T-571-13

Tutelas 2013

           T-571-13             

Sentencia T-571/13    

DERECHO A LA EDUCACION ESPECIAL DE MENORES CON   CAPACIDADES ESPECIALES-Protección   constitucional    

La preeminencia de los derechos de los niños sobre los   de los demás (art. 44 superior) y su carácter de sujetos de especial   protección, conlleva la obligación estatal, social y familiar de asistirlos y protegerlos para garantizar su desarrollo   armónico e integral y el ejercicio pleno de sus facultades, todo lo cual es   corroborado en instrumentos internacionales que también imponen esa   protección de los derechos de los menores de edad, entre ellos la educación.    

DERECHO A LA EDUCACION DE MENORES CON TALENTOS O   CAPACIDADES EXCEPCIONALES-Fundamental    

DERECHO A LA EDUCACION DE MENORES CON TALENTOS O   CAPACIDADES EXCEPCIONALES-Vulneración   por Secretaría de Educación Distrital al no ofrecer programas educativos   adecuados a menor con coeficiente intelectual muy superior    

DERECHO A LA EDUCACION DE MENORES CON TALENTOS O   CAPACIDADES EXCEPCIONALES-Orden a SED   inscriba al niño como beneficiario de los programas de subsidios o becas para   personas con talentos o capacidades excepcionales    

Referencia:   expediente T- 3799708    

Acción de tutela instaurada por Claudia Cardona Londoño   en representación de un hijo menor de edad, contra la Secretaría de Educación   Distrital de Bogotá, SED.    

Procedencia:  Juzgado Treinta y Ocho Civil Municipal de Bogotá.    

NILSON PINILLA PINILLA    

Bogotá, D.   C., veintiséis (26) de agosto de dos mil trece (2013).    

La   Sala Sexta de Revisión de la Corte Constitucional, integrada por los magistrados   Nilson Pinilla Pinilla, Jorge Ignacio Pretelt Chaljub y Alberto Rojas Ríos, en   ejercicio de sus competencias constitucionales y legales, ha proferido la   siguiente    

SENTENCIA    

En   la revisión del fallo único de instancia proferido por el Juzgado Treinta y Ocho   Civil Municipal de Bogotá, dentro de la acción de tutela instaurada por Claudia   Cardona Londoño en representación de su hijo Luis Hartmann Cardona, menor de   edad, contra la Secretaría de Educación Distrital de Bogotá, SED.    

El   asunto llegó a la Corte Constitucional por remisión que hizo dicho despacho   judicial, según lo ordenado por el artículo 31 del Decreto 2591 de 1991; el 24   de abril del 2013, la Sala Cuarta de Selección lo eligió para revisión.    

I. ANTECEDENTES.    

La señora   Claudia Cardona Londoño en representación de su hijo Luis Hartmann Cardona, de   diez años de edad, promovió acción de tutela en enero 28 de 2013, contra la   Secretaría de Educación Distrital de Bogotá, en adelante SED, aduciendo   vulneración de los derechos de los niños y a la educación (arts. 67 y 68   superiores), por los hechos que a continuación son resumidos.    

A. Hechos y narración efectuada en la demanda.    

1.  La accionante señaló que su hijo ha sido “inquieto e   hiperactivo y desde muy pequeño ha tenido un gran interés por los libros de   literatura mundial” y ha estado matriculado en diferentes establecimientos   educativos privados, logrando altas calificaciones, pero como no está conforme   con la educación recibida “me vi en la necesidad de sacar una cita particular   con un psicólogo… con el objeto de determinar el coeficiente intelectual”,   clasificándose como LHC, esto es, “muy superior”, escala  “C.I. de 164”.    

Obtenidos dichos resultados, empezó a buscar un establecimiento educativo   especial, pero ha sido “imposible hallarlo, debido al alto costo que se exige   para ingresar”, ya que es “madre soltera”, cabeza de familia y está   desempleada. Además, “el padre del niño… reside actualmente en la Florida   Estados Unidos, dejó de atender su responsabilidad desde el año 2007 y sin poder   lograr frutos de las acciones judiciales por el inconveniente de encontrar la   dirección exacta en la cual tiene su residencia”.    

2.  En diciembre de 2012 presentó derecho de petición ante   la SED, solicitando la asignación de un plantel educativo especial, a lo que el   ente accionado respondió “su solicitud ha sido atendida: Por lo tanto Luis   Hartmann Cardona… ha sido asignado a la institución Colegio Morisco (IED)…”.    

3.  En enero 14 de 2013 acudió al plantel asignado para   efectuar la matrícula respectiva, pero le manifestaron que “el niño tiene   unas capacidades excepcionales y este no es el tipo de Colegio que el niño   necesita”, frente a lo cual considera se están vulnerando los derechos de su   hijo, “debido a que le asignan un colegio distrital”, pese a que necesita   un colegio especial “para un niño con talento excepcional”, adicionando   que esa institución queda “muy distante” de su residencia y no cuenta con   rutas por el sector.    

