T-734-09

Tutelas 2009

    Sentencia  T-734-09   

Referencia: expediente T-2306903  

Acción  de  tutela  interpuesta  por  María  Piedad  Tenorio  Patiño  contra  Operadores de Servicios del Norte S.A. E.S.P y  otro.   

Magistrado Ponente:  

Dr. JORGE IVÁN PALACIO PALACIO  

Bogotá, D.C., quince (15) de octubre de dos  mil nueve (2009).   

La  Sala  Novena  de  Revisión  de la Corte  Constitucional,  integrada  por  los  Magistrados  Jorge  Iván Palacio Palacio,  María  Victoria  Calle  Correa  y Juan Carlos Henao Pérez, en ejercicio de sus  competencias constitucionales y legales, profiere la siguiente:   

SENTENCIA   

dentro  del  proceso  de revisión del fallo  emitido  por  el Juzgado Primero Promiscuo Municipal de Malambo (Atlántico), en  la  acción  de  tutela  instaurada por la señora María Piedad Tenorio Patiño  contra Operadores de Servicios del Norte S.A. E.S.P.   

I. ANTECEDENTES.  

La  señora  María  Piedad  Tenorio Patiño  interpone  acción de tutela en contra de Operadores de Servicios del Norte S.A.  E.S.P.,  al  considerar  vulnerados sus derechos fundamentales a la salud y a la  integridad  física.  Para  fundamentar  su  solicitud,  presentada el día 4 de  junio de 2008, la accionante relata  los siguientes:   

1.   Hechos.   

1.1.  Refiere  la  actora  que  reside en el  municipio de Malambo en la carrera 27 número 24-90.    

1.2. Indica que, el sector de la carrera 27,  entre  las  calles  24  y 25, de la urbanización “El  Concord”  del  Municipio  de  Malambo, ha sufrido el  deterioro  y  colapso de la tubería del alcantarillado, debido al mal estado en  el   que   se   encuentra,    la   cual  en  muchas  de  sus  partes  está  “reducida a físico polvo”.   

1.3. Manifiesta que la falta de una tubería  en  buen  estado, por donde fluyan correctamente las aguas negras y los residuos  sólidos,    ha    ocasionado    por    varios    años    el    “desbordamiento  de  aguas  negras  al  interior  de  cada una de las  viviendas  de  los  vecinos  que  vivimos  en  el  sector,  al  igual que en los  sanitarios,  registros  y  respectivos manjoles, que con más intensidad en [la]  época  invernal  arrojan aguas negras con residuos sólidos incluso hasta en la  vía  peatonal,  generando un caldo de cultivo de infecciones y olores para todo  el sector siendo l[a] más vulnerable la población infantil”.   

1.4.   Sostiene  que  la situación fue  puesta  en  conocimiento  de  la  empresa Operadores de Servicios del Norte S.A.  E.S.P.  por  medio  de comunicación de fecha 9 de mayo de 2006, radicada con el  número  de  queja  695  del  mismo  año,  y  a través de derecho de petición  radicado  bajo  el número 158 del 24 de mayo de 2006, en las cuales se reiteró  la  necesidad  de  una  actuación  pronta  y  eficaz  por  parte de la empresa.   

1.5.  Expone  que  la  empresa Operadores de  Servicios  del Norte S.A. E.S.P., mediante escrito del 30 de mayo de 2006,   dio  respuesta  a  la  solicitud  del  9  de  mayo del mismo año informando que  “el   departamento  técnico  realizó  labores  de  mantenimiento,  limpieza  y  sondeo  de  la tubería de alcantarillado, quedando  todo   en  buen  funcionamiento”.  Sin  embargo,  el  problema  no  sólo  se  mantiene  sino  que  se  ha  profundizado,  pues  en el  “lugar  donde  se  presenta  esta  problemática  no  existe  físicamente tubería a la cual se pueda hacer mantenimiento, limpieza o  sondeo”,  ya  que  la  tubería  de  concreto  allí  instalada  data  de  más  de  25 años cuando el urbanizador de “El  Concord”  realizó la instalación de  la  misma,  la  cual  con  el  paso  de  los  años  se ha venido deteriorando y  desmoronando  hasta  quedar totalmente destruida e inservible. Agrega que por lo  anterior  resulta  imposible  realizar  las  tareas  descritas por Operadores de  Servicios  del Norte S.A. E.S.P. y  menos aún afirmar que la situación ha  sido normalizada.   

1.6. La accionante asevera que la vida útil  de  la tubería finalizó hace muchos años, lo que hace necesario su cambio por  otras  de  “P.V.C.”  que  tengan  un  diámetro adecuado para recoger el flujo de aguas negras del sector.   

2.  Respuesta  de  la  empresa Operadores de Servicios del  Norte S.A. E.S.P.   

La empresa Operadores de Servicios del Norte  S.A.  E.S.P. dio respuesta a la acción de amparo oponiéndose a su prosperidad.  Manifiesta  que,  en  el  presente  caso, se está poniendo a juicio del juez de  tutela  controversias  derivadas  del cumplimiento de un contrato de prestación  de servicios públicos.   

Asevera que la cláusula primera del contrato  de  operación  celebrado  entre el municipio de Malambo y la empresa Operadores  de   Servicios   del   Norte   S.A.  E.S.P.  establece  como  objeto  del mismo “la  operación  y administración  de  los  sistemas  de  Acueducto  y  Alcantarillado  del  municipio  de Malambo,  correspondiendo   las  actividades  orientadas  a  su  rehabilitación,    optimización,    mantenimiento   y   mejoramiento   de   la  infraestructura  de  esos  servicios con excepción de  los  sistemas  independientes,  de conformidad con las estipulaciones del pliego  de   condiciones   y   sus  especificaciones  técnicas  (…)”.  Agrega  que,  de  acuerdo  con  el  objeto del contrato, no se puede  solicitar   de  la  empresa  prestadora  del  servicio  la  reposición  de  las  tuberías, pues ésta no es una obligación contractual del mismo.   

