T-671-09

Tutelas 2009

    Sentencia T-671-09  

Referencia:  expediente T- 2.309.506   

Acción  de  Tutela  instaurada  por  Víctor  Manuel Pinillos García contra Servicio Occidental de Salud SOS   

Magistrado Ponente:  

Dr. JORGE IGNACIO PRETELT CHALJUB  

Bogotá  D.C.,   veinticuatro  (24)  de  septiembre de dos mil nueve (2009)   

La  Sala  Sexta  de  Revisión     de    tutelas    de    la    Corte  Constitucional,  conformada  por los Magistrados Jorge  Ignacio  Pretelt  Chaljub  -quien la preside-, Nilson Pinilla Pinilla y Humberto  Antonio  Sierra  Porto,  en  ejercicio  de  sus  competencias constitucionales y  legales,  y  específicamente  de  las  previstas  en  los  artículos 86 y 241,  numeral  9°,  de  la  Constitución  Política,  ha  pronunciado  la  siguiente   

SENTENCIA  

En la revisión del fallo de tutela adoptado  por  el  Juzgado  Diecinueve  Penal Municipal de Cali (Valle), el 27 de abril de  2009,  mediante  el  cual  declaró  improcedente  la  tutela interpuesta por el  señor Víctor Manuel Pinillos García.   

1. ANTECEDENTES  

El  señor  Víctor  Manuel Pinillos García  mediante  escrito presentado el día 13 de abril de 2009, solicitó el amparo de  los  derechos  fundamentales  a la salud y a la vida, presuntamente violados por  la  entidad  demandada. Apoya la solicitud de amparo, en los siguientes hechos y  argumentos:   

     

     

1. Afirma  el  accionante,  estar  afiliado  al  Servicio Occidental de  Salud   en   calidad   de  beneficiario  de  su  hijo  Víctor  Manuel  Pinillos  Castillo.      

     

1. Debido  a  un  tratamiento  neurológico  realizado  en  la Clínica  Versalles  de  Cali,  que  lo  tiene  al  borde  de la muerte, dice, encontrarse  discapacitado mentalmente.     

     

1. En   razón   de  su  patología,  le  prescribieron  una  serie  de  tratamientos  y  medicamentos,  los cuales no le suministra la entidad demandada  por haber sido desafiliado del servicio de salud.     

     

1. Solicita  ordenar  a  la  entidad  accionada  autorice y gestione lo  necesario  para  realizar  los  exámenes,  tratamientos  y  la  entrega  de los  medicamentos  prescritos  por  el  médico  tratante.  Añade  que su situación  económica  le  impide  sufragar  los  gastos  de lo solicitado, pues es su hijo  quién vela por su bienestar.     

     

1. Es  de  mencionar, que la presente acción de tutela, en principio  la  presenta el peticionario a través de su esposa la señora Arminda Vásquez,  y     luego,     autoriza     mediante     escrito1,   al  señor  Harold  Botina  Cuéllar,  para  gestionar  todo  lo  concerniente  a  este asunto, aduciendo no  poderse levantar de la cama.     

     

1. CONTESTACION DE LA ENTIDAD ACCIONADA     

En  respuesta  a  la solicitud de tutela del  peticionario,  el apoderado judicial del Servicio Occidental de Salud EPS -SOS-,  pide declarar improcedente la presente acción, por lo siguiente:   

     

1. El  señor  Víctor  Manuel  Pinillos  García  ha sido valorado por  múltiples  médicos  especialistas  y  sus  patologías  han  sido  debidamente  atendidas y tratadas por la EPS.      

     

1. Sin  embargo,  no  se  pudo  continuar  con su tratamiento, pues fue  retirado  del  servicio  de  salud por la empresa donde laboraba su hijo Víctor  Pinillos Castillo.      

     

1. El  señor  Pinillos  García estuvo afiliado a la EPS en calidad de  beneficiario  de su hijo, a partir del 6 de marzo de 2008 hasta el 1 de marzo de  2009,  fecha  desde la cual los usuarios aparecen como retirados del servicio de  salud a través de la planilla de autoliquidación.     

     

1. Servicio  Occidental  de Salud EPS, comprende el interés que asiste  al  accionante  por  continuar  beneficiándose  de los servicios médicos, pero  existen  imperativos  legales  y  reglamentarios  que  impiden  brindarle dichos  servicios, por no existir una afiliación vigente.     

     

1. No  existe, reitera, norma que obligue a las entidades promotoras de  salud  a prestar sus servicios a quienes NO SON AFILIADAS (sic), bien sea por su  propia  voluntad,  por  la terminación del vínculo laboral o por las sanciones  que   pueden   serles   impuestas   cuando   han   infringido  su  normatividad.     

     

1. Corresponde  a la Secretaria Departamental de Salud seguir asumiendo  el  costo  médico  del  accionante,  teniendo  en cuenta que ya no pertenece al  régimen contributivo.     

