa  notificación  determina la improsperidad de la nulidad, esta Sala abordará ese  aspecto mas adelante.   

Teniendo  como  base  el  artículo 142 del  Código  de  Procedimiento  Civil  en  el  aparte  que  señala que “las  nulidades  podrán alegarse en cualquiera de las instancias,  antes  de  que  se dicte sentencia, o durante la actuación posterior a ésta si  ocurrieron   en   ella”,  consideró  la  autoridad  acccionada  que “pese a que le asiste razón  al  demandado  (FABIO  MENDEZ) no se puede proceder a decretar la nulidad solicitada  por  cuanto  la misma no se originó en la sentencia; sino que tuvo su origen en  la  providencia  de  24  de  marzo  de  1998, en el que se ordenó emplazar a la  Sociedad  Méndez  y  Arzuza  Ltda.,  y no al señor FABIO MENDEZ VANEGAS y a la  Sociedad  ARZUZA  LTDA.,  miembros  del  consorcio  FABIO MENDEZ Y ARZUZA LTDA).  (fl.74  c.3).Como  se  puede  apreciar  en  lo  antes  expuesto  el Magistrado  Instructor  del proceso debió rechazar el incidente de  nulidad  presentado  por  el  demandado  (FABIO  MENDEZ),  por cuanto la nulidad  alegada  no  tuvo  su  origen  en la sentencia sino en una actuación anterior a  ella,  así  mismo  se resalta que la sentencia quedó  ejecutoriada  el día 22 de noviembre de 2004, es decir que la misma no se puede  revocar  ni  reformar  por  el  juez  que  la  profirió,  por  lo cual la parte  demandada  tan  sólo  podrá  solicitar  la revisión de la misma por cuanto el  numeral  7°  del  artículo 380 del Código de Procedimiento Civil, consagra la  nulidad  alegada  como  una  causal  de  revisión, dentro de la oportunidad del  artículo  381  del  mismo  código” (fl.24-27 cdno.  incidente) (Resalta la Sala).   

Al  respecto,  esta  Sala  advierte  que el  artículo  142  del  C.P.C.,  aparte  de  señalar  que “las nulidades podrán  alegarse  en  cualquiera  de  las instancias, antes de que se dicte sentencia, o  durante  la actuación posterior a ella” también prevé de manera específica  que   “la   nulidad   por   indebida   representación  o  falta de notificación o emplazamiento en legal  forma,  podrá también alegarse durante la diligencia  de  que  tratan los artículos 337 a 339, o como excepción en el proceso que se  adelante  para  la ejecución de la sentencia o mediante el recurso de revisión  si  no  se  alegó por la parte en las anteriores oportunidades. La declaración  de  nulidad,  sólo  beneficiará  a quien la haya invocado, salvo cuando exista  litis  consorcio  necesario.  Dichas causales podrán  alegarse  en  el proceso ejecutivo donde ocurran, mientras no haya terminado por  pago    total    a    los    acreedores,    o    por   causa   legal…” (Resalta la Sala).   

De  este  modo,  la  decisión  de  rechazo  emitida  mediante  auto  de 5 de diciembre de 2007 es evidentemente contraria al  artículo  142 del Código de Procedimiento Civil, por haberse alegado la causal  en el curso del proceso ejecutivo.   

4.4 Ahora bien, en  torno  al  asunto  de  si  esa  notificación por conducta concluyente impide la  prosperidad   de   la   solicitud   de  nulidad  originada  en  el  trámite  de  notificación  del  mandamiento  de  pago,  comoquiera  que  en virtud de la ley  operó  la  notificación  de  todas  las  providencias  anteriores,  esta  Sala  considera  que  a  pesar  de  que esa interpretación es razonable, en este caso  particular  no  es  factible  porque  vulneraría el derecho constitucional a la  defensa del gestor del amparo.   

Al   respecto,   se  ha  de  ver  que  en  concordancia   con  el  principio  de  interpretación  conforme   a   la   Constitución  los  jueces  deben  interpretar   las   disposiciones   legales   acorde   con   las   disposiciones  constitucionales;  no  pueden éstas ser ajenas a su labor, pues el centro de su  actuar,  como  autoridad  pública,  se centra en general en hacer efectivos los  derechos  consagrados  en la Carta Política y como autoridad judicial, respetar  y   garantizar   los   derechos  en  el  curso  del  proceso  que  ellos  mismos  dirigen.    