Igualmente indica que la empresa ha cumplido  con  sus  obligaciones  contractuales, pues le ha hecho mantenimiento continuo a  las  redes  que han presentado problemas y que es el Municipio de Malambo el que  por  ley  debe  brindar una solución al problema de reposición de redes. De lo  anterior  concluye  que  se  está utilizando mal “el  mecanismo  de  la  tutela  accionándolo  contra  quien  no puede [responder] si  tenemos  en  cuenta  que  el  fondo  para  emergencias no tiene provisión en la  medida  que no hay excedentes mensuales que resulten de los ingresos, deduciendo  costos  de  administración,  operación,  mantenimiento  y  otros  como así lo  establece  la  cláusula  octava  y  así mismo en las obligaciones del operador  literal  K,  cuando habla de los excedentes resultantes de la operación, si los  hubiere, (…)”.   

Finalmente   expone   que,   siguiendo  la  jurisprudencia  de  la  Corte  Constitucional,  la  acción  de  tutela no es el  mecanismo  idóneo  para  reclamar perjuicios  de carácter económico y de  origen contractual.   

II.   DECISIÓN  JUDICIAL  OBJETO  DE  REVISIÓN.   

1. Única Instancia.  

El  Juzgado  Primero  Promiscuo Municipal de  Malambo   (Atlántico),  en  sentencia  del  2  de  julio  de  2008,  negó  por  improcedente  la  acción  de  tutela  presentada  por  la señora María Piedad  Tenorio    Patiño    contra    la   empresa   Operadores   de   Servicios   del  Norte.   

Agrega  el despacho que, según el artículo  86  de  la  Constitución y la jurisprudencia constitucional, toda persona tiene  derecho  a  solicitar  la  tutela de sus derechos constitucionales fundamentales  vulnerados  o  amenazados  por la acción o la omisión de las autoridades o por  determinados  particulares,  siempre  y  cuando  el afectado no disponga de otro  medio  de defensa judicial, idóneo y eficaz, para la protección de su derecho;  y  que  precisamente  en  este  caso  la  señora  María Piedad Tenorio Patiño  dispone   de  las  acciones  consagradas  en  los  artículos  88  y  89  de  la  Constitución  y  de  la  acción  contenciosa  administrativa,  las  cuales son  idóneas y eficaces para proteger esos derechos colectivos.   

El  juzgado  sostiene  igualmente  que en el  expediente   no   hay   constancia  de  que  la  accionante  hubiere  instaurado  “la correspondiente acción ante la jurisdicción de  lo  contencioso  administrativo,  lo  cual  en  el  caso  concreto constituye un  requisito ineludible para la prosperidad de la tutela”.   

2.  Pruebas.  

A  continuación  se  relacionan las pruebas  relevantes que reposan en el expediente:   

    

* Fotocopia  de la queja número 675 de mayo 9 de 2006 interpuesta ante la empresa  Operadores  de  Servicios  del  Norte S.A. E.S.P. por la usuaria Dennys García,  propietaria  del  predio  ubicado  en la carrera 21 número 24-42, en el cual se  informa  que  el  alcantarillado  del  la  carrera  27  con  calle 24 del barrio  “El Concord” se encuentra  en estado de emergencia sanitaria por el derrame de aguas negras.   

* Fotocopia  de  la  constancia  de entrega de un derecho de petición  radicado  el  24  de  mayo  de  2006 ante la empresa Operadores de Servicios del  Norte  S.A.  E.S.P.  por  la  señora  Virginia  García Montes, residente en la  carrera 27 número 24-42.   

* Fotocopia  de  la respuesta de fecha 30 de mayo de 2006, dada por la  empresa  Operadores  de  Servicios del Norte S.A. E.S.P. a la queja número 675,  donde   se   informa   que   el   departamento   técnico  realizó  labores  de  mantenimiento,  limpieza  y sondeo de la tubería de alcantarillado, quedando en  buen funcionamiento.   

* Registro  fotográfico  de los predios ubicados en la carrera 27 con  calle   24   del   barrio   “El  Concord”.   

* Fotocopia  del  registro  de  solicitudes  y reclamos de acueducto y  alcantarillado  de fecha 3 de junio de 2008, con número de radicado 3796,   de  la  solicitante  Rosa  de  Serna,  propietaria  de un inmueble ubicado en la  carrera   27   número   24-78   del   barrio   “El  Concord”.   

* Informe  número  330-2008,  firmado por la Coordinadora de Redes de  la  empresa  Operadores de Servicios del Norte S.A. E.S.P., de fecha 27 de junio  de  2008,  en el cual afirma que en la actualidad se están adelantando obras de  reposición  y  reubicación  de tubería de evacuación (alcantarillado) de los  sectores  de  la calle 24 entre carreras 27 y 28, con el propósito de optimizar  las redes del sector.   

* Fotocopia  de la minuta del contrato de operación y administración  de  los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo del municipio de  Malambo,  celebrado  entre  el  alcalde  del  municipio  del Malambo y la unión  temporal Operadores de Servicios del Norte S.A. E.S.P.     

III.    ACTUACIÓN    EN    SEDE    DE  REVISIÓN.   

1. Mediante auto de  4  de  septiembre  2009,  el  Magistrado  Sustanciador dispuso ordenar de manera  oficiosa  la vinculación del Municipio de Malambo (Atlántico) para que, dentro  del  término de 3 días, se informara de la acción en curso y remitiera a esta  Corporación  copia del contrato celebrado con Operadores de Servicios del Norte  S.A.  E.S.P.,  del  pliego  de  condiciones  y de las especificaciones técnicas  correspondientes a la licitación número 001 de 2000.   

2.   Mediante  escrito  del 16 de septiembre  de  2009  el  Jefe  de la Oficina Jurídica de la Alcaldía Municipal de Malambo  dio  respuesta  a  los  requerimientos  efectuados  por esta Corporación en los  siguientes términos:   

“Nos  permitimos  hacerle llegar para que  obre  en  el  expediente  el  contrato celebrado con Operadores de Servicios del  Norte  S.A.  E.P.S.,  el  pliego de condiciones y la licitación Nº 001 de 2000  consta de 375 folios”.   

El  representante  legal  del  municipio  se  abstuvo de contestar la tutela.   

IV. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS.  

1. Competencia.  

Esta  Corte  es  competente para conocer el  fallo  materia de revisión, de conformidad con lo establecido en los artículos  86  y  241-9  de  la  Constitución  Política  y  en los artículos 31 a 36 del  Decreto 2591 de 1991.   

2.    Planteamiento   del   problema  jurídico.   

De  acuerdo con los antecedentes planteados,  corresponde  a  esta  Sala  determinar si la empresa Operadores de Servicios del  Norte  S.A.  E.S.P.  y  el  Municipio  de  Malambo  han  vulnerado  los derechos  fundamentales  de  la  señora María Piedad Tenorio Patiño, al no proporcionar  en  la  zona  urbana  donde  reside una tubería en buen estado por donde fluyan  correctamente las aguas negras.   

Para resolver el anterior problema jurídico  la  Sala reitera la jurisprudencia de esta Corporación en relación con: (i) la  procedencia  de la acción de tutela para la protección de derechos colectivos;  (ii)  el  derecho  al  servicio de alcantarillado como un derecho susceptible de  ser  protegido  por  la  acción  de  tutela.  Con  base  en  ello (iii) la Sala  procederá  al  análisis  del  caso  concreto para determinar si hay lugar a la  protección invocada.   

3.  Procedencia de la acción de tutela para  la   protección   de   derechos  colectivos.  Reiteración  de  jurisprudencia.   

Los  artículos  86 y 88 de la Constitución  Política   prevén   dos   instrumentos   para   la   protección  de  derechos  constitucionales.  El  artículo  86  consagra  la  acción  de  tutela  como un  mecanismo  concebido para la defensa de los derechos fundamentales, mientras que  el  artículo  88  establece la acción popular como la herramienta idónea para  la  protección  de  los derechos e intereses colectivos. Al ser acciones con un  marco  constitucional  de  protección  distinto, el legislador las dotó a cada  una   de   un   procedimiento   especial   y   de  un  juez  natural1.   

En  forma  congruente,  la  Ley  472 de 1998  establece,  de  manera  enunciativa, la lista de derechos e intereses colectivos  que  pueden  protegerse mediante acción popular y el trámite respectivo.   La  jurisprudencia  constitucional  ha señalado que, con la entrada en vigencia  de  la  Ley  472,  la  acción  de  tutela  adquirió  definitivamente carácter  subsidiario  para  la  protección  de  los  derechos  colectivos, por lo que su  procedencia  se  torna  excepcional,  razón  por la cual el juez constitucional  debe  ser  especialmente  cuidadoso  al  momento  de  determinar  si  la acción  procedente   es   la   acción   popular  o  la  acción  de  tutela2.   

No  obstante, esta Corporación ha precisado  que  la  vulneración  de un derecho colectivo puede conllevar a la afección de  derechos   fundamentales,   supuesto  en  el  cual  las  acciones  populares  no  “pueden revestirse de una naturaleza que les permita  extender       su       protección       también      a      ellos”3  y  la  acción  de  tutela  se  torna en el mecanismo idóneo para  preservarlos.   

En este orden de ideas, es fácil inferir que  el  hecho  de  que se pretenda la protección de un derecho colectivo no implica  per  se  la  improcedencia  de la acción de tutela, pues existen circunstancias  que   hacen   necesaria  la  intervención  urgente  e  inmediata  del  juez  de  tutela4.   

Esta  Corte  ha  determinado  como reglas de  ponderación  que  el  juez  debe  tener en cuenta en el momento de conceder una  acción  de tutela en los casos en los que de la amenaza de un derecho colectivo  se  derive  la  violación de derechos fundamentales, las siguientes5:   

“i)  debe  existir  conexidad  entre  la  vulneración  del  derecho  colectivo  y la amenaza o vulneración de un derecho  fundamental;  (ii) el accionante debe ser la persona directamente afectada en su  derecho  fundamental;  (iii) la vulneración del derecho fundamental no debe ser  hipotética  sino  que  debe  encontrarse expresamente probada en el expediente;  (iv)  la  orden judicial debe buscar el restablecimiento del derecho fundamental  afectado  y  no  del  derecho  colectivo, aunque por efecto de la decisión este  último  resulte  protegido  y  (v)  debe  estar  acreditado  que  las  acciones  populares  no  son  un mecanismo idóneo en el caso concreto para la protección  efectiva del derecho fundamental vulnerado”.   

Una   vez   se   encuentren   plenamente  identificados  los  anteriores requisitos, el juez deberá proteger los derechos  fundamentales  que se encuentran amenazados o vulnerados, siempre y cuando ellos  se  particularicen en conculcaciones fundamentales individualizables6.   

Por otro lado, en reiteradas oportunidades la  Corte  Constitucional ha señalado que “el número de  personas  afectadas  o la cantidad de sujetos que solicitan la intervención del  juez  constitucional  no determina el tipo de acción a ejercer ni la naturaleza  del  derecho  a  proteger,  puesto que la salvaguarda de un derecho colectivo no  necesariamente  excluye  la  defensa de derechos particulares, ni la protección  de  derechos  fundamentales necesariamente supone la prohibición de medidas que  favorezcan       a       un       grupo      social      determinado”7.   

Debe destacarse finalmente que, siguiendo los  principios  que sustentan el  ordenamiento jurídico colombiano, en ciertos  casos  se  podrán tutelar derechos fundamentales de personas que, aun cuando no  instauraron  la  acción, son también víctimas de las mismas circunstancias de  quien  se  le  ha  reconocido  mediante  fallo  de  tutela la protección de sus  derechos  fundamentales vulnerados en conexidad con la afectación de un derecho  colectivo8.   

4.  Servicio  de alcantarillado y acción de  tutela. Reiteración de jurisprudencia.   

4.1. De acuerdo con  el  artículo 2º de la Constitución, uno de los fines esenciales del Estado es  servir  a la comunidad y promover la prosperidad general. Entre los instrumentos  más  efectivos  con  los  que  cuenta  el  Estado para cumplir con esos deberes  sociales    se    encuentra    la    debida   prestación   de   los   servicios  públicos9.   

El  capítulo  5º  del  título  XII  de la  Constitución  Política, denominado “De la finalidad  social    del   Estado   y   de   los   servicios   públicos”,   contempla  lo relacionado con la prestación de servicios públicos,  dentro     de     los     cuales     están     los     llamados    “domiciliarios”.   

Por  su  parte,  el  artículo  365  de  la  Constitución  dispone que es deber del Estado asegurar la prestación eficiente  de  los servicios públicos a todos los habitantes del territorio nacional y que  dichos  servicios  pueden ser prestados por el Estado, directa o indirectamente,  por  comunidades organizadas o por particulares, pero que en todo caso el Estado  debe mantener la regulación, el control y la vigilancia de ellos.   

Según el numeral 15.3 del artículo 15 de la  Ley  142  de  1994,  los  municipios  son una de las personas que pueden prestar  servicios  públicos  y  el numeral 14 de la misma ley aclara que la prestación  directa  de  un servicio público por un municipio es la que asume éste bajo su  propia  personalidad  jurídica,  con  sus  funcionarios  y  con  su patrimonio.   

4.2. Ahora bien, el  artículo  14  de  la  precitada  Ley  142  señala  que los servicios públicos  domiciliarios  son los servicios “de acueducto, alcantarillado, aseo, energía  eléctrica,  telefonía  pública  básica conmutada, telefonía móvil rural, y  distribución  de gas combustible”. Mientras que, el numeral 5.1 del artículo  5°,   de   la   misma   ley  dispone  que  es  competencia  de  los  municipios  “asegurar que se presten a sus habitantes, de manera  eficiente,  los  servicios  domiciliarios  de  acueducto,  alcantarillado, aseo,  energía  eléctrica,  y  telefonía pública básica conmutada, por empresas de  servicios  públicos  de  carácter oficial, privado o mixto, o directamente por  la   administración   central   del   respectivo   municipio   en   los   casos  previstos”.  El  artículo  367  ibídem dispone que  “los servicios públicos domiciliarios se prestarán  directamente   por  cada  municipio  cuando  las  características  técnicas  y  económicas  del servicio y las conveniencias generales lo permitan y aconsejen,  y    [que]    los    departamentos    cumplirán    [funciones]   de   apoyo   y  coordinación”.   

La jurisprudencia constitucional ha precisado  que   los  servicios  públicos  domiciliarios  “son  aquellos  que  se  prestan a través del sistema de redes físicas o humanas con  puntos  terminales  en  las  viviendas  o  sitios  de  trabajo de los usuarios y  cumplen  la  finalidad  específica  de satisfacer las necesidades esenciales de  las                    personas”10 y ha  señalado   las  siguientes  características relevantes para su determinación:    

“a) El servicio público domiciliario -de  conformidad  con  el  artículo  365  de  la  Constitución-, puede ser prestado  directamente  o  indirectamente por el Estado, por comunidades organizadas o por  particulares,   manteniendo   éste   la   regulación,  el  control  y  la  vigilancia de los servicios.   

b)  El servicio público domiciliario tiene  una  “punto  terminal”  que  son  las  viviendas  o los sitios de trabajo de los  usuarios,  entendiendo  por  usuario  “la  persona que usa ciertos servicios, es  decir quien disfruta el uso de cierta cosa”.   

c)  El servicio público domiciliario está  destinado   a   satisfacer   las   necesidades   básicas  de  las  personas  en  circunstancias  fácticas,  es decir en concreto. Así pues, no se encuentran en  estas  circunstancias  el uso del agua destinado a urbanizar un terreno donde no  habite persona alguna”.   

4.3.  De otro lado,  el  artículo  4º  y  el  numeral  21 del el artículo 14 de la Ley 142 de 1994  expresan  que  el alcantarillado es un servicio público domiciliario esencial y  el   numeral   23   de   la   misma   norma   lo   define   en   los  siguientes  términos:   

“Es la recolección municipal de residuos,  principalmente  líquidos,  por  medio  de  tuberías  y  conductos. También se  aplicará  esta ley a las actividades complementarias de transporte, tratamiento  y disposición final de tales residuos”.   

Desde  sus  primeros  pronunciamientos  esta  Corte  ha  indicado  que  el  derecho  al  servicio  de  alcantarillado debe ser  considerado  como  un  derecho  susceptible  de  ser protegido por la acción de  tutela,  cuando  su ineficiente prestación o ausencia afecte de manera evidente  derechos  y  principios  constitucionales  fundamentales, tales como la dignidad  humana,   la   vida,   la   salud  o  derechos  de  los  disminuidos11.  Así  lo  sostuvo en Sentencia T-207 de 1995, al indicar:   

“En  abstracto, se ha probado hasta   la  saciedad  que  la  falta  de un sistema de desagüe de aguas negras o de una  adecuada  disposición  de  escretas  constituye  un factor de gran riesgo   para  la  salud  de  la  comunidad que soporta tal situación, que obviamente se  traduce  en  una  amenaza  y  violación de los derechos  a la salud y a la  vida12.  En  palabras  de  la Corte Constitucional, “El agua constituye  fuente  de  vida  y  la  falta  del  servicio atenta directamente con el derecho  fundamental  a  la  vida  de  las  personas.  Así  pues,  el  servicio público  domiciliario  de  acueducto  y alcantarillado en tanto que afecte la vida de las  personas,  la  salubridad  pública  o  la  salud,  es un derecho constitucional  fundamental  y  como  tal  ser  objeto de protección a través de la acción de  tutela”13.   

         (…)   

En  ese orden de ideas, en abstracto, está  plenamente  probada  la  amenaza  del derecho fundamental a la salud y a la vida  cuando  una  persona  se  encuentra  residiendo  en  un sector en el cual no hay  adecuada  disposición  de  excretas;  sin  embargo, la amenaza o violación del  derecho  fundamental  en  casos como los planteados, así como la negligencia de  la  administración en la solución del problema que causa la antecitada amenaza  o  violación,  tiene  que  ser  apreciada  por  el juez de tutela en el caso en  concreto.  Dada  la constatación  en abstracto de la amenaza a la vida por  la  inexistencia  de  un  sistema  de  alcantarillado,  el  juez de tutela sólo  tendría  que  determinar:  a) contaminación ambiental; b) afección directa de  la contaminación al accionante”.   

En  el  mismo  sentido, esta Corporación en  Sentencia T-022 de 2008, señaló:   

“Excepcionalmente  la  orden  del juez de  tutela  puede  corregir  la  omisión de una autoridad administrativa cuando tal  conducta   implica   la  violación  directa  o  por  conexidad  de  un  derecho  fundamental.   

(…)  

La  acción  de  tutela  dirigida a obtener  obras  de alcantarillado no es improcedente por la existencia de otros medios de  defensa  judiciales  como las acciones populares, cuando se demuestra que existe  una  violación o amenaza directa al derecho  fundamental de la persona que  interpone  la  tutela  y  que  esta situación tenga una relación de causalidad  directa  con  la  omisión  de  la  administración que afecte el interés de la  comunidad,  dado que en estos casos se genera una unidad de defensa, que obedece  al  principio  de economía procesal y al de prevalencia de la acción de tutela  sobre las acciones populares”.   

De lo anterior se infiere que (i) la acción  de  tutela  orientada a obtener obras de alcantarillado no se torna improcedente  por  el simple hecho de que existan otros medios de defensa judiciales, como las  acciones  populares,  cuando  se  demuestre  que  hay  una  violación o amenaza  directa  al  derecho  fundamental de la persona que interpone la acción de  amparo  y  que,  (ii)  en  esos  casos  la  intervención  del juez de tutela es  excepcional,  pues  se  presenta  una  unidad de defensa de los derechos, lo que  justifica     la     prevalencia    del    amparo    constitucional.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              

5.   Análisis  del  caso  concreto.    

5.1.  Como  ya  se  anotó,  el  27  de  junio  de  2008  la  señora  María Piedad Tenorio Patiño  presentó  la  acción de tutela y en ella sostiene que la empresa Operadores de  Servicios  del  Norte  S.A. E.S.P. está vulnerando sus derechos fundamentales a  la  salud  e  integridad  física,  contemplados en los artículos 44 y 49 de la  Constitución,  por  cuanto  ha  omitido el arreglo y reposición de la tubería  del  alcantarillado  en  el  sector  de la carrera 27, entre calles 24 y 25, del  municipio   de  Malambo,  lugar  ese  donde  está  ubicada  su  vivienda,  cuya  dirección  es  carrera  27  número 24-90. Precisa que en ese punto la tubería  del  alcantarilladlo está destruida desde hace bastante tiempo y por ese motivo  es  físicamente  imposible  hacerle mantenimiento, limpieza y sondeo, lo que ha  causado  el  rebosamiento  de las aguas negras y de los excrementos, tanto en el  interior  de  las  viviendas  por  los  sanitarios,  como  exteriormente  en las  calles.   

Como  prueba  de  esos  hechos acompaña una  fotografía  con  la  dirección  de  su habitación, en que se aprecia la calle  completamente  anegada,  y  otras  fotografías correspondientes a la carrera 27  número   24-06   y   carrera   24   número  24-7814.  Igualmente anexó copia de  un  documento  de  la empresa accionada en que consta una visita del personal de  acueducto   y   alcantarillado,  en  el  que  se  dejó  constancia  de  que  el  alcantarillado  rebosaba  y que le hicieron limpieza en las alcantarillas, en la  carrera   27   número   24-78,   con  fecha  8  de  junio  de  200815.   

Por  su  parte,  la  señora  Carina Suárez  Gutiérrez,  quien  dice  obrar como funcionaria de la empresa accionada, acepta  como  un  hecho cierto que, en el sector de la carrera 27, entre calles 24 y 25,  del  municipio  de  Malambo,  por  efecto del paso de los años, la tubería del  alcantarillado   del   sector   de  evacuación  se  ha  venido  deteriorando  y  colapsando,  aunque  no  totalmente  sino  por tramos, pero dice no constarle el  rebosamiento  de  las  aguas  de  desecho  en  el  interior de la vivienda de la  accionante,  sino  en  las  alcantarillas de la calle. Aclara que la empresa que  representa  no  está  obligada  por  contrato  a reponer la tubería destruida,  aunque  ha  venido  cumpliendo  en  parte  esa  función  haciendo el respectivo  mantenimiento  y limpieza. Afirma que existe falta de legitimación pasiva en la  causa,  porque  el  obligado por ley a reponer  la tubería es el municipio  de  Malambo  y  no  la  empresa,  que  por  contrato  solo  está  obligada a la  operación  y  mantenimiento  de  los  sistemas  de  acueducto y alcantarillado.  Considera   que   la   acción   de   tutela   es   improcedente   para  decidir  conflictos     entre    la    empresa   accionada   y   el   municipio   de  Malambo.   

El magistrado sustanciador, por auto de fecha  4  de  septiembre  de  2009,  vinculó  de oficio como demandado al municipio de  Malambo,  representado  por  el señor alcalde, quien se abstuvo de contestar la  acción de tutela.   

En  tales condiciones, la Sala considera que  los   hechos   narrados  por  la  accionante  no  han  sido  desvirtuados,  sino  corroborados  por  las  pruebas  que  ella  aporta  y  en  buena  parte  por las  afirmaciones  que  hace  la  representante  de Operadores de Servicios del Norte  S.A.  E.S.P.,  razones  por  las  cuales  han  de  tenerse por ciertos. En otras  palabras,  está  demostrado  que  las  aguas  residuales  que se originan en el  sector  donde  vive  la  accionante  no  pueden  circular  normalmente porque el  alcantarillado  se  encuentra  destruido  por  sectores, y que por ese motivo no  solo  rebosan  por  las  alcantarillas  anegando  la  calle,  sino  que también  revierten  por  las  instalaciones sanitarias internas de la vivienda, generando  así,  como  es  obvio,  un  ambiente  nauseabundo e insoportable. Es decir, que  está  afectando  el  ambiente, que es un derecho colectivo, según el artículo  88  de  la  Constitución,  y  también  los  derechos a la salud y a la vida en  condiciones  dignas  de  la  señora  María  Piedad  Tenorio  Patiño,  que son  derechos    fundamentales,    según    los   artículos   11   y   49   de   la  Constitución.   

5.2. De acuerdo con  las  consideraciones hechas en precedencia, la acción de tutela no procede para  proteger  derechos  colectivos,  a  menos que de su desconocimiento se derive la  violación  o  amenaza  de derechos fundamentales y que concurran los requisitos  jurisprudenciales    mencionados.    En    este   orden   de   ideas,  la  Sala  entrará  a analizar si en el  presente caso se cumplen dichos requisitos.   

5.2.1.   Resulta  incuestionable  en  este caso que la obstrucción del servicio de alcantarillado  produce  el  derramamiento  de las aguas residuales por la calle y dentro de las  viviendas.  Es decir, que existe relación de causa a efecto entre la violación  del    derecho    a    un   ambiente   sano   y   los   derechos   fundamentales  mencionados.   

5.2.2. Tampoco hay  lugar  a  duda  de  que la accionante es la persona directamente afectada en sus  derechos  fundamentales,  pues  reside  en la vivienda contaminada por las aguas  negras desbordadas.   

5.2.3.   La  vulneración  del derecho a llevar un vida en condiciones dignas por parte de la  señora  María Piedad Tenorio Patiño es evidente e indiscutible. Igualmente es  grave  y  permanente  la  amenaza del derecho  a su salud, pues el contacto  directo  con  elementos  tan  contaminados  la  exponen  a adquirir enfermedades  graves.   

5.2.4. Es razonable  sostener  que  en  este  caso  la  acción  de tutela resulta más eficaz que la  acción  popular  consagrada en el artículo 88 de la Constitución, no obstante  las  amplias  facultades  que  la  Ley  472  de 1998 otorga al juez para ordenar  medidas  cautelares,  pues,  como  ya  se  mencionó, la accionante se encuentra  expuesta  permanentemente  a  una  situación  de  vulneración  de sus derechos  fundamentales,  ocasionada  por  el  desbordamiento  de  aguas  residuales en el  interior   y  en  el  exterior  de  su residencia, situación que justifica  acudir a la acción de tutela.   

5.2.5. Naturalmente  que   las   medidas   que   se   tomen  en  esta  providencia  deben  buscar  el  restablecimiento  de  los  derechos  fundamentales  violados  y amenazados de la  accionante y no del derecho colectivo al saneamiento ambiental.   

Síguese  de  lo  dicho  que  en  este caso  procede  la acción de tutela, de manera excepcional, para la protección de los  derechos fundamentales vulnerados a la accionante.   

