T-215-09

Tutelas 2009

    Sentencia T-215-09  

Referencia: expediente T- 2094895  

Acción  de  tutela instaurada por la señora  Adriana  María  Arias  López  en  contra  de Acción Social.      

Magistrado Ponente:  

Dr. HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO.  

Bogotá  D.C.,  veintisiete (27) de marzo de  dos mil nueve (2009).   

La  Sala  Octava  de  Revisión  de la Corte  Constitucional  integrada  por los magistrados Jorge Iván Palacio Palacio, Juan  Carlos  Henao  Pérez  y  Humberto  Antonio  Sierra  Porto, quien la preside, en  ejercicio  de  sus competencias constitucionales y legales, específicamente las  previstas  en los artículos 86 y 241 numeral 9º, de la Constitución Política  y  en  los  artículos 33 y siguientes del Decreto 2591 de 1991, ha proferido la  siguiente   

SENTENCIA  

Dentro del proceso de revisión del fallo de  tutela  de  única  instancia  dictado  por  el  Juzgado  Veinte  (20) Penal del  Circuito  del  Medellín  con Funciones de Conocimiento, el día dieciséis (16)  de  septiembre de dos mil ocho (2008), dentro de la acción de tutela instaurada  por  la  señora  Adriana María Arias López contra Acción Social.     

I. ANTECEDENTES.  

Adriana María Arias López, con coadyuvancia  de  la Defensora del Pueblo de la Regional Antioquia, impetró acción de tutela  en   contra   de   Acción   Social,  por  considerar  vulnerados  sus  derechos  fundamentales,  en  especial  aquellos  de que son titulares la población   desplazada.   

HECHOS.  

1.- La actora expresó que, en el año de mil  novecientos  noventa  y  siete  (1997),  ella  y  su familia fueron objeto de un  primer  desplazamiento  forzado del Corregimiento de Turruladó del Municipio de  Turbo   –Antioquia-   al  Municipio  de  Bello  debido  al  cruel  asesinato  de  su  madre  a manos de la  guerrilla.    

2.-  Declaró  que,  una vez asentados en el  Municipio       de      Bello      –Antioquia-,   su   padre   –señor  Jairo  Antonio  Arias-  declaró  bajo  la gravedad de   juramento  ante  la  Personería  de  Medellín dicho suceso sin que generara la  inmediata   inclusión   en   el   Registro   Único  de  Población  Desplazada  –RUPD- de la familia Arias  López,  debido  a  trámites  administrativos  lo  que  produjo, al parecer, el  extravío de la documentación.   

3.-  Informó  que,  su padre, estando en el  Municipio       de      Bello      –Antioquia-,  aprovechó  para incluir en el SISBEN a todo el núcleo  familiar,  es  decir  a  sus  dos  hermanos,  a  ella  y al señor Eleymar Arias  Giraldo, con quien comenzó a convivir en unión libre.   

4.-  Añadió  que,  en  el año dos mil dos  (2002)  ella  y  su  compañero  permanente  – Eleymar Arias Giraldo- decidieron  conformar  un  hogar  aparte del de su padre y por tal motivo se radicaron en el  Municipio        Valdivia        –Antioquia-  en  donde  consiguieron  un trabajo en una finca criando  ganado  y cultivando alimentos. Sin embargo, el día diez (10) de febrero de dos  mil  ocho  (2008),  se vieron obligados a desalojar dicha propiedad por amenazas  de  muerte  de la guerrilla y volver, nuevamente, al seno de su hogar paterno en  el     Municipio     de     Bello    –Antioquia-.   

5.-  Señaló  que, estando nuevamente en el  Municipio       de      Bello      –Antioquia-,  acudió  a declarar  tal hecho ante la Personería  de  tal  Municipio.  Con  todo,  al  momento  de  presentarse en las oficinas de  Acción  Social  para  reclamar  sus derechos y beneficios constitucionales y de  ley,  en especial la asistencia humanitaria de emergencia, el diecisiete (17) de  marzo  de  dos  mil  ocho  (2008),  mediante Resolución No 5001106072,  le  informaron  que  le  negaban  la inclusión en el Registro Único de Desplazados  argumentando  que  “mi  declaración  no  era viable  jurídicamente,  pues según ellos, la declaración rendida en la Personería de  Bello  no  concuerda  con  la  verdad,  que  al  revisar  la  base  de datos del  Departamento  Nacional  De Planeación –DNP-,  que  nos encontramos con la encuesta del SISBEN del municipio  de  Bello,  la  cual  solo aplica a residentes habituales del municipio o ciudad  donde  se aplica, encontrándose así contradicciones en cuanto a la permanencia  en  la  región  de expulsión Valdivia Antioquia por un periodo de 6 años y el  municipio  de  Bello  donde  se  encuentran  vínculos de residencia y actividad  económica.”1   

6.-   Por  último  agregó:  “Con  fundamento  en  los  hechos  y  consideraciones relacionadas  solicito  al  señor Juez disponer y ordenar a la parte accionada Acción Social  lo siguiente:   

1.  Que  se  ordene  a  Acción  Social  la  inmediata  inscripción de ADRIANA MARÍA ARIAS LÓPEZ y su grupo familiar en el  RUPD.   

2.  Que  se  le  ordene a Acción Social que  cumpla  con  los  mandatos  de  la  Corte  Constitucional, en especial el que se  refiere  a  que  ninguna  entidad  otorga la calidad de desplazado a nadie y que  simplemente  se  limite  a  registrar tal condición de desplazados a quienes la  realidad de los hechos se la otorgan.   

3.  Igualmente, se le ordene hacerme entrega  inmediata  de  las  ayudas humanitarias de emergencia y las prorrogas necesarias  hasta      tanto     pueda     valerme     por     si     mismo     (sic),    en   especial   alimentación,  arriendos, salud, entre otros.   

4.  También solicito se le ordene a Acción  Social  incluirme  en  todos  los  planes,  programas  y  proyectos  que  tengan  beneficios  para  la  población desplazada como manera de ejercer realmente mis  derechos.”2   

Solicitud de tutela.  

7.-  La señora Adriana María Arias López,  considera  vulnerados  sus  derechos  fundamentales, en especial aquellos de que  son  titulares la población desplazada, por lo que solicita se ordene a Acción  Social  la  inscripción  de  ella  y su grupo familiar en el Registro Único de  Población       Desplazada       –RUPD-,   así   como  la  entrega  de  las  ayudas  humanitarias  de  emergencia  y  las  prorrogas  necesarias  hasta  tanto  pueda  valerse  por sí  misma.   

Pruebas aportadas al proceso.  

