T-384-09

Tutelas 2009

    Sentencia T-384-09  

Referencia: expediente T-2191219  

Acción  de  tutela  instaurada  por  Miguel  Arnulfo   López   Ortega   y   otros   contra   el   Municipio  de  San  Marcos  (Sucre)   

Magistrada Ponente:  

Dr. María Victoria Calle Correa   

         

Bogotá, D.C., veintiocho (28) de mayo de dos  mil nueve (2009)   

SENTENCIA  

en  el proceso de revisión de las sentencias  adoptadas  por  el Juzgado 2do.  Promiscuo Municipal de San Marcos (Sucre),  el  11  de Noviembre de 2008, y por el Juzgado Promiscuo del Circuito San Marcos  (Sucre),  el 19 de Diciembre de 2008, dentro de la acción de tutela interpuesta  por  Miguel  Arnulfo  López  Ortega  y  otros contra el Municipio de San Marcos  (Sucre).1   

     

I. ANTECEDENTES     

     

1. Hechos     

1.1.  Arnulfo  Miguel Ortega López, Bladimir  Sierra  Ocho,  William  Farid  Dumar Arabia, Aníbal Arabia Ortega, Roberto Luis  Villegas  Cuello,  Elvers  Gustavo  Imbeth  Ricardo,  Cesar  Eduardo Osorio Gil,  Cristo  Rafael  Carriazo  Pérez,  William Darío Jiménez Otero, Emigdio Ramón  Surmay  Vergara, Servio Moisés Ruíz Contreras, Lucy del Carmen Vergara Tejada,  Fredy   Eduardo  Peña  Benítez  y  Maty  Luz  Vergara  Díaz,  quienes  fueron  concejales  del  Municipio  de  San  Marcos  (Sucre)  en  el  periodo 2004-2007,  interpusieron  acción  de  tutela el 27 de Octubre de 2008, porque consideraron  que  dicho  municipio  vulneró  sus  derechos  fundamentales  al trabajo y a la  igualdad,  al  haber liquidado sus honorarios sin tener en cuenta el 100% de los  gastos   causados  por  viáticos  devengados  por  el  Alcalde  en  el  periodo  2004-2007.    

1.2. Según los actores, estos derechos fueron  violados  porque  no  se  aplicó   el  Art.  20 de la Ley 617 de 2000 a la  liquidación  de  sus honorarios, en consecuencia, la liquidación se hizo sobre  la  base  del  100%  del  salario  básico  legal diario del acalde, teniendo en  cuenta  los  gastos  de  representación  que  le  fueron  reconocidos, pero sin  incluir  el 100% de los gastos causados por viáticos devengados por aquel en el  periodo  2004-2007.   Para  sustentar  su  posición  señalan  que algunos  jueces  municipales  de  Sampués – El Roble (Sucre), la Unión (Sucre), Corozal  (Sucre),  Buenavista (Córdoba), Pueblo Nuevo (Córdoba) y un juez promiscuo del  circuito      de      San     Marcos     (Sucre)2,  tutelaron  los  derechos  de  algunos  concejales  y  en consecuencia,  tuvieron en cuenta el 100% de los  viáticos  reconocidos al alcalde, en la liquidación  de los honorarios de  otros                   concejales.3 Los demandantes solicitaron al  juez  considerar  los  fallos  de  otros  jueces que protegieron los derechos de  concejales   en  circunstancias  similares,  y  que  se  ordene  “al       municipio       de       San      Marcos      –  Sucre,  representado legalmente por  el  Doctor  CECILIO  MANUEL  ACOSTA  BRAVO o quien haga sus veces para que en el  término  razonable  que  usted  indique  a  la  notificación  de la sentencia,  proceda  a  crear  la  partida  presupuestal  si  no  existiere o a realizar las  operaciones  presupuestales  necesarias para garantizar el reconocimiento y pago  debidamente  indexado de los honorarios correspondientes al 100% diario legal de  los  viáticos  que  se  le  hallan  cancelado  señor  Alcalde  de  San  Marcos  –  Sucre,  en el periodo  comprendido  desde  el 1 de Enero de 2004 al 2007, y que no fueron liquidados en  debida forma a mis poderdantes.”   

1.3.  El  30  de  Octubre de 2008, el Alcalde  encargado  de  San  Marcos  contestó  la  demanda,  argumentando  que  para  la  liquidación  de  los  honorarios de los concejales, la ley no autoriza tener en  cuenta  los  factores  salariales  que se consideran para la liquidación de las  prestaciones  sociales  del  alcalde y los demás empleados públicos de la rama  ejecutiva,   entre   los   cuales   están   los   viáticos  y  los  gastos  de  representación.4   Teniendo  en  cuenta el  Art.   20  de  la Ley 617 de 2000, el Alcalde sostuvo que los honorarios de  los  concejales  se  liquidaron  con  base en el salario diario devengado por el  alcalde.  Además,  consideró  que  los  demandantes  violaron  el principio de  inmediatez  porque fueron concejales en el periodo 2004-2007 y dejaron pasar dos  años,   sin  utilizar  herramientas  judiciales  para  proteger  sus  derechos.  Finalmente,  la  Alcaldía  manifestó que la tutela no es el medio idóneo para  reclamar  modificaciones  en la liquidación de unos honorarios y su pago.    

     

1. Sentencias Objeto  de Revisión y Apelación     

2.1. El Juzgado 2do.  Promiscuo Municipal  de  San  Marcos  – Sucre,  mediante  sentencia  del 11 de Noviembre de 2008, negó el amparo solicitado por  las  siguientes  razones:  El  juez  consideró  que  en  este  caso  se estaban  disputando   intereses   patrimoniales   y   no   derechos   fundamentales,  por  consiguiente   la   controversia   no   correspondía  al  juez  de  tutela.  El  reconocimiento  de  los  viáticos  del  alcalde  en  el periodo 2004-2007, para  liquidar  los  honorarios  de  los  concejales  y  hacer el correspondiente pago  indexado,  debe intentarse a través de la acción de nulidad y restablecimiento  del  derecho,  interpuesta ante la jurisdicción del contencioso administrativo.  Excepcionalmente,  las pretensiones de los actores podrían solicitarse mediante  acción  de  tutela,  si aquellos fuesen víctimas de un perjuicio irremediable,  evento  en  el  cual  debe presentarse la tutela como mecanismo transitorio para  evitar  dicho  perjuicio.    En el presente caso, la acción de tutela  no   fue   presentada  como  mecanismo  transitorio  para  evitar  un  perjuicio  irremediable y en todo caso, dicho perjuicio tampoco fue probado.   

Además,   la liquidación supuestamente  equivocada  de  los  honorarios  de  los concejales, no afectó su mínimo vital  porque  no  se  probó  que  las sumas dejadas de considerar en la liquidación,  fueran  la  principal  fuente  de subsistencia de los actores.  Tampoco fue  vulnerado  el derecho al trabajo de los demandantes, porque no se les impusieron  restricciones   para  realizar  actividades  económicas.   Finalmente,  la  primera  instancia  judicial  consideró  que  no  está  obligada  a acatar las  sentencias  de otros jueces respecto de casos similares, por consiguiente, no se  vulneró  el derecho a la igualdad de los demandantes, por decidir en un sentido  diferente al adoptado por otros jueces en casos semejantes.    

2.2. Este fallo fue impugnado mediante escrito  del  14  de  Noviembre de 2008, complementado por el escrito del 18 de Noviembre  del  mismo  año.   La  parte  demandante  afirmó  que  el juez de primera  instancia  consideró  asuntos diferentes al problema de la demanda, a saber, la  posible  vulneración del derecho a la igualdad y al trabajo de los demandantes,  teniendo   en   cuenta   que  algunos  jueces  ampararon  los  derechos  de  concejales   de  otros  municipios,   en  iguales  circunstancias  que  los  concejales  demandantes.   Se  resaltó  que  a través  de la acción  tutela  no  se  pretendía  lograr  el  pago  de unas acreencias laborales, sino  restablecer  el derecho a la igualdad entre dos grupos de concejales tratados de  forma  desigual  por  jueces  de  la república. A juicio de los accionantes, la  sola   discriminación   de   la  que  son  víctimas  constituye  un  perjuicio  irremediable.   

Los  actores afirmaron que teniendo en cuenta  el  Artículo  83 de la Constitución Nacional, lo manifestado por ellos en  la  acción  de  tutela  sobre  la  violación  de  los derechos al trabajo y al  mínimo  vital  se  tiene  por  cierto,  y  es  la  parte  demandada la que debe  desvirtuar  la  afirmación,  cosa  que  jamás  se  hizo  en  el proceso.   Finalmente,  expresaron  que  era  posible  tutelar  el derecho del trabajador a  obtener   el   pago   cuando   resultase   afectado   su   mínimo   vital,   en  consecuencia,   además  de  insistir  en  la  protección  de los derechos  invocados  en  la  acción  de  tutela,  en la impugnación del fallo de primera  instancia    se    pidió    la   protección   del   mínimo   vital   de   los  accionantes.     

2.3.  El  proceso  fue  conocido  en  segunda  instancia  por  el  Juzgado  Promiscuo  del  Circuito  San  Marcos  –  Sucre,  que mediante fallo del 19 de  Diciembre  de  2008  revocó  el  fallo  de  la primera instancia.  El juez  consideró  que  la acción de tutela  no puede usarse para obtener el pago  de  acreencias  laborales  cuando existen otros medios judiciales efectivos para  reclamarlas,  excepto cuando resulta afectado el mínimo vital o el derecho a la  igualdad  de  los trabajadores por la ausencia de pago de esas acreencias.   En  este  caso, el juez consideró  que se había vulnerado el derecho a la  igualdad  de los concejales demandantes, porque a estos no les fueron protegidos  sus  derechos,  tal y como fueron protegidos los derechos de otros concejales en  circunstancias  semejantes.  Como  los  mecanismos de defensa judicial ordinaria  son  ineficaces  para  proteger  el derecho a la igualdad de los accionantes, el  juez   revocó   el   fallo  de  la  primera  instancia  y  tuteló  el  derecho  invocado.    

Por  consiguiente,  se concedió “un  término  de  Diez  (10)  días  calendarios  a partir de la  Notificación  de  este  fallo,  para que el señor Alcalde del Municipio de San  Marcos  Sucre,  Doctor  CECILIO  MANUEL  ACOSTA  BRAVO,  o quien haga sus veces,  proceda  a  crear  la  partida  presupuestal  o  hacer los respectivos traslados  presupuestales,  o  realizar  las  operaciones  presupuestales  necesarias  para  garantizar  debidamente indexada el pago de las sumas de dinero que por concepto  de  los  honorarios,  han  dejado  cancelar  a  cada  uno  de  los  accionantes,  correspondiente  al  100%   diario legal de los viáticos percibidos por el  Alcalde  de  esta  localidad  durante  el  periodo  comprendido  entre los años  2004-2007.”            

2.4. El 2 de Abril de 2009, la Defensoría del  Pueblo  insistió  para que las sentencias de este proceso, fueran seleccionadas  y revisadas por esta Corporación.    

     

I. CONSIDERACIONES Y  FUNDAMENTOS     

     

1. Competencia     

Esta   Sala   de  Revisión  de  la  Corte  Constitucional  es competente con fundamento en lo dispuesto por los Artículos.  86,  Inciso  segundo,  y  241,  Numeral noveno de la Constitución Política, en  concordancia   con  los  Artículos  33,  34,  35  y  36  del  Decreto  2591  de  1991.   

     

1. La  acción  de  tutela de este proceso es improcedente     

2.1.  De  acuerdo con el Numeral  1 del  Artículo   6  del  Decreto  2591  de 1991, la acción de tutela no procede  “Cuando  existan otros recursos o medios de defensa  judiciales,  salvo que aquella se utilice como mecanismo transitorio para evitar  un  perjuicio  irremediable.  La  existencia de dichos medios será apreciada en  concreto,  en  cuanto  a  su  eficacia,  atendiendo las circunstancias en que se  encuentra  el  solicitante.  Se  entiende por irremediable el perjuicio que solo  pueda ser reparado en su integridad mediante una indemnización.”   

De  lo  anterior  se  infiere  el  carácter  subsidiario  de  la acción de tutela, mecanismo no diseñado para sustituir los  procedimientos  ordinarios,  ni  para  convertirse en una instancia adicional de  discusión  de  los  asuntos  propios de otras jurisdicciones. Como la tutela no  converge  con  las vías judiciales ordinarias previstas por el legislador, para  el   interesado   no   es  discrecional  escoger  entre  aquellas  y  el  amparo  constitucional.  Los  medios  ordinarios serán la vía principal y directa para  la  discusión  del derecho y la acción de tutela sólo operará como mecanismo  subsidiario  y  excepcional  para  la  protección  inmediata  de las garantías  constitucionales  fundamentales  que  no  tengan  otro medio de resguardo, en la  forma  y  casos  previstos en el Artículo 86 de la Constitución Política y en  el       Decreto       2951       de      1991.5   

La  tutela tampoco es un último o adicional  recurso,  cuando  la litis ya ha sido resuelta en su sede natural y allí se han  observado  las garantías constitucionales, pues en tal caso, ha de estarse a lo  decidido  en  el  respectivo proceso, así no corresponda a las expectativas del  interesado;  el  juez  ordinario,  al  actuar  en  ejercicio de sus competencias  constitucionales  y legales, agota la jurisdicción del Estado para pronunciarse  sobre  el  asunto  planteado, salvo los casos en que, bajo precisas causales, el  mismo  ordenamiento permite los recursos extraordinarios o, excepcionalmente, la  acción             de            tutela.6 En la sentencia T-108 de 2003,  dijo esta Corporación al respecto:   

“La  acción  de tutela como mecanismo de  defensa    subsidiario   y   residual,   para   la   protección   de   derechos  constitucionales   fundamentales  vulnerados  o  amenazados  por  la  acción  u  omisión  de cualquier autoridad pública o de los particulares, procede solo en  los  casos  que señale la ley, y no es suficiente que se alegue la vulneración  o  amenaza  de  un derecho fundamental, para que se legitime automáticamente su  procedencia,  pues si bien esta circunstancia constituye un presupuesto básico,  es  indispensable  además,  verificar  la existencia o no del medio judicial de  defensa   y   llegado  el  caso,  la   eficacia  del  mismo.”7    

Por  tanto,  la  inactividad  de  la  parte  interesada  frente  al  ejercicio  de  los  medios  ordinarios  de  defensa, por  desidia,  desinterés  o  cualquier  otra  consideración propia de su esfera de  decisión,  impide acudir posteriormente ante el juez constitucional, menos aún  cuando  con  la  tutela  se  pretende   modificar  o  dejar  sin  valor una  providencia  judicial  y  afectar  el  principio  de   cosa  juzgada que la  reviste.8  Si  la persona renuncia expresa o tácitamente a los mecanismos de  defensa  que  el  ordenamiento jurídico a puesto a su alcance para proteger sus  derechos  y  garantías,  asume  las  consecuencias de su inacción, pues en tal  caso,  la  posible  afectación  de la esfera individual está tolerada o por lo  menos  permitida  por  el  propio interesado, quien no puede luego pretender que  por  vía  de  tutela  se reabran etapas o discusiones que ya fueron clausuradas  válidamente  dentro del sistema judicial o que quedaron definidas por efecto de  la  caducidad  o  la  prescripción  de  la acción.9   Sobre   este  requisito  de  procedibilidad,   la   Corte   reiteró   en   Sentencia   T-886   de   2005  lo  siguiente:   

“No   obstante   lo   anterior,   esta  Corporación    en    reiterada    jurisprudencia10  ha  precisado  en relación  con   las  vías  de  hecho  que  hacen  viable  la  acción  de  tutela  contra  providencias  judiciales, que no se puede acudir a este mecanismo constitucional  pretextando    una    violación   de   derechos   fundamentales,   con   la  oculta  intención  de  controvertir  asuntos  litigiosos  decididos  en  forma  definitiva  en  las instancias legales correspondientes, o  como    una    manera    de   revivir   términos  judiciales  precluidos,  o bien con miras a subsanar los  yerros  cometidos  en  el  curso  de los procesos en virtud de los cuales se han  dejado  de practicar pruebas o interponer los recursos que permiten una adecuada  defensa  judicial,  omisión que conlleva la pérdida  del   derecho   que   se  reclama,  pues  ello  desvirtuaría  por  completo  la  excepcionalidad  de  la acción de tutela concebida por el Constituyente de 1991  como  un mecanismo de protección de los derechos constitucionales fundamentales  vulnerados  o  amenazados  por la acción u omisión de las autoridades o de los  particulares  en  los  estrictos  casos  señalados  por  la  Constitución y la  ley.11” (Se subraya)   

Así, por ejemplo, en un caso relacionado con  el  silencio  guardado  por  la  interesada frente a los autos que declararon la  extemporaneidad  de  unas  excepciones  y  aprobaron  la  liquidación final del  crédito dentro de un proceso ejecutivo, la Corte señaló:   

“De  la misma manera, es claro que cuando  el  ciudadano  ha  tenido  al  alcance un mecanismo judicial ordinario, adecuado  para  la  defensa  de  sus  derechos e intereses y no ha hecho uso del mismo, no  puede,  luego,  interponer una acción de tutela con el fin de subsanar su falta  de diligencia en el trámite del proceso.   

En  este  sentido, bien puede reiterarse lo  expresado  por esta Corte respecto de que, tratándose de instrumentos dirigidos  a  la  preservación  de  los derechos, el medio expedito es el proceso judicial  ordinario.”12   

2.2.  En  el  presente  caso, no se observan  circunstancias   que   hubiesen   impedido  razonablemente  a  los  demandantes,  interponer   la   acción   de   nulidad  y  restablecimiento  del  derecho  del  Artículo   85  del  Código Contencioso Administrativo, mecanismo judicial  efectivo  para  controvertir la decisión administrativa por la cual se liquidó  y  ordenó  el  pago  de  sus  honorarios,  así  como  tampoco  para obtener el  restablecimiento  de los derechos presuntamente vulnerados.  Como la tutela  es  un  mecanismo  subsidiario  de  defensa  judicial,  no puede utilizarse para  sustituir  los mecanismos judiciales ordinarios.  Teniendo en cuenta que la  tutela  no  converge  con  los  instrumentos  judiciales  ordinarios,  para  los  demandantes  no  era discrecional escoger entre aquellos y la acción de tutela;  los  medios  ordinarios  son  la vía principal y directa para la discusión del  derecho  y  la  acción  de  tutela  sólo  opera  como  mecanismo subsidiario y  excepcional,  para  la  protección inmediata de las garantías constitucionales  fundamentales  que  no  tienen  otro  medio  de resguardo. La inactividad de los  concejales  frente  al ejercicio de los medios ordinarios de defensa, les impide  acudir  posteriormente  ante  el  juez  constitucional.   Si los concejales  renunciaron  tácitamente  a  los  mecanismos  de  defensa  que  el ordenamiento  jurídico  ha puesto a su alcance para proteger sus derechos y garantías, deben  asumir  las  consecuencias  de  su  inacción,  pues  en  tal  caso,  la posible  afectación  de la esfera individual está tolerada o por lo menos permitida por  ellos  mismos.  Los concejales demandantes tuvieron al alcance un mecanismo  de  defensa  judicial  ordinario,  efectivo  para  la  defensa de sus derechos e  intereses  y  no  han  hecho  uso  del  mismo,  no pueden, luego, interponer una  acción  de  tutela  con  el  fin  de  subsanar  su  falta  de diligencia.    

Así   pues,   considerando  (i)  que  los  concejales   demandantes   no   hicieron   uso   de  la  acción  de  nulidad  y  restablecimiento  del  derecho,  mecanismo  judicial eficaz para controvertir la  decisión  administrativa  por  la  cual  se  liquidó  y ordenó el pago de sus  honorarios,  o  por  lo  menos  no  se  probó  que  hubieran  hecho  uso de tal  mecanismo;   (ii)   que   no  aparece  justificación  razonable  para  que  los  accionantes  hubiesen  dejado  de  usar un mecanismo de defensa judicial eficaz;  (iii)  que  la acción de tutela no se interpuso como mecanismo transitorio para  evitar  un  perjuicio irremediable y (iv) que este  tampoco fue probado, la  Corte    debe   declarar   improcedente   la   acción   de   tutela   de   este  proceso.     

En mérito de lo expuesto, la Sala Segunda de  Revisión  de  la  Corte  Constitucional,  administrando  justicia en nombre del  pueblo, y por mandato de la Constitución Política,   

RESUELVE:  

Primero.-     DECLARAR     improcedente  la  acción  de  tutela  interpuesta  por  por  Miguel  Arnulfo  López  Ortega  y  otros contra el Municipio de San Marcos (Sucre), por  las   razones   expuestas  en  la  parte  motiva  de  esta  sentencia.   En  consecuencia,   REVOCAR  el  fallo  proferido  por  el Juzgado Promiscuo del Circuito San Marcos –  Sucre,  el  19 de Diciembre de 2008,  dentro  de  la  acción de tutela interpuesta por Miguel Arnulfo López Ortega y  otros  contra  el  Municipio de San Marcos (Sucre), por las razones expuestas en  la parte motiva de esta sentencia.   

Segundo.-  LIBRESE  por  Secretaría la  comunicación  de  que trata el Art. 36 del Decreto 2591 de 1991, para los fines  allí establecidos.   

Notifíquese, comuníquese, insértese en la  Gaceta de la Corte Constitucional y cúmplase.   

MARIA  VICTORIA  CALLE  CORREA   

Magistrada  

GABRIEL  EDUARDO MENDOZA  MARTELO   

Magistrado  

LUIS  ERNESTO  VARGAS  SILVA   

Magistrado  

MARTHA  VICTORIA SACHICA  MENDEZ   

Secretaria General  

    

1 El 27  de  Enero  de  2009,  el  Juzgado Promiscuo del Circuito San Marcos –  Sucre  remitió a la secretaría de  la  Corte  Constitucional el expediente de tutela, el cual fue recibido por esta  el  11  de febrero del mismo año. El 13 de febrero de 2009, el expediente pasó  a  sala  de  revisión  y  el  2  de  abril  de  2009, la Defensoría del Pueblo  insistió  para  que  la  Corte  Constitucional  lo seleccionara para revisión.  Conocida  la  insistencia  del  Defensor  del  Pueblo  por la Sala de Selección  Número  Cuatro,  el  23  de  abril  del 2009, dicha sala seleccionó los fallos  mencionados,    que    fueron    repartidos    a    este    despacho   para   su  revisión.   

2 Cuyos  fallos se aportan al proceso.    

3  Acción  de  tutela.  Documento  para dar explicación de puntos alegados por el  demandado  en  la  contestación  de la demanda, presentado el 6 de Noviembre de  2008.     

4 Para  liquidar  las  prestaciones  sociales   a  que tienen derecho los empleados  públicos  y  trabajadores  oficiales  de  los entes territoriales, se tienen en  cuenta  factores  salariales previstos en los Artículos 17, 33, 45 (Literal i),  46  del  Decreto  1045  de  1978  y  el   Decreto  1919 de 2002 (Art.   1).   

5  Sentencia T-510 de 2006 de la Corte Constitucional.    

6  Sentencia T-510 de 2006 de la Corte Constitucional.    

7  Sentencia T-108 de 2003 de la Corte Constitucional.   

8  Sentencia T-510 de 2006 de la Corte Constitucional.    

9 Puede  verse la sentencia T-315 de 2005 de la Corte Constitucional.   

10  Sentencias  T-557  de  1999,  T-1655  de  2000, T-610 y T-968 de 2001, T-1221 de  2001,  T-255  de  2002,  T-924  y  T-926  de 2002, T-168 de 2003, T-917 de 2003,  T-1144 de 2003, T-320 de 2004 de la Corte Constitucional.   

11  Sentencia T-390 de 2005 de la Corte Constitucional.   

12  Sentencia T-1140 de 2005 de la Corte Constitucional.     

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