C-665-09

    SENTENCIA C-665/09  

(Septiembre 22, Bogotá DC)  

COSA   JUZGADA  CONSTITUCIONAL-Configuración   

INHIBICION  DE  LA  CORTE  CONSTITUCIONAL POR  INEPTITUD    SUSTANTIVA   DE   DEMANDA-Incumplimiento  del     requisito    de  pertinencia   

INHIBICION  DE  LA  CORTE  CONSTITUCIONAL  EN  DEMANDA  DE  INCONSTITUCIONALIDAD  POR OMISION LEGISLATIVA RELATIVA-Falta de argumentación   

Referencia:  expedientes D-7632 y D-7635   

Actores:   José  Antonio Quintero Jaimes y Rober Trinidad Romero Ramírez   

Demanda  de inconstitucionalidad  contra  el numeral 5° (parcial) del artículo 33 de la Ley 617 de  2000   

Magistrado Ponente:  Mauricio González Cuervo.   

Bogotá,  D.  C.,  veinte  y  dos  (22)  de  septiembre de dos mil nueve (2009)   

La  Sala Plena de la Corte Constitucional, en  cumplimiento  de  sus  atribuciones  constitucionales  y de los requisitos y los  trámites   establecidos   en   el   Decreto  2067  de  1991,  ha  proferido  la  siguiente   

I.  ANTECEDENTES.   

1. Norma demandada.  

En ejercicio de la acción pública consagrada  en  el  artículo 241 de la Constitución, José Antonio Quintero Jaimes y Rober  Trinidad  Romero  Ramírez,  presentaron demandas de inconstitucionalidad contra  apartes  del numeral 5° del artículo 33 de la Ley 617 de 2000 (las expresiones  demandadas, con subraya):   

LEY 617 de 2000.  

“ARTÍCULO  33.  De  las inhabilidades de los diputados. No podrá  ser inscrito como candidato ni elegido diputado:   

(…)  

5.  Quien  tenga  vínculo por matrimonio, o  unión  permanente,  o  de parentesco en segundo grado  de  consanguinidad, primero de afinidad o único civil,  con  funcionarios  que  dentro  de los doce (12) meses anteriores a la elección  hayan   ejercido   autoridad  civil,  política,  administrativa  o  militar  en  el  respectivo departamento;  o  con  quienes  dentro  del  mismo  lapso  hayan sido representantes legales de  entidades  que  administren tributos, tasas o contribuciones, o de las entidades  que  presten servicios públicos domiciliarios o de seguridad social de salud en  el  régimen  subsidiado  en el respectivo departamento. Así mismo, quien esté  vinculado  entre  sí por matrimonio o unión permanente o parentesco dentro del  tercer  grado  de  consanguinidad,  segundo  de  afinidad  o  único civil, y se  inscriba  por el mismo partido o movimiento político para elección de cargos o  de  corporaciones  públicas que deban realizarse en el mismo departamento en la  misma fecha.   

2. Las demandas.  

La  Sala Plena de la Corte Constitucional, en  sesión  llevada  a  cabo  el  día  diez  (10)  de  febrero  del año en curso,  resolvió  acumular  los  expedientes  D-7635  y  D-7632. En consecuencia, sobre  ambos se decidirá en esta sentencia.   

2.1. Expediente  D-7632.  

El  ciudadano  José Antonio Quintero Jaimes  sostiene  que  el  Legislador,  al  fijar  la  regulación legal del régimen de  inhabilidades  para  los  diputados,  desconoce “los  parámetros  constitucionales  consagrados en los artículos 179-5, 293 y 299 -2  de     la     Carta     Política”    pues    este  régimen  “no  podía  ser  menos  estricto  que el  señalado  para  los  congresistas” como se prevé en  la  disposición  acusada.  Precisa  que   la  causal de inhabilidad de los  diputados   por   parentesco   no   podía   establecerse   en  el  segundo  grado  de  consanguinidad,  pues  tratándose  de los congresistas, el numeral 5º del artículo 179-5 CP extiende  la  causal  de  inhabilidad  por  parentesco al tercer  grado de consanguinidad.   

2.2. Expediente  D-7635.  

El  ciudadano Rober Trinidad Romero Ramírez  estima  violados  los  artículos  13, 40, 292, 293 y 299 de la Carta Política.  Afirma  que  el legislador incurrió en una inconstitucionalidad por omisión al  no  haber  hecho  explícito en el numeral quinto del artículo 33 de la Ley 617  de       2001        que       la       expresión        respectivo          departamento  alude  únicamente  a  esta  entidad  territorial,  pues  esa  falta de determinación unívoca ha dado pie a  algunos  operadores  jurídicos,  entre  ellos  la Procuraduría y el Consejo de  Estado,  a  sostener  que  las  causales  de  inhabilidad  de  los  diputados se  configuran,   tanto   cuando   su   supuesto   fáctico    ocurre   en   el  departamento,   como  cuando  ocurre  en  un  municipio o distrito de   éste.   

