T-817-09

Tutelas 2009

    Sentencia  T-817-09   

DERECHO  A  LA  SALUD  DEL  NIÑO-Fundamental/PREVALENCIA  DE  DERECHOS DEL  NIÑO   

AGENCIA   OFICIOSA   EN  TUTELA-Menor de edad   

DERECHOS  A  LA SALUD Y A LA VIDA-Inaplicación  de  normas  que contienen pretextos económicos para  no suministrar tratamientos y medicamentos   

DERECHO    A    LA    SALUD-Contenido   

La salud como derecho integral, implica que la  atención  deba  brindarse  en  la  cantidad,  oportunidad, calidad y eficiencia  requeridas,   lo   cual   conlleva   ofrecer,   de  acuerdo  con  la  ley  y  la  jurisprudencia,    todo   cuidado,   medicamento,   intervención   quirúrgica,  rehabilitación,  diagnóstico,  tratamiento  y  procedimiento  necesarios  para  restablecer   la   salud,   con   prevalencia   al   tratarse   de   menores  de  edad.   

SISTEMA    DE    SEGURIDAD    SOCIAL   EN  SALUD-Integralidad   

ACCION      DE     TUTELA-Deber  de  Dasalud de autorizar de manera integral tratamiento para  deficiencias  renales  a menor de edad al igual que la manutención, alojamiento  y tiquetes aéreos para su progenitora   

Referencia: expediente T-2325781  

Acción  de  tutela  instaurada  por  Rosalba  Rodríguez  Cuesta,  en  representación  de  su  hijo  menor  Yasser Rodríguez  Cuesta,  contra  el  Departamento  Administrativo de Salud y Seguridad Social de  Chocó   

Procedencia:  Juzgado  Segundo  Promiscuo  de  Familia de Quibdó   

Magistrado Ponente:  

Dr. NILSON PINILLA PINILLA  

Bogotá,  D.  C.,   diecinueve  (19)  de  noviembre de dos mil nueve (2009).   

La  Sala  Séptima  de Revisión de la Corte  Constitucional,  integrada  por los magistrados Nilson Pinilla Pinilla, Humberto  Antonio  Sierra  Porto  y  Jorge  Iván  Palacio  Palacio,  en  ejercicio de sus  competencias constitucionales y legales ha proferido la siguiente   

SENTENCIA  

en  la  revisión del fallo proferido por el  Juzgado  Segundo Promiscuo de Familia de Quibdó, dentro de la acción de tutela  instaurada  por  la  señora Rosalba Rodríguez Cuesta, en representación de su  hijo   menor   de   edad   Yasser  Rodríguez  Cuesta,  contra  el  Departamento  Administrativo de Salud y Seguridad Social de Chocó.   

El   expediente   arribó   a   la   Corte  Constitucional  por  remisión que hizo el referido despacho judicial, en virtud  de  lo  ordenado  por  el  artículo  31  del  Decreto  2591 de 1991. La Sala de  Selección  Nº 8 de la Corte, el 06 de agosto de 2009, eligió este asunto para  su revisión.   

I. ANTECEDENTES  

La   señora  Rosalba  Rodríguez  Cuesta,  actuando  en  su  condición de madre del niño Yasser Rodríguez Cuesta, elevó  acción  de tutela en abril 23 de 2009, contra el Departamento Administrativo de  Salud  y  Seguridad  Social  de  Chocó (Dasalud), aduciendo vulneración de los  derechos  a  la  vida,  la  salud  y  de  los  niños,  según  los hechos que a  continuación son resumidos.   

A.   Hechos   y  relato  contenido  en  la  demanda   

1. Señaló la demandante que su hijo, nacido  el    6   de   julio   de   1995,   ha   venido   sufriendo   una   “enfermedad  en  los  riñones”, motivo  por  el  cual fue examinado por los médicos del Hospital San Francisco de Asís  de  Quibdó, quienes decidieron remitirlo a través de Caprecom EPS a Medellín,  “para        una        consulta       médica  especializada” (f. 1 cd. inicial).   

2. Sin embargo, la EPS habría informado que  el  servicio  médico  requerido  no  estaba cubierto por el POS, por lo cual su  costo  debía  ser  sufragado  por  Dasalud,  “que se  comprometió        a       la       cancelación  del 100% por los servicios”  (f. 1 ib.).   

3.  Sostuvo  la  actora  que  “han  transcurrido más de 6 meses para la revisión y tratamiento  médico  del  riñón  y  Dasalud  no ha cumplido con volver a mandar al niño a  Medellín  con  el suministro de lo necesario, para continuar con el tratamiento  o   la   cirugía   del   riñón   que   estos  días  le  ha  estado  doliendo  mucho”,   agregó            que  “los  médicos  me  dicen  que debo  llevarlo    pronto    porque   la   enfermedad   es   grave   que   (sic)  incluye  pérdida  del  riñón”  (f. 1 ib.).   

B. Pretensión  

En  consecuencia,  se  demanda  ordenar  a  Dasalud,  Chocó,  remitir  al  menor  Yasser  Rodríguez  Cuesta  a  Medellín,  autorizando que se le realice el servicio médico requerido.   