8.-  En  el  expediente  consta la siguiente  prueba:   

–  Copia de la Resolución No 5001106072 del  diecisiete  (17)  de  marzo  de  dos mil ocho (2008), emitida por Acción Social  –Antioquia-   por  medio  de   la  cual  se niega la inscripción en el Registro Único de Población  Desplazada   –RUPD-  del  señor  Eleymar  Arias  Giraldo,  compañero  permanente  de la accionante, y su  familia  por considerar que: “El deponente manifiesta  haberse   desplazado   desde   la   vereda  La  Venada,  Municipio  de  Valdivia  –Antioquia-,  en  donde  residió  por  espacio  de  seis  (6)  años  y  haber  sido forzado a migrar en  compañía  de los miembros de sus hogar el día 10 de Febrero de 2008, debido a  presiones  de  grupos  armados  al margen de la ley. Sin embargo, al analizar la  narración  de  los  hechos  y  verificar  la  base de datos del Departamento de  Nacional  (sic) de Planeación  –DNP-,  se  encontró  al  deponente,  ELEYMAR  ARIAS  GIRALDO,  junto  a  ADRIANA MARÍA ARIAS LÓPEZ, con  encuesta    SISBEN    aplicada   en   el   Municipio   de   Bello   –Antioquia-,   cabe  resaltar  que  la  encuesta  en  mención  se destina a las personas que manifiestan ser residentes  habituales  del  municipio o ciudad donde se aplica. Al analizar la información  suministrada  en  la  declaración,  se evidencia que existen contradicciones en  cuanto  a  la  permanencia  del  deponente en la región de expulsión pues este  sostuvo  que tuvo residencia en el Municipio de Valdivia-Antioquia- durante seis  años,  encontrándose  vínculos  de  residencia  y  actividad económica en el  Municipio      de      Bello      –Antioquia-,  lo  cual  se  constituye  como una falta a la verdad de  acuerdo  al  registro  enunciado  anteriormente. Por este motivo, es imperioso y  necesario   recordar  que  las  declaraciones  que  se  realizan  tanto  en  una  actuación  judicial  como  administrativa  se  encuentran  bajo  la gravedad de  juramento  y  esto podría acarrear un falso testimonio según lo expuesto en el  Art  442  del CP, ya que existe ocultamiento de la información. Por otra parte,  de  la  lectura  de la declaración rendida por el señor ELEYMAR ARIAS GIRALDO,  se  puede  extraer  que  su  traslado no se enmarca dentro de las circunstancias  previstas  en  la ley 387 de 1997, toda vez que al verificar la información con  las  autoridades Municipales, Departamentales y Nacionales, se establece que las  causas  que  conllevaron a su movilización obedeció a la injerencia del Estado  Colombiano  en  lo  referente  a  la  realización  de procesos de fumigación y  erradicación  manual  de  cultivos ilícitos, contexto que se ha constituido en  una   situación  de  orden  público  notoria  en  esta  parte  del  territorio  Colombiano,  en  esta  medida, se tiene conocimiento a través de comunicados de  opinión  pública  Municipal, Departamental y Nacional y actas de reuniones con  representantes  de la comunidad, que su movilización corresponde a una PROTESTA  CAMPESINA  PACÍFICA,  documento  en el cual se hacían exigencias tales como el  retiro  de  las  tropas  de  erradicación  manual  forzada, y demás peticiones  características  propias  de  este  tipo de movilizaciones. Dado lo anterior, y  teniendo  en  cuenta  que  el  desplazamiento  fue  producto  de  movilizaciones  campesinas,  su  situación no se adecua al Artículo 1° de la Ley 387 de 1997,  por   lo   cual   no   es   procedente  reconocer  en  tales  circunstancias  un  desplazamiento              forzado.”3     

Intervención de la Agencia Presidencial para  la    Acción    Social    y    la   Cooperación   Internacional   –Acción Social-.   

9.-  La Agencia Presidencial para la Acción  Social  y la Cooperación Internacional –Acción  Social-,  a  través  de  su Subdirectora de Atención a la  Población  Desplazada,  Doctora  Claudia  Viviana  Ferro Buitrago, solicitó la  negativa  del  amparo reclamado mediante acción de tutela, toda vez que Acción  Social,  más  exactamente la Unidad Territorial de Antioquia, una vez adelantó  un  estudio  de  los  hechos  que ocasionaron el desplazamiento de la accionante  resolvió  “NO  INCLUIRLO  EN  EL REGISTRO ÚNICO DE  POBLACIÓN  DESPLAZADA”,  toda  vez  que de la   declaración  se  colige  que existen razones objetivas y fundadas para concluir  que  de  la  misma  no  se  deduce  la existencia de las circunstancias de hecho  previstas en el artículo 1º de la Ley 387 de 1997.   

(…)  

Así las cosas, Acción Social ha actuado con  pleno  apego  a  la  ley, y en consecuencia no puede predicarse que esta entidad  haya  vulnerado  derecho fundamental alguno, más aún cuando el presente asunto  es   de   competencia   de   la  jurisdicción  ordinaria,  y  no  del  juez  de  tutela.”4         

Por     consiguiente,     “Está  determinado  que  la  supuesta  violación de los derechos  fundamentales  de  la  accionante  se  derivan  de  la  expedición  de  un acto  administrativo  cuya  decisión  se fundamenta  en la aplicación de normas  de  tipo  legal,  resultando claro que es la justicia ordinaria la vía adecuada  para  procurar  la  defensa  de  los  derechos  fundamentales aquí reclamados a  través   de   la   jurisdicción   contencioso   administrativa.”5   

Pruebas aportadas al proceso.  

10.-  En el expediente constan la siguientes  pruebas:   

–  Copia  del  documento por medio del cual,  Acción  Social,  a  través  de  su  Asesor  Jurídico  de  la Subdirección de  Atención  a Población Desplazada, le informa a la señora Adriana María Arias  López  que  mediante  Resolución  No 500106072 del diecisiete (17) de marzo de  dos  mil  ocho  (2008) se determinó “NO INCLUIRLO EN  EL  REGISTRO  ÚNICO  DE  POBLACIÓN  DESPLAZADA”6   

II. SENTENCIA OBJETO DE REVISIÓN.  

Única  Instancia. Juzgado Veinte (20) Penal  del Circuito de Medellín con Funciones de Conocimiento.   