Pues  bien,  está  probado                 que  el  municipio  de  Malambo,  con  fecha 5 de mayo de 2000, firmó un contrato con la  Unión  Temporal  Operadores  de  Servicios del Norte S.A. E.S.P., que tiene por  objeto   la  operación  y  administración  de  los  sistemas  de  acueducto  y  alcantarillado  de  ese municipio, que comprende las actividades orientadas a su  rehabilitación,    optimización,    mantenimiento   y   mejoramiento   de   la  infraestructura  de  esos  servicios,  de conformidad con las estipulaciones del  pliego  de  condiciones  y  sus especificaciones técnicas correspondientes a la  licitación  pública  número  001  de  2000,  quedando  el  operador  bajo  la  supervisión  del  municipio  y las autoridades competentes, en los términos de  la  Constitución,  las  leyes  80  de  1993  y  142  de 1994, las normas de los  códigos  civil  y comercial, aclarando que hace parte del contrato el pliego de  condiciones  y  sus  especificaciones  y  los  documentos  que  lo integran. Ese  contrato  fue adicionado por las partes el 17 de octubre de 2000 y el 20 de mayo  de 2002.   

Entre las obligaciones del operador, según  el  pliego  de  condiciones, figuran las de prestar eficientemente los servicios  objeto  del  contrato; mantener en buen estado de funcionamiento los componentes  de  los  sistemas;  y diseñar el plan maestro de acueducto y alcantarillado con  cargo  a  la  operación, así como el plan de inversiones entre otros. Además,  el  cambio  de  tubos  o  tramos  de  tubería  de  alcantarillado  por causa de  taponamiento,  rotura,  infiltraciones  y  penetración  de  raíces16.   

De  acuerdo  con  este  contrato  la  Sala  concluye  que  el  municipio  de  Malambo  presta  los  servicios  de acueducto,  alcantarillado  y  aseo en forma indirecta, esto es, a través de un contratista  u  operador. De tal suerte que ese contrato genera obligaciones entre las partes  que  lo  suscribieron  y  que  el  incumplimiento  de  esas  obligaciones genera  acciones  judiciales  a  favor de la parte cumplida, diferentes de la acción de  tutela,   que   deviene  improcedente  para  dilucidar  esas  diferencias.    

Ahora bien, como el municipio de Malambo es  el  que presta el servicio de Alcantarillado y tiene la supervisión, vigilancia  y  control  del  mencionado  contrato,  pues  también  es  la entidad que está  legitimada  pasivamente en desarrollo de acciones de tutela interpuestas por los  usuarios  de  ese  servicio  público, por la prestación ineficiente del mismo;  sin  perjuicio  de  que  el  municipio  pueda adelantar las acciones pertinentes  contra  el  operador  o  contratista  en  la  medida  de  que  éste incumpla el  contrato.   

5.4.  Por  otra  parte,  la  Corte  observa  que,  según  la sentencia T-771 de 2001, la señora  Yadira  del  Socorro  Barrios  de  Garzón y otros presentaron acción de tutela  contra  el  Alcalde Municipal de Malambo (Atlántico), por el mal funcionamiento  del  alcantarillado  desde el mes de marzo de 1999. En dicho fallo se tuteló el  derecho  a  un  ambiente sano en conexidad con el derecho a la vida y a la salud  de  los  actores  y  se  ordenó  al  alcalde  de  Malambo  iniciar “las  gestiones  necesarias  para  programar  el presupuesto de la  próxima  vigencia  fiscal  proyectando los recursos necesarios para efectuar el  gasto  relacionado  con  las  obras  necesarias  para  el  destaponamiento de la  tubería  del  alcantarillado de ese municipio en el sector comprendido entre la  calle 5ª entre carrera 4ª y 5ª”.   

De  acuerdo  con ésto, se evidencia que el  servicio  de  alcantarillado  del  Municipio de Malambo viene funcionando en muy  malas  condiciones  desde  hace cerca de 10 años y que, a pesar de tanto tiempo  transcurrido,  las  autoridades  competentes  no  han adelantado las diligencias  necesarias para el mejoramiento de ese servicio público.   

   

Es preciso señalar que la jurisprudencia de  esta  Corporación  ha  reconocido  que,  “el juez de  tutela  no  puede  inmiscuirse  en esferas de decisión que son privativas de la  administración  pública  y  que  le  está proscrita toda participación en el  diseño  y  ejecución  de la política fiscal de las entidades públicas.   Pero  que  ello  sea así no implica que ha de ser indiferente a la necesidad de  protección  de  los  derechos  fundamentales  de los ciudadanos y por ello bien  puede,  y  así  lo ha reconocido esta Corporación, impartir instrucciones para  que   la   programación  del  presupuesto  se  haga  proyectando  los  recursos  necesarios    para    superar    la    acreditada   vulneración   de   derechos  fundamentales”17.   

Así  las  cosas,  la  Sala  ordenará  al  municipio  de  Malambo, representado por el señor Alcalde, que, a partir de las  48  horas  siguientes  a  la notificación de esta providencia, si aún no lo ha  hecho,  directa  o  indirectamente  inicie los trabajos necesarios para arreglar  definitivamente  y poner en buen funcionamiento, a la mayor brevedad posible, la  red  de  alcantarillado  que conecta la casa de habitación de la señora María  Piedad  Tenorio  Patiño,  ubicada  en  la  carrera  27  número  24-90  de  ese  municipio,  debiendo  rendir  informe cada 20 días al Juzgado Primero Promiscuo  Municipal  de  esa  ciudad  sobre el cumplimiento de lo que se ordena y hasta la  terminación  de  la  obra en forma satisfactoria. En caso de incumplimiento, el  señor   Juez   deberá   imponer   las   sanciones   legales  correspondientes.   