3. Intervenciones.  

3.1.   El   decano   de   la   Facultad  de  Jurisprudencia   de  la  Universidad  del  Rosario  envió  escrito  en  el  que  precisa:   

“es  forzoso  concluir  que el régimen de  inhabilidades  previsto  por  la  norma que se acusa para los diputados (segundo  grado  de  consanguinidad)  es  menos  estricto  que  el que la Constitución ha  previsto  para los congresistas (tercer grado de consanguinidad), con lo cual se  viola  el  inciso  segundo  del artículo 299 de la Carta, toda vez que en dicha  disposición  señala  que  el  régimen  de  los  diputados no podrá ser menos  estricto     que    el    señalado    por    la    Constitución    para    los  congresistas”   

3.2.   Por   otra  parte,  el  Director  de  Ordenamiento  Jurídico del Ministerio de Justicia observó, en relación con la  demanda  presentada  por  Rober  Trinidad  Romero  Ramírez,  que sus argumentos  “más  que hacer referencia al inconstitucionalidad  de  la  disposición  demandada,  se  refieren  a la aplicación de la misma por  parte  de  las  autoridades  disciplinarias  y  de  la Jurisdicción contencioso  administrativa”.  Así,  citando la Sentencia C-1052  de  2001  (M.P.  Manuel  José  Cepeda  Espinosa)  de esta Corte Constitucional,  concluye  que  procede  emitir  sentencia  inhibitoria  respecto  de  los cargos  señalados  por el accionante para la expresión “en  el  respectivo  departamento” pues a ese respecto la  demanda  no  cumpliría el requisito de “pertinencia  de las razones de la demanda de inconstitucionalidad”.   

3.3.  Finalmente,  el  ciudadano  Mario  Alario  Méndez  presentó un escrito en el que destaca que la  comparación  entre  el  régimen de inhabilidades previsto para los diputados y  el  previsto  para  los  congresistas, sólo puede hacerse tomando en cuenta que  “un   régimen   es  un  conjunto   de   normas   que   gobiernan   o   rigen   una   actividad   o   una  institución”;   y   al  considerar  todos  los  elementos  de  uno  y  otro (desarrolla su planteamiento  comparando   a   doble   columna   los   dos   regímenes)  puede  concluir  que  “el    régimen    de  inhabilidades  para  ser  diputado  establecido  en  la ley 617 de 2.000 es más  estricto  que  el  régimen de inhabilidades para ser congresista establecido en  la Constitución”.   

4.  Concepto  del  Procurador  General  de la  Nación.   

4.1. Mediante concepto No.4755 del 3 de abril  de   2009,   el   Procurador   General   de   la  Nación,  Alejandro  Ordóñez  Maldonado,  solicitó  a  la  Corte  Constitucional declararse inhibida para pronunciarse de fondo pues, en su  criterio:   

“El demandante Romero Ramírez sólo afirma  que   la   expresión   demandada   “el  respectivo  departamento”;  contenida  en  el  numeral  5°  del  artículo  33  de  la Ley 617 de 2001, no respeta los limites establecidos en la  Constitución   Política,   y   ha  extendido  “la  inhabilidad  a  otros  casos  no contemplados en la Constitución, como lo es el  caso  en  que un pariente dentro de los grados consagrados en la norma que ocupe  un  cargo  de  los  allí  mencionados en otra entidad territorial como lo es un  municipio   que   haga   parte  de  “el  respectivo  departamento”   para   el   que   aspire   a   ser  elegido”,  citando  como  fuente  sentencias  de  la  Sección    Quinta    y    de   la   Procuraduría1,  sin  llegar  a  explicar  de  manera  clara,  cierta,  directa  y  suficiente  las razones y el modo en que la  expresión  acusada  desconoce el mandato constitucional, es decir, sin explicar  mínima  y  razonablemente  las consideraciones jurídicas que le permitan hacer  tal afirmación”.     

(…)  

“Tampoco  reúne los requisitos materiales  la  demanda  presentada  por  el ciudadano Quintero Jaimes, contra la expresión  “segundo  grado  de consanguinidad”; porque  su  fundamentación  no  es  suficiente,  ya que se limita a  citar  la  jurisprudencia  constitucional  sobre  el  tema,  y a hacer solamente  algunas  observaciones, señalando que el legislador al fijar la regulación del  régimen  de  inhabilidades  para  los  diputados  debía sujetarse “en  primer  término  a  lo  dispuesto  por  el constituyente, y  enseguida  lo dispuesto por el legislador, por la obvia razón de la supremacía  de  ordenamiento  constitucional sobre el legal, privilegiado por el artículo 4  de  la  Carta  Política”,  teniendo en cuenta que no  podía  ser  menos  estricto  que  el  señalado para los congresistas en lo que  corresponda”   

4.2.  Sin  embargo,  invocando  el  principio  pro  actione, y teniendo en  cuenta  que el cargo formulado en la presente demanda es similar al expresado en  el  expediente  D-7458,  reitera  lo  expresado  en  el  Concepto  4673 del 9 de  diciembre  de  2008,  en  el que solicitó a la Corte Constitucional declarar la  inexequibilidad  de  la  expresión acusada “segundo  grado de consanguinidad”.   

II.  CONSIDERACIONES.   

1.  Competencia   

En  virtud  de  lo dispuesto por el artículo  241-4  la  Corte  Constitucional  es  competente para conocer de las demandas de  inconstitucionalidad   contra   normas   de   rango   legal,   como  la  que  se  acusa.   

2.   Problema   de  constitucionalidad.   

2.1. Análisis de los cargos de la demandas.  

2.1.1. En relación con la demanda presentada  por  José  Antonio  Quintero  Jaimes (D-7632), se observa que, tras señalar la  norma  impugnada,  se refiere a las disposiciones constitucionales que considera  vulneradas,  sustentando  la violación en la consagración legal de un estatuto  menos  estricto  que  el señalado para los congresistas, tal como se expresa en  el  artículo  33  de la ley 617, cumpliendo con los requisitos de admisibilidad  del cargo.   

2.1.2. En cuanto a la demanda presentada por  ciudadano  Rober Trinidad Romero Ramírez (D-7635), es preciso reiterar, como lo  ha  sostenido  esta Corporación, que si bien el carácter popular de la acción  de  inconstitucionalidad  implica  que  la  demanda debe analizarse a la luz del  principio  pro actione, no es  suficiente  la  observancia  formal  de  los  requisitos  a  que  se  refiere el  artículo  2º  del  Decreto  2067  de  1991  -que  establece el procedimiento y  actuaciones  que  se  surten  ante esta Corporación2-,  pues  debe  determinarse el  objeto  de la demanda, la razón por la cual la Corte es competente para conocer  de   ella   y   el   concepto   de   la  violación3.   

En  esta   demanda,  al  explicar  las  razones  por las cuales estima violados los artículos 13, 40, 292, 293 y 299 de  la  Carta  Política,  el  ciudadano Rober Trinidad Romero Ramírez sólo afirma  que  el  legislador  incurrió  en  una  inconstitucionalidad por omisión al no  haber   hecho   explícito   en   la  disposición  acusada  que  la  expresión  respectivo   departamento  se   refiere  únicamente  a  esta  entidad  territorial  y  no a los municipios y  distritos  que  pertenecen al correspondiente departamento. Agrega que esa falta  de  determinación  ha dado pie a que algunos operadores jurídicos, entre ellos  la  Procuraduría  y  el   Consejo de Estado, sostengan que las causales de  inhabilidad  de  los  diputados  se configuran tanto cuando su supuesto fáctico  ocurre  en  el  nivel  departamental  como  cuando  se  realiza  en los órdenes  municipales o distritales.   

Con  todo,  la  posibilidad de que una norma  legal   se   preste   a  varias  interpretaciones  no  constituye  un  cargo  de  inconstitucionalidad4  y,  en  lo  que respecta a la  inconstitucionalidad  por  omisión  legislativa  habría  sido necesario que el  actor  sustentara  el  cargo al que hace referencia.  En efecto, como se ha  precisado   en   la  jurisprudencia  constitucional  de  esta  Corte5   bajo   el  “concepto     de     violación”,  el  demandante  debe expresar razones específicas, definiendo con  claridad  la  manera  como  la disposición acusada desconoce o vulnera la Carta  Política,  a través de la formulación de por lo menos un cargo constitucional  concreto  contra  la norma demandada, fundado “en la  apreciación  del contenido de una norma Superior que se expone y se enfrenta al  precepto                 demandado”6,    ya    que   “no  cualquier  disconformidad  o falta de detalle preciso de una  disposición,  alcanza  a  configurar  una  omisión  legislativa,  así  sea de  carácter  relativo,  porque de lo contrario, se invadirían claramente terrenos  del     legislador”.   