11.-  El  Juzgado  Veinte  (20)  Penal  del  Circuito  de  Medellín,  mediante  sentencia  proferida  el  día  tres  (3) de  septiembre  de  dos mil ocho (2008) negó el amparo a los derechos fundamentales  de  la  señora  Adriana  María  Arias  López, en especial aquellos de que son  titulares  la  población  desplazada, al considerar que la decisión tomada por  Acción  Social  –Regional  Antioquia-  “no  vulnera los derechos fundamentales;  por  una  parte,  es  un  acto  administrativo,  que  el Juez de tutela no puede  desconocer,  porque  goza  de  presunción de legalidad, no observándose por la  judicatura  una  vía de hecho que permita dejarlo sin efectos, pues se cumplió  con  el  rigor  constitucional del debido proceso y derecho de defensa; además,  con  argumentos  sólidos y jurídicos, con indicación de la razón para no ser  aceptada  ADRIANA  MARÍA  ARIAS LÓPEZ y su grupo familiar, como miembros de la  población  desplazada; pues cuando alude que se desplazó de Puerto Valdivia en  2008,  que  es  el  hecho  concreto que solicita la inclusión, se enmarca en la  residencia  en  Bello  y  su  actividad  en  esa población; además, de ser una  protesta   el   motivo   de   la   manifestación   pacífica   por  el  cultivo  ilícito.”7   

Escrito     de     Extemporáneo    de  Impugnación.   

13.-  Mediante  auto  del dieciséis (16) de  septiembre  de  dos  mil  ocho  (2008),  el  Juzgado Veinte (20) del Circuito de  Medellín   decidió  rechazar  el  recurso  de  apelación  pues,  “se  tiene que la accionante fue notificada del fallo de tutela en  septiembre   5  de  2008,  quiere  decir  que  la  impugnación  fue  presentada  extemporáneamente,  puesto  que el término vencía el 10 de septiembre de 2008  a          las          5:00          pm”8   

Revisión      por      la     Corte  Constitucional.   

Remitido  el expediente a esta Corporación,  la  Sala  de  Selección  Número Once (11), mediante Auto del dieciocho (18) de  noviembre   de   dos   mil  ocho  (2008)  dispuso  su  revisión  por  la  Corte  Constitucional.   

III.       CONSIDERACIONES       Y  FUNDAMENTOS.   

Competencia  

1.- Esta Corte es competente para revisar los  presentes  fallos  de tutela de conformidad con lo previsto en los artículos 86  y  241  de  la  Constitución  Nacional,  el  Decreto  2591 de 1991 y las demás  disposiciones pertinentes.   

Presentación del caso y problemas jurídicos  objeto de estudio   

2.-  La señora Adriana María Arias López,  interpuso  acción  de  tutela por considerar que sus derechos fundamentales, en  especial  aquellos  de  que  son  titulares  la  población desplazada, han sido  vulnerados  por  parte  de  Acción  Social,  al  negarle  la inscripción de su  núcleo  familiar  en  el  Registro Único de Población Desplazada –RUPD-  y por ende, obtener la atención  humanitaria de emergencia conforme la Ley 387 de 1997.   

Por tal razón, solicita se ordene a Acción  Social  (i) la inmediata inscripción de ella y su familia en el Registro Único  de     Población     Desplazada     –RUPD-,  (ii)  la entrega de las ayudas humanitarias de emergencia y,  (ii)  la  inclusión  en  todos  los  planes,  programas  y proyectos que tengan  beneficios para la población desplazada.   

Por su parte, Acción Social, por medio de su  Subdirectora  de  Atención  a la Población Desplazada, Doctora Claudia Viviana  Ferro  Buitrago, solicitó se niegue el amparo requerido por la accionante   a   través   de  acción  de  tutela  pues,  (i)  Acción  Social  –Regional   Antioquia-  había  actuado  conforme  a  la  Ley  ya  que  los  hechos  narrados por el señor Eleymar Arias  Giraldo    –compañero  sentimental  de  la  accionante-  no  se enmarcaban dentro de las circunstancias  previstas  en  el artículo 1º de la Ley 387 de 1997 pues faltaban a la verdad,  (ii)  se  había  comprobado  que  la  señora Adriana María Arias López está  inscrita    en   el    SISBEN   del   Municipio   de   Bello   –Antioquia-  y  desarrolla  actividades  económicas  en  dicho  territorio,  y (iii) existe otro mecanismo judicial para  controvertir  el  acto  administrativo  –Resolución  No  5001106072  del diecisiete (17) de marzo de dos mil  ocho  (2008)-  por  medio del cual se niega la inscripción de la peticionaria y  su   familia  en  el  Registro  único  de  Población  Desplazada  –RUPD-.    

El  Juzgado  Veinte  (20)  del  Circuito  de  Medellín  con Funciones de Conocimiento, mediante sentencia proferida en única  instancia,  el  día  tres  (3)  de  septiembre de dos mil ocho (2008), negó el  amparo  a  los derechos fundamentales de la señora Adriana María Arias López,  en  especial  aquellos de que son titulares la población desplazada, por juzgar  que,  (i)  la  acción de tutela no es el medio judicial de defensa idóneo para  controvertir  un  acto  administrativo que goza de presunción de legalidad como  lo  es, la Resolución No5001106072 del diecisiete (17) de marzo de dos mil ocho  (2008)  y  (ii)  los  hechos  narrados  por  el  señor Eleymar Arias Giraldo no  corresponden  a  la  verdad  pues aparece inscrito en el SISBEN del Municipio de  Bello    –Antioquia-   y  despliega actividades económicas en tal población.   

3.- Con fundamento en lo expuesto, encuentra  la  Sala  que  el  problema jurídico planteado a la Corte es el siguiente: ¿La  Agencia  Presidencial  para  la  Acción  Social y la Cooperación Internacional  –Acción Social-, desconoce  los  derechos  fundamentales  de  la  señora  Adriana  María  Arias López, en  especial  aquellos  de que son titulares la población desplazada, al negarle la  inscripción  y  la  de  su núcleo familiar en el Registro Único de Población  Desplazada   –RUDP-  para  obtener las ayudas humanitarias de emergencia?   

La noción de desplazamiento forzado interno  el   cual  genera  violación  de  derechos  fundamentales  susceptible  de  ser  protegido    a    través   de   la   acción   de   tutela.   Reiteración   de  Jurisprudencia.   

4.1.-  De acuerdo  con  el  artículo  1º  de  la  Ley 387 de 1997   desplazado es “toda persona  que  se  ha visto forzada a migrar dentro del territorio nacional abandonando su  localidad  de  residencia  o actividades económicas habituales, porque su vida,  su  integridad física, su seguridad o libertad personales han sido vulneradas o  se  encuentran  directamente  amenazadas,  con  ocasión  de  cualquiera  de las  siguientes   situaciones:  Conflicto  armado  interno,  disturbios  y  tensiones  interiores,   violencia   generalizada,  violaciones  masivas  de  los  Derechos  Humanos,   infracciones   al   Derecho   Internacional   Humanitario   u   otras  circunstancias  emanadas  de  las  situaciones  anteriores  que puedan alterar o  alteren drásticamente el orden público.   