C.  Documentos relevantes cuyas copias obran  dentro del expediente   

2.   Tarjeta  de  identidad  y  carné  de  afiliación   al   Sistema  General  de  Seguridad  Social  en  Salud,  Régimen  Subsidiado,  en  Caprecom  EPS  del  joven  Yasser Rodríguez Cuesta (f. 4 ib.).   

3.   Documento   denominado   “referencia  y  contrarreferencia”, de  junio  27  de  2008,  a  través  del cual se efectuó un resumen de la historia  clínica al menor implicado (f. 5 y v. ib.).   

4.    Escrito   diligenciado  en  julio  1°  de  2008,  por parte del  Departamento  Administrativo  de Salud y Seguridad Social de Chocó,   a   nombre   del   usuario   Yasser  Rodríguez  Cuesta,  donde  se  observa     que     el    servicio    médico    requerido    es    “Nefrología  36100”  y se remite a la  IPS Salud para Todos (f. 7 ib.).   

5.  Oficio de julio 1° de 2008, enviado por  dicho  Departamento  Administrativo  a la IPS Salud para Todos de Medellín, con  la  “orden  de prestación de servicios de salud No.  2272”  autorizada para el menor. En el mismo escrito  se  señala como diagnóstico “riñón poliquístico.  Tipo infantil” (f. 8 ib.).   

6.   “Informe  Técnico  Médico  Legal”,  rendido por el Instituto  Nacional  de  Medicina  Legal  y Ciencias Forenses de Quibdó en mayo 6 de 2009,  donde  consta  una  apremiante  valoración  realizada  sobre  el  niño  Yasser  Rodríguez  Cuesta  (fs.  18  y  19  ib.),  a  la  cual  posteriormente se hará  referencia.   

II. ACTUACIÓN PROCESAL  

     

A. Mediante auto de abril 24 de 2009,  el  Juzgado  Segundo  Promiscuo  de  Familia  de  Quibdó  admitió  la  acción  y  corrió  traslado  de  la  demanda    al    director    de   Dasalud,   Chocó,   para   que   “rinda  informe  al Despacho sobre los hechos a los que se refiere  la  solicitud  de  amparo” (f. 10 ib.), pero no hubo  respuesta.     

En  la misma providencia, dispuso remitir al  menor  a una “valoración médico – legal en aras de  establecer  su  actual  estado de salud, sus padecimientos y consecuencias de la  omisión  en  el  tratamiento  que  requiere”  (f. 11  ib.).   

B.  Respuesta  del  Instituto  Nacional  de  Medicina Legal y Ciencias Forenses de Quibdó   

En  respuesta  a lo anterior, el Profesional  Universitario  Forense  del  Instituto  Nacional  de  Medicina  Legal y Ciencias  Forenses  de  Quibdó,  rindió  en  mayo 6 de 2009 informe médico legal, donde  consta    que   el   niño   Yasser   Rodríguez   Cuesta   sufre   “insuficiencia   renal   que   de   no  ser  evaluado  y  manejado  (sic)   por   nefrología  pediátrica  podría  terminar  en  una insuficiencia renal con un estadio mayor  requiriendo  manejo  con  diálisis, menoscabando la calidad de vida del menor y  poniéndolo   en   riesgo   inminente   de   muerte”  (f.           19           ib.).      

C. Sentencia única de instancia  

El  Juzgado  Segundo Promiscuo de Familia de  Quibdó,  mediante  providencia  de mayo 11 de 2009, que no fue impugnada, negó  el  amparo  solicitado  al  considerar  que “no se ha  establecido   en   forma   alguna   la  posible  vulneración  de  los  derechos  fundamentales  invocados  por  la  accionante a favor de su menor hijo, toda vez  que  se  vislumbra  que  DASALUD cumplió con la autorización para que el menor  fuera  revisado  por NEFROLOGÍA desde el año 2008 y pese a ello, la accionante  no    cumplió    por   su   parte   con   presentarlo,   debido   a   problemas  económicos…” (f. 24 ib.).   

Sin  embargo,  instó al director de Dasalud  Chocó,  para  que  “en  el  menor  tiempo  posible,  realice  las  diligencias administrativas y los trámites necesarios para que se  solicite  y  autorice  una  cita  por  NEFROLOGIA” al  joven Yasser Rodríguez Cuesta (f. 25 ib.).     

D.  Pruebas  allegadas  en sede de revisión   

1.  Mediante autos de esta corporación (fs.  14   a  15  y  31  a  32  cd.  Corte),  se  ordenó  solicitar  al  Departamento  Administrativo  de  Salud  y  Seguridad  Social de Chocó, Dasalud, indicara las  circunstancias  por  las  cuales  no  se  le había suministrado la atención en  salud  al  menor  Yasser Rodríguez Cuesta, a pesar de haberse expedido la orden  de  servicios  N°  2272 que autorizaba tal prestación. Igualmente se le pidió  que,  en  caso  de  no ser de su cargo, indicara a quien le competía asumirla y  manifestara  si  aquel  servicio  médico  podía proveerse por una institución  idónea               en              salud              situada              en  Quibdó.           