Así,   esta  Corte  ha  determinado  que  “los  mandatos  del  ordenamiento jurídico se deben  interpretar  de forma tal que su sentido guarde coherencia con las disposiciones  constitucionales.  Ello  implica varias cosas: primero, que toda interpretación  que  no  sea conforme a la Constitución, debe ser descartada; segundo, que ante  dos  interpretaciones  posibles  de  una  norma,  el  juez  se debe inclinar por  aquella  que,  en  forma  manifiesta,  resulte  más  adecuada  a  los  mandatos  superiores;  tercero,  que  en  caso de dos o más interpretaciones que sean, en  principio,  igualmente  constitucionales, el juez, en ejercicio de su autonomía  funcional,  deberá  escoger  en  forma  razonada  aquella  que  considere mejor  satisface  los  dictados  del  constituyente  en el caso concreto”23.   

De  esta  forma,  esta  Sala  considera que  denegar  la  solicitud de nulidad presentada en el proceso que se censura por el  hoy  accionante,  vulnera su derecho fundamental a la defensa, pues cuando éste  pudo  comparecer  al  proceso  ejecutivo  ya  se había dictado la sentencia que  ordenó  llevar  adelante  la  ejecución,  por lo que no podía controvertir el  mandamiento   ejecutivo  ni  proponer  excepciones,  resultando  de  esta  forma  condenado  sin  ser  oído y sin otro medio de defensa judicial ordinario, en un  proceso  en  el  cual  no fue notificado, luego esa interpretación en este caso  vulneraría  flagrantemente  el  derecho  a  la  defensa.  Por  consiguiente  la  interpretación  que  consulta de mejor forma la Constitución Política en este  caso,  ha  de ser la que permita la prosperidad de la solicitud de nulidad, ante  la  configuración clara de la causal alegada y la oportunidad de su alegación,  como se examinó en esta providencia.   

4.5  De esto modo,  constatada  por  la  Sala  la  vulneración  del  derecho  al debido proceso del  accionante,  toda  vez que no se tramitó en legal forma la solicitud de nulidad  por   él  presentada,  esta  Sala  amparará  los  derechos  fundamentales  del  accionante  y,  por  ende, revocará la sentencia emitida el 17 de julio de 2008  por  la  Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo  de  Estado  y,  en su lugar, confirmará la sentencia del 11 de abril de 2008 de  la  Subsección  A  de  la  Sección  Segunda  de  la  Sala  de  lo  Contencioso  Administrativo   del   Consejo   de  Estado  en  cuanto  resolvió  tutelar    el    derecho    al    debido  proceso       del  accionante.   

Con el objetivo de hacer efectivo el amparo  constitucional  (numeral  4°  del  artículo 29 del Decreto 2591 de 1991), esta  Sala  dejará  sin  efecto  las  providencias del 3 de octubre de 2007 y de 5 de  diciembre  de 2007, en virtud de las cuales, se negó y se rechazó la solicitud  de   nulidad,   respectivamente,  emitidas  dentro  del  proceso  ejecutivo  No.  1996-3342  adelantado por el Instituto Nacional de Vivienda de Interés Social y  Reforma  Urbana  -Inurbe- contra el Consorcio Fabio Méndez Vanegas & Arzuza  Ltda.  y  Seguros  Universal  S.A. en liquidación y ordenará   a la  Sección  Tercera  Subsección  B del Tribunal Administrativo de  Cundinamarca  que  resuelva  nuevamente la solicitud de nulidad presentada el 17  de   mayo  de  2007  por  el  apoderado  del  accionante,  de  acuerdo  con  los  lineamientos expuestos en esta providencia.   

IV. DECISIÓN  

En  mérito de lo expuesto, la Sala Primera  de  Revisión,  administrando  justicia en nombre del pueblo y por mandato de la  Constitución Política,   

RESUELVE  

Primero:     LEVANTAR    el  término  para  resolver el trámite de revisión suspendido por  esta Sala mediante auto de 11 de diciembre de 2008.   

Segundo:  REVOCAR  el fallo emitido el  17  de  julio  de  2008  por  la  Sección  Cuarta  de la Sala de lo Contencioso  Administrativo  del  Consejo  de Estado  en la acción de tutela instaurada  por  Fabio  Méndez  Vanegas  en contra de la Sección Tercera Subsección B del  Tribunal   Administrativo   de   Cundinamarca;   y   en  su  lugar  CONFIRMAR         PARCIALMENTE  la sentencia del 11 de abril  de  2008 de la Subsección A de la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso  Administrativo    del    Consejo    de    en   cuanto   resolvió   tutelar  el  derecho al debido proceso del  accionante.   

Tercero: DEJAR sin  efecto  las  providencias  del  3 de octubre de 2007 y de 5 de diciembre de 2007  emitidas  por  la  Sección Tercera Subsección B del Tribunal Administrativo de  Cundinamarca  dentro  del  proceso  ejecutivo  No.1996-3342  adelantado  por  el  Instituto  Nacional  de  Vivienda  de  Interés Social y Reforma Urbana -Inurbe-  contra  el  Consorcio  Fabio  Méndez  Vanegas  &  Arzuza  Ltda.  y  Seguros  Universal S.A. en liquidación.   

Cuarto:   En  consecuencia,   ORDENAR  al  Magistrado   Ponente   de   la  Sección  Tercera  Subsección  B  del  Tribunal  Administrativo  de  Cundinamarca que resuelva nuevamente la solicitud de nulidad  presentada  el  17 de mayo de 2007 por el apoderado del accionante en el proceso  citado  en  el  numeral  anterior,  de acuerdo con los lineamientos expuestos en  esta providencia.   

Quinto:  Por  la  Secretaría  General  de  esta  Corporación,  REMITIR  a  la  Sección  Tercera  Subsección  B  del Tribunal  Administrativo  de  Cundinamarca  el expediente contentivo del proceso ejecutivo  No.  1996-3342  adelantado  por  el  Instituto  Nacional de Vivienda de Interés  Social  y  Reforma  Urbana  -Inurbe-  contra  el Consorcio Fabio Méndez Vanegas  & Arzuza Ltda. y Seguros Universal S.A. en liquidación.   

Sexto:  DAR  por  secretaría  cumplimiento  a lo dispuesto en el artículo 36 del Decreto 2591 de  1991.   

Notifíquese,  comuníquese, publíquese en  la Gaceta de la Corte Constitucional y cúmplase.   

JAIME ARAÚJO RENTERÍA  

Magistrado  

CLARA ELENA REALES GUTIÉRREZ  

Magistrada (E)  

JAIME CÓRDOBA TRIVIÑO  

Magistrado  

MARTHA     VICTORIA    SÁCHICA    DE  MONCALEANO   

Secretaria General    

1  Sentencia T003/01.M.P: EDUARDO MONTEALEGRE LYNETT.   

2  Artículo 2° de la Constitución Política.   

3  Artículo 29 de la Constitución Política.   

4  Artículo 228 de la Constitución Política.   

5  Ibídem.   

6  Artículo 229 de la Constitución Política.   

7  Artículo 230 de la Constitución Política.   

8  T-249-08.   

9  Sentencia T-402 de 2006.   

10  Sentencia T-450 de 2006.   

11  T-661-07   

12  T-280-98 reiterada entre otras en la T-621-05.   

13  T-489-06.   

14  T-621-05   

16  Ibídem.   

17  T-486-06.   

18 El  artículo  152  corresponde al actual artículo 140 del Código de Procedimiento  Civil.   

19 Las  causales  de  nulidad en el Código de Procedimiento Civil hoy están señaladas  en  los  artículos  140  y  141  y  se  tramitan  conforme  al artículos 142 y  siguientes del mismo estatuto.   

20  Folio  74  del  cuaderno  principal  del  proceso  ejecutivo  objeto  de censura  constitucional.   

21  Folio 108 Ibídem.   

22 El  defecto  procedimental  hace referencia a que la autoridad judicial adelantó el  proceso    por    fuera    del   procedimiento   establecido   en   las   normas  correspondientes.   

23  Corte Constitucional. Sentencia C-1026 de 2001.     

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