En  cumplimiento  de lo anterior, el Decreto  2569  de 2000 “Por el cual se reglamenta parcialmente  la  Ley  387 de 1997 y se dictan otras disposiciones”  dispuso  en su artículo 2º que, “Es desplazado toda  persona  que  se  ha  visto  forzada  a  migrar  dentro del territorio nacional,  abandonando  su  localidad  de  residencia o actividades económicas habituales,  porque  su  vida,  su integridad física, su seguridad o libertad personales han  sido  vulneradas  o  se  encuentran  directamente  amenazadas,  con  ocasión de  cualquiera  de  las siguientes situaciones: conflicto interno armado, disturbios  y  tensiones  interiores,  violencia  generalizada,  violaciones  masivas de los  Derechos  Humanos,  infracciones  al  Derecho  Internacional Humanitario u otras  circunstancias  emanadas  de  las  situaciones  anteriores  que puedan alterar o  alteren drásticamente el orden público.”   

A su vez, aunque en el ámbito Internacional  no  hay  ningún  tratado  que  defina  la  condición de desplazado, en 1998 la  Comisión  de  Derechos  Humanos,  hoy  convertida  en  el  Consejo  de Derechos  Humanos,  acogiéndolos  trabajos  realizados  por  el Relator Temático Francis  Deng,  adoptó  una  resolución titulada “Principios  Rectores  de  los  Desplazamientos Internos”, en cuyo  artículo  2º  define  a  los  desplazados de la siguiente manera: “las  personas  o  grupos  de personas que se han visto forzadas u  obligadas  a  escapar  o  huir de su hogar o de su lugar de residencia habitual,  como   resultado  o  para  evitar  los  efectos  de  un  conflicto  armado,  por  situaciones  de  violencia  generalizada,  por violaciones de derechos humanos o  por  catástrofes naturales o provocadas por el ser humano, y que no han cruzado  una     frontera     estatal    internacionalmente    reconocida.”9     

Ahora bien, esta Corporación ha juzgado que  desplazados   son  aquellas  personas  “que  se  ven  obligadas  a  abandonar  su  domicilio  para  escapar  de  los  graves hechos de  violencia  que  azotan  la  región  donde habitan, para huir de los violentos y  trasladarse  a  otro  lugar con la aspiración de encontrar nuevas oportunidades  de  subsistencia, mejores condiciones de vida y mayor seguridad personal. Se ven  presionadas  a cambiar su estilo de vida, a dejar atrás sus objetos personales,  su  trabajo,  su  cultura  y  su entorno social, lo cual conlleva a que derechos  tales  como  tener  una  familia, el libre desarrollo, la libre circulación, la  paz,  el  trabajo,  la  educación,  la  vida  en  condiciones dignas y la salud  resulten      seriamente     afectados.”10  Y,  ha  considerado  que  el  fenómeno   del  desplazamiento  forzado  interno  no  corresponde  “a  un  problema  de  orden público propiciado por quienes desean  seguir   viviendo   sino  un  problema  de  humanidad  que  debe  ser  afrontado  solidariamente  por  todas  las personas, principiando, como es lógico, por los  funcionarios          de          Estado”11   

Con  base  en  lo  anterior,  la  Corte  ha  dispuesto  que  el  desplazamiento  forzado  genera  una crisis humanitaria y un  estado  de  emergencia  social  que demanda una actuación positiva y activa del  Estado  debido  a  las  circunstancias  de  especial debilidad, vulnerabilidad e  indefensión  en  las  que  se encuentran estas personas. Por ello, “la  jurisprudencia constitucional ha resaltado que éstos tienen,  en  términos  generales,  un  derecho  a  recibir  en  forma  urgente  un trato  preferente  por  parte  del  Estado, en aplicación del mandato consagrado en el  artículo  13 Superior: “el grupo social de los desplazados, por su condición  de  indefensión  merece la aplicación de las medidas a favor de los marginados  y  los  débiles,  de acuerdo con el artículo 13 de la Constitución Política,  incisos  2° y 3° que permiten  la igualdad como diferenciación, o sea la  diferencia         entre        distintos.”12.  Este  punto fue reafirmado  en  la  sentencia T-602 de 2003, en la cual se dijo que “si bien el legislador  y  las  entidades  gubernamentales  deben  tratar  de  igual  modo  a  todas las  personas,  pues  así  lo  estipula  el  artículo  13  de la Constitución, las  víctimas   del   fenómeno  del  desplazamiento  forzado  interno  sí  merecen  atención  diferencial”.  Este  derecho  al  trato  preferente  constituye, en  términos  de  la  Corte, el “punto de apoyo para proteger a quienes se hallan  en    situación    de    indefensión    por    el    desplazamiento    forzado  interno”13,  y  debe  caracterizarse,  ante  todo,  por  la  prontitud  en  la  atención  a  las  necesidades  de  estas  personas, ya que “de otra manera se  estaría   permitiendo   que   la  vulneración  de  derechos  fundamentales  se  perpetuara,  y en muchas situaciones, se agravara”14.”15   

4.2.-Ahora  bien,  el  Gobierno  Nacional,  consciente   de  la  grave  crisis  humanitaria  que  genera  el  fenómeno  del  desplazamiento  forzado,  dispuso  a  través de la Ley 387 de 1997 y el Decreto  2569  de  2000,  la  creación  de programas destinados a brindar atención a la  población  desplazada  a  través  del  Sistema  Nacional  de  Atención  a  la  Población   Desplazada,  el  cual  está  compuesto  por  entidades  públicas,  privadas  y  comunitarias  para realizar planes, programas, proyectos y acciones  específicas  para  atender  a  ese grupo poblacional, y que, en conjunto con el  Gobierno  Nacional  elaboran  el  Plan  Nacional para la Atención Integral a la  Población    Desplazada    por    la   Violencia.16   

Sin  embargo, dichos esfuerzos no han podido  mitigar   las   secuelas   adversas   del  conflicto  armado  interno  y  de  la  violencia17  pues  si  bien  es  cierto que los programas se han llevado a cabo  “los  mismos no resultan suficientes o su desarrollo  se  torna  incipiente, por cuanto las víctimas no reciben del Gobierno el apoyo  de  manera inmediata, completa y eficaz, ni la ayuda humanitaria que necesitan y  se  ven enfrentadas a dilatados y complicados trámites que no les garantizan su  reubicación   o  retorno  en  mejores  condiciones18.   Debido  a  ello  se  ven  abocadas  a  incoar  acciones  de tutela en procura de obtener protección a sus  derechos              fundamentales.”19   