2. DECISIÓN JUDICIAL  

FALLO ÚNICO DE INSTANCIA: JUZGADO DIECINUEVE  PENAL MUNICIPAL DE SANTIAGO DE CALI   

En sentencia fechada el 27 de abril de 2009,  el   Juzgado   Diecinueve   Penal   Municipal  de  Santiago  de  Cali,  declaró  improcedente la acción, bajo los siguientes argumentos:   

El  juez de instancia consideró que en este  caso  le  asiste  razón a la entidad prestadora de salud, cuando alega no haber  vulnerado  los  derechos  fundamentales  del  peticionario,  por cuanto el deber  legal  de  atención se circunscribe únicamente con aquellas personas afiliadas  a la entidad ya sea como afiliados cotizantes o beneficiarios.   

3. PRUEBAS DOCUMENTALES  

En  el  trámite  de la acción de amparo se  aportaron como pruebas:   

3.1.          Fotocopia  de  la cédula de ciudadanía  del  señor  Víctor  Manuel  Pinillos  García, donde consta que nació el 4 de  abril  de  19422,  es  decir,  en  la  actualidad  cuenta  con  67  años  de  edad.   

3.2.          Fotocopia  de  la cédula de ciudadanía  del     señor     Harold     Botina     Cuéllar3,    coadyuvante    en    la  presentación de la tutela.   

     

     

1. Copia  de  la  historia  clínica  del  peticionario, impresa por la  clínica  Versalles,  donde  se  reseña el estado del paciente al momento de su  ingreso (marzo 31 de 2009):     

“paciente     con     cuadro     de  parestesias5  de  2  años  de  evolución,  asociado a paraparesia6  progresiva  hasta    incapacitar    la    marcha.    No   pérdida   del   control   de  esfínteres”   

“Evolución  clínica  estable.   Se  inician  estudios,  terapia  física  y valoración por neurología clínica. No  deterioro  clínico,  persiste paraparesia.  Requiere continuar tratamiento  para  hipotiroidismo,  terapia  física  y  completar  estudios  por neurología  clínica.  Continuar tratamiento antibiótico.”   

4.    CONSIDERACIONES DE LA CORTE CONSTITUCIONAL   

     

1. COMPETENCIA     

          Esta  Corte  es  competente,  de conformidad con los artículos 86 y  241  de  la  Constitución Nacional, y con el Decreto 2591 de 1991, para revisar  el presente fallo de tutela.   

     

1. CONSIDERACIONES JURIDICAS     

     

1. El problema jurídico     

De  acuerdo con los antecedentes planteados,  corresponde   a   esta   Sala   Sexta   de  Revisión  determinar  si  la  EPS  Servicio Occidental de Salud,  podía  suspender  la  atención  médica requerida por el señor Víctor Manuel  Pinillos   García,   o   si   por  el  contrario  está  obligada  a  continuar  suministrando  el  servicio, a pesar de haber sido desafiliado el accionante del  servicio de salud.   

Para resolver el anterior problema jurídico  la  Sala,  analizará  (i)  el  derecho  a  la  salud  como  derecho fundamental  autónomo,  (ii)  la  obligación  de  las  Entidades Promotoras de Salud de dar  continuidad  a   los  tratamientos iniciados a pacientes que por una u otra  circunstancia  no pueden continuar cotizando y, por último, (iii) se entrará a  estudiar el caso concreto.   

4.2.2.  El  derecho  a la salud como derecho  fundamental. Reiteración de jurisprudencia.   

La jurisprudencia de esta Corte ha estudiado  ampliamente     el    derecho    a    la    salud7.  En  copiosos  y  continuos  fallos,  se ha aplicado este derecho por vía de control  abstracto  y por vía de control concreto de constitucionalidad, determinando su  alcance  constitucional en su realización efectiva, dentro del marco del Estado  Social  de  Derecho,  contenido  en  el  artículo  1º  de  la Carta Política.   

Igualmente,  esta  Corporación  ha  hecho  referencia   al   artículo   49   de   la   Constitución  y,  a  los  tratados  internacionales  en materia de derechos humanos, ratificados por Colombia en los  que  se  ha  dispuesto  que  la  Salud  es, ante todo un servicio público, cuya  reglamentación,   organización   y   dirección   se  encuentra  a  cargo  del  Estado  y  se debe garantizar a todas las personas el  acceso  a  los servicios de promoción, protección y recuperación de la salud,  conforme  a  los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad. Si bien,  en  un  principio,  se  señaló  que  el  derecho a la salud tiene un carácter  prestacional  o  asistencial  ahora  el  mismo  tiene  la  naturaleza de derecho  fundamental,  dada  su  conexidad  con  otros derechos fundamentales8,   en   la  actualidad   se  afirma  su  carácter  de  derecho  constitucional  fundamental  autónomo;  en este sentido, se pronunció la sentencia  T-434  de  20069:   

“es  factible  afirmar que la salud es un  derecho  fundamental  que  envuelve  -como  sucede también con todos los demás  derechos  fundamentales- prestaciones de orden económico a fin de garantizar de  modo  efectivo  su  protección.  Ahora bien, tal como se indicó más arriba es  preciso  no  confundir  la fundamentalidad del derecho a la salud con los costos  en  los  que se hace necesario incurrir para lograr su eficaz protección. A ese  respecto  es muy clara la observación 14 del Comité cuando admite que el Pacto  “establece   la   aplicación   progresiva  y  reconoce  los  obstáculos  que  representan  los  limitados  recursos  disponibles.” Lo anterior no significa,  sin  embargo,  que  la  salud  deje de ser un derecho fundamental. Justamente en  este  sentido, agrega la observación 14, el Pacto también impone a los Estados  Partes  diversas  obligaciones de efecto inmediato (…) “como la garantía de  que  ese  derecho  será  ejercido  sin  discriminación  alguna (párrafo 2 del  artículo  2)  y  la obligación de adoptar medidas (párrafo 1 del artículo 2)  en  aras  de  la  plena realización del artículo 12. Esas medidas deberán ser  deliberadas  y concretas e ir dirigidas a la plena realización del derecho a la  salud.”   

No  obstante,  la  Corte  Constitucional  siempre  ha  considerado que el  derecho  a la salud de las personas de la tercera edad es un derecho fundamental  autónomo10.     Esta    concepción    encuentra  justificación  en  el  carácter  de  sujetos  constitucionales  de protección  especial,  en  el  mandato  expreso  que  obliga al Estado, a la sociedad y a la  familia  a  velar  por  su  protección  (art. 46 C.P.  11).   La doctrina sobre la materia la  ha    precisado    la    Corte,    en   los   siguientes   términos:   

“Para  el  caso  de  las  personas  de la  tercera  edad,  por  tratarse de sujetos de especial protección constitucional,  esta  Corporación ha sostenido que el derecho a la salud adquiere la calidad de  derecho  fundamental  autónomo,  en  razón  a  las circunstancias de debilidad  manifiesta  en  que  se  encuentran.  Por esta razón, el Estado y las entidades  prestadoras  de  salud se encuentran obligadas a prestarles la atención médica  integral  que  requieran,  de  conformidad  con  el  tratamiento ordenado por el     médico   tratante,  con  sujeción  a  los  principios  de  celeridad,     eficiencia,     continuidad     y     oportunidad.”12   

4.2.3.   Obligación    de   las  Entidades   Promotoras   de  Salud   de   dar  continuidad  a  los tratamientos iniciados a pacientes que por una u otra razón  no pueden seguir cotizando. Reiteración de jurisprudencia.   

Para el caso, se torna importante considerar  los  principios  que  rigen el servicio público de la salud, contemplados en el  artículo 49 de la Constitución Política.   

Principio   de  universalidad:  La  Sala  de  Revisión,  en  sentencia T-730 de 199913,  dijo:   

“….otro    de    los    principios  constitucionales  es  el  de la universalidad, o sea que el objetivo del sistema  es  que  todos  los  habitantes del país disfruten de seguridad social. Por eso  mismo, se estableció legalmente el carácter de obligatorio.”   

Según  la  jurisprudencia  de  la  Corte  Constitucional,  dentro  del  sistema  actual de la seguridad social en salud el  objetivo  es  ampliar la cobertura y no restringirla, de ahí que es obligatorio  para  los  empleadores  incluir a sus trabajadores en el sistema, y el Estado no  puede  permitir  la  expulsión  del  sistema  de  persona alguna salvo que haya  razón  legal  para  ello  y  previo  un  procedimiento. Como corolario, hay que  prestar  a  los  afiliados  la  atención  integral  en sus fases de educación,  información  y  fomento de la salud y la prevención, diagnóstico, tratamiento  y  rehabilitación  de  la  enfermedad,  incluido  el suministro de medicamentos  esenciales en su denominación genérica.   

Esta Corporación indicó en sentencia C-463  de    200814,   refiriéndose   a  la  seguridad  social  en  materia  de  salud  que“(…)  [d]el  principio  de  universalidad  en  materia  de  salud  se deriva primordialmente el entendimiento de esta Corte del  derecho   a   la   salud   como   un   derecho   fundamental,   en  cuanto  el  rasgo  primordial de la fundamentabilidad de un derecho  es  su  exigencia  de universalidad, esto es, el hecho  de  ser  un  derecho  predicable  y  reconocido  para  todas  las  personas  sin  excepción,  en  su calidad de tales, de seres humanos con dignidad.”(Subrayas  fuera del original).   

Principio   de   solidaridad15:  Esta Corte  ha  indicado  que “la solidaridad hace referencia al  deber  que  tienen  las  personas,  por  el  solo  hecho  de  hacer parte de una  determinada  comunidad humana, de contribuir con sus esfuerzos a tareas comunes,  en    beneficio   o   apoyo   de   los   demás   asociados   o   del   interés  colectivo16.  Por  consiguiente,  en materia de seguridad social, el principio  de  solidaridad  implica  que  todos  los  partícipes  de  este  sistema  deben  contribuir  a  su  sostenibilidad, equidad y eficiencia, lo cual explica que sus  miembros  deban  en  general  cotizar, no sólo para poder recibir los distintos  beneficios,    sino    además    para    preservar    el    sistema    en    su  conjunto.”17   

Una de las manifestaciones del principio de  solidaridad,  en materia de salud, es el cubrimiento de quienes la ley considera  como  beneficiarios  del  servicio.  Sin  embargo,  el  Estado,  la familia y la  sociedad  solidariamente  deben  contribuir a un eficiente cubrimiento universal  en salud.   

Principio     de     eficiencia     y  continuidad:  El principio de  eficiencia  que  preside el  sistema  de seguridad social, al cual se refiere explícitamente el artículo 48  de  la  Carta18,  desarrolla  a  su  vez  el principio de continuidad. La relación  entre estos dos principios ha sido explicada por la Corte así:   

“La  atención  en  salud como cualquier  servicio  público,  debe  cumplir con una de sus principales características –  la  eficiencia  -, el cual a la vez esta íntimamente ligado con la continuidad,      como     principio  característico  de  los  servicios  públicos que ofrece la garantía de que el  servicio sea prestado oportunamente.   

“Con  fundamento  en  lo  anterior es de  deducir  que  todo  acto  atentatorio  contra la prestación en debida forma del  servicio  se entenderá como un acto incompatible con el ordenamiento jurídico,  en  la medida que amenaza el principio de la eficiencia y la continuidad, que le  son  propios  a  los  servicios  públicos, además de ir en contra de los fines  mismos  del  Estado, toda vez que el artículo 2º  de la C. P., señala el  de garantizar la efectividad de los principios.   

“Recuérdese además, que el derecho a la  salud  se ha definido como un derecho irrenunciable, universal, inspirado en los  principios   constitucionales  del  Estado  Social  de  Derecho,  solidaridad  y  dignidad  humana,  que  persiguen  el  cumplimiento  material  y efectivo de las  garantías            constitucionales.”19   

Expresamente  sobre  la  eficiencia  y  la  continuidad   del  servicio  público  de  salud,  en  la  sentencia  SU-562  de  199920, se dijo:   

“Uno de los principios característicos del  servicio  público  es  el  de  la  eficiencia. Dentro de la eficiencia está la  continuidad   en   el  servicio,  porque  debe  prestarse  sin  interrupción…   

Marienhoff  dice que “La continuidad  contribuye  a  la  eficiencia  de  la  prestación,  pues sólo así ésta será  oportuna”21.  Y,  a  renglón  seguido  repite: “.. resulta claro que el que  presta   o  realiza  el  servicio  no  debe  efectuar  acto  alguno,  que  pueda  comprometer  no  solo  la eficacia de aquél, sino su continuidad”22.  Y, luego  resume   su  argumentación  al  respecto  de  la  siguiente  forma:  “…  la  continuidad      integra     el     sistema     jurídico     o     ‘status’  del servicio público, todo aquello  que   atente  contra  dicho  sistema  jurídico,  o  contra  dicho  ‘status’  ha de tenerse por ‘ajurídico’  o contrario a derecho, sin que para  esto  se  requiera  una norma que expresamente lo establezca,  pues ello es  de  ‘principio’   en  esta  materia”.23   Jean  Rivero24  reseña  como  uno  de los principios generales del derecho en la  jurisprudencia  administrativa el de la continuidad de los servicios públicos y  agrega  que  el  Consejo Constitucional francés ha hecho suya la teoría de los  principios generales (sentencia de 26 de junio de 1969).   

En  el  caso  colombiano,  la  aplicación  ineludible  de  los  principios está basada en el artículo 2° de la C. P. que  señala  como  uno  de  los fines del estado “garantizar la efectividad de los  principios”.  Luego, el principio de la continuidad en el servicio público de  salud  de los trabajadores dependientes no puede ser afectado ni siquiera cuando  se  incurre en mora superior a los seis meses, en el pago de los aportes, porque  la  disposición  que  permite  suspenderle el servicio a quienes estén en esta  circunstancia  es  una  regla  de  organización  dentro  de la seguridad social  establecida  en la ley 100 de 1993 que no se puede extender a la “garantía de  la  seguridad  social”  establecida  como  principio mínimo fundamental en el  artículo 53 de la C. P.”   

De lo anterior se colige que el derecho a la  continuidad  de  la  atención  en  salud, supone entre otras cosas que, una vez  iniciado  un  tratamiento  con  el  fin  de  tratar una dolencia determinada, la  persona  tiene  el  derecho  a  reclamar  a  través  de la acción de amparo la  continuación  de dicho tratamiento teniendo en cuenta, no sólo que el servicio  público  de  salud  debe ser continuo en virtud de la Constitución, sino   adicionalmente,  “el  comportamiento  de la entidad  perteneciente  al  sistema  de seguridad social ha generado una expectativa a la  persona,  amparada  en  el  ordenamiento  bajo  el  principio  de  la  confianza  legítima,  que le permite reclamar su continuación25”.   

Lo  anterior  supone,  no que las entidades  aseguren  incondicionalmente  un  estado  de salud óptimo a la población, sino  que   siguen   con   la   obligación  de  cumplir  sus  compromisos  de  origen  constitucional  y  legal  de  procurar, con los recursos disponibles, mantener y  mejorar  las  condiciones de salud de sus pacientes y continuar los tratamientos  ya   iniciados   para  obtener  la  mejoría  o  la  estabilización  de  dichas  condiciones.    Así   lo   ha   entendido   esta   Corporación:   “Quienes  prestan  los  servicios  de  la  seguridad  social,  en  pensiones,  en  salud  o en riesgos profesionales, asumen más que la calidad de  contrapartes  contractuales:  adquieren  la  calidad de garantes de los derechos  constitucionales   -fundamentales   algunos-   de   sus  afiliados.  Bajo  tales  condiciones   están   sujetos   a   cargas   derivadas   de  su  condición  de  garantes”26.    Lo  contrario  sería  tanto como echar marcha atrás en el compromiso adquirido por  el  Estado en materia de salud. Por ejemplo, la Corte ha concedido el amparo del  derecho  a  la  salud  de  mujeres  que  venían  disfrutando de tratamientos de  fertilidad  ofrecidos por parte de las Empresas Promotoras de Salud a las cuales  se  encontraban  afiliadas  en  calidad  de  cotizantes  o  beneficiarias. Se ha  reconocido  que,  a  pesar  de que el Plan Obligatorio de Salud POS excluye este  tipo  de tratamientos, su iniciación genera la obligación de continuidad en el  tratamiento  específico,  caso en el cual, si bien puede ocurrir una violación  a  distintos  derechos  fundamentales -como el derecho al libre desarrollo de la  personalidad  y  a  la  dignidad  humana-,  tales  lesiones   evidencian el  vínculo  inescindible  que  entrelaza  todos  los  derechos  fundamentales;  la  decisión  adoptada  por  el  juez  de  tutela,  en últimas,  se encuentra  encaminada  a  garantizar  la  protección  del  derecho  a la salud     .27   

En  concordancia  con  lo  expuesto,  esta  Corporación  ha enfatizado  que no puede alegarse ni aceptarse como excusa  para  negar  la atención médica ya iniciada a un afiliado, la desafiliación o  la  suspensión  de  la  entidad  de  salud  a  la que se encontraba afiliado el  usuario,  hasta  tanto  éste  adquiera  unas  condiciones de estabilidad en las  cuales  se obvie la afectación de sus derechos fundamentales; esta garantía ha  sido  ratificada  por  la  Sala  Plena  de  esta  Corporación  en  el siguiente  sentido:    

“…En  efecto,  si  la  persona deja de  tener  una  relación  laboral,  deja  de  cotizar  al régimen contributivo del  Sistema  de  Salud  y  no  se  encuentra vinculada de ninguna otra forma a dicho  régimen,  pero  estaba  recibiendo  un servicio específico de salud, se pueden  distinguir  dos  situaciones  posibles:  (a) que la vida y la integridad de  la  persona  dependan del servicio médico específico que se está recibiendo y  (b)  los  demás  casos.  En  la  primera  situación, constitucionalmente no es  admisible  que  se  interrumpa  el  servicio  de salud específico que se venía  prestando,   pues,   de  acuerdo  con  la  jurisprudencia  constitucional,  ello  implicaría  sacrificar  el  goce  efectivo  de  los  derechos  a la vida y a la  integridad  de  una  persona.  Son  entonces  las EPS que prestaban en cada caso  específico   el  servicio  requerido  las  que  deben  garantizar,  en  primera  instancia,  que  la  prestación del mismo no se suspenda; en segunda instancia,  la  obligación  de  garantizar  la  continuidad  en la prestación del servicio  será   responsabilidad  de  la  entidad  o  las  entidades  a  las  cuales  les  corresponda  seguir  atendiendo  a  la  persona,  dependiendo  de  la situación  jurídica   y   económica   en   la   que   ésta   se   encuentre.28″   

Esta   Corte   ha   señalado   algunos  criterios,29  como  parámetros  a  seguir por parte de las EPS e IPS, tanto del  régimen  contributivo  como del régimen subsidiado, para efectos de establecer  el  alcance  de  los  derechos  que  tienen  los  usuarios a no ser víctimas de  interrupciones   constitucionalmente   inválidas   en  la  prestación  de  los  servicios de salud, tal y como sigue:     

* Las prestaciones en  salud  tienen  que ofrecerse de manera eficaz, regular, permanente y gozar de un  alto índice de calidad y eficiencia.     

    

* Las  entidades  prestadoras   del   servicio  deben  ser  diligentes  en  las  labores  que  les  corresponde  desarrollar,  absteniéndose  de  realizar actuaciones ajenas a sus  funciones  y  de  omitir  el  cumplimiento  de  obligaciones  que  conlleven  la  interrupción injustificada de los servicios o tratamientos.     

    

* Los usuarios del  sistema  de salud no pueden ser expuestos a engorrosos e interminables trámites  internos   y   burocráticos   que   puedan   comprometer   la  permanencia  del  servicio.     

    

* Los  conflictos  contractuales  o  administrativos  que  puedan  presentarse  entre las distintas  entidades  o  al  interior  de  la propia empresa de salud, no constituyen justa  causa  para  impedir  el acceso de sus afiliados a la continuidad, permanencia y  finalización    óptima    de   los   servicios   y   procedimientos   médicos  prescritos.     