B.   Documentos  relevantes cuya copia obra dentro   del expediente.    

1. Escrito de la SED asignando cupo a Luis Hartmann   Cardona (f. 1 cd. inicial).    

2. Derecho de petición presentado por la accionante,   resaltando que su hijo posee un “talento extraordinario” (fs. 2 y 3 ib.).    

3. Valoración psicológica efectuada al niño por la   Universidad Santo Tomas, en la que se concluye que “el niño puntuó   significativamente alto, tanto la escala verbal como en la manual. Según la   clasificación de inteligencia, L.H.C. se encuentra en el nivel ‘muy superior’,   siendo este grado la más elevada, respaldada por una escala de C.I. de 164”    (fs. 4 a 6 ib.).    

4. Registro civil de nacimiento del niño Luis Hartmann   Cardona, donde consta que nació el 16 de febrero de 2003 (f. 7 ib.).    

C. Respuesta de la Alcaldía Mayor de Bogotá, Secretaría de Educación.    

Mediante escrito presentado en enero 31 de 2013, la   Jefe de la Oficina Asesora Jurídica de dicha Secretaría, afirmó que no existe   vulneración del derecho a la educación “ya que a la menor (sic) se le   ha proporcionado cupo en el Colegio Morisco… según la consulta del estado del   alumno, ya se encuentra matriculado en aula regular, quien por su condición   pueden estar integrados (sic) con escolares regulares, un docente de   apoyo, pero en un programa de diversificación curricular como estrategia   pedagógica que busca mejorar los niveles de aprendizaje de los estudiantes CON   NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES, sin embargo se resalta que el hecho de que la   SED dada la cantidad de alumnos del sistema no proporcione siempre el cupo   solicitado genere la vulneración de la educación, si lo es que los padres   incumplan la obligación de enviar a los niños al Colegio solo por el hecho de   que no se le proporciona cupo en convenio o el Colegio pedido; la educación de   los Colegios distritales es de calidad” (f. 43 ib.).    

Concluyó que el proceso de matrícula tiene entre otras   finalidades asignar prioritariamente los cupos que posee en colegios oficiales,  “de lo contrario las entidades territoriales se verían avocadas a financiar   en colegios privados la educación pública estatal, lo que implicaría el cierre   de colegios oficiales y el despido de los docentes vinculados laboralmente a la   SED”.      

D. Respuesta del Instituto Alberto Merani.    

En   oficio de febrero 1° de 2013, el representante legal de dicho Instituto señaló   que se trata de “una Fundación privada, sin ánimo de lucro, creada hace 23   años, con un enfoque que inicialmente se dirigió hacia la educación de niños con   capacidades intelectuales altas. Por esta razón infundadamente persiste esa   imagen ante la comunidad educativa, propiciada especialmente por los medios de   comunicación, aun cuando la realidad del Instituto ya no corresponda a su   planteamiento inicial”.    

Adicionó que el Instituto no otorga ninguna clase de becas totales a los   estudiantes y “los subsidios parciales” son “exclusivamente para   familias de estrato 3, solo aplican de acuerdo con nuestra legislación interna,   para estudiantes antiguos que hayan demostrado durante el transcurso de sus   estudios… un alto rendimiento”. Por otra parte, el niño  Luis Hartmann Cardona no ha tenido contacto con dicho plantel, ni ha presentado   prueba alguna para ingreso, por lo tanto “no conocemos el caso particular de   esta familia, como tampoco a la madre”.    

E. Sentencia única de instancia.    

Mediante fallo de febrero 6 de 2013, el Juzgado Treinta   y Ocho Civil Municipal de Bogotá negó la tutela, estimando que “no puede   desconocerse que para atender idealmente el derecho de educación existen   variadas limitaciones, particularmente técnicas y económicas, que les impide a   las autoridades encargadas de proveer los cupos educativos asignados, dentro del   sector de residencia de todos y cada uno de los aspirantes a ingresar como   alumnos de un determinado plantel…” (f. 56 cd. inicial).    

Entre otras observaciones, finalizó afirmando que “los esfuerzos realizados   por la Alcaldía Mayor de Bogotá – Secretaría de Educación de Bogotá en cuanto al   otorgamiento del cupo para el niño agenciado, ha sido intensa, esmerada y   oportuna, por lo que no resulta viable petar a todos los usuarios ofreciéndoles   la vinculación educativa de sus hijos en un determinado establecimiento   educativo (privado) por ellos anhelado, porque podría llegarse a quebrantar   derechos de otros educandos”.    

II. CONSIDERACIONES DE LA CORTE CONSTITUCIONAL.    

Primera. Competencia.    

Corresponde a la Corte Constitucional analizar, en Sala de Revisión, el fallo   proferido dentro de la acción de tutela en referencia, con fundamento en los   artículos 86 y 241-9 de la Constitución y 31 a 36 del Decreto 2591 de 1991.    

Segunda. Lo que se debate.    