Por  dicha  razón, y teniendo en cuenta que  los  desplazados  son  sujetos  de especial protección pues se encuentran en un  estado  de  especial  debilidad,  vulnerabilidad  e  indefensión,  es  que esta  Corporación  ha señalado que el mecanismo de la acción de tutela procede para  reclamar  el  amparo  y  protección  de  sus derechos fundamentales20   

los  cuales  son  violados de forma grave,  masiva  y  sistemática  por  las diversas causas que genera un conflicto armado  interno.  Así,  ha  dispuesto  que “con la tutela se  logra  una atención seria y  rápida,  un  compromiso  más  dinámico y solidario de los entes encargados de  prestar  la  ayuda  humanitaria  requerida  y  así,  obtener  que  los derechos  fundamentales    se    respeten    y    concreten21.”22   

Por  consiguiente,  no es de buen recibo que  los  jueces de tutela nieguen el amparo solicitado por aquellas personas que han  sido  victimas  de un desplazamiento forzado debido a la violencia y presión de  grupos  armados,  con  el argumento de que la tutela no es el mecanismo judicial  idóneo  para  controvertir  el  acto  mediante  el  cual  se les niega la ayuda  humanitaria.   

La  procedencia  de  la  inscripción  en el  Registro       Único       de      Población      Desplazada      –RUPD-  cuando la exclusión se basa en  la  aplicación  de  la encuesta del SISBEN sin que se aporten otras pruebas que  permitan   concluir   que   la   persona   no  se  encuentra  en  situación  de  desplazamiento. Reiteración de Jurisprudencia.   

5.-  Esta Corte en diversos pronunciamientos  ha  estimado que, “si una persona se encuentra en las  circunstancias  de  hecho  que  dan lugar al desplazamiento, tiene derecho a ser  inscrita  en  el  Registro  Único  de  Población  Desplazada  (RUPD) pues esta  inscripción  es  un  requisito  fundamental  para acceder a los derechos que la  Constitución   y   a   Ley   reconocen   a   quien   se   encuentra   en   esta  circunstancia.”23   

Con base en ello, ha considerado que el hecho  de  que  una  persona  se  encuentre afiliada al SISBEN en un sitio distinto del  cual   se   huye,   no   impide   el   reconocimiento   de   la   condición  de  desplazado24  pues  la  condición  de  tal  “es una  circunstancia  de  carácter  fáctico,  que  se  presenta cuando se ha ejercido  cualquier  forma  de coacción para el abandono del lugar habitual de residencia  o  de  trabajo  a  otro lugar dentro de las fronteras del Estado.”25    

Así por ejemplo, en sentencia T-1076 de 2005  esta   Corte  sostuvo  que  “la  aplicación  de  la  encuesta  Sisben como etapa previa a la concesión de beneficios a la población  marginada,  en  especial  la  inclusión  en el régimen subsidiado de seguridad  social  en  salud, no puede convertirse en un instrumento para negar el acceso a  otros  programas a favor de las personas en condiciones de debilidad manifiesta,  como  lo  es  la  asistencia  humanitaria  a  la  población  desplazada. En ese  sentido,   la   aplicación   de   la   encuesta  Sisben  y  la  entrega  de  la  identificación  correspondiente ratifican las condiciones de extrema pobreza en  que   se   encuentra  la  actora  y  su  grupo  familiar  debido  al  hecho  del  desplazamiento.”   

De igual manera, en sentencia T-496 de 2007,  la  jurisprudencia  constitucional  señaló que cuando Acción Social niegue la  inscripción  en  el  Registro  Único  de  Población  Desplazada  –RUPD-,  (i)  con  base  en un análisis  contrario  a  los  principios de buena fe y favorabilidad de los hechos narrados  en  la declaración de desplazamiento, (ii) por medio de una resolución carente  de  motivación  para  negar  la  inscripción, (iii) por causas imputables a la  administración,  (iv)  por  el incumplimiento de requisitos no contemplados por  la  ley para quedar inscrito en el RUPD o exigir cumplir con requisitos formales  desproporcionados,  (v)  porque  la  declaración  del  solicitante  incurre  en  contradicciones  o  su  explicación  de  los  hechos  del desplazamiento no son  claros,  (vi)  por  aplicación  de  la encuesta SISBEN sin que se aporten otras  pruebas  que  permitan  concluir que la persona no se encuentra en situación de  desplazamiento  y,  (vii)  porque  no  se ha tenido la oportunidad procesal para  interponer  los  recursos  administrativos que permitan controvertir las razones  expuestas  por  Acción  Social  para  negar  la  inscripción  en el RUPD, debe  procederse  a  la  inscripción  de  quien  lo  solicita,  o  la revisión de la  declaración  rendida,  o en su defecto, la recepción de una nueva declaración  siempre  que  en  el  caso  concreto  se  verifiquen  dichos supuestos de hecho.   

Ahora  bien,  en  sentencia T-328 de 2007 la  Corte  precisó  las  reglas  que rigen la inscripción en el Registro Único de  Población Desplazada de la siguiente manera:     

“En virtud de los anteriores principios la  Corte  ha  identificado una serie de reglas relativas al registro de una persona  en  el  RUPD  que  vale  la  pena  recordar. (1) En primer lugar, los servidores  públicos  deben  informar  de  manera  pronta, completa y fortuna a quien pueda  encontrarse  en  situación de desplazamiento forzado, sobre la totalidad de sus  derechos  y  el  trámite  que  deben  surtir  para  exigirlos.  (2)  En segundo  término,  los  funcionarios  que  reciben  la  declaración  y  diligencian  el  registro  sólo  pueden requerir al solicitante el cumplimiento de los trámites  y   requisitos  expresamente  previstos  en  la  ley  para  tal  fin.   (3)  En tercer lugar, en virtud del principio de buena fe,  deben  tenerse  como ciertas, prima facie, las declaraciones y pruebas aportadas  por  el  declarante.  En  este  sentido,  si  el  funcionario  considera  que la  declaración  o  la  prueba  falta a la verdad, debe demostrar que ello es así;  los  indicios  deben  tenerse  como  prueba válida; y las contradicciones de la  declaración  no  son prueba suficiente de que el solicitante falte a la verdad.  (4)  La  declaración  sobre  los  hechos  constitutivos  de desplazamiento debe  analizarse  de tal forma que se tengan en cuenta las condiciones particulares de  los   desplazados   así   como   el   principio   de  favorabilidad..  (5)  Finalmente,  la  Corte  ha sostenido que en algunos eventos  exigir  que  la  declaración  haya  sido rendida dentro del término de un año  definido  en  las normas vigentes puede resultar irrazonable o desproporcionado,  en  atención  a  las razones que condujeron a la tardanza y a la situación que  dio   lugar   el   desplazamiento   y   en  la  cual  se  encuentra  la  persona  afectada.” (negrilla fuera de texto)   

Con  base  en  los  anteriores criterios, la  Corte  procederá a analizar el sub examine  para  determinar  si  Acción  Social  ha desconocido los derechos  fundamentales  de  la  señora Adriana María Arias López y su núcleo familiar  al  negarle  la  inscripción  en  el  Registro  Único de Población Desplazada  –RUPD-.   