    

    

* Las decisiones de  las  E.P.S., de suspender, desafiliar o retirar a un usuario del Sistema General  de  Seguridad  Social en Salud, no pueden adoptarse de manera unilateral y deben  estar precedidas de un debido proceso administrativo.     

Estos  parámetros  han  sido  aplicados en  diversos  pronunciamientos  de  tutela  donde  se  apela  a la continuidad en el  servicio  de  salud.    En  la  sentencia  T-183  de  200830  se  hizo un  resumen  de  algunos  de los eventos donde se había garantizado ese derecho; se  trascriben a continuación:    

En  la  sentencia  T-281 del 25 de junio de  199631,  este  Tribunal  Constitucional ordenó al Seguro Social practicar  una  intervención  quirúrgica  a una persona que no se encontraba afiliada por  haber  sido  desvinculada  de  su trabajo, por cuanto el procedimiento se había  recomendado antes de su desvinculación.   

En  la  sentencia  T-396  del 28 de mayo de  199932,   la  Corte  ordenó  a   una  EPS  culminar  el  tratamiento  quirúrgico  en  el  sistema óseo iniciado a una persona de 19 años, quien por  haber  alcanzado  su  mayoría de edad  perdió el derecho a la pensión de  sobreviviente  por la muerte de su padre y por ende fue desafiliada del servicio  de salud.   

En  otra  oportunidad,  a  partir  de  la  sentencia   T-1278  del  30  de  noviembre  de  200133,  el Alto Tribunal ordenó a  Humana  Vivir  E.P.S.  seguir  adelantando  el  tratamiento para la afección de  leucemia  crónica  que  se  le  venía  prestando a la paciente, el cual le fue  interrumpido cuando su empleador reportó su desvinculación.   

También  puede  mencionarse  la  sentencia  T-273     del     18     de    abril    de    200234,  que  ordenó  a  la E.P.S.  Cruz  Blanca  practicar  a  la  paciente  el  examen  de  telemetría ordenado y  continuar con el tratamiento.   

Otro de los precedentes sobre la materia es  la       sentencia       T-680      de      200435  por  medio  de  la  cual la  Corte   Constitucional   ordenó   a   Coomeva   EPS   la  realización  de  una  histerectomía  abdominal  a una señora de 44 años, prescrita con anterioridad  a  la  terminación del vínculo laboral, a pesar de encontrarse desafiliada del  sistema,  argumentando que “La atención en salud no  puede  interrumpirse por la entidad promotora de salud de manera abrupta bajo el  argumento  de falta de afiliación del paciente, pues ello compromete el derecho  a la salud en conexidad con la vida”.   

Por  último,  la  sentencia  T-969 de  200436  ordenó  a  la  E.P.S  del I.S.S., Seccional Guajira, realizar las  diligencias   necesarias  para  que  a  la  peticionaria  se  le  practicara  la  intervención  quirúrgica  prescrita,  consistente en una terapia endovascular,  como  parte del tratamiento indicado y autorizado por la misma entidad, desde el  año   anterior,   pero   que   no   había   sido   realizada   debido   a   su  desafiliación.   

Con   fundamento   en   las   anteriores  consideraciones  pasa  la  Sala  a estudiar el caso concreto, para solucionar el  problema jurídico planteado.   

     

1. CASO CONCRETO     

A  través de la presente acción de tutela  el  peticionario  pretende  se  ordene a la E.P.S. Servicio Occidental de Salud,  asuma  la  prestación  de  los  servicios  médicos  que  su  estado  de  salud  demanda.   

Por  su  parte,  la  empresa  prestadora de  servicios  de  salud  Servicio Occidental de Salud -SOS-, considera improcedente  la   acción  de  tutela  en  este  caso,  por  existir  imperativos  legales  y  reglamentarios  que  impiden  brindar dichos servicios, por cuanto no existe una  afiliación vigente.   

De  cara  a  los anteriores planteamientos,  esta Sala entra a estudiar el caso concreto.   

Del  acervo  probatorio se concluye, que el  señor  Víctor Manuel Pinillos García, cuenta con 67 años de edad37,  lo  cual  permite   considerarlo  como  persona  mayor,  sujeto  de  especial  protección  constitucional,  de  acuerdo  con lo previsto en el artículo 7° de la Ley 1276  de 2009:   

“ARTÍCULO 7°: “(…)b) Adulto Mayor.  Es  aquella persona que cuenta con sesenta (60) años  de  edad  o  más. A criterio de los especialistas de  los  centros  vida,  una  persona  podrá  ser clasificada dentro de este rango,  siendo  menor  de  60  años  y  mayor de 55, cuando sus condiciones de desgaste  físico, vital y psicológico así lo determinen;(…)”   

Como  el  señor  Víctor  Manuel  además  presenta  una  patología que lo incapacita, según cuadro clínico reseñado en  la  historia  clínica  aportada como prueba por la Clínica Versalles, donde el  médico  anota  como  dato relevante: Paraparesia de 2  años  de  evolución  (fuerza  2/5).   Dolor  a  la  movilización pasiva.  Incapacidad  para  la marcha y bipedestación”.   En  éste  mismo  documento,  se  registra  una  serie  de  estudios  clínicos,  tratamientos  y  medicamentos,  que  según  el  médico  se deben iniciar en la  valoración de la evolución del paciente.   

Se observa igualmente, como fecha de ingreso  a  la  Clínica el 31 de marzo de 2009 y, como fecha de egreso, el 7 de abril de  2009,  lo cual quiere decir, que fue atendido a escasos días de perder vigencia  el  mes  de  gracia  en  atención,  pues,  según  la  EPS aparece con fecha de  desafiliación al servicio de salud, el 1° de marzo de 2009.   

Es   claro   para   esta   Sala,  que  la  interrupción  en  el  servicio  médico  efectuada por parte de la EPS Servicio  Occidental   de  Salud,  vulnera  los  derechos  fundamentales  reforzados,  por  tratarse  de  una  persona  de  la  tercera edad -sujeto de especial protección  constitucional-,  como  antes  se  dijo  del señor Pinillos García, por cuanto  quedó  demostrado  su  delicado estado de salud.  Se insiste, la atención  en  salud  no  puede  interrumpirse  por la entidad promotora de salud de manera  abrupta,  con  el  argumento  de  falta  de  afiliación del paciente, pues ello  compromete  el  derecho  a  la  salud,  “…sin  importar  la razón por la cual se extingue la vinculación con una E.P.S., esta  está  obligada  a  continuar  con  los  tratamientos  que  ha iniciado hasta su  culminación,  cuando  esto  es  posible,  o hasta cuando el ex usuario adquiera  cierta  estabilidad  que lo aleje de un peligro de muerte, en casos extremos, de  manera  que  no  es  posible la suspensión abrupta de los servicios frente a un  tratamiento  iniciado,  siempre  y  cuando,  con  ello  se  amenace o vulnere un  derecho  constitucional  con  carácter  fundamental  o  uno  que  no tenga este  carácter,  pero  que  se  encuentre  inescindiblemente  vinculado  a uno que lo  tenga”.38   

En  consecuencia, siendo procedente como se  ha  visto, la concesión de la tutela, ésta Sala Sexta  de  Revisión  de  la  Corte  Constitucional,  revocará  la sentencia proferida por  el  Juzgado  19  Penal  Municipal  de la ciudad de Cali, de fecha 27 de abril de  2009 y en su lugar concederá el amparo solicitado.   

    

1. DECISIÓN     

En  mérito  de  lo  expuesto, la  Sala  Sexta  de Revisión de la Corte Constitucional,  administrando  justicia en nombre del pueblo, y por mandato de la  Constitución Política,   

RESUELVE  

PRIMERO: REVOCAR la  sentencia  proferida  por el Juzgado 19 Penal Municipal de la ciudad de Cali, de  fecha    27    de    abril    de    2009    y,   en   su   lugar,   TUTELAR  el  derecho a la salud del señor  Víctor Manuel Pinillos García.   

SEGUNDO:  ORDENAR a  la  empresa  promotora de salud Servicio Occidental de Salud que, en el término  de  las  24 horas subsiguientes a la notificación de esta providencia, autorice  la   continuación   del   tratamiento  requerido  por  el  demandante  para  la  recuperación  de  su  salud, hasta cuando el ex usuario adquiera la estabilidad  que    lo    aleje    de   la   situación   de   vulnerabilidad   en   que   se  encuentra.   

TERCERO:     LÍBRESE     por  Secretaría  la  comunicación de que trata el artículo 36 del  Decreto 2591 de 1991, para los efectos allí contemplados.   

Cópiese,   notifíquese,   comuníquese,  publíquese en la Gaceta de la Corte Constitucional y cúmplase.   

JORGE IGNACIO PRETELT CHALJUB  

Magistrado  

NILSON PINILLA PINILLA  

Magistrado  

HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO  

Magistrado  

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ  

Secretaria General  

    

1 Folio  17   

2 Folio  20.   

3 Folio  18.   

4 Folio  17.   

5  La  parestesia se define como la  sensación  anormal  de los sentidos o de la sensibilidad general que se traduce  por  una sensación de hormigueo, adormecimiento, acorchamiento, etc., producido  por  una  patología  en  cualquier  sector  de  las  estructuras  del sistema nervioso central  o                             periférico. Tomado  de http://es.wikipedia.org/wiki/Parestesia.   

6  Pérdida   de   fuerza   en   los   miembros   inferiores,   sin   llegar  a  la  parálisis.   Definición  tomada                   de                   la                   página   http://www.definicion.org/diccionario/211.   

7   Entre  muchas:  Sentencia  C-355 de 10 de mayo de 2006, M.P. Clara Inés Vargas,  Jaime  Araujo  Renteria,   C-1032  de  5  de diciembre de 2006, M.P. Nilson  Pinilla,   C-463  de  14 de mayo de 2008, M.P. Jaime Araujo Renteria, T-158  de  15  de  febrero de 2008, M.P. Rodrigo Escobar, T-286 de 28 de marzo de 2008,  MP. Manuel José Cepeda.    

8  Sentencias  T-697  de  22 de julio de 2004, M.P. Rodrigo Uprymny Yepes, T-801 de  26  de  agosto  de  2004,  M.P. Alfredo Beltrán, T-946 de 7 de octubre de 2004,  M.P. Alfredo Beltrán, entre otras.   

9  Sentencia de 1 de junio de 2006, M.P. Humberto Antonio Sierra.   

10  Algunos  casos  en  los  que  se ha considerado que el derecho a la salud de las  personas  de  la  tercera  edad  es autónomo: T-527 de 11 de julio de 2006, MP.  Rodrigo  Escobar  Gil,  T-935  de  8 de septiembre de 2005, MP. Alfredo Beltrán  Sierra,   T-1081  de  11 de octubre de 2001, MP Marco Gerardo Monroy Cabra.   

11  “ARTICULO     46.  El Estado, la sociedad y la familia concurrirán para  la  protección y la asistencia de las personas de la tercera edad y promoverán  su  integración  a  la  vida activa y comunitaria.// El Estado les garantizará  los  servicios de la seguridad social integral y el subsidio alimentario en caso  de indigencia.”   

12  Sentencia   T-989   de   27   de   septiembre  de  2005,  M.P.  Rodrigo  Escobar  Gil.   

13  Sentencia    de    1    de   octubre   de   1999,   M.P.   Alejandro   Martínez  Caballero.   

14   Sentencia de 14 de mayo de 2008, M.P. Jaime Araújo Rentería.   

15   Ver  entre  otras,  las  sentencias  T-125  de  marzo  14  de 1994, M.P. Eduardo  Cifuentes y T-277 de 29 de abril de 1999, M.P. Alfredo Beltrán.   

16 Ver,  entre  otras,  las sentencias T-389 de 27 de mayo de 1999, M.P. Carlos Gaviria y  T-550 de 2 de diciembre de 1994, M.P. José Gregorio Hernández.   

17  Sentencia   C-126   de   16   de  febrero  de  2000,  M.P.  Alejandro  Martínez  Caballero.   

18  ARTICULO    48.”   La  Seguridad  Social  es  un  servicio  público  de  carácter  obligatorio que se  prestará  bajo  la dirección, coordinación y control del Estado, en sujeción  a  los  principios  de eficiencia, universalidad y solidaridad, en los términos  que establezca la Ley.”   

19  Sentencia  T-837  de  1°  de  septiembre  de  2004,  MP.  Marco  Gerardo Monroy  Cabra.   

20  Sentencia    de    4    de    agosto   de   1999,   M.P.   Alejandro   Martínez  Caballero.   

21  Miguel   Marienhoff,   Tratado   de   derecho  administrativo,  Tomo  II,  pág.  64.   

22   Ib. p. 66   

23 Ib.  p. 67   

25  Sentencias  T-1198  de  5 de diciembre de 2003, M.P. Eduardo Montealegre, T-1210  de  11  de  diciembre  de  2003,  M.P. Manuel José Cepeda,  T-699 de 22 de  julio  de  2004,  M.P.  Rodrigo Uprimny, T-924 de 23 de septiembre de 2004, M.P.  Clara  Inés Vargas, T-436 de 1 de junio de 2006, M.P. Humberto Sierra, T-769 de  25 de septiembre de 2007, M.P. Humberto Sierra, entre otras.   

26 T-163  de 26 de febrero de 2003, M.P. Eduardo Montealegre.   

27  Sentencias  T-572 de 25 de julio de 2002, M.P. Marco Gerardo Monroy,  T-746  de   12   de   septiembre   de   2002,   M.P.   Marco   Gerardo   Monroy,  entre  otras.   

28 Corte  Constitucional,  sentencia  C-800 de 16 de septiembre de 2003, M.P. Manuel José  Cepeda.   

29  Sentencia  T-1198 de 5 de diciembre de 2003, M.P. Eduardo Montealegre, T-1218 de  6  de  diciembre  de  2004, M.P. Jaime Araujo Renteria, Sentencia T-128 de 17 de  febrero  de  2005,  M.P.  Clara Inés Vargas, T-246 de 17 de marzo de 2005, M.P.  Clara  Inés  Vargas,   T-354  de 7 de abril de 2005, M.P. Rodrigo Escobar,  T-420  de  24  de  mayo de 2007, M.P. Rodrigo Escobar, T-183 de 26 de febrero de  2008, M.P, Jaime Córdoba Triviño.   

30  Sentencia de 26 de febrero de 2008, M.P. Jaime Córdoba Triviño.   

31 M.P.  Julio César Ortíz.   

32 M.P.  Eduardo Cifuentes Muñoz.   

33 M.P.  Manuel José Cepeda.   

34 M.P.  Rodrigo Escobar Gil.   

35  Sentencia de 15 de julio de 2004, M.P. Jaime Córdoba Triviño.   

36  Sentencia de 8 de octubre de 2004, M.P. Humberto Antonio Sierra.   

37 Folio  19,  copia  de  la  cédula  de  ciudadanía,  fecha de nacimiento 4 de abril de  1942.   

38  Sentencia   T-829   del   25   de   octubre   de   1999,   M.P.  Carlos  Gaviria  Díaz.     

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