Debe esta Sala de Revisión determinar si los derechos de los niños,   particularmente a la educación (arts. 67 y 68 superiores), fueron vulnerados por   la SED, debido a que la accionante solicitó la asignación de un plantel educativo especial adecuado para su hijo   menor de edad, por su nivel “muy superior” de inteligencia (“C.I. de   164”), pero se le adjudicó un cupo en el “Colegio Morisco (IED)”, del   sistema educativo oficial común, muy distante de su residencia, cerca a la cual   “no hay ruta” (f. 11 ib.).    

Tercera. El derecho a la   educación y la protección constitucional a los menores de edad con capacidades o   talentos excepcionales, que requieren educación especial. Reiteración de   jurisprudencia.    

3.1. Dentro de los derechos sociales, económicos y   culturales consagrados en la Constitución, el artículo 67 incluye la   educación  como una garantía, servicio público con función social, que deviene fundamental,   inalienable y esencial de toda persona[1]  y expresamente para los niños (art. 44 Const.), en concordancia con lo cual el   Estado, la sociedad y la familia son corresponsables; será obligatoria entre los   5 y los 15 años de edad, correspondiéndole al primero, además de regular y   ejercer la suprema inspección y vigilancia para que sea de calidad,   “garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las   condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el sistema educativo”   (inciso 5° art. 67 ib.).    

Aunado a lo anterior, corresponde a la Nación y a las   entidades territoriales participar en la dirección, financiación y   administración de los servicios educativos estatales (inciso 6° ib.).    

3.2. La preeminencia de los derechos de los niños   sobre los de los demás (art. 44 superior) y su carácter de sujetos de   especial protección, conlleva la obligación estatal, social y familiar de asistirlos y protegerlos para garantizar su desarrollo   armónico e integral y el ejercicio pleno de sus facultades, todo lo cual es   corroborado en instrumentos internacionales que también imponen esa   protección de los derechos de los menores de edad, entre ellos la educación.    

Así, la Declaración Universal de Derechos Humanos   (diciembre 10 de 1948) consagra, entre otras, las garantías a la igualdad y a la   dignidad (arts. 1º y 7º), destacando (art. 26) que la educación debe ser   gratuita, al menos durante la obligatoria instrucción elemental.    

La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del   Hombre (abril 30 de 1948), denota (art. XII) que la educación debe ser   inspirada, entre otros, en los principios de libertad y solidaridad, teniendo   toda persona derecho a que se le capacite, para lograr “digna subsistencia”  y “ser útil para la sociedad”.    

Ese mismo artículo XII, además de insistir en la   gratuidad de la educación primaria, preceptúa que tal derecho comprende la   igualdad de oportunidades, acorde con “los dotes naturales” de cada   quien.    

También imperan las previsiones contenidas en el Pacto   Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que exhorta a los Estados Partes   a respetar y garantizar, sin distinción alguna (art. 2º) y entre otros, los   derechos de todo niño a que se adopten las medidas de protección, proscribiendo   cualquier forma de segregación (art. 26); en forma similar obran la Convención   Americana sobre Derechos Humanos (art. 19) y el Pacto Internacional de Derechos   Económicos, Sociales y Culturales, el cual reitera que se deben adoptar medidas   especiales para el amparo de niños y adolescentes, sin discriminación (art. 10)   y con un amplio catálogo de garantías mínimas que componen el derecho a la   educación (art. 13), cuya primaria es obligatoria, gratuita y asequible a todos   (num. 2º, literal a), debiendo los Estados respetar la libertad de padres y, en   su caso, tutores legales, “de escoger para sus hijos o pupilos escuelas   distintas de las creadas por las autoridades públicas” (num. 3°).    

3.3. De igual forma, la Corte Constitucional ha   reiterado que el derecho a la educación especial de los menores de edad con   capacidades o talentos excepcionales, es fundamental. Así se expuso en el fallo   T-1269 de diciembre 6 de 2005 (M. P. Manuel José Cepeda Espinosa), que   desarrolla lo manifestado en la SU-1149 de agosto 30 de 2000 (M. P. Antonio   Barrera Carbonell):    

“El artículo 68 de la Carta Política dispone que la   educación de las personas con capacidades excepcionales es una obligación   especial del Estado. Por su parte, el artículo 44 Superior establece que los   niños, esto es, los menores de 18 años, tienen un derecho fundamental a la   educación, y obliga a la familia, a la sociedad y al Estado a asistirlos y   protegerlos ‘para garantizar su desarrollo armónico e integral.    

…   …   …    

… el principal pronunciamiento en este campo es la   sentencia SU-1149 de 2000, en la cual la Corte determinó claramente que el   derecho de los menores de edad con talentos o capacidades extraordinarios a la   educación especial tiene el carácter de fundamental: ‘la obligación especial del Estado de dar educación a   las personas con capacidades excepcionales, necesariamente configura la   existencia de un derecho fundamental específico que puede ser exigido por   quienes acrediten que poseen talentos y capacidades excepcionales, es decir,   superiores a las comunes o normales que tienen las demás personas y, además, que   tienen méritos suficientes no sólo para acceder, sino para permanecer dentro del   sistema especial de educación que al efecto diseñe aquél’. También estableció la Corte que la educación especial   ‘constituye para la comunidad y el Estado un bien de mérito[2], en   la medida en que además de satisfacer las necesidades personales del educando,   coadyuva a promover y facilitar el desarrollo colectivo, pues los mayores   conocimientos y destrezas adquiridos por las personas que reciben dicha   educación las convierte, en general, en agentes impulsadores del desarrollo   cultural, científico y tecnológico que requiere y espera el país. Es decir, que   la educación especial no sólo constituye un derecho fundamental para quienes son   acreedores a ella, sino que cumple una función social que resulta positiva para   generar una mejor sociedad, edificada sobre la base del conocimiento.    

Por otra parte, la jurisprudencia constitucional sobre   el derecho a la educación ha establecido que el núcleo esencial de éste se   compone de cuatro elementos principales: el derecho a la disponibilidad del   sistema educativo, el derecho de acceso al sistema educativo, el derecho a la   permanencia en el sistema educativo y el derecho a recibir una educación de   calidad. El alcance de cada uno de estos elementos ha sido examinado en   numerosas oportunidades por la Corte; para efectos del caso presente, es   importante resaltar que estos mismos elementos forman parte del núcleo esencial   del derecho a la educación especial de los menores con talentos o capacidades   excepcionales.”    

3.4. De tal manera, el derecho fundamental a la   educación de niños y jóvenes con talentos excepcionales deriva en un tratamiento   diferenciado respecto de un grupo de personas que, por su condición excepcional,   necesita apoyos especializados, los cuales deben suministrarse, precisamente,   para posibilitar el principio de igualdad.    

Al respecto esta corporación en sentencia T-294 de   abril 23 de 2009, M. P. Clara Elena Reales Gutiérrez, sostuvo que “el   artículo 13 constitucional además de reconocer, la igualdad ante la ley de todas   las personas, la igualdad de trato por parte de las autoridades y la igualdad de   oportunidades, atribuye al Estado el deber de proteger de manera especial a las   personas que por su condición económica, física y mental se encuentran en   condiciones de debilidad manifiesta, deber que es concordante con la educación   de personas con capacidades o talentos excepcionales, concebida como una   obligación especial del Estado, en el inciso final del artículo 68 de la Carta”.    

3.5.     En ese sentido, en el artículo 68   superior se encuentra estatuida como obligación del estado “la educación de   personas con limitaciones físicas o mentales, o con capacidades excepcionales”,   mandato constitucional reiterado en la Ley 115 de febrero 8 de 1994 (arts. 46 a   49), que insiste frente a la atención especial a la población talentosa y   precisa que hace parte del servicio público educativo, reafirmación también   obrante en el Decreto 2082 de 1996[3], la Ley 361 de 1997[4] y el Decreto   366 de 2009[5].    

Obligaciones estatales frente a las cuales esta corporación en la   sentencia T-294 de 2009, ya citada, señaló:    

…   …   …    

Por su parte, el Departamento de Cundinamarca no ha   desarrollado ninguna de las competencias y funciones que la normatividad antes   señalada le ha atribuido, tanto a nivel de formulación como de ejecución de las   mismas.    

Respecto de la población con capacidades o talentos   excepcionales de escasos recursos económicos, el legislador también ha   desarrollado en qué consiste la obligación del Estado en la materia.    

La Ley 115 de 1994 establece como regla general que la   educación estatal se financiará con los recursos del situado fiscal[7]  (art. 173), con los demás recursos públicos nacionales dispuestos en la ley, más   el aporte de los departamentos, los distritos y los municipios, de conformidad   con la Ley 60 de 1993; y de manera excepcional que, el reglamento podrá definir   los mecanismos de subsidio a las personas con limitaciones, cuando provengan de   familias de escasos recursos económicos.[8]    

…   …   …    

… el mecanismo de financiación que maneja el ICETEX,   continúa siendo insuficiente e ineficiente para asegurar el deber que tiene el   Estado de promover, fomentar y asegurar el acceso a la educación especializada   de las personas con capacidades excepcionales y que frente a lo ordenado por la   Corte en sentencias previas no ha habido ningún avance.    

Por su   parte, la Secretaría de Educación de Cundinamarca no ha desarrollado ni cuenta   actualmente con ningún tipo de ayuda económica para esta población.”    

Así, la educación especial para niños con capacidad o   talento excepcional, “por ser un bien de mérito que ayuda a promover y   facilitar el desarrollo colectivo, es una obligación especial del Estado que   trasciende el interés meramente local o regional, de manera que, las   competencias atribuidas a los distintos niveles territoriales deben ejercerse   conforme a los principios de coordinación, concurrencia y subsidiariedad,   previstos en el artículo 288 de la Carta”.    

Cuarta. Caso concreto.    

4.1. Para decidir la acción de tutela incoada contra la SED por   la señora Claudia Cardona Londoño en   representación de su hijo Luis Hartmann Cardona, de 10 años de edad, de   inteligencia “muy superior… C.I.   de 164”, es pertinente recordar, en   primer término, que ella es “madre soltera”, cabeza de familia y se   encuentra desempleada, mientras el progenitor reside en el exterior, no responde   desde 2007 y se desconoce su dirección, aseveraciones que la Secretaría   accionada no controvirtió.    

Matricular al niño en un establecimiento educativo   adecuado tiene un alto costo que ella no puede asumir, por lo cual acudió a la   SED, que le asignó “la institución Colegio Morisco (IED)”, plantel que   además de estar “muy distante” a su residencia y no tener rutas por el   sector, no es apto para “un niño con talento excepcional”.    

Al niño Luis   Hartmann Cardona se le practicó valoración   psicológica por la Universidad Santo Tomás, punteando “significativamente   alto, tanto la escala verbal como en la manual”. Según la clasificación   “L.H.C. se encuentra en el nivel ‘muy superior’, siendo este grado la más   elevada, respaldada por una escala de C.I. de 164” (f. 6 cd. inicial).    

4.2. Por su   parte, la SED afirmó que no existe   vulneración del derecho a la educación, ya que al menor se le asignó cupo en   dicho Colegio Morisco y “ya se encuentra matriculado en aula regular”,   integrado con escolares regulares y un docente de apoyo, agregando que si “la   SED dada la cantidad de alumnos del sistema”, no proporciona siempre el cupo   solicitado y genera “vulneración de la educación”, no conlleva que   “los padres incumplan la obligación de enviar a los niños al Colegio solo por el   hecho de que no se le proporciona cupo en convenio o el Colegio pedido”.    

Es de observar que por parte de la SED no se efectuó   diligenciamiento alguno para precisar la mejor atención ante el coeficiente   intelectual del niño, lo cual además de implicar aceptación de lo   constatado por la mencionada Universidad, evidencia   inactividad frente a la obligación legal de ubicar el sistema y el   establecimiento más apropiados, ante la capacidad excepcional del discente.    

4.3. Frente a   lo anterior, recuérdese que el Decreto 366 de 2009 (art. 2°), definió al   estudiante con capacidades o talentos excepcionales como “aquel que presenta   una capacidad global que le permite obtener sobresalientes resultados en pruebas   que miden la capacidad intelectual y los conocimientos generales, o un desempeño   superior y precoz en un área específica”[9].    

En la misma sentencia T-294 de 2009 recién citada, se   manifiesta que “para su identificación, las secretarías de educación de las   entidades territoriales certificadas, deben establecer la condición de capacidad   o talento excepcional de un estudiante, con la instancia o institución que la   entidad territorial designe, por medio de una evaluación psicopedagógica y un   diagnóstico o caracterización interdisciplinaria,[10] a   la luz de los criterios generales establecidos por el Ministerio de Educación[11]”,   lo cual no fue efectuado por la SED en el presente caso.    

4.4. Así las   cosas, reitera esta Sala que la importancia del reconocimiento del derecho a la   educación de los niños con capacidades o talentos excepcionales, impone un   tratamiento diferenciado por su condición de excepcionalidad, con necesidad de   apoyos especializados, los cuales deben suministrarse, precisamente, para   garantizar el principio de igualdad, como bien se señaló en la sentencia SU-1149   de 2000, también citada anteriormente:    

“Conforme lo expresó la Corte en la sentencia T-902/99[12]   ‘… nuestra Constitución recoge en su art. 13 la idea superada de la igualdad   normativa extendida de modo general a todas las personas, en el sentido de   reconocer también la igualdad a partir del tratamiento diferenciado para ciertos   grupos o categorías sociales, discriminados o marginados o que por su condición   económica, física o mental se encuentren en circunstancias de debilidad   manifiesta, para asegurar que la igualdad sea real y efectiva’. Y la misma   argumentación es válida igualmente para sostener, con fundamento en el inciso   final del art. 68, que la observancia del principio de igualdad, resulta   compatible con el tratamiento diferenciado y especial que debe dar el Estado a   las personas con capacidades cognoscitivas y habilidades superiores.      

En razón de lo anterior, a pesar de encontrarse que, en   principio, el ofrecimiento y suministro de educación especializada a las   aludidas personas puede configurarse como un trato diferenciado, éste surge del   designio del propio constituyente, que lo justifica en la necesidad de asegurar   el principio de igualdad dentro de la diferencia.”    

4.4. Dentro   de este contexto, en el caso del niño Luis   Hartmann Cardona, la Sala encuentra que la   SED no le procuró un diagnóstico interdisciplinario como parte del proceso que   podría determinar su excepcionalidad, ni le brindaron programas educativos   adecuados, para mayor motivación y compromiso, de acuerdo con los parámetros   generales fijados por el Ministerio de Educación Nacional, en las orientaciones   para la atención educativa a estudiantes con capacidades o talentos   excepcionales.    

Lo anterior, debido a que si bien la Secretaría de   Educación ofreció el ingreso “inclusivo” al “Colegio Morisco IED”,   no se tuvo en cuenta lo establecido en el mencionado documento de orientaciones   sobre la “integración escolar” (no está en negrilla en el texto   original):    

“‘La integración educativa es un proceso que requiere   abordar progresivamente la mejora de las condiciones educativas de los alumnos   con necesidades educativas especiales’ (Verdugo, A. 2002:5). Esta tendencia se   hace más fuerte en las últimas décadas del siglo XX y aparece como   contraproposición al entendimiento que se le ha dado a la educación especial, la   cual ha sido entendida como un sistema aparte y paralelo del sistema educativo   ordinario.    

Según Arturo Barraza (2003), los contextos de uso   teórico-disciplinarios desde donde es utilizado el término integración escolar,   están referidos a la lucha contra la segregación escolar, el principio   pedagógico que centra la didáctica en la persona, el principio político de   equiparación de oportunidades, un fenómeno organizacional que plantea la   necesidad de un reordenamiento institucional del sistema de educación especial   en aras de su unificación al sistema de educación general y un principio   ideológico que conduce a una valoración positiva de las diferencias humanas.    

El término que se ha utilizado para plantear el   acercamiento de la población con necesidades educativas especiales a la   educación formal ha sido la ‘integración’. Sin embargo, la postura de inclusión   lo trasciende, para significar ‘que no basta con que los alumnos con necesidades   educativas especiales estén en las escuelas corrientes, sino que deben   participar de toda la vida escolar y social en igualdad de condiciones de los   otros sujetos alumnos’. (Arroyave, D. 2001:81).    

Las críticas a esta tendencia están referidas a que la   escuela aún no está preparada para ofrecer una educación adecuada para las   personas con necesidades educativas especiales, en este caso con capacidades o   talentos excepcionales. Además,   se dice que la integración escolar ha generado en muchos casos un proceso de   inserción que no garantiza una educación de calidad para todos.”    

4.5. En   adición a lo expuesto, en materia de educación especial el legislador, en virtud   de tal protección consagrada en la Constitución (art. 68 inciso final), ha   previsto que “por vía de reglamento sea factible establecer mecanismos de   subsidio y líneas de crédito educativo ofrecidos por el Icetex, cuando se trate   de personas de escasos recursos económicos, a los cuales podrán acceder   directamente, o a través de sus padres o tutores”[13].    

En   el referido pronunciamiento T-294 de 2009, esta Corte expuso así mismo (no está   en negrilla en el texto original):    

“Por su parte, a las entidades territoriales   departamentales, distritales y municipales, atendiendo su competencia y dentro   del ámbito de su autonomía, les compete también adoptar mecanismos de subsidio   para apoyar instituciones, planes, programas y experiencias, orientadas a la   adecuada atención educativa de las personas con capacidades o talentos   excepcionales, de bajos recursos económicos;[14]  y coordinar y concertar con otros sectores, entidades, instituciones o programas   especializados la prestación de los servicios, con el fin de garantizar a los   estudiantes con capacidades o talentos excepcionales, los apoyos y recursos   técnicos, tecnológicos, pedagógicos, terapéuticos, administrativos y   financieros.[15]    

Complementariamente, existe en cabeza del Ministerio de   Educación y del ICETEX, la obligación de facilitar el acceso a créditos   educativos y becas a quienes llenen los requisitos previstos por el Estado para   efecto.[16]    

… la orden que dio la Sala Plena de la Corporación en   la SU-1149 de 2000, en el sentido de ‘proceder a implementar un sistema de   financiación de educación para los menores que posean talentos o cualidades   excepcionales que, por lo menos contemple los siguientes elementos: i) recursos   suficientes y apropiados para cubrir adecuadamente la demanda de créditos   requeridos para atender a la educación especial de dichos menores; ii) diseño de   mecanismos sencillos y ágiles para que los peticionarios de los créditos puedan   acceder fácilmente a éstos. Por lo tanto, se excluirán aquellos requisitos   extremos que en cuanto a solvencia de los requerientes de créditos se exige   ordinariamente por las entidades financieras; iii) implementación de sistemas   que garanticen la igualdad de oportunidades y la publicidad para el acceso al   crédito, según los méritos que demuestren los aspirantes para recibir dicha   educación especial’.[17]    

En esa misma providencia la Corporación ordenó al   Ministerio de Educación Nacional ‘…b) identificar y registrar en una base de   datos a aquellas personas que posean calidades y talentos excepcionales; c)   garantizar la educación de las referidas personas, bien sea en instituciones   públicas o privadas del país o del exterior, mediante la provisión de los   correspondientes recursos económicos y el establecimiento de auxilios,   subsidios, becas o créditos educativos en condiciones especiales, a favor de   quienes no posean los medios económicos para ello; d) hacer un seguimiento   permanente de la educación de las referidas personas, con el fin de que ésta   logre el cometido constitucional de su desarrollo integral.’    