Del caso en concreto.  

6.-  Así  pues,  la  señora Adriana María  Arias  López  reclama  la protección de sus derechos fundamentales y los de su  familia    como    desplazada    del    Municipio   de   Valdivia   –Antioquia-  en  el  año  dos  mil ocho  (2008)     pues,     tras     acudir     a     Acción    Social    –Regional  Antioquia-  para  que  fuera  inscrita   en   el   Registro   Único  de  Población  Desplazada  –RUPD-, esta entidad se la negó bajo el  argumento  de  que  aparecía  afiliada  al  SISBEN  en  el  Municipio  de Bello  –Antioquia-.26   

De  igual forma, relata la accionante que en  el  año  de  mil  novecientos  noventa  y siete (1997) fue victima de un primer  desplazamiento     forzado     del     Municipio     de    Turbo    –Antioquia- junto a su padre, hermanos y  el  que hoy es su compañero permanente –  Eleymar  Arias  Giraldo-  debido  al cruel asesinato de su madre a  manos  de  grupos  al  margen  de  la ley. Señala que, en dicha oportunidad, su  padre  declaró  dichos  hechos ante la personería de Medellín para que fueran  inscritos   en   el   Registro  Único  de  Población  Desplazada  –RUPD- sin que dicha diligencia surtiera  efecto  alguno.  Ante  ello, su progenitor realizó la afiliación de su núcleo  familiar  en  el  Municipio  de  Bello  –Antioquia-     y     comenzó    una    nueva    vida    en    dicha  población.   

Posteriormente,  en  el  año  dos  mil  dos  (2002),  con  el  ánimo de conformar una familia, la accionante y su compañero  permanente  decidieron  partir  hacia  el  Municipio  de  Valdivia  –Antioquia-  para laborar en la cría de  ganado  y  cultivo  de  alimentos  en una finca de la región hasta que, el diez  (10)  de  febrero  de  dos mil ocho (2008) se vieron obligados a abandonar dicho  territorio  por  amenazas  de  muerte  de  la guerrilla y volver al Municipio de  Bello                  –Antioquia-.27   

Por  su  parte,  Acción  Social,  mediante  Resolución  No  5001106072  del diecisiete (17) de marzo de dos mil ocho (2008)  negó   la   inscripción   en  el  Registro  Único  de  Población  Desplazada  –RUPD-  por considerar que  las   declaraciones   realizadas   por   el  señor  Eleymar  Arias  Giraldo  no  corresponden  a  la  verdad  pues  su  desplazamiento  se  debió a una protesta  pacífica  de los campesinos de la región debido a la erradicación de cultivos  ilícitos  y  porque,  aparecía  afiliado  en  el SISBEN del Municipio de Bello  –Antioquia-.28   

Ahora bien, la Sala Octava de Revisión, con  base  en  los  parámetros  trazados por la jurisprudencia, constata que Acción  Social  –Regional Antioquia-  desconoció  los derechos fundamentales de la señora Adriana Maria Arias López  y  de  su  compañero  permanente  Eleymar  Arias  Giraldo  como desplazados del  Municipio      de      Valdivia     –Antioquia-  pues,  obró  en  contradicción  de  los  principios de  favorabilidad  y buena fe que cobijan a dichas personas como sujetos de especial  protección  debido  a  la  especial  condición  de debilidad, vulnerabilidad e  indefensión  en la que se encuentran. Recuérdese, que conforme al artículo 83  Constitucional  la buena fe en el proceder de las personas se presume y es deber  de  quien  quiera demostrar lo contrario aportar las pruebas para desvirtuar tal  presunción.   

Así  las cosas, Acción Social –Regional  Antioquia-  ha debido aportar  prueba  suficiente  para  demostrar que su proceder había sido acorde a la ley,  es  decir  demostrar  que  el  desplazamiento  de  la accionante y su compañero  permanente   había   sido   causa   directa  del  conflicto  armado  o  de  las  consecuencias   que  del  mismo  se  derivan  que,  para  el  caso  sub  examine  se  concretaba  en   la  erradicación  de  cultivos  ilícitos,  y  no por amenazas de grupos armados al  margen de la ley.    

Aunado  a  lo  anterior,  es  claro  que  la  jurisprudencia  de  esta  Corporación ha sido enfática en rechazar la conducta  de  Acción  Social de negar la inscripción en el Registro Único de Población  Desplazados  –RUPD-  a los  solicitantes,  por  encontrarse  afiliados  al  SISBEN de un sitio diferente del  cual huyen.   

En  el  caso  sub  examine  la  señora  Adriana María Arias López y su  compañero  Eleymar  Arias  Giraldo estuvieron inscritos, como beneficiarios del  padre  de  la  accionante,  en  el  SISBEN  del  Municipio de Bello –Antioquia-  hasta  el  año dos mil dos  (2002),  época  en la cual decidieron conformar un hogar aparte en el Municipio  de   Valdivia  –Antioquia-  hasta  su  desplazamiento  en  el año dos mil ocho (2008). Por ello, no le cabe  razón  a  Acción  Social  al  fundamentar  su  negativa  en el hecho de que la  peticionaria  y  su  compañero  permanente se encuentran inscritos en el SISBEN  del     Municipio     de    Bello    –Antioquia-  pues  ello  aconteció   cinco (5) años atrás del  hecho    generador   de   su   movilización   y   actualmente   se   encuentran  desprotegidos.   

Por  tales  razones,  esta Sala revocará la  decisión   tomada   por   el   Juzgado   Veinte  (20)  Penal  del  Circuito  de  Medellín   y,  en  su defecto, ordenará a la Agencia Presidencial para la  Acción     Social     y     la    Cooperación    Internacional    –Acción   Social-   inscribir   en  el  Registro       Único       de      Población      Desplazada      –RUPD-  a la señora Adriana María Aria  López  y  su  compañero  permanente,  señor  Eleymar  Arias  Giraldo, y hacer  entrega  de  todas  las  ayudas  humanitarias  de   emergencia a que tienen  derecho  por  el hecho de ser desplazados del Municipio de Valdivia –Antioquia-.   