En  respuesta,  fue  recibido  un escrito en  octubre  2  de  2009,  a  través del cual la  representante legal de dicha  entidad  aduce  que  “ya se autorizó la valoración  por   nefrología   al   menor   Yasser   Rodríguez  Cuesta,  en  el  Hospital  San  Francisco  de Asís”  de  Quibdó,  sin  señalar  cuándo  tuvo  lugar  la  efectiva  prestación  del  servicio,  aun  cuando  dice que esta situación fue  comunicada a la madre del niño (f. 21 ib.).   

2.  En la providencia de septiembre 15, esta  Corte  también dispuso oficiar a la señora Rosalba Rodríguez Cuesta, para que  informara  sobre su situación económica y las razones que le impedían acceder  a    la    prestación   del   servicio   médico   necesitado   por   su   hijo  Yasser.   

En octubre 14 de 2009, fue recibido escrito a  través  del  cual  la progenitora de Yasser Rodríguez Cuesta reportó que a su  hijo  “le  sacaron  un  riñón  en Medellín, en la  Clínica  San  Vicente.  Un  año  después  le  operaron  el  otro riñón y me  advirtieron  en  Medellín  que  tenía que llevarlo a revisión, como no tenía  plata   lo   llevé   a  Caprecom  y  de  allí  lo  remitieron  a  DASALUD”.  Aseveró    que    es    madre    cabeza    de   familia   y   su   “situación  económica  es  muy  pobre, vivimos de la ropa que le  lavo  a  las  gentes  y  Yasser que cuando se siente bien, se va los domingos al  cementerio  a  lavar  lápidas.  Con  esto  nos sostenemos, unas veces comemos y  otras no” (f. 28 ib.).   

Finalizó  indicando  que la primera vez que  remitieron  a  su  hijo  a cirugía en Medellín “nos  dieron  los  pasajes  por  carretera,  la cual es una trocha y como no teníamos  plata  nos  tocó  venirnos  por  ese  medio”  (f. 28  ib.).     

3. Con el propósito de constatar la realidad  de  la  situación  del  menor,  se pidió al Hospital San Francisco de Asís de  Quibdó  aportar  información  que  condujera  a  precisar  qué  se  le había  realizado,  frente  a  lo cual el agente interventor de dicho Hospital, mediante  escrito  recibido  en  noviembre 4 de 2009, relató que Yasser Rodríguez Cuesta  estuvo  hospitalizado  en varias ocasiones en esa institución, que “brindó  la  atención adecuada hasta donde la capacidad técnica  lo   permitía,   pues  para  esa  fecha  no  se  contaba  con  el  servicio  de  Nefrología” (f. 37 ib.).   

Señaló   además,   que   esa   entidad  “es una institución Prestadora de Servicio de Salud  y  en  consecuencia  no  es  competente  para  ordenar esta remisión, ya que el  especialista  de  la  ciudad  de  Medellín  que atendió al menor es quien debe  determinar  el  tratamiento  a  seguir  y  el  control  de citas” (f. 38 ib.).   

Anexó  copia  de  la  historia clínica del  menor  en  cuestión,  en  donde  no  se observa que se le hubiere facilitado el  servicio   médico   de  “nefrología” requerido.   

4.  En  el  mismo  sentido  se  solicitó  a  Dasalud,  Chocó,  indicar  a partir de cuándo se verificó el servicio médico  ordenado, pero no respondió.   

III.   CONSIDERACIONES   DE   LA   CORTE  CONSTITUCIONAL   

Primera. Competencia  

Esta corporación es competente para decidir  este  asunto,  en  Sala  de  Revisión,  de  conformidad con lo dispuesto en los  artículos  86  y  241,  numeral 9°, de la Constitución, y 31 a 36 del Decreto  2591 de 1991.   

Segunda.  El  asunto  objeto  de  análisis   

Como  se  sintetizó en los antecedentes, la  madre  del  menor  Yasser Rodríguez Cuesta interpuso acción de tutela para que  el  Departamento  Administrativo de Salud y Seguridad Social de Chocó, Dasalud,  lo  remita  a  Medellín  con  el propósito de continuar el tratamiento médico  iniciado  y  recomendado  para su padecimiento nefrológico. Corresponde ahora a  esta  Sala  de Revisión determinar si en el caso bajo estudio procede el amparo  solicitado.   

Tercera.  Legitimidad  y  protección de los  derechos  fundamentales  de  niños  y  adolescentes, a través de la acción de  tutela      

Desde la preceptiva constitucional contenida  en  los  artículos  44  y 45 de la Constitución Política, se ha consagrado un  régimen          jurídico          amplio1 y especial de protección para  los  menores  de  edad,  al punto que se proclama que los derechos de los niños  prevalecen sobre los de los demás.   

De  igual  manera,  esta  corporación  ha  destacado   que   su  condición  de  infantes  los  hace  sujetos  de  especial  protección;  por  tanto el acceso a los servicios de la salud y de la seguridad  social,   adquieren   el   carácter   de   derechos   fundamentales2,  tratándose  de ellos.          

Esta  garantía  se  erige desde la familia  misma,   la   sociedad   y   el   Estado,   quienes   tienen   la   “obligación  de  asistirlos  y  protegerlos  para  garantizar  su  desarrollo    armónico    e    integral   y   el   ejercicio   pleno   de   sus  derechos”.3  Este  apremio   de   asistencia  y  protección  comprende  la  satisfacción  plena  de  las necesidades básicas del niño, como lo serían el  amor4,         la        alimentación5,   la  educación6,     la  recreación7    y    la    atención    en   salud8.        

Igualmente,  la  Corte  ha  señalado  que  cualquier  persona  “está legitimada para interponer  acción  de  tutela  en  nombre  de  un  menor, siempre y cuando en el escrito o  petición   verbal  conste  la  inminencia  de  la  violación  a  los  derechos  fundamentales          del          niño”9,  legitimidad que en este caso  está  aún  más realzada, en la medida en que quien interpone la acción es la  propia madre y representante del menor de edad.   

Cuarta.  Reiteración    de    jurisprudencia    sobre    la  incapacidad económica de los  usuarios    para    asumir    los    costos    de   los   servicios   de   salud  necesitados   

El  acceso  a los servicios de promoción,  protección  y  recuperación  de   la   salud,  no  puede  implicar  un  menoscabo  para la integridad del usuario derivado de su capacidad  económica,  y  su  prestación  no  puede  estar sujeta a factores ajenos a las  necesidades   reales   del  paciente.  Por  ello,  la  Corte  Constitucional  ha  establecido    que   “el   criterio   estrictamente  económico  no  puede  esgrimirse  como  obstáculo  permanente para extender la  seguridad  social  a  los  espacios queridos por el Constituyente”.10   

El  artículo  49  de  la  Carta  Política  señala  que  la  atención de la salud se considera como un servicio público a  cargo  del  Estado,  al  cual  tienen  acceso todas las  personas.   Esa  obligación  estatal  obedece  a  la  categorización  de  social  de  derecho  que  emerge desde el artículo 1° de la preceptiva fundamental, con  el  propósito  ineludible  de  que sean satisfechas las básicas condiciones de  vida del ser humano.   

La vulnerabilidad de los menores de edad los  hace  merecedores  de  una protección constitucional reforzada, que debe primar  por  encima  de cualquier conflicto social o de tipo administrativo, como sería  la asunción de aspectos pecuniarios o de normatividad secundaria.   

   

Al respecto señaló la Corte en la sentencia  T-150  de  febrero 22 de 2000, M. P. José Gregorio Hernández Galindo (no está  en negrilla en el texto original):   

“…  cuando  la  vida  y la salud de las  personas   se   encuentren   grave  y  directamente  comprometidas  a  causa  de  operaciones     no     realizadas,     tratamientos  inacabados,   diagnósticos   dilatados,   drogas  no  suministradas,  etc.,  bajo  pretextos  puramente  económicos  contemplados  en  normas  legales o reglamentarias que están supeditadas a la Constitución, cabe  inaplicarlas   en  el  caso  concreto  en  cuanto  obstaculicen  la  protección  solicitada.  En  su  lugar  el  juez debe amparar los derechos a la salud y a la  vida  teniendo  en  cuenta  la  prevalencia de los preceptos superiores, que los  hacen inviolables.”   

Quinta. Servicios médicos autorizados, pero  no  suministrados:  no se configura un hecho superado, pues no se da la carencia  actual de objeto   

La   finalidad   de   la   atención   en  salud11,  consiste  en  curar,  superar  o  al  menos paliar las afecciones  contra  la  integridad  física  o  mental,  de  quien  acude a una institución  médica  en  procura  de  lograr,  al máximo nivel posible y mediante las vías  científicas  apropiadas,  la recuperación de sus condiciones de salud, siempre  en      cumplimiento      del      principio     de  eficiencia  que  le  es  propio  al Sistema General de  Seguridad Social en Salud.   

La  ley  y la jurisprudencia constitucional  han  desarrollado  todo un esquema de protección para los usuarios del servicio  médico  en  salud,  tanto  para aquellos con capacidad económica, como los que  carecen  de  ella.  Así,  a  partir  de  la  Ley  100  de  1993, con sus varias  modificaciones  (últimamente  la  Ley 1122 de 2007), se ha protegido el derecho  de  los  usuarios  a  recibir  íntegramente todas aquellas asistencias médicas  requeridas.   

Mediante  sentencia  T-760  de  julio 31 de  2008,  M.  P.  Manuel  José Cepeda Espinosa, esta Corte recordó y sistematizó  las   reglas   jurisprudenciales   aplicables   en   los  diferentes  escenarios  constitucionales  donde  entra en juego el derecho a la salud, avanzando, dentro  del  marco  que  brinda la Constitución, en la identificación de los elementos  que  comportan  el  efectivo  acceso  de  toda persona al disfrute del más alto  nivel posible de salud. Allí se expuso:   

           

“… los servicios de salud que se presten  a  las  personas deben ser de calidad. Para las entidades obligadas a garantizar  la  prestación  del  servicio, respetar ese derecho, supone, por ejemplo, que a  la  persona  no  se  le  debe  entregar  un  medicamento u otro tipo de servicio  médico  de  mala calidad, que desmejore la salud de la persona.” 12   

En  consecuencia,  la  salud  como  derecho  integral,  implica  que la atención deba brindarse en la cantidad, oportunidad,  calidad  y  eficiencia  requeridas,  lo cual conlleva ofrecer, de acuerdo con la  ley  y  la jurisprudencia, todo cuidado, medicamento, intervención quirúrgica,  rehabilitación,  diagnóstico,  tratamiento  y  procedimiento  necesarios  para  restablecer            la            salud13, con prevalencia al tratarse  de menores de edad.   

El efectivo amparo jurisdiccional a través  de  la acción de tutela debe procurar también la reparación del daño causado  (cfr.  numeral  4°  del  artículo  6°  del  Decreto 2591 de 1991). Bajo estos  parámetros,  la Corte Constitucional ha establecido que una vez cesare la causa  generadora  del  perjuicio no habrá lugar a proferir una decisión judicial que  ampare  el  derecho fundamental conculcado, a no ser que la situación continúe  produciendo efectos.   

En caso tal, el juez constitucional deberá  evaluar  la  situación  concreta  y  determinar  si  la  reparación fue real y  materialmente  la  adecuada para el restablecimiento pleno de los derechos de la  persona  afectada,  lo  cual en materia de servicios de salud implica no solo la  autorización   de   la   prestación   asistencial  requerida,  sino  el  cabal  cumplimiento  en  el  suministro  del  tratamiento prescrito por el galeno de la  entidad,      con     idoneidad     en     salud14.   

Sexta.   Aplicación   del  principio  de  integralidad  en el acceso efectivo a los servicios de salud, particularmente en  el caso de niños y adolescentes   

Desde  el Preámbulo de la Ley 100 de 1993,  se  evidencia  que  el  Sistema  de  Seguridad  Social  en Salud tiene entre sus  objetivos    cardinales    la    cobertura   integral  de      las      contingencias,      especialmente   las   que   menoscaban   la  salud  y  la  capacidad  económica   de   los   habitantes   del   territorio  nacional.   

En  el  artículo 2°, literal d), dicha Ley  define   el   principio  de  integralidad,  reconociendo  que  los  beneficiarios  de  los servicios de salud  tendrán  “cobertura  de todas las contingencias que  afectan  la  salud, la capacidad económica y en general las condiciones de vida  de  toda  la  población.  Para  este  efecto  cada quien contribuirá según su  capacidad  y recibirá lo necesario para atender sus contingencias amparadas por  esta Ley”.   

En  el  mismo  sentido,  el numeral 3° del  artículo  153  ib.  destaca:  “El Sistema General de  Seguridad  Social en Salud brindará atención en salud integral a la población  en   sus  fases  de  educación,  información  y  fomento  de  la  salud  y  la  prevención,   diagnóstico,   tratamiento   y   rehabilitación,  en  cantidad,  oportunidad,  calidad  y  eficiencia,  de conformidad con lo previsto en el art.  162  respecto  del  Plan  Obligatorio  de  Salud.” De  igual   forma,   el   literal  c)  del  artículo  156  ib.  indica:  “Todos  los  afiliados al Sistema General de Seguridad Social en  Salud  recibirán  un  plan  integral  de protección de la salud, con atención  preventiva,  médico quirúrgica y medicamentos esenciales, que será denominado  el Plan Obligatorio de Salud.”    

En  materia  de prestación de servicios de  salud  para  menores de edad, la fundamentalidad de este principio se realza con  la    prevalencia    del    interés   superior   del  niño,  pretendiendo  la  satisfacción  integral  con  “límite  únicamente  en el contenido de las normas  legales  que  regulan la prestación del servicio de seguridad social en salud y  su        respectiva        interpretación        constitucional”.     15   

Estas  precisiones aplicadas a la cobertura  del  servicio  de  salud  para los menores de edad, bajo la estricta observancia  del      principio      pro     infans,16  tienen  por  objeto maximizar y proveer toda la asistencia médica  necesaria,  que  permita  la  satisfactoria  recuperación  del  infante  que ha  padecido  un  detrimento  en  su  integridad,  más  aún si está en peligro su  vida.   

Es así que, en desarrollo del principio       de       integralidad,  esta    corporación   ha  establecido  que  es  deber  del  médico  tratante  y,  en su caso, del juez de  tutela,  ordenar  que  se  garantice  el  acceso  a todos los servicios médicos  necesarios  para  llevar a cabo el tratamiento recomendado al menor de edad, con  sujeción  a  las  respectivas  previsiones legales, mientras éstas no resulten  contrarias a la Constitución.   

Inclusive,   en   algunas  circunstancias  específicas  esta  Corte  ha  efectivizado  el  servicio de la salud cuando sea  indispensable  acudir  a  otra  ciudad,  si  en  la sede respectiva no existe la  capacidad  científica  requerida  al  efecto;  por  ejemplo,  en  la  precitada  sentencia T-642 de 2008, esta corporación dispuso:   

“… por vía de tutela se puede impartir,  de  acuerdo con el material probatorio existente en el expediente, la orden para  que   la   empresa  prestadora  del  servicio  de  salud  cubra  el  transporte,  alojamiento  y  manutención  especial, del afiliado y de su acompañante cuando  el  paciente  lo  requiera, de forma que pueda recibir  oportunamente  los  servicios  médico  asistenciales  que  sólo  le puedan ser  prestados   fuera   de   su   sede.”   (No está en negrilla en el texto original.)   

Séptima. Caso concreto  

Conforme se estableció en el expediente, la  señora  Rosalba  Rodríguez  Cuesta,  madre del joven Yasser Rodríguez Cuesta,  solicitó  el  amparo de los derechos fundamentales de él a la salud, a la vida  y  de  los  niños,  al considerar que el Departamento Administrativo de Salud y  Seguridad  Social  (Dasalud)  de  Chocó,  los  está  vulnerando,  al negarse a  facilitar una apremiante asistencia nefrológica.   

7.1.  Atendiendo la especial protección que  merecen  los menores de edad por parte de la familia, la sociedad y el Estado, a  partir  de lo dispuesto en los artículos 44 y 45 superiores y de acuerdo con la  normatividad  internacional  acogida  en  Colombia, de prevalente aplicación en  materia  de  derechos  humanos  (art.  93 Const.), se han desarrollado distintos  postulados  para  amparar  la  integridad  del menor frente a cualquier forma de  menoscabo     y,     en     cambio,     prodigarle    permanente    asistencia   y  protección.   

7.2.  En  este  sentido,  el  principio  de  integralidad  en materia de  atención  médica  converge  como  una  característica inmanente al Sistema de  Seguridad  Social  en  Salud, por tanto su efectivo ejercicio deberá abarcar la  plenitud de todas las necesidades del bienestar del ser humano.   

7.3.  En el caso que está siendo sometido a  revisión, la señora Rosalba  Rodríguez  Cuesta  y  su  hijo  Yasser  Rodríguez  Cuesta  están adscritos al  régimen  subsidiado,  de donde debe inferirse su falta de capacidad económica.  La  petente afirma en la demanda “la ropa que le lavo  a  las  gentes  y  Yasser  que  cuando  se  siente  bien,  se va los domingos al  cementerio  a  lavar  lápidas.  Con  esto  nos sostenemos, unas veces comemos y  otras  no”  (f.  28  cd.  Corte),  lo cual no le fue  contradicho por la parte demandada.   

Lo  anterior  debe  tenerse  por  cierto, en  aplicación  de  lo  dispuesto  por  el  artículo  20 del Decreto 2591 de 1991,  advirtiendo  que  el  Juzgado  Segundo  Promiscuo  de Familia de Quibdó corrió  traslado  de  la  demanda  a Dasalud, Chocó, que no respondió, lo cual tampoco  hizo  al  pedirle  esta  corporación  que  precisara  cuándo  se  autorizó el  servicio  de  nefrología  al  menor  a  cuyo  nombre se interpuso la acción de  tutela.   

La única comunicación que se recibió está  circunscrita    a    señalar    que    esa   entidad   autorizó   “la  valoración  por  nefrología  al menor Yasser”,     lo     cual    habría    hecho    para    dar    “cumplimiento    a    la    sentencia   de   tutela”.    

7.4.  En  el  expediente  obra  fotocopia de  documento    en    papelería    de    Caprecom   EPS,   titulado   “referencia  y  contrarreferencia”, con  un  resumen  de  la  historia  clínica de Yasser Rodríguez Cuesta, en donde se  observan  acotaciones  en  cuanto  a que “No se le ha  realizado  control  y  nefrología”  y  “No  hay  nefrología en la ciudad” (f.  5 y v. inicial).          

7.5.  En la experticia pedida por el Juzgado  de  instancia,  el  Instituto  de  Medicina Legal y Ciencias Forenses de Quibdó  destacó  que  la  enfermedad padecida por el menor le produce una insuficiencia  renal  que  de  no  ser evaluada y manejada por nefrología pediátrica, podría  terminar  en  “estadio  mayor requiriendo manejo con  diálisis,  menoscabando  la  calidad  de vida del menor y poniéndolo en riesgo  inminente de muerte” (f. 19 ib.).   

7.6.  El propio Juzgado Segundo Promiscuo de  Familia  de  Quibdó  reconoció  a  Yasser Rodríguez el deterioro de su salud,  “en  medio  de  una enfermedad que día a día va en  progreso  sin  el  tratamiento adecuado” (f. 24 ib.),  pero  extrañamente  no  concedió  el  amparo  de  los  derechos  fundamentales  invocados,  determinación  que esta Sala revocará por inconsecuente, aunque en  el  numeral  segundo  de  la parte resolutiva requiriera a Dasalud, Chocó, para  que   en   el   menor  tiempo  posible  autorizara  una  cita  por  nefrología,  requerimiento a todas luces insuficiente.   

Se advierte que el derecho a la salud, en sí  mismo  y  para  preservación  de  la  vida,  en un caso como el presente, no se  ampara  con  la  simple  autorización de un servicio médico, pues la atención  tiene   que   prestarse   con   calidad,  eficacia  y  oportunidad17   y   de   manera   integral.   

El  Estado, la sociedad y la familia, tienen  la  obligación  de  garantizar  a  los  coasociados la prestación del servicio  público    de   salud,   derecho   fundamental   per  se,  de  manera  que  cardinalmente el primero le debe  protección,  así  sea  por  un elemental principio de solidaridad y sobre todo  ante la absoluta imposibilidad de la familia.   

De  esta  manera, el menor Yasser Rodríguez  Cuesta  debe  ser  sometido  cuanto  antes  y  de manera continua e integral, al  tratamiento  que  le  permita estabilizar sus funciones renales, de acuerdo a lo  prescrito  por  el  médico  tratante  e  incluyendo  su  traslado  y  el  de su  progenitora,  con  alimentación  y  alojamiento,  a una ciudad con instituto de  salud  que  tenga  toda el soporte técnico y humano, como ya se había hecho en  “la    Clínica    San   Vicente”   (f.  28  cd.  Corte)  o  en  “el Hospital  General   Luz   Castro  de  Gutiérrez”  (f.  1  cd.  inicial), ambos de Medellín.   

Recuérdese que el Hospital San Francisco de  Asís  de  Quibdó, receptor de la solicitud de la entidad accionada, indicó no  contar con la infraestructura adecuada para la atención requerida.   

7.7. Con base en todo lo anterior, esta Sala  de  Revisión  amparará  los  derechos  fundamentales a la salud y a la vida de  Yasser  Rodríguez  Cuesta y ordenará al Departamento Administrativo de Salud y  Seguridad  Social,  Dasalud, de Chocó, por intermedio de su representante legal  o  quien  haga  sus  veces,  que  en caso de que no lo hubiere hecho aún, en el  término  de cuarenta y ocho (48) horas contadas a partir de la notificación de  esta  providencia, autorice de manera integral al menor Yasser Rodríguez Cuesta  todo  el  tratamiento  que  requiera  para  la  superación  de sus deficiencias  renales, según dispongan los respectivos médicos.   

Siempre   que   sea   necesario,  Dasalud  suministrará  a  Yasser Rodríguez Cuesta y a su progenitora Rosalba Rodríguez  Cuesta,  durante  el tiempo indispensable, manutención, alojamiento y tiquetes,  aéreos  si  así  lo  indica  el  médico  tratante,  para  su atención en una  institución hospitalaria idónea en otra ciudad.   

7.8.   Adicionalmente,  se  oficiará  al  Procurador  General  de  la Nación y al Defensor del Pueblo, para que a través  de  sus  respectivas  oficinas,  en  Quibdó  o  en  otra  ciudad,  efectúen un  apropiado  seguimiento  a  la  forma  como el joven Yasser Rodríguez Cuesta sea  atendido,  para aplicar los oportunos correctivos y, de resultar indicado según  las    correspondientes    competencias,    pidan   la   intervención   de   la  Superintendencia  Nacional  de  Salud  y  aún  de  la  Fiscalía  General de la  Nación,  si  la  desidia  u  omisión  al  deber de cuidado aumenta los riesgos  contra  la  salud y la vida del joven cuyos derechos se ha dispuesto proteger en  esta  providencia,  de  la  cual  y  del  respectivo  expediente se les enviará  copia.   

IV.- DECISIÓN.  

En mérito de lo expuesto, la Sala Séptima  de  Revisión  de  la Corte Constitucional, administrando justicia en nombre del  pueblo y por  mandato de la Constitución,   

RESUELVE  

Primero: REVOCAR el  fallo     proferido     por     el     Juzgado  Segundo Promiscuo de Familia de Quibdó en mayo 11 de 2009,  en  cuanto  no  concedió  la  tutela  pedida  por  Rosalba Rodríguez Cuesta en  representación   de   su   menor  hijo  Yasser  Rodríguez  Cuesta,  contra  el  Departamento   Administrativo   de   Salud   y  Seguridad  Social,  Dasalud,  de  Chocó.   

Segundo:  En  su  lugar,     ORDENAR    al  Departamento  Administrativo  de  Salud  y Seguridad Social, Dasalud, de Chocó,  por  intermedio de su representante legal o quien haga sus veces, que en caso de  que  todavía  no lo hubiere hecho, en el término de cuarenta y ocho (48) horas  contadas  a  partir  de la notificación de esta providencia, autorice de manera  integral  al  menor  Yasser  Rodríguez  Cuesta todo el tratamiento que requiera  para   la   superación  de  sus  deficiencias  renales,  según  dispongan  los  respectivos médicos.   

Tercero:  Siempre  que  sea  necesario,  Dasalud  suministrará  a  Yasser Rodríguez Cuesta y a su  progenitora   Rosalba   Rodríguez  Cuesta,  durante  el  tiempo  indispensable,  manutención,  alojamiento  y  tiquetes,  aéreos  si  así lo indica el médico  tratante,  para  su  atención  en una institución hospitalaria idónea en otra  ciudad.   

Cuarto: OFICIAR al  Procurador  General  de  la Nación y al Defensor del Pueblo, para que a través  de  sus  respectivas  oficinas,  en  Quibdó  o  en  otra  ciudad,  efectúen un  apropiado  seguimiento  a  la  forma  como el joven Yasser Rodríguez Cuesta sea  atendido,  para aplicar los oportunos correctivos y, de resultar indicado según  las    correspondientes    competencias,    pidan   la   intervención   de   la  Superintendencia  Nacional  de  Salud  y  aún  de  la  Fiscalía  General de la  Nación,  si  la  desidia  u  omisión  al  deber de cuidado aumenta los riesgos  contra  la  salud y la vida del joven cuyos derechos se ha dispuesto proteger en  esta  providencia,  de  la  cual  y  del  respectivo  expediente se les enviará  copia.   