No obstante lo anterior… por voluntad del Constituyente   la familia junto con la sociedad y el Estado participan de manera solidaria y   concurrente en el apoyo al crecimiento, formación, protección y desarrollo de   los niños; que es la familia la llamada a actuar preferentemente para llevar a   cabo ese objetivo, y que dentro de ésta los respectivos padres son los   encargados de su cumplimiento…”    

4.6. Correlativamente, con fundamento en las indicaciones   fijadas por el Ministerio de Educación Nacional (“lineamientos de política para la atención educativa a poblaciones   vulnerables”) y en virtud de la descentralización educativa   ordenada por las Leyes 60 de 1993 y 115 de 1994, adviértase que:    

“El Ministerio de Educación Nacional no ejecuta   directamente acciones, lo hace a través de las secretarías de educación   departamentales, distritales y de municipios certificados, que son las   responsables de la administración del servicio educativo en los ámbitos regional   y local, y de la ejecución de las acciones directas en las instituciones, los   centros educativos y la comunidad.    

… es necesario que las entidades territoriales   conformen equipos técnicos con capacidad de orientar la prestación pertinente   del servicio educativo dirigido a las poblaciones vulnerables en su ámbito de   acción. Estos equipos deben direccionar, asesorar y acompañar a los   establecimientos educativos en la atención a estas poblaciones, por medio de la   definición de objetivos, estrategias y metas, creando indicadores de proceso y   resultado y estableciendo instrumentos de seguimiento y evaluación. Cada   secretaría de educación debe tener un plan de acción como instrumento para   orientar y ejecutar sus programas y proyectos.”    

4.7. De todo lo anterior emerge que al niño Luis Hartmann Cardona sí se le vulneró su derecho fundamental a la educación adecuada, para   propiciar que su actual y futura participación social se desarrollen plenamente,   razón de la acción de tutela incoada por su progenitora Claudia Cardona Londoño, contra la Secretaría de   Educación Distrital de Bogotá, SED.    

Por   ello, será revocada la sentencia de febrero 6 de 2013, proferida por el Juzgado Treinta y Ocho Civil Municipal de Bogotá, no recurrida, que denegó el amparo solicitado; en su lugar, se tutelará el derecho fundamental de dicho niño a la educación especial para   quienes, como él, posee talento excepcional.    

4.8. En consecuencia, se ordenará a la SED, por conducto del respectivo Secretario o quien al   efecto haga sus veces, que en el término máximo de cuarenta y ocho (48) horas   contadas a partir de la notificación de esta sentencia, haga inscribir al niño Luis   Hartmann Cardona como beneficiario de los   programas de subsidios o becas existentes del Icetex y lo incorpore en el   plan de cubrimiento gradual para la adecuada atención educativa de las personas   con capacidades o talentos excepcionales diseñado por esa misma Secretaría, de   tal manera, que se garantice efectivamente el derecho a la educación especial,   procediendo además de manera consecuente con las dificultades económicas   evidenciadas por la señora Claudia Cardona   Londoño, progenitora y soporte del niño amparado, por lo cual se les permitirá   también acceder a los programas de ayudas   educativas previstos para personas de escasos recursos económicos.    

Adicionalmente, se solicitará al Ministerio de Educación Nacional y a la Defensoría del   Pueblo que, en el ámbito de sus respectivas funciones y campo de acción, efectuar seguimiento del proceso educativo que adelante   en cuanto a Luis Hartmann Cardona, para coadyuvar a la materialización real de   su desarrollo integral, como cometido constitucional.    

IV. DECISIÓN    

En mérito de lo expuesto, la Sala Sexta de Revisión de   Tutelas de la Corte Constitucional, administrando justicia en nombre del Pueblo   y por mandato de la Constitución Política,    

RESUELVE    

Primero.-  REVOCAR el fallo   proferido en febrero 6 de 2013 por el Juzgado Treinta y Ocho Civil Municipal de Bogotá, que   negó el amparo solicitado por Claudia   Cardona Londoño en representación de su hijo Luis Hartmann Cardona, menor de edad, contra la Secretaría de Educación Distrital de Bogotá.    

En   su lugar, se dispone TUTELAR el   derecho fundamental del niño Luis Hartmann Cardona, a su educación especial como persona de talento excepcional.    

Segundo.-  En tal virtud, ORDENAR a la  Secretaría de Educación Distrital de   Bogotá, SED, por conducto del respectivo Secretario o quien al   efecto haga sus veces, que en el término máximo de cuarenta y ocho (48) horas   contadas a partir de la notificación de esta sentencia, haga inscribir al niño Luis   Hartmann Cardona como beneficiario de los   programas de subsidios o becas existentes del Icetex y lo incorpore en el   plan de cubrimiento gradual para la adecuada atención educativa de las personas   con capacidades o talentos excepcionales diseñado por esa misma Secretaría, de   tal manera, que se garantice efectivamente el derecho a la educación especial,   procediendo además de manera consecuente con las dificultades económicas   evidenciadas por la señora Claudia Cardona Londoño, progenitora y soporte del niño   amparado, por lo cual se les posibilitará también acceder a los programas de ayudas educativas previstos para   personas de escasos recursos económicos.    