   

III. DECISIÓN.  

En mérito de lo expuesto, la Sala Octava de  Revisión  de  la  Corte  Constitucional,  administrando  justicia en nombre del  pueblo y por mandato de la Constitución,   

RESUELVE  

Primero: REVOCAR el  fallo  de  única  instancia,  proferido  por  el  Juzgado Veinte (20) Penal del  Circuito  de  Medellín  el  día  tres (3) de septiembre de dos mil ocho (2008)  dentro  de  la  acción de tutela instaurada por la señora Adriana María Arias  López  contra  la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación  Internacional   –Acción  Social-   y  en  su  lugar  CONCEDER la  tutela  de  los  derechos fundamentales, en especial aquellos de  que  son  titulares la población desplazada, de la señora ADRIANA MARÍA ARIAS  LÓPEZ y el señor ELEYMAR ARIAS GIRALDO.   

Segundo:  ORDENAR a  la   Subdirectora  de  Atención  a  la  Población  Desplazada  de  la  Agencia  Presidencial   para   la   Acción   Social   y  la  Cooperación  Internacional  –Acción  Social-, Doctora  Claudia  Viviana Ferro Buitrago que en el término de ocho (8) días calendario,  contados  a  partir  de  la  notificación de la presente sentencia, autorice la  inscripción  en  el  Registro  Único  de  Población  Desplazada  –RUPD-  de los ciudadanos ADRIANA MARÍA  ARIAS  LÓPEZ y ELEYMAR ARIAS GIRALDO y el suministro de las ayudas humanitarias  de    emergencia    a    que    tienen    derechos    por   su   condición   de  desplazados.   

Tercero:     LÍBRESE     por  Secretaría las comunicaciones de que trata el artículo 36 del  Decreto 2591 de 1991, para los efectos allí contemplados.   

Cópiese,   notifíquese,   comuníquese,  insértese en la Gaceta de la Corte Constitucional y cúmplase.   

HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO  

Magistrado  

JUAN CARLOS HENAO PÉREZ  

Magistrado  

Magistrado  

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ  

Secretaria General  

    

1  Cuaderno 1, folio 2.   

2  Cuaderno 1, folio 9.   

3  Cuaderno 1. folio 11 y 12.   

4  Cuaderno 1, folio 17.   

5  Cuaderno 1, folio 18.   

6  Cuaderno 1, folio 20.   

7  Cuaderno 1, folios 25 y 26.   

8  Cuaderno 1, folio 44.   

9 Corte  Constitucional. Sentencias T-985 de 2003 y T-630 de 2007.   

10  Corte Constitucional. Sentencia T-985 de 2003.   

11  Corte Constitucional. Sentencia T-227 de 1997.   

12  Corte Constitucional. Sentencia T-098 de 2002.   

13  Corte Constitucional. Sentencia T-268 de 2003.   

14  Corte Constitucional. Sentencia T-669 de 2003.   

15  Corte Constitucional. Sentencia T-025 de 2004.   

16  Corte Constitucional. Sentencia T-985 de 2003.   

17  Consúltese,  Corte  Constitucional  Sentencia  T-025  de  2004  y  Auto  218 de  2006.   

18  Corte Constitucional. Sentencia  T-419 de 2003.   

19  Corte Constitucional. Sentencia T-985 de 2003.   

20  Esta Corte en la Sentencia T-025 de 2004 enumeró los  derechos  fundamentales que se desconocen por el sólo hecho del desplazamiento.  Así,  dispuso: “Entre los derechos constitucionales  fundamentales  que  resultan  amenazados  o  vulnerados  por  las situaciones de  desplazamiento  forzoso,  la  jurisprudencia  de  esta  Corte  ha  señalado los  siguientes:   

1.  El  derecho a la vida en condiciones de  dignidad  dadas (i) las circunstancias infrahumanas asociadas a su movilización  y  a  su  permanencia  en el lugar provisional de llegada, y (ii) los frecuentes  riesgos     que     amenazan    directamente    su    supervivencia.20   Los   Principios   Rectores   del  Desplazamiento  Forzado  que contribuyen a la interpretación de este derecho en  el  contexto  del  desplazamiento  forzado interno son los Principios 1, 8, 10 y  13,  que  se  refieren, entre otras cosas, a la protección contra el genocidio,  las  ejecuciones  sumarias  y  prácticas  contrarias  al  derecho internacional  humanitario    que    pongan    en    riesgo    la   vida   de   la   población  desplazada.   

2.  Los  derechos  de  los  niños,  de las  mujeres  cabeza de familia, los discapacitados y las personas de tercera edad, y  de   otros  grupos  especialmente  protegidos  “en  razón  de  las  precarias  condiciones   que   deben   afrontar   las   personas   que   son   obligadas  a  desplazarse”20.   La  interpretación  de  estos  derechos  deberá  hacerse de conformidad con lo que  establecen  los  Principios 2, 4 y 9 sobre protección especial a ciertos grupos  de desplazados.   

3.  El  derecho  a  escoger  su  lugar  de  domicilio,  en  la  medida  en que para huir del riesgo que pesa sobre su vida e  integridad  personal,  los  desplazados  se  ven  forzados a escapar de su sitio  habitual   de   residencia   y  trabajo20.  Los Principios 5, 6, 7, 14 y 15 contribuyen a la interpretación  de  este  derecho,  en  particular, a la determinación de prácticas prohibidas  por  el  derecho  internacional que impliquen una coacción al desplazamiento de  las  personas,  o  su  confinamiento  en  lugares  de los cuales no puedan salir  libremente.   

4.  Los  derechos al libre desarrollo de la  personalidad,  a la libertad de expresión y de asociación, “dado el ambiente  intimidatorio     que     precede     a    los    desplazamientos”20   y  las  consecuencias  que  dichas  migraciones  surten  sobre  la  materialización de los proyectos de vida de los  afectados,  que necesariamente deberán acoplarse a sus nuevas circunstancias de  desposeimiento.  En  la  interpretación  de  estos  derechos en el contexto del  desplazamiento   forzado   interno   son   pertinentes   los   Principios   1  y  8.   