Quinto.-     Por  Secretaría  General, LÍBRESE  la  comunicación  a  que  se  refiere  el  artículo  36  del  Decreto  2591 de  1991.   

Notifíquese, comuníquese y publíquese en  la Gaceta de la Corte Constitucional. Cúmplase.   

NILSON PINILLA PINILLA  

Magistrado  

HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO  

Magistrado  

JORGE   IVÁN   PALACIO   PALACIO    

Magistrado  

MARTHA SÁCHICA DE MONCALEANO  

Secretaria General  

    

1  Cfr.  Declaración  de los  Derechos  del  Niño, de la Asamblea General de las Naciones Unidas de noviembre  20  de  1959;  Convención Americana sobre Derechos Humanos (aprobada por Ley 16  de  1972  en  Colombia);  Convención Internacional sobre los Derechos del Niño  (Naciones  Unidas,  1989,  aprobada por Ley 12 de 1991); Convenio 138 de la OIT,  de  junio  26 de 1973 (aprobado Ley 515 de 1999); Ley 1098 de 2006 (“Ley   de   la  Infancia  y  de  la  adolescencia”), entre otros.   

2 T-514  de  septiembre  21  de 1998 y T-556 de octubre 6 de 1998, ambas con ponencia del  Magistrado José Gregorio Hernández Galindo.   

3 T-642  de junio 26 de 2008, M. P. Nilson Pinilla Pinilla.   

4 T-339  de julio 21 de 1994, M. P. Vladimiro Naranjo Mesa.   

5 T-49  de febrero 15 de 1995, M. P. Alejandro Martínez Caballero.    

6  T-1228 de diciembre 3 de 2008, M. P. Mauricio González Cuervo.   

7 C-507  de mayo 25 de 2004, M. P. Manuel José Cepeda Espinosa.   

8 T-760  de julio 31 de 2008, M. P. Manuel José Cepeda Espinosa.   

9 T-408  de  septiembre  12  1995,  M. P. Eduardo Cifuentes Muñoz; T-975 de octubre 9 de  2008, M. P. Humberto Antonio Sierra Porto.   

10  T-531 de septiembre 23 de 1992, M. P. Eduardo Cifuentes Muñoz.   

11  Sobre  el  particular,  obsérvese  el  artículo  12 del Pacto Internacional de  Derechos  Económicos, Sociales y Culturales, ratificado por Colombia en octubre  29  de  1969:  “1. Los Estados Partes en el presente  Pacto  reconocen  el  derecho  de  toda  persona al disfrute del más alto nivel  posible  de  salud  física  y mental; 2. Entre las medidas que deberán adoptar  los  Estados  Partes  en el Pacto a fin de asegurar la plena efectividad de este  derecho,  figurarán  las necesarias para: a) La reducción de la mortinatalidad  y  de  la  mortalidad  infantil,  y  el  sano  desarrollo  de  los niños; b) El  mejoramiento  en  todos  sus  aspectos  de  la  higiene  del trabajo y del medio  ambiente;  c)  La  prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas,  endémicas,  profesionales  y  de  otra  índole, y la lucha contra ellas; d) La  creación  de  condiciones  que  aseguren a todos asistencia médica y servicios  médicos  en  caso  de  enfermedad.”  En  el  mismo  sentido   se   encuentra   la  observación  N°  14  del  Comité  de  Derechos  Económicos,  Sociales  y  Culturales,  frente  al derecho al disfrute del nivel  más  alto  posible  de  salud:  “1. La salud es un  derecho  humano  fundamental  e  indispensable  para  el  ejercicio de  los  demás  derechos  humanos.  Todo  ser  humano tiene derecho al disfrute del más  alto     nivel     posible    de    salud     que    le    permita    vivir  dignamente.”   

12  Cfr.  también  T-597  de  diciembre 15 de 1993, M. P. Eduardo Cifuentes Muñoz,  donde  la  Corte tuteló el derecho a la salud de un niño a quien se le habían  generado  afecciones  de salud, producto de un servicio médico mal practicado y  no enmendado.   

13  Cfr. T-278 de abril 20 de 2009, M. P. Nilson Pinilla Pinilla.   

14  T-581 de julio 30 de 2007, M. P. Humberto Antonio Sierra Porto.   

15  T-53 de enero 30 de 2009, M. P. Humberto Antonio Sierra Porto.   

16  Entre  otras,  C-41  de febrero 3 de 1994, M. P. Eduardo Cifuentes Muñoz; en la  sentencia  T-1278  de diciembre 5 de 2008, M. P. Mauricio González Cuervo, obra  la  noción  “herramienta hermenéutica valiosa para  la  ponderación  de  derechos constitucionales, en el entendido que en aquellos  eventos  en  que  se  haga  presente  la tensión entre prerrogativas de índole  superior,  deberá  preferirse la solución que otorgue mayores garantías a los  derechos de los menores de edad”.   

17  Consideración  jurídica  4.4.6.  del  fallo  T-760  de julio 31 de 2008, M. P.  Manuel José Cepeda Espinosa.     

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