Cuarto.- Por   Secretaría General, LÍBRESE la comunicación a que alude el artículo 36   del Decreto 2591 de 1991.    

Notifíquese, comuníquese, publíquese e insértese en la Gaceta de la Corte   Constitucional. Cúmplase.    

NILSON PINILLA PINILLA    

Magistrado    

JORGE IGNACIO PRETELT CHALJUB    

Magistrado    

ALBERTO ROJAS RÍOS    

Magistrado    

MARTHA VICTORIA SÁCHICA DE MONCALEANO    

Secretaría General    

[1] Cfr. T-539 de septiembre 23 de 1992, M. P. Simón Rodríguez   Rodríguez y T-009 de mayo 22 de 1992, M. P. Alejandro Martínez Caballero, entre   los primeros pronunciamientos de esta corporación.    

[2] “Dinamicidad de los derechos y mecanismos de garantía. Germán   J. Bidart Campos.”    

[3] “Por el cual se reglamenta la atención educativa para personas con   limitaciones o con capacidades excepcionales.”    

[4] “Por la cual se establecen mecanismos de integración social de las   personas con limitación y de dictan otras disposiciones.”    

[5] “Por medio del cual se reglamenta la organización del servicio de   apoyo pedagógico para la atención de los estudiantes con discapacidad y con   capacidades o con talentos excepcionales en el marco de la educación inclusiva.”    

[6] “En el entretanto, expidieron el Congreso de la República, la   Ley 361 de 1997, por la cual estableció mecanismos de integración social de las   personas con limitación y extendió las disposiciones del Capítulo II. De la   educación a las personas con excepcionalidad (art. 16); y el Gobierno Nacional,   el Decreto 2082 de 1996, por el cual se reglamenta la atención educativa para   personas con limitaciones o con capacidades o talentos excepcionales.”    

[7] “Es el porcentaje de los ingresos corrientes de la Nación que   será cedido a los departamentos, el Distrito Capital y los distritos especiales   de Cartagena y Santa Marta, para la atención de los servicios públicos de   educación y salud de la población y de conformidad con lo dispuesto en los   artículos 49, 67 y 365 de la Constitución Política. El situado fiscal   será administrado bajo responsabilidad de los departamentos y distritos de   conformidad con la Constitución Política (art. 9 de la Ley 60 de 1993).”    

[8] “Artículo 47 de la Ley 115 de 1994.”    

[9] T-294 de 2009, precitada: “De acuerdo con los   parámetros generales fijados por el Ministerio de Educación Nacional en el   documento Orientaciones para la atención educativa a estudiantes con capacidades   o talentos excepcionales (2006), el concepto excepcionalidad comprende a las   personas con capacidades excepcionales globales, a las personas con talentos   excepcionales específicos, al denominado doble excepcional y al hiperestimulado.   La persona con capacidades o talentos globales se caracteriza por presentar un   desempeño superior en múltiples áreas, acompañado por las características   universales de precocidad, automaestría y habilidad cognitiva. Sin embargo, a   pesar de que por lo general presentan un coeficiente intelectual muy alto, no   todas son académicamente sobresalientes, como ocurre con los individuos con   habilidades prácticas y contextuales que no están mediados por la escuela. La   persona con talentos excepcionales específicos presenta un desempeño superior y   precocidad en un área específica del desarrollo, como el matemático, científico,   artístico, musical, entre otros. En este ámbito la cultura puede jugar un papel   fundamental al privilegiar algunos talentos específicos. La doble   excepcionalidad es una categoría que reúne a las personas que presentan   simultáneamente discapacidad en una o varias esferas del desarrollo y   capacidades o talentos excepcionales en otras. Las personas hiperestimuladas son   las que han recibido entrenamiento precoz para adelantar procesos en el   conocimiento de áreas académicas, artísticas o deportivas.”    

[10] “Parg. del artículo 3 de la   Resolución 2565 de 2003 del Ministerio de Educación Nacional y núm. 1 del art. 3   del Decreto 366 de 2009.”    

[11] “Op.Cit., Orientaciones para la atención educativa   (…).”    

[12] “M.P. Antonio Barrera Carbonell.”    

[13] Artículo 49 de la Ley 115 de 1994. Cfr. también artículo 22 del   Decreto 2082 de 1996.    

[14] “Inciso 2 del art. 22 del Decreto 2082 de 1996.”    

[15] “Numeral 8 del art. 3 del Decreto 366 de 2009.”    

[17] “MP. Antonio Barrera   Carbonell.”

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