5.5. Finalmente, la  Sala  observa que el juez de instancia profirió sentencia el 2 de julio de 2008  y  que  sólo  hasta  el  10  de  junio de 2009 fue recibido el expediente en la  Secretaría      de      esta      Corporación18.  Es decir, más de 11 meses  después.   Como   ese   retardo  podría  constituir  falta  disciplinaria  por  violación   de   lo   dispuesto   en  el  artículo  32  del  Decreto  2591  de  199119,   la  Sala  ordenará  compulsar copias de esta providencia y  del  proceso  con  destino  a  la  Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo  Seccional   de   la   Judicatura   de   Barranquilla  para  que adelante la investigación disciplinaria que  considere                 pertinente20.   

V. DECISIÓN  

En mérito de lo expuesto, la Sala Novena de  Revisión  de  la  Corte  Constitucional,  administrando  justicia en nombre del  pueblo y por mandato de la Constitución Política,   

RESUELVE  

PRIMERO.-  REVOCAR  el  fallo  proferido  por  el  Juzgado  Primero  Promiscuo  Municipal de Malambo  (Atlántico),  de  fecha  2  de  julio  de  2008,  que negó por improcedente la  acción  de  tutela  instaurada  por  la  señora  María Piedad Tenorio Patiño  contra  la  empresa  Operadores  de Servicios del Norte S.A. E.S.P. En su lugar,  CONCEDER,   por  las  razones  y en los términos de esta  sentencia,  el  amparo  de  los  derechos  fundamentales  a  un ambiente sano en  conexidad  con  el  derecho  a  la  salud y a la vida digna de la señora María  Piedad Tenorio Patiño.   

SEGUNDO.-  ORDENAR  al  municipio  de  Malambo  (Atlántico),  representado por el señor Alcalde, que, a partir de las  48  horas  siguientes  a  la notificación de esta providencia, si aún no lo ha  hecho,  directa  o  indirectamente  inicie los trabajos necesarios para arreglar  definitivamente  y poner en buen funcionamiento, a la mayor brevedad posible, la  red  de  alcantarillado  que conecta la casa de habitación de la señora María  Piedad  Tenorio  Patiño,  ubicada  en  la  carrera  27  número  24-90  de  ese  municipio,  debiendo  rendir  informe cada 20 días al Juzgado Primero Promiscuo  Municipal  de esa ciudad sobre el cumplimiento de lo que aquí se ordena y hasta  la  terminación  de  la obra en forma satisfactoria. En caso de incumplimiento,  el   señor   Juez  deberá  imponer  las  sanciones  legales  correspondientes.   

TERCERO.- COMPULSAR  copias  de  esta  decisión y del proceso a la Sala Jurisdiccional Disciplinaria  del   Consejo   Seccional   de   la   Judicatura   de   Barranquilla  para  que  adelante  la  investigación  disciplinaria que considere pertinente.   

CUARTO.- LÍBRENSE  las  comunicaciones  de que trata el artículo 36 del Decreto 2591 de 1991, para  los efectos allí contemplados.   

Notifíquese,  comuníquese, publíquese en  la Gaceta de la Corte Constitucional y cúmplase.   

JORGE IVÁN PALACIO PALACIO  

Magistrado Ponente  

MARÍA VICTORIA CALLE CORREA  

Magistrada  

JUAN CARLOS HENAO PÉREZ  

Magistrado  

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MENDEZ  

Secretaria General  

    

1 T-888  de 2008.   

2 T-182  de 2008.   

3 T-771  de 2001.   

4 T-888  de 2008.   

5 Ver  Sentencias  SU-067  de 1993, T-254 de 1993, T-500 de 1994, SU-429 de 1997, T-244  de  1998,  T-644 de 1999, T-1451 de 2000, SU 1116 de 2001, T-1527 de 2001, T-576  de 2005, T-022 de 2008 y T-182 de 2008.   

6 T-125  de 2008.   

7 T-182  de 2008.   

9 Ver  sentencia T-472 de 1993.   

10 Ver  sentencias T-578 de 1992 y T-022 de 2008.   

11 Ver  sentencias T-406 de 1992 y  T-022 de 2008, entre otras.   

12  Corte Constitucional. Sentencia T-406 de 1992.   

13  Corte Constitucional. Sentencia T-578 de 1992.   

14  Folios 7 al 10.   

15  Folios 21 y 22.   

16  Folios 60 y 138.   

17  Sentencia T-771 de 2001.   

18  Folio 2, cuaderno de revisión.   

19  Decreto  2591  de  1991: “ARTICULO 32. TRAMITE DE LA  IMPUGNACION.  Presentada  debidamente  la  impugnación  el  juez  remitirá  el  expediente   dentro   de  los  dos  días  siguientes  al  superior  jerárquico  correspondiente.   

El  juez  que  conozca  de la impugnación,  estudiará  el  contenido  de  la misma, cotejándola con el acervo probatorio y  con  el  fallo.  El  juez,  de  oficio  o a petición de parte, podrá solicitar  informes  y  ordenar la práctica de pruebas y proferirá el fallo dentro de los  20  días  siguientes  a  la recepción del expediente. Si a su juicio, el fallo  carece  de fundamento, procederá a revocarlo, lo cual comunicará de inmediato.  Si   encuentra  el  fallo  ajustado  a  derecho,  lo  confirmará.  En   ambos  casos,  dentro  de  los  diez  días  siguientes  a  la  ejecutoria  del fallo de segunda instancia, el juez remitirá el expediente a la  Corte     Constitucional,     para     su     eventual     revisión”.   (Subrayado   fuera   de   texto  original).   

20   Véase  entre  otras  las   Sentencias  T-769 de 2005,  T-195 de 2007 y T-894 de 2007.     

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