5.  Por  las  características  propias del  desplazamiento,  quienes  lo  sufren  ven  sus  derechos económicos, sociales y  culturales    fuertemente   afectados.20.  El  alcance  mínimo  de  estos derechos ha sido interpretado de  conformidad  con  los  Principios  3,  18,  19,  y  23  a  27, que se refieren a  condiciones  para  garantizar  un  nivel  de  vida  digna,  y  el  acceso  a  la  educación, la salud, el trabajo, entre otros derechos.    

6.  En  no  pocos  casos, el desplazamiento  implica  una  dispersión  de las familias afectadas, lesionando así el derecho  de  sus  miembros  a  la unidad familiar20   y   a   la   protección   integral  de  la  familia20.   Los Principios 16 y 17 están  dirigidos,  entre  otras  cosas,   a  precisar  el alcance del derecho a la  reunificación familiar.   

7.  El derecho a la salud, en conexidad con  el  derecho  a  la vida, no sólo porque el acceso de las personas desplazadas a  los  servicios  esenciales  de  salud  se  ve sustancialmente dificultado por el  hecho    de    su    desplazamiento,   sino  porque  las  deplorables  condiciones  de  vida  que  se  ven  forzados  a  aceptar tienen un altísimo potencial para minar su estado de salud  o  agravar  sus  enfermedades,  heridas  o afecciones preexistentes.20    Los  Principios  1,  2  y  19  precisan el alcance de este derecho en el contexto del  desplazamiento forzado interno.   

8.   El   derecho   a   la   integridad  personal20,  que  resulta  amenazado  tanto  por  los riesgos que se ciernen sobre la salud de las personas  desplazadas,  como  por el alto riesgo de ataques al que están expuestos por su  condición   misma  de  desposeimiento.20  A  este  derecho  se  refieren los Principios rectores 5, 6 y 11,   

9.    El   derecho   a   la   seguridad  personal20,  puesto que el  desplazamiento  conlleva  riesgos  específicos,  individualizables,  concretos,  presentes,   importantes,   serios,   claros  y  discernibles,  excepcionales  y  desproporcionados  para  varios derechos fundamentales de los afectados. Para la  interpretación  del  alcance  de este derecho en el contexto del desplazamiento  forzado  interno  son  pertinentes los  Principios rectores 8, 10, 12, 13 y  15.   

10.  La  libertad  de  circulación  por el  territorio  nacional20 y el  derecho   a   permanecer   en   el   sitio   escogido   para   vivir20,  puesto  que la definición misma de  desplazamiento  forzado  presupone el carácter no voluntario de la migración a  otro  punto  geográfico para allí establecer un nuevo lugar de residencia. Los  principios  1,  2,  6,  7  y  14 resultan relevantes para la interpretación del  alcance    de    estos    derechos    en    relación    con    la    población  desplazada.   

11.  El  derecho  al  trabajo20 y la libertad de escoger profesión u  oficio,  especialmente  en  el  caso  de  los agricultores que se ven forzados a  migrar  a las ciudades y, en consecuencia, abandonar sus actividades habituales.  Para  la  interpretación de estos derechos resultan relevantes los principios 1  a  3,  18,  21, 24 y 25, que establecen criterios para garantizar medios para la  obtención  de  un  nivel de vida adecuado y la protección de sus propiedades o  posesiones.   

12.   El   derecho  a  una  alimentación  mínima20,  que  resulta  insatisfecho  en  un gran número de casos por los altísimos niveles de pobreza  extrema  a  los  que  llegan  numerosas  personas  desplazadas,  que les impiden  satisfacer  sus  necesidades biológicas más esenciales y repercuten, por ende,  sobre  el  disfrute  cabal  de  todos  sus  demás  derechos  fundamentales,  en  particular  sobre los derechos a la vida, a la integridad personal y a la salud.  Ello  es  especialmente  grave  cuando  el afectado es un menor de edad. Para la  interpretación  del  alcance de este derecho son pertinentes los Principios 1 a  3,  18  y  24 a 27, relativos al nivel de vida adecuado que se debe garantizar a  la población desplazada y a la asistencia humanitaria.   

13.   El  derecho  a  la  educación,  en  particular  el  de los menores de edad que sufren un desplazamiento forzado y se  han    visto    obligados,    por    ende,   a   interrumpir   su   proceso   de  formación.20. En relación  con este derecho, resultan relevantes los Principios13 y 23.   

14.   El   derecho   a   una   vivienda  digna20,  puesto  que  las  personas  en  condiciones  de  desplazamiento  tienen  que abandonar sus propios  hogares   o   lugares   habituales  de  residencia  y  someterse  a  condiciones  inapropiadas  de  alojamiento  en  los  lugares hacia donde se desplazan, cuando  pueden  conseguirlas  y  no  tienen  que vivir a la intemperie. En relación con  este  derecho,  los  Principios  18 y 21 establecen criterios mínimos que deben  ser  garantizados  a  la  población  desplazada  a fin de proveerles vivienda y  alojamiento básicos.   

15.   El  derecho  a  la  paz20,  cuyo  núcleo  esencial  abarca  la  garantía  personal  de  no  sufrir,  en lo posible, los efectos de la guerra, y  mucho  menos  cuando  el  conflicto  desborda los cauces trazados por el derecho  internacional  humanitario,  en  particular  la  prohibición de dirigir ataques  contra     la     población    civil20.Para  la  interpretación  de  este  derecho  son  pertinentes los  Principios  6,  7, 11, 13 y 21 que prohíben el desconocimiento de las normas de  derecho     internacional     humanitario     que     protegen    a    los    no  combatientes.   

16. El derecho a la personalidad jurídica,  puesto  que  por  el  hecho  del desplazamiento la pérdida de los documentos de  identidad  dificulta  su  registro  como desplazados y el acceso a las distintas  ayudas,  así  como  la identificación de los representantes legales, cuando se  trata  de  menores  de  edad  que  son  separados  de  sus familias.20  El  alcance  de  este  derecho en el  contexto   del   desplazamiento   forzado   interno  se  encuentra  expresamente  consagrado en el Principio rector 20.   

21Se  pueden  consultar,  entre otras, las sentencias T-1635 de 2000, SU-1150 de 2000,  T-258  de  2001, T-327 de 2001, T-098 de 2002, T-268 de 2003  y T-721   de 2003.   

22  Corte Constitucional. Sentencia T-985 de 2003.   

23  Corte constitucional. Sentencia T-328 de 2007.   

24  Corte Constitucional. Sentencia T-630 de 2007.   

25  Corte Constitucional. Sentencia T-328 de 2007.   

26  Cuaderno 1, folios 1 , 2 y 32.   

27  Cuaderno 1, folio 33.   

28  Cuaderno 1, folios 11 y 12,     

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *