T-230-09

Tutelas 2009

    Sentencia  ­­­­T-230-09   

Referencia:   expediente   T-2’115.415   

Accionante: Ana Cecilia Gómez  

Accionado: SUSALUD EPS  

Procedencia:  Juzgado  39 Penal Municipal de  Medellín, Antioquia   

Magistrada Ponente (e):  

Dr. CRISTINA PARDO SCHLESINGER  

Bogotá  D.C, treinta y uno (31) de marzo de  dos mil nueve (2009)   

La  Sala Sexta de Revisión de tutelas de la  Corte  Constitucional, conformada por los magistrados Cristina Pardo Schlesinger  -quien  la  preside-, Nilson Pinilla Pinilla y Humberto Antonio Sierra Porto, ha  proferido la presente   

SENTENCIA   

En  la  revisión  de la sentencia proferida  dentro     del     expediente     T-2’115.415,  por  el  Juzgado 39 Penal Municipal de Medellín, el 20 de  octubre de 2008.   

El expediente de la referencia, fue escogido  para  revisión  por  medio  de auto proferido por la Sala de Selección número  doce, el 9 de diciembre de 2008.   

I. ANTECEDENTES  

A. Hechos  

La  ciudadana  Ana  Cecilia Gómez interpuso  acción  de  tutela  para obtener la protección de sus derechos fundamentales a  la  vida,  a  la  igualdad,  a  la  dignidad humana, a la salud y a la seguridad  social,  presuntamente  vulnerados  por  la  EPS  SUSALUD, con fundamento en los  siguientes hechos:   

    

1. A  la  actora le fue diagnosticado el Síndrome de Inmunodeficiencia  adquirida  VIH-SIDA.  Debido  a  su  condición de salud requiere un tratamiento  continuo  con  medicamentos  entre  los  que  se  encuentran  EFAVIRENZ  600  mg  ZIDOVUDINA/LAMIVUDINA  300/150  mg  y  ENALAPRIL,  los  cuales tiene suspendidos  desde  hace tres meses aproximadamente. Además de las medicinas anteriores debe  estar   en   continua   toma  de  pruebas  diagnósticas  y  consultas  médicas  periódicas en la EPS.   

2. Adicionalmente, la accionante padece de hipertensión.   

3. Trabajó  para  una  empresa  hasta  el  28  de mayo de 2008 y en la  actualidad  no cuenta con un trabajo estable, a pesar de que tiene un negocio de  venta de empanadas.   

4. Desde  el  15  de  agosto  de  2008,  solicitó  a la EPS SUDALUD la  afiliación  como  trabajadora independiente. Sin embargo, no ha sido posible su  vinculación  porque,  el  día  que  se  concretó  la visita a su domicilio la  tutelante  no  se  encontraba  y  en  consecuencia,  debió  presentar una nueva  solicitud.   

5. Una  vez  presentada la nueva solicitud, el 28 de agosto de 2008, la  referida  EPS  le  manifestó  que  no  era  posible acceder a la afiliación al  régimen  contributivo  porque  no  cumplía  con  el  requisito de capacidad de  pago.      

6. En  virtud  de lo anterior, la accionante manifestó haber intentado  la  afiliación  como  beneficiaria  de  su  hermana, a finales de septiembre de  2008.  Sin embargo, este hecho fue desmentido posteriormente por la misma actora  en  declaración  rendida ante el Juzgado 39 Penal Municipal de  Medellín,  el 16 de octubre de 2008.   

7. Finalmente,  manifiesta  que  no  tiene la capacidad económica para  cubrir  los  gastos relacionados con los medicamentos, exámenes diagnósticos y  tratamientos que derivan de sus graves enfermedades.     

Con  fundamento en los anteriores hechos, la  señora Gómez solicita lo siguiente:   

    

1. La  protección  de  los  derechos  fundamentales  a  la  vida, a la  igualdad,  a  la  dignidad  humana, a la salud y a la seguridad social que se le  han  vulnerado  porque  la  EPS no ha accedido a su afiliación como trabajadora  independiente.   

2. La  garantía  en  la continuidad en los tratamientos y la atención  integral  de  éstas sin ningún tipo de interrupción, para de este modo seguir  estrictamente las instrucciones del médico tratante.     

B.  Contestación  de la  entidad demandada   

La EPS SUSALUD  

En  respuesta a la solicitud de tutela de la  actora,  la  EPS  SUDALUD  manifestó  que  se  opone  a  las pretensiones de la  demanda  por lo siguiente:   

    

1. No  se  pudo  acceder  a  la  afiliación  de la señora Ana Cecilia  Gómez  como  trabajadora  independiente por cuanto al hacer el análisis de sus  ingresos el resultado fue inferior al salario mínimo.   

2. Hasta  tanto  no  se  cumpla  con  la  capacidad  de pago, requisito  indispensable  para  acceder al régimen contributivo de seguridad social, no se  podrá admitir la afiliación.   

3. Para  los eventos en que no existe capacidad económica por parte de  las  personas,  se  encuentra  la  posibilidad  legal  de que acudan al régimen  subsidiado.   

4. La  actuación  de  la  EPS  es  legítima,  en la medida en que esa  Entidad  debe  atenerse  a  la normatividad legal del régimen al que pertenece.     

Con  fundamento  lo anterior, la EPS SUSALUD  solicitó que se negara por improcedente la presente acción.   

II.  EL  FALLO  QUE  SE  REVISA   

Mediante fallo del 20 de octubre de 2008, el  Juzgado  39  Penal  Municipal  de  Medellín, decidió negar por improcedente la  presente  acción.  Sin  embargo,  ordenó  a  la  EPS, en aras de garantizar la  atención  y  el cumplimiento de las obligaciones legales por parte de la misma,  que  en  el término de 48 horas procediera a orientar a la solicitante para que  solicitara  la  vinculación  al  régimen  subsidiado de salud, brindándole la  ayuda  que requiriera. Adicionalmente,  previno a la Entidad accionada para  que   en   el   futuro   no   se   siguieran   llevando   a  cabo  ese  tipo  de  conductas.   

El  fundamento de las anteriores decisiones,  se fundamentó en las siguientes consideraciones:   

    

1. De  los  hechos narrados por la accionante se concluye que: i) es un  persona  portadora del VIH, por lo que su situación de salud la pone en calidad  de  sujeto  de  especial  protección del Estado. ii) es necesario determinar si  con  la  conducta  de  la  EPS se lesionan o no los derechos fundamentales de la  actora,    por    no    brindarle    el    tratamiento    requerido   para   sus  enfermedades.   

2. Pese  a  que  se  trata  de  un  sujeto  de especial protección, la  accionante  debe estar cubierta por el sistema de salud para que pueda acceder a  los servicios que requiere.   

3. La  negativa de la EPS para afiliarla como trabajadora independiente  en  el  régimen  contributivo  de  salud,  responde  a  la  falta  de capacidad  económica  de  la  actora  con el fin de que cubra las cotizaciones periódicas  que debe sufragar.   

4. Al  ser cuestionada la señora Gómez en el Juzgado por su capacidad  económica,  manifestó  que era propietaria de un negocio de venta de empanadas  y  éste  le  permite  sufragar  los  gastos  de  las  cotizaciones  al  sistema  contributivo.   

5. La  accionante  se  retractó  respecto  del  hecho  de  que  había  solicitado su afiliación como beneficiaria de su hermana.   

6. Es  evidente que la EPS debió brindar orientación a la accionante,  sobre  todo  a esta persona que hace parte de un grupo poblacional especial, con  el  fin  de  que acuda a la Dirección Seccional de Salud de Antioquia, para que  bajo     la     figura     de     “participantes  vinculados” se le brinde temporalmente la asistencia  médica requerida mientras es vinculada al régimen subsidiado.   

7. Se  concluye  que  la  EPS SUSALUD, en ningún momento ha negado los  medicamentos  y  la  atención  integral  a la accionante, puesto que ella misma  manifestó  haber  sido  atendida  bajo  el programa “salud en casa” y haber  recibido un buen tratamiento acorde para su condición de salud.   

8. La  EPS  tiene  una  obligación  de  orientar  e informar sobre las  opciones  de  afiliación  o vinculación al sistema general de salud que tienen  las  personas que han perdido su capacidad de pago. En consecuencia, la EPS debe  colaborarle  a  la  usuaria  en  los  respectivos  trámites  porque  así lo ha  dispuesto la jurisprudencia de la Corte Constitucional.     

Por todo lo anterior, el Juzgado de instancia  no  encontró  una relación entre la pretensión de la accionante y la conducta  desplegada   por   la   EPS  accionada  porque  no  existe  una  responsabilidad  contractual  con  la actora. La obligación que permanece en cabeza de la EPS es  la  de  asesorar  a  la  señora  Gómez  con  el  fin  de  que  pueda lograr su  vinculación en salud al régimen subsidiado.   

Obran las siguientes:  

    

* Copia  de fórmulas médicas expedidas por el médico tratante de la  EPS  SUSALUD  que  datan  del 28 de mayo de 2008 y en las que se le formulan los  medicamentos    EFAVIRENZ    600   mg   ZIDOVUDINA/LAMIVUDINA   300/150   mg   y  ENALAPRIL.   

* Copia  de  la  prueba de entrega de documentos para afiliación como  cotizante  independiente,  entregados  por  la  actora a la EPS SUSALUD el 28 de  agosto de 2008.   

* Copia  de  la cédula de ciudadanía en la que consta que la señora  Ana Cecilia Gómez nació el 18 de marzo de 1954.     

IV.    CONSIDERACIONES    DE     LA  CORTE   

1.  Competencia  

La  Sala  Sexta  de  Revisión de Tutelas es  competente  para  decidir  este  asunto,  de conformidad con lo dispuesto en los  artículos  241, numeral 9o., de la Constitución, y 31 a 36 del Decreto 2591 de  1991.   

2. Problema Jurídico  

Corresponde a la Sala examinar si la Entidad  Promotora  de Salud accionada ha vulnerado los derechos fundamentales a la vida,  a  la  igualdad,  a  la  dignidad humana, a la salud y a la seguridad social, al  haber   negado  la  afiliación  como  trabajadora  independiente,  al  régimen  contributivo  del  Sistema General de Seguridad Social, a la señora Ana Cecilia  Gómez, que padece de una enfermedad catastrófica.   

Con  el  fin  de  dar  solución al problema  jurídico,  se  analizará  (i)  el  derecho a la salud como derecho fundamental  autónomo  y la adopción de medidas por parte del Estado para impedir todo tipo  de  discriminación  sobre  determinados  grupos  poblacionales; acto seguido se  estudiará   lo  relativo  a  (ii)  la  obligación  que  tienen  las  Entidades  Promotoras  de  Salud  con  el fin de dar continuidad a los tratamientos que han  venido  desarrollando  a  pacientes  que  por una u otra circunstancia no pueden  continuar  cotizando  o tienen que cambiar del régimen contributivo de salud al  subsidiado   y,   por   último,   (iii)   se   entrará   a  analizar  el  caso  concreto.   

    

1. El  derecho  fundamental a la salud de las personas con enfermedades  catastróficas  como  el VIH-SIDA y la adopción de medidas por parte del Estado  para  impedir  todo  tipo  de  discriminación  sobre  este  grupo  poblacional.  Reiteración de jurisprudencia     

El  derecho a la salud ha sido estudiado de  manera   muy   amplia   por   la   jurisprudencia   de   esta  Corte1   

.  A  través de los múltiples y continuos  fallos  se  ha  dado  aplicación  a  este  derecho  tanto  por  vía de control  abstracto  como  por vía de control concreto de constitucionalidad en el que se  ha  determinado  su  alcance  constitucional  que se concreta en la realización  efectiva  de  este  derecho  dentro  del  marco  del  Estado  Social de Derecho,  contenido en el artículo 1º de la Carta Magna.   

Así por ejemplo, en la sentencia T-1041 de  2006  esta Corporación hizo referencia al artículo 49 de la Constitución y, a  los  tratados  internacionales  en  materia de derechos humanos, ratificados por  Colombia  en  los  que  se  ha  dispuesto  que  la  Salud, es, antes que todo un  servicio   público,   cuya   organización,  reglamentación  y  dirección  se  encuentra  en  cabeza del Estado. De conformidad con esas normas, es a esa   Entidad  a  la  que  le  corresponde  garantizar  que este servicio se preste de  manera   efectiva,   dentro  del  marco  de  los  principios  de  universalidad,  solidaridad  y  eficiencia.  Adicionalmente,  agregó la referida sentencia, con  sustento  en la sentencia T-016 de 2007, que le corresponde al Estado garantizar  la  orientación  del  servicio  del  servicio  de salud para alcanzar los fines  consagrados en el artículo 2º del Estatuto Superior.   

De otro lado, el derecho a la salud alcanza  un  carácter  particular  en  cuanto  a que se le ha reconocido su carácter de  fundamental  y  que  por lo tanto puede ser protegido a través de la acción de  amparo.   A   esta   conclusión  ha  llegado  en  la  Corte  a  partir  de  una  interpretación  de  normas  que  integran  el  bloque  de  constitucionalidad y  acudiendo  a  la  opinión  del  Comité  de  Derechos  Económicos,  Sociales y  Culturales  (CDESC) que fija las directrices que deben ser tenidas en cuenta por  los  Estados  en  materia  de  DESC  y que ha definido la salud como  “(…)  un  derecho  humano fundamental e indispensable para el  ejercicio   de   los  derechos  humanos”2.   

Respecto  a la fundamentalidad o no de este  derecho  se  ha  tejido  toda  una discusión jurisprudencial que partió de una  primera  concepción  restringida,  especialmente  fundamentada  en  la doctrina  tradicional  que  contiene  una categorización de derechos fundamentales que se  divide  en  dos:  en primer lugar los prestacionales y, en segundo lugar, los no  prestacionales.  Adicionalmente,  dentro  de  esta  doctrina  cabe la discusión  respecto  de  los mecanismos procesales de los que se puede hacer uso para hacer  exigible  el  cumplimiento de los derechos que forman parte de cada uno de estos  bloques.   

La  doctrina  que  refería al derecho a la  salud,  por  su componente prestacional, es clara en negar su  carácter de  iusfundamental,  razón por  la  cual,  su protección no es de competencia del juez de tutela, a no ser que,  en  cada  caso  concreto  se determinara su conexidad con un derecho fundamental  como  la  vida  o  la  dignidad  humana, pero en todo caso la jurisprudencia que  seguía  esta  corriente  siempre  fue  clara en determinar que frente a ciertos  sujetos  como los niños, los discapacitados, los presos, los desplazados, etc.,  la salud es un derecho fundamental.   

Ahora   bien,   en  otro  estadio  de  la  jurisprudencia  y dada la constante transformación de los Derechos Económicos,  Sociales       y       Culturales       (DESC)3,  hoy en día se le reconoce a  la  salud  el  carácter  al  derecho  fundamental,  cuya  protección puede ser  exigible   por   vía   de   tutela    siempre   y  cuando,  se  supere  la  indeterminación  que  impide que se puedan reclamar prestaciones concretas y se  encuentre  definido  el  sujeto  obligado,  el  beneficiario  y las prestaciones  exigibles.   Frente   a   esta  posición  jurisprudencial  se  puede  consultar  múltiples                 sentencias4,   dentro  de  las  que  cabe  destacar la sentencia T-434 de 2006:   

“es  factible  afirmar  que  la  salud  es  un  derecho  fundamental  que envuelve –como  sucede  también  con todos los  demás  derechos  fundamentales-  prestaciones  de  orden  económico  a  fin de  garantizar  de  modo  efectivo  su  protección. Ahora bien, tal como se indicó  más  arriba  es  preciso no confundir la fundamentalidad del derecho a la salud  con  los  costos  en  los  que  se hace necesario incurrir para lograr su eficaz  protección.  A  ese respecto es muy clara la observación 14 del Comité cuando  admite  que  el  Pacto  “establece  la  aplicación  progresiva y reconoce los  obstáculos  que  representan los limitados recursos disponibles.” Lo anterior  no  significa,  sin  embargo,  que  la salud deje de ser un derecho fundamental.  Justamente  en este sentido, agrega la observación 14, el Pacto también impone  a  los Estados Partes diversas obligaciones de efecto inmediato (…) “como la  garantía   de  que  ese  derecho  será  ejercido  sin  discriminación  alguna  (párrafo  2  del  artículo  2) y la obligación de adoptar medidas (párrafo 1  del  artículo  2)  en  aras  de  la  plena  realización del artículo 12. Esas  medidas  deberán  ser  deliberadas  y  concretas  e  ir  dirigidas  a  la plena  realización del derecho a la salud.”   

En esa misma sentencia la Corte señaló que  en  el  caso  de  las  personas  que  padecen del Síndrome de Inmunodeficiencia  Humana   (VIH),  las  consideraciones  antes  señaladas  toman  una  relevancia  especial  si  se  tiene  en  cuenta  que ellas afrontan una serie de necesidades  particulares  que obligan al Estado y a la Sociedad a otorgarles una protección  reforzada5.  En  cuanto  a dicha protección,  la sentencia T-769 de 2007  dijo lo siguiente:   

“Al respecto, en la observación general  número  14  el CDESC llamó la atención a propósito del notable cambio que se  ha  producido  a  partir  de  la  aprobación  de los pactos de Nueva York en la  situación  mundial  de  la salud. Además de las profundas transformaciones que  se  han  suscitado  en  cuanto  al  concepto del derecho a la salud, debido a la  consideración  de  elementos  determinantes como la distribución de recursos y  el  enfoque  de  género,  se  ha  tenido  en cuenta la preocupante difusión de  enfermedades  para las cuales no han sido creadas aún soluciones definitivas en  el  ámbito médico, como ocurre con el cáncer y el caso emblemático del VIH y  el  síndrome  de la inmunodeficiencia adquirida SIDA. La acuciante necesidad de  resolver  esta situación de proporciones mundiales ha renovado los esfuerzos de  la  comunidad  científica  y  ha puesto de presente el impostergable compromiso  por  parte  de  los  Estados  de  llevar  a cabo las actuaciones necesarias para  garantizar  en  estos  casos  el  máximo  nivel  posible  de  atención  a  sus  necesidades.   

En  la  mencionada observación el Comité  hizo  especial  énfasis  en  la  obligación  exigible  a  los  Estados que han  ratificado  el  PIDESC  de  brindar  condiciones  especiales  a las personas que  sufren  tales  enfermedades  con  el  objetivo  de  poner  fin  a las prácticas  discriminatorias  que  tradicionalmente  los  han  separado de la posibilidad de  gozar  de  las  prestaciones  de  salud  que  requieren.  En  tal  sentido, hizo  explícito  el deber de garantizar la accesibilidad física a estas personas, lo  cual  supone  una  obligación  acentuada  en  cabeza  del Estado de promover el  acceso  efectivo a los establecimientos, bienes y servicios de salud6.  A  su vez,  llamó  la  atención  sobre  la  necesidad  de  ofrecer  programas  eficaces de  prevención  y  educación para evitar la propagación del virus a través de la  promoción  de  comportamientos  saludables  relacionados  con la salud sexual y  genésica7.  Para terminar, haciendo eco de lo establecido en la observación  general             número             38, recalcó que la atención en  salud  y  el  acceso  a  los  aspectos  determinantes  de  ésta  no puede estar  condicionada  en forma alguna a elementos discriminatorios que consideren, entre  otros  aspectos,  el  padecimiento  de  estos  males9.”   

De  otro  lado,  la  Organización  de  la  Naciones  Unidas, a través de su Programa Conjunto sobre el VIH/sida (ONUSIDA),  en   el  “Informe  sobre  la  epidemia  mundial  de  sida”   publicado  en  agosto  de  200810,  encontró  una   serie   de   “hallazgos  clave”11  en  torno a esta epidemia mundial, que a continuación  se enuncian:   

    

* “El  éxito  a  largo plazo de la respuesta a la epidemia del VIH  exigirá  que  se avance constantemente en atender las cuestiones de violaciones  de     derechos     humanos,     desigualdad     entre    sexos,    estigma    y  discriminación.”     

    

* “Invertir  considerablemente  en la educación de las niñas, con  el  respaldo  de  políticas  que  impongan  la educación primaria y secundaria  universal  obligatoria,  reduciría en forma significativa el riesgo de contagio  del   VIH   y  la  vulnerabilidad  frente  al  virus  para  las  mujeres  y  las  niñas.”     

    

* “Los  programas  fundamentados  en pruebas para establecer normas  de  igualdad  entre  sexos  deben  adecuarse  a  las  situaciones  con  especial  atención    a    las    iniciativas    centradas    en   varones   jóvenes   y  adultos.”     

    

* “Los  gobiernos  nacionales  y los donantes internacionales deben  dar  prioridad  a  las  estrategias para aumentar la independencia económica de  las  mujeres y a las reformas legales que reconozcan los derechos de propiedad y  herencia de las mujeres.”     

    

* “Todos  los  países  deben  asegurar el estricto cumplimiento de  las  medidas  contra  la  discriminación para proteger a las personas que viven  con el VIH.”     

* “El  tercio  de  países que carecen de amparos legales contra la  discriminación  por  el VIH deben promulgar esas leyes inmediatamente. Además,  los  países deben proteger contra la discriminación a las poblaciones en mayor  riesgo  y  garantizar  que  se les reconozcan los mismos derechos humanos que al  resto de la población.”     

    

* “Los    países    deben    incluir    estrategias    contra   la  estigmatización,  como  elementos  integrales  de  sus  planes nacionales sobre  sida,  invertir  en  una  amplia variedad de actividades que incluyan: campañas  desensibilización  pública  y  de  difusión  de  los  derechos  de  cada uno,  servicios  jurídicos  para  las  personas  que viven con el VIH, expansión del  acceso  a  medicamentos antirretrovíricos y expresiones de solidaridad nacional  en la respuesta al VIH.”     

    

* “Es  necesario reunir mucho más apoyo económico y técnico para  que  las organizaciones y redes de personas que viven con el VIH y los grupos en  mayor  riesgo  de  contraer  la  infección  por  el  VIH  puedan  fortalecer su  capacidad.”     

   

Si  se examina el primero de los hallazgos,  uno  de los mecanismos propuestos para combatir esa gran epidemia es atender las  cuestiones   de   violación  de  los  derechos  humanos,  invirtiendo  recursos  económicos  para  atender la desigualdad entre los sexos, la estigmatización y  la discriminación de las personas que la padecen.   

En  criterio  de  la  Sala  y atendiendo al  problema   central   de   la   presente   tutela,   uno  de  los  mecanismos  de  estigmatización  y discriminación es precisamente el referente a la dificultad  que  tienen  los  afectados  por el virus del SIDA de acceder a los servicios de  salud  o  al  hecho  de  que  se  les  someta  a  llevar  a  cabo  infinidad  de  procedimientos administrativos para que se los presten.   

Con el fin de dar solución a los problemas  señalados  anteriormente, esta Corte, desde la Sentencia SU-256 de 1996, impuso  al  Estado  actuaciones  en  dos  sentidos:  (i)  la  adopción  de  estrategias  encaminadas  a  conjurar  el surgimiento de ideas fundadas en la discriminación  y,  en segundo término, (ii) el diseño y realización de programas que aborden  y  reparen  de  manera  eficaz  la  persistencia  de  tales  ideas  a través de  proyectos   educativos   y   de  inclusión  social12.      

Finalmente,   desde  el  punto  de  vista  constitucional  y  con miras a la realización del Estado Social de Derecho, tal  y  como  se  anunció  al  principio de este numeral, el tratamiento que se debe  conceder  a  las  personas  afectadas  con  el  SIDA,  con el fin de que cese la  marginación  o  discriminación  es  el  de  sujetos  de  especial  protección  constitucional.  Esta  consideración  que  deriva  del  mandato contenido en el  inciso  2º del artículo 13 de nuestra Carta hace imperativa la realización de  actuaciones  positivas y expeditas por parte del Estado con el fin de garantizar  el   goce   pleno   de   los  derechos  de  ese  grupo  poblacional.     

    

1. La  obligación  que tienen las Entidades Promotoras de Salud con el  fin  de  dar  continuidad  a  los  tratamientos  que  han venido desarrollando a  pacientes  que  por una u otra circunstancia no pueden seguir cotizando o tienen  que  cambiar  del  régimen contributivo de salud al subsidiado. Reiteración de  jurisprudencia     

El  análisis  de  la  continuidad de los  servicios  de  salud  ha sido abordado desde la perspectiva de la prestación de  un  servicio  público,  de conformidad con lo establecido en el artículo 49 de  la  Carta  Constitucional.  En  consonancia con esta disposición constitucional  hace  necesaria la remisión a otras disposiciones de la Carta como el artículo  365  que  pone  de  presente  la  estrecha  relación que existe entre el Estado  Social   de   Derecho   y  los  servicios  públicos  porque  “(e)s  deber  del  Estado asegurar su prestación eficiente a todos los  habitantes del territorio nacional”.   

Una de las característica propias y de las  garantías  del  Estado frente a la prestación de los servicios públicos es la  consistente  en  garantizar  que  éstos  sean  prestados  de  manera continua y  permanente.  En  virtud  de  su  importancia,  y  teniendo  en  cuenta que su no  realización  pone  en  peligro bienes jurídicos, la Corte ha sido enfática en  declarar  el  carácter  impostergable  de  la prestación de dichos servicios y  sólo     en     casos     muy     excepcionales13, de conformidad con la ley y  atendiendo  a lo que ordena la Constitución se puede suspender sus prestación,  pero en todo caso no puede ser más que por un lapso determinado.   

En  lo que tiene que ver con el servicio de  salud,  esta Corte ha manifestado que el paciente que ha iniciado un tratamiento  médico  con  el  fin  de  tratar  una  dolencia determinada, tiene el derecho a  reclamar   a  través  de  la  acción  de  amparo  la  continuación  de  dicho  tratamiento  teniendo en cuenta que, no sólo el servicio público de salud debe  ser   continuo   en   virtud  de  la  Constitución,  sino  que  adicionalmente,  “el  comportamiento  de la entidad perteneciente al  sistema  de  seguridad social ha generado una expectativa a la persona, amparada  en  el  ordenamiento bajo el principio de la confianza legítima, que le permite  reclamar          su          continuación14”.   

Visto  lo anterior, y teniendo en cuenta lo  que  se  dijo  en  el  numeral  3  del capítulo IV de esta providencia, existen  ocasiones  en  donde  la  continuidad  en  el  servicio  de  salud no guarda una  relación  estrecha  con  el  derecho  a  la  vida, a la dignidad humana u otros  derechos  fundamentales,  es  decir  no  siempre  existe conexidad entre aquel y  éstos,  sin  embargo  es necesario entrar a proteger el derecho a la salud como  derecho   fundamental  autónomo.  La  razón  para  que  se  lleve  a  cabo  la  protección  autónoma del derecho consiste en que la continuidad en el servicio  de  salud  se  convierte  en  una  adaptación del principio de progresividad en  materia  de Derechos Económicos Sociales y Culturales. Lo anterior quiere decir  que  cuando  un  paciente  acude al Sistema General de Seguridad Social en Salud  como  afiliado  a  cualquiera  de los regímenes establecidos en la ley y dentro  del  sistema  se  le  presta atención a una enfermedad, este hecho determina un  nivel  de  progreso que de conformidad con el enunciado principio, no es posible  su  terminación  repentina  porque  sería tanto como echar marcha atrás en el  compromiso   que   ha  adquirido  el  Estado  en  materia  de  salud15.   

En  concordancia  con  lo  anterior,  esta  Corporación  ha sido enfática en señalar que no pueden ser excusas aceptables  para  negar la atención médica ya iniciada a un afiliado, los casos en que una  persona  deja de tener una relación laboral o suspenda su afiliación por pocos  meses.  En estos eventos el servicio debe garantizarse por la entidad de salud a  la   que   se  encontrara  afiliado  el  usuario,  hasta  tanto  éste  adquiera  condiciones  de  estabilidad  en  las  cuales  no exista amenaza de sus derechos  fundamentales16.  Esta  garantía  ha  sido  ratificada  por  la sala plena de esta  Corporación en el siguiente sentido:    

“…En  efecto,  si  la  persona deja de  tener  una  relación  laboral,  deja  de  cotizar  al régimen contributivo del  Sistema  de  Salud  y  no  se  encuentra vinculada de ninguna otra forma a dicho  régimen,  pero  estaba  recibiendo  un servicio específico de salud, se pueden  distinguir  dos  situaciones  posibles:  (a) que la vida y la integridad de  la  persona  dependan del servicio médico específico que se está recibiendo y  (b)  los  demás  casos.  En  la  primera  situación, constitucionalmente no es  admisible  que  se  interrumpa  el  servicio  de salud específico que se venía  prestando,   pues,   de  acuerdo  con  la  jurisprudencia  constitucional,  ello  implicaría  sacrificar  el  goce  efectivo  de  los  derechos  a la vida y a la  integridad  de  una  persona.  Son  entonces  las EPS que prestaban en cada caso  específico   el  servicio  requerido  las  que  deben  garantizar,  en  primera  instancia,  que  la  prestación del mismo no se suspenda; en segunda instancia,  la  obligación  de  garantizar  la  continuidad  en la prestación del servicio  será   responsabilidad  de  la  entidad  o  las  entidades  a  las  cuales  les  corresponda  seguir  atendiendo  a  la  persona,  dependiendo  de  la situación  jurídica   y   económica   en   la   que   ésta   se   encuentre.17″   

Suspender de manera repentina el servicio de  salud  a  una  persona  a  la  que  se le ha venido suministrando puede poner en  peligro  los  derechos  fundamentales  de  los  usuarios  del Sistema General de  Seguridad  Social.  Para  efectos  de  establecer el alcance de los derechos que  tienen  los  usuarios  a  no ser víctimas de interrupciones constitucionalmente  inválidas  en la prestación de los servicios de salud, esta Corte ha señalado  algunos                   criterios18  que  deben  tener en cuenta  las  EPS  e  IPS,  tanto del régimen contributivo como del régimen subsidiado,  tal y como sigue:   

    

* Las  prestaciones  en  salud  tienen  que  ofrecerse  de  manera  eficaz, regular, permanente y gozar de un alto índice de  calidad y eficiencia.     

    

* Las  entidades  prestadoras  del  servicio  deben   ser   diligentes   en  las  labores  que  les  corresponde  desarrollar,  absteniéndose  de  realizar  actuaciones  ajenas a sus funciones y de omitir el  cumplimiento  de  obligaciones  que  conlleven la interrupción injustificada de  los servicios o tratamientos.     

    

* Los usuarios del sistema de salud no pueden  ser  expuestos  a  engorrosos e interminables trámites internos y burocráticos  que puedan comprometer la permanencia del servicio.     

    

* Los    conflictos    contractuales   o  administrativos  que  puedan  presentarse  entre  las  distintas  entidades o al  interior  de la propia empresa de salud, no constituyen justa causa para impedir  el  acceso  de  sus  afiliados  a  la  continuidad,  permanencia y finalización  óptima de los servicios y procedimientos médicos prescritos.     

    

* En  ningún  caso se podrá interrumpir el  servicio  de salud específico que se venía prestando, cuando de él depende la  vida  o  la integridad de la persona, hasta tanto la amenaza cese u otra entidad  asuma el servicio.     

    

* Las decisiones de las E.P.S., de suspender,  desafiliar  o  retirar  a  un usuario del Sistema General de Seguridad Social en  Salud,  no  pueden adoptarse de manera unilateral y deben estar precedidas de un  debido proceso administrativo.     

Con fundamento en lo anterior, los jueces de  tutela  pueden  evaluar  la  procedencia  de las acciones de tutela tendientes a  garantizar  la continuidad de los servicios de salud19   

.  

Con   fundamento   en   las   anteriores  consideraciones  pasa la Sala a estudiar el caso concreto, para dar solución al  problema jurídico planteado.   

    

1. El caso concreto     

Por  medio  de  la  presente  solicitud  de  amparo,  la  accionante  solicita la protección de sus derechos fundamentales a  la  vida,  a  la  igualdad,  a  la  dignidad humana, a la salud y a la seguridad  social  que presuntamente han sido vulnerados por la EPS SUSALUD al haber negado  su  afiliación  como  trabajadora independiente al Sistema General de Seguridad  Social  en  Salud,  por  no  contar  con la capacidad económica suficiente para  ello.   

De otro lado, la EPS SUSALUD manifiesta que  no  ha  vulnerado  derecho  fundamental  a la actora, porque si bien ella venía  cotizando  como  empleada, ahora que no tiene vínculo laboral no cumple con los  ingresos  necesarios  para  que  sea afiliada como trabajadora independiente. En  consecuencia,  dicha  EPS  considera  que  en  sus actuaciones se han ceñido al  marco legal.   

Vistas  las  posiciones  de cada una de las  partes,  pasa  la  sala a determinar la procedencia de la presente acción, para  entrar   finalmente  a  determinar  si  la  EPS  SUSALUD  vulnera  los  derechos  fundamentales  de  la  actora  con  la  negativa  a aceptar su afiliación en el  régimen contributivo de Salud.   

5.1  Procedencia de la acción de tutela en  el presente caso   

Teniendo en cuenta que la acción de tutela  es  un  mecanismo  de protección de los derechos fundamentales y en el presente  caso  se  solicita  principalmente la protección de éstos con el fin de que se  le  garantice  la  continuidad  de  su  servicio de salud y de esta manera poder  seguir  siendo  tratada  de  su  enfermedad  de  SIDA  y demás dolencias que la  aquejan,  además que la actora no cuenta con otro mecanismo de defensa judicial  que  le  proporcione una solución expedita a su pretensiones, esta Sala, viendo  que  se  trata  de  una persona que está revestida por una especial protección  constitucional,  en virtud de su debilidad manifiesta, considera que la presente  acción de tutela es procedente.   

En consecuencia, se pasará a analizar si la  EPS  vulneró los derechos fundamentales en entredicho y si dicha entidad debió  haber   garantizado   la   continuidad   en   los   servicios  de  salud  de  la  actora.   

     

1. A  la accionante se le debió haber garantizado la continuidad en el  servicio  hasta  que  la accionante estuviera afiliada al régimen subsidiado de  salud      

Del  análisis  del  expediente,  la  Sala  encuentra  que  la  conducta  de  la EPS no se ajusta a los parámetros ni de la  jurisprudencia  nacional,  ni  de las normas internacionales de derechos humanos  que  hacen  parte  del  bloque  del  constitucionalidad y que como tales sirven,  junto con la Carta de marco de valoración para el presente caso.   

Al  momento de iniciar la presente acción,  la  tutelante  no tenía vínculo laboral alguno y, en consecuencia se le había  suspendido  el  servicio  de  salud  por parte de la EPS SUSALUD a la que venía  cotizando   con   anterioridad  en  vigencia  de  un  contrato  de  trabajo.  La  terminación   del  vínculo  contractual  trajo  como  consecuencia  que  a  la  accionante  se  le suspendiera el servicio de salud, poniendo en peligro su vida  debido  a  que no pudo continuar con el tratamiento médico, ni los medicamentos  para tratar dicha enfermedad y las demás que la aquejan.   

Con  fundamento  en  esos  hechos,  la Sala  encuentra  que  la  EPS  SUSALUD  llevó  a  cabo una actuación que lesiona los  derechos  fundamentales  de  la  accionante,  porque  en  el  momento  en que se  presenta  la  novedad  de  desafiliación  por  parte  de  su  empleador  debió  continuar  prestando  los  servicios  a  la actora, sobre todo por la enfermedad  catastrófica  que  la  aqueja,  hasta  tanto  se  dilucidara  si  podía  estar  vinculada  al  régimen  contributivo  o,  en  su defecto hasta el momento en la  actora fuera admitida dentro del régimen subsidiado de salud.   

La  actuación de la EPS vulnera el derecho  fundamental  aútónomo  a la salud y pone en peligro la vida de la misma. No se  puede  olvidar  que  la EPS SUSALUD a pesar de que es un ente privado, presta un  servicio  público  y  como tal debe atenerse a los parámetros constitucionales  que   establecen   la   continuidad   del   mismo,   tal   y   como   arriba  se  examinó.   

Una actitud como la asumida por la EPS pone  en  peligro inminente la vida de las personas que, como en el caso de la actora,  se  le  venía llevando a cabo un tratamiento para su enfermedad catastrófica y  para la hipertensión que la aquejan.   

El  tratamiento a los usuarios del régimen  contributivo,  que  por  una  u  otra  circunstancia  han  dejado  de  pagar sus  cotizaciones  y  padecen de enfermedades que venían siendo tratadas antes de la  mora  en  sus  pagos  o  la  desafiliación de parte de su antiguo empleador, no  puede  ser  el  del  afiliado  a  un club social que deja de pagar sus cuotas de  sostenimiento,  en  donde  ordinariamente son expulsados, porque el derecho a la  salud   no  es  privilegio  de  unos  pocos  sino  que  nos  favorece  a  todos,  independientemente   de   nuestra  condición  económica,  social  o  cultural.   

En  las tareas que implican la movilidad de  uno   a  otro  sistema,  sobre  todo  en  tratándose  de  sujetos  de  especial  protección  constitucional,  no  se puede dejar desamparado al usuario sino que  debe  existir un acompañamiento efectivo de asesoría y constante comunicación  que   permita   resolver   de   la   mejor   manera   el   tratamiento   de   la  enfermedad20   

.  

   

Por  lo anterior, en el presente asunto, la  Sala  revocará  el fallo único de instancia que se limitó a dar una atención  parcial  a  los derechos de la accionante y por lo tanto, tutelará los derechos  fundamentales  de  la  actora  a  la  vida  y  a  la  salud. En consecuencia, se  ordenará  a la EPS lo siguiente, siempre y cuando en la actualidad la actora no  se  encuentre  vinculada  a  la  EPS  SUSALUD  o  a  alguna  otra  del  régimen  contributivo,    ni    se    haya    afiliado    efectivamente    al    régimen  subsidiado:   

    

1. Dentro  de las 48 horas siguientes a la notificación de la presente  providencia,  la  EPS  SUSALUD  dará continuidad al tratamiento integral de las  enfermedades que padece la actora   

2. Ordenará  orientar  a  la  actora  en  lo  relativo a los trámites  pertinentes  hasta  que  se  concrete  la  afiliación  en  alguno  de  los  dos  regímenes  de  afiliación  el  Sistema  General  de Seguridad Social en Salud.   

3. Finalmente,  prevendrá  a  la  EPS  SUSALUD  para  que en el futuro  informe  y  oriente  a  los  usuarios  sobre  los  mecanismos  de afiliación al  régimen subsidiado de salud.     

Las órdenes impartidas tienen como objetivo  que  en  adelante, no exista un solo instante de desprotección a la actora como  hasta  el  momento de la interposición de la presente acción de tutela, venía  ocurriendo.   

V. DECISIÓN  

En mérito de lo expuesto, la Sala Sexta de  Revisión  de  la  Corte  Constitucional,  administrando  justicia en nombre del  pueblo, y por mandato de la Constitución Política,   

RESUELVE  

PRIMERO: REVOCAR la  sentencia  única  de  instancia  proferida por el Juzgado 39 Penal Municipal de  Medellín,  Antioquia,  en  la  que se negó  por improcedente el amparo de  los  derechos  fundamentales  de la señora Ana Cecilia Gómez, identificada con  la  cédula  de  ciudadanía  32.524.159 de Medellín, Antioquia y, en su lugar,  CONCEDER  el  amparo tutelar  definitivo  de  sus  derechos  a  la  salud  y a la seguridad social.   

SEGUNDO:   En  consecuencia  con  lo  anterior,  ORDENAR a  la  EPS  SUSALUD,  por conducto de su representante legal o quien  haga sus veces, lo siguiente:   

    

1. Dentro  de las 48 horas siguientes a la notificación de la presente  providencia,  dar  continuidad  al  tratamiento integral de las enfermedades que  padece la actora   

2. Dentro  de las 48 horas siguientes a la notificación de la presente  sentencia  y  si  no  lo  ha  hecho,  orientar  a la actora en lo relativo a los  trámites  pertinentes hasta que se concrete la afiliación en alguno de los dos  regímenes  de  afiliación  al  Sistema  General  de Seguridad Social en Salud.     

TERCERO: PREVENIR a  la  EPS SUSALUD para que en el futuro informe y oriente a los usuarios sobre los  mecanismos  de  afiliación  al  régimen  subsidiado  de  salud  y adelante los  tratamientos  médicos  que  se  le  venían concediendo a los usuarios mientras  estaba   vigente   su   vinculación,   hasta   tanto   se   vincule   al  nuevo  régimen.   

CUARTO:   Por  Secretaría  General de la Corte, LÍBRESE  la comunicación de que trata el artículo 36 del Decreto 2591 de  1991, para los efectos allí contemplados.   

CRISTINA PARDO SCHLESINGER  

Magistrada  

NILSON PINILLA PINILLA  

Magistrado  

Magistrado  

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ  

Secretaria General  

    

1    Entre   las   más   recientes  sentencias cabe destacar las siguientes:   

En control abstracto de constitucionalidad:  C-065 de 2005, C-355 de 2006, C-1032 de 2006, C-463 de 2008   

En  control concreto de constitucionalidad  T-1202  de  2004,  T-099 de 2006, T-060 de 2006, T-1238 de 2005, T-1162 de 2004,  T-354  de  2005,  T-1110  de 2004, T-1107 de 2004, T-666 de 2004, T-307 de 2006,  T-836  de  2005,  T-101  de  2006,  T-190 de 2007, T-917 de 2007, T-114 de 2008,  T-138 de 2008, T-148 de 2008, T-158 de 2008, T-286 de 2008.    

2  Observación general número 14 sobre “El  derecho  al  disfrute  del  más  alto  nivel  posible de salud  (artículo  12  del  Pacto  Internacional  de  Derechos  Económicos, Sociales y  Culturales)” Párrafo 1.   

3  Así  se  planteó  en la sentencia SU-819 de 1999 de  esta Corte.   

4  Dentro  de  las  sentencias que dan un tratamiento al  derecho  a  la  saludo  como  fundamental, se encuentran: T-1076/04,                       T-1163/04,                       T-1188/04,                       T-314/05,                       T-378/05,                       T-412/05,                       T-722/05,                       T-912/05,                       T-1313/05,                       T-1328/05,                       T-1330/05,                       T-1331/05,                       T-305/06,                       T-308/06,                       T-362/06,                       T-697/04,                       T-672/06,                       T-837/06,                       T-887/06,                       T-964/06,                       T-984/06,                       T-1066/06,                       T-102/07,                       T-200/07,                       T-261/07,                       T-270/07,                       T-299/07,                       T-300/07,                       T-361/07,                       T-515/07,                       T-648/07,                       T-763/07,                       T-001/08   

5  Frente este punto la Corte manifestó en la sentencia  T-1218  de  2005  lo  siguiente:  “Su enfermedad los  hace  particularmente  vulnerables  a  todo tipo de segregación social, sexual,  económica  y  laboral,  convirtiéndolos  en  una  población  propensa  a  ver  vulnerada  su dignidad y sus derechos a la igualdad, intimidad, salud, seguridad  social  y  trabajo”.  Esta  misma  posición  se ha  sostenido  en  otras  sentencias  entre las que se encuentran  laT-469/04 y  T-434 de 2006, entre otras.   

6  Observación  general  número  14 sobre “El derecho  al  disfrute  del  más  alto  nivel  posible  de  salud (artículo 12 del Pacto  Internacional   de  Derechos  Económicos,  Sociales  y  Culturales)” Párrafo 12.   

7  Párrafo 16.   

8  Observación  general número 3 sobre “La índole de  las  obligaciones  de  los  Estados partes (párrafo 1 del artículo 2 del Pacto  Internacional   de  Derechos  Económicos,  Sociales  y  Culturales)”.   

9  Textualmente,    el    Comité    señaló    lo    siguiente:   “18.  En  virtud  de lo dispuesto en el párrafo 2 del artículo 2 y  en  el  artículo  3,  el Pacto prohíbe toda discriminación en lo referente al  acceso  a  la  atención de la salud y los factores determinantes básicos de la  salud,  así como a los medios y derechos para conseguirlo, por motivos de raza,  color,  sexo,  idioma,  religión,  opinión política o de otra índole, origen  nacional  o  posición  social,  situación  económica,  lugar  de  nacimiento,  impedimentos  físicos  o  mentales,  estado  de  salud (incluidos el VIH/SIDA),  orientación  sexual y situación política, social o de otra índole que tengan  por  objeto  o  por  resultado la invalidación o el menoscabo de la igualdad de  goce  o  el  ejercicio  del  derecho  a  la  salud”.   

10 El  texto  original  del  informe fue publicado en inglés, sin embargo, el texto en  español  del  mismo  se  puede obtener en la siguiente dirección electrónica:  http://www.unaids.org/es/KnowledgeCentre/HIVData/GlobalReport/2008/2008_Global_report.asp    

11  Los referidos hallazgos se pueden consultar de manera  profunda  con  los  soportes analíticos y estadísticos desde la página 64 del  informe en idioma español.   

12 En  sentencia   SU-256  de  1996  la  Sala  Plena  de  esta  Corporación  precisó:  “El  Estado  no puede permitir tal discriminación,  básicamente  por  dos  razones:  Primera,  porque la dignidad humana impide que  cualquier  sujeto  de  derecho  sea  objeto de un trato discriminatorio, pues la  discriminación,  per  se,  es  un  acto  injusto  y  el  Estado  de  derecho se  fundamenta   en   la   justicia,   con  base  en  la  cual  construye  el  orden  social”.   

13  Corte    Constitucional,    Sentencia    T-618   de  2000   

14  Sentencias  T-1198  de 2003, T-1210 de 2003, T-699 de  2004,  T-924  de  2004,  T-436  de  2006,  T-837  de  2006, T-769 de 2007, entre  otras.   

15  Así  ha  ocurrido  en diferentes providencias en las  cuales  la  Corte  ha  concedido el amparo del derecho a la salud de mujeres que  venían  disfrutando  de  tratamientos  de fertilidad ofrecidos por parte de las  Empresas  Promotoras  de  Salud a las cuales se encontraban afiliadas en calidad  de  cotizantes  o  beneficiarias.  Se  ha  reconocido que a pesar de que el Plan  Obligatorio  de  Salud  POS  excluye  este  tipo de tratamientos, su iniciación  genera  la  obligación  de  continuidad  en el tratamiento específico, en cuyo  caso  si  bien  puede  ocurrir una violación a distintos derechos fundamentales  –como el derecho al libre  desarrollo  de  la personalidad y la dignidad humana- tales lesiones sólo hacen  evidente   el   vínculo   inescindible   que  comunica  a  todos  los  derechos  fundamentales;  pues  la  decisión adoptada por el juez de tutela, en últimas,  se  encuentra  encaminada  a  garantizar  la protección del derecho a la salud.  Sentencias T-572 de 2002 y T-746 de 2002, entre otras.   

16  Al  respecto se puede consultar la sentencia T-413 de  1999.   

17  Corte    Constitucional,    sentencia    C-800   de  2003.   

18  Dichos  criterios  se pueden extraer, entre otras, de  las  Sentencias  T-1198  de 2003, T-1218 de 2004, Sentencia T-128 de 2005, T-246  de 2005  y T-354 de 2005, T-420 de 2007, T-183 de 2008.   

19  A  propósito  de  la  procedencia  de  la acción de  tutela  con el fin de garantizar la continuidad de los servicios de salud, en la  sentencia  T-183  de 2008 proferida por esta Corte se hizo un resumen de algunos  de  los eventos en donde se había garantizado ese derecho y que a continuación  se transcriben:     

* “En  la  sentencia  T-281  del 25 de junio de 1996, este Tribunal  Constitucional  ordenó al Seguro Social practicar una intervención quirúrgica  a  una  persona  que no se encontraba afiliada por haber sido desvinculada de su  trabajo,   debido   a   que   el   procedimiento   se   le   había  recomendado  inicialmente.”   

* “En  la  sentencia T-396 del 28 de mayo de 1999, la Corte ordenó  a   una  EPS   culminar el tratamiento quirúrgico en el sistema óseo  al  que  había  sido sometida una persona, a pesar de que ella había alcanzado  su  mayoría  de  edad y en consecuencia había perdido el derecho a la pensión  de sobreviviente por la muerte de su padre.”   

* “Mediante   sentencia  T-829  del  25 de octubre de 1999, la  Corte   ordenó a Salud Total E.P.S. concluir el tratamiento de extracción  de    las    cordales   de   la   accionante,   y   sostuvo    ‘…sin importar la razón por la cual  se  extingue  la  vinculación  con una E.P.S., ésta está obligada a continuar  con  los  tratamientos  que  ha  iniciado  hasta su culminación, cuando esto es  posible,  o  hasta cuando el ex usuario adquiera cierta estabilidad que lo aleje  de  un  peligro  de  muerte,  en  casos extremos, de manera que no es posible la  suspensión  abrupta  de los servicios frente a un tratamiento iniciado, siempre  y  cuando  con ello se amenace o vulnere un derecho constitucional con carácter  fundamental   o  uno  que  no  tenga  este  carácter,  pero  que  se  encuentre  inescindiblemente     vinculado     a     uno     que    lo    tenga’.”   

* “En  otra  oportunidad, a partir de la  sentencia  T-1278 del 30 de noviembre de 2001, el Alto Tribunal ordenó a Humana  Vivir  E.P.S.  seguir  adelantando  el tratamiento para la afección de leucemia  crónica  que  se le venía prestando a la paciente, el cual le fue interrumpido  cuando su empleador reportó su desvinculación.”   

* “También   puede   mencionarse   la  sentencia  T-273  del 18 de abril de 2002, en la que se ordenó a la E.P.S. Cruz  Blanca  practicar  a  la  paciente el examen de telemetría ordenado y continuar  con el tratamiento.”   

* “Otro  de  los  precedentes  sobre  la  materia  es  la  sentencia  T-680  de  2004  por  medio  de  la  cual  la  Corte  Constitucional  ordenó  a  Coomeva  EPS  la  realización de una histerectomía  abdominal   a  una  señora  de  44  años,  prescrita  con  anterioridad  a  la  terminación  del  vínculo  laboral,  a  pesar que en ese momento la señora se  encontraba  desafiliada  al  sistema,  con base en el argumento que ‘La   atención  en  salud  no  puede  interrumpirse  por  la  entidad  promotora  de  salud  de manera abrupta bajo el  argumento  de falta de afiliación del paciente, pues ello compromete el derecho  a  la  salud  en  conexidad con la vida’. ”   

* “Por  último  la  sentencia   T-969  de  2004  en la que se  ordenó  a la E.P.S del I.S.S., Seccional Guajira, que realizara las diligencias  necesarias  para  que  a  la  peticionaria  se  le  practicara  la intervención  quirúrgica  prescrita,  consistente en una terapia endovascular, como parte del  tratamiento  indicado  y  autorizado por la misma entidad desde el año anterior  pero  que  no  había  sido  realizada  debido  a  que   la  accionante  se  encontraba desafiliada.”      

20  El  deber  de  acompañamiento  a  los  afiliados que  cambian  de uno a otro régimen de salud ha sido reiterado por la jurisprudencia  de   esta   Corte,   entre  otras,  en  las  sentencias  T-088/08 T-557/06 T-702/06.      

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