Con base en el principio de conservación del  derecho  objetivo,  cuando una de las varias interpretaciones de una norma legal  acusada   por   inconstitucionalidad,  resulta  conforme  con  la  Constitución  Política  y las demás resultan violatorias del ordenamiento superior, la Corte  Constitucional    tiene    la    potestad    de    proferir   una   sentencia  interpretativa, en virtud de la  cual  declara exequible dicha norma con la condición de que se interprete en la  forma  que  se señala en la misma decisión. Sin embargo, para ello se requiere  que    el    actor    haya   formulado   cargos   de  inconstitucionalidad  que  ameriten un fallo de fondo.  Esas  condiciones  no  se  dan ante la demanda presentada por el ciudadano Rober  Trinidad Romero Ramírez.   

En este mismo sentido, el Procurador General  en  su  concepto  No.4755  del  3  de  abril  de  2009,  observa también que el  demandante  no  llega  a  explicar de manera clara, cierta, directa y suficiente  las  razones  y  el  modo  en  que  la  expresión  acusada desconoce el mandato  constitucional, pues, en sus palabras:   

“sólo  afirma que la expresión demandada  “el  respectivo  departamento”, contenida en el numeral 5° del artículo 33  de  la Ley 617 de 2001, no respeta los límites establecidos en la Constitución  Política,  y ha extendido “la inhabilidad a otros casos no contemplados en la  Constitución,  como  lo  es  el  caso  en  que un pariente dentro de los grados  consagrados  en  la  norma  que  ocupe un cargo de los allí mencionados en otra  entidad  territorial  como lo es un municipio que haga parte de “el respectivo  departamento”  para  el  que  aspire  a  ser  elegido”,  citando como fuente  sentencias   de   la   Sección   Quinta   y   de  la  Procuraduría7  (…)  sin  explicar   mínima  y  razonablemente  las  consideraciones  jurídicas  que  le  permitan hacer tal afirmación”.   

En ese sentido, la demanda presentada por el  ciudadano   Rober  Trinidad  Romero  Ramírez,  incumple  con  el  requisito  de  pertinencia   del   cargo   de   inconstitucionalidad   pues   el  argumento  de  inconstitucionalidad  por  omisión  legislativa carece de especificidad, ya que  tiene  principalmente  como  base  algunos  casos  que  el  actor  considera  de  aplicación  indebida  o  interpretación  errónea  de  la  norma  por operados  jurídicos,  como  la  Procuraduría y el Consejo de Estado. Por lo anterior, la  Corte  se  inhibirá  de  fallar  respecto  del  cargo  relativo a la expresión  “el    respectivo    departamento”, por ineptitud sustancial  de la demanda.   

Como  procede  proferir fallo inhibitorio en  relación  con  la  demanda  presentada  por  ciudadano  Rober  Trinidad  Romero  Ramírez,    la    cuestión    a   resolver   se   reduciría   al   cargo   de  inconstitucionalidad  formulado  por  el ciudadano José Antonio Quintero Jaimes  (Expediente  D-7632),  así : ¿la disposición acusada vulnera la Constitución  Política,  al  establecer  causales  de  inelegibilidad  para  diputados  menos  estrictas  que  las  establecidas  para  congresistas,  con  desconocimiento del  artículo 299 de la Carta?    

           

3.   Cosa   juzgada  constitucional.   

3.1. En relación con la expresión normativa  acusada  por el demandante José Antonio Quintero Jaimes (Expediente D-7632), ha  operado  la  cosa  juzgada  constitucional.  En efecto, en la sentencia C-325 de  20098,  la  Corte  Constitucional  resolvió  la  cuestión  planteada  y  decidió lo siguiente:   

“Declarar   INEXEQUIBLE   la  expresión  “segundo  grado  de  consanguinidad”  contenida  en  el numeral 5 del artículo 33 de la Ley 617 de 2000  y  sustituirla  por  la  expresión “tercer grado de  consanguinidad”.  En  estos  términos, el texto del  numeral 5 del artículo 33 de la Ley 617 de 2000 quedará así:   

   

“Artículo 33.- De las inhabilidades de los  diputados.  No  podrá  ser inscrito como candidato ni  elegido diputado:     […]   

5.  Quien  tenga  vínculo por matrimonio, o  unión  permanente,  o  de parentesco en tercer grado de consanguinidad, primero  de  afinidad  o único civil, con funcionarios que dentro de los doce (12) meses  anteriores   a   la   elección   hayan  ejercido  autoridad  civil,  política,  administrativa  o  militar  en  el respectivo departamento; o con quienes dentro  del  mismo  lapso hayan sido representantes legales de entidades que administren  tributos,  tasas  o  contribuciones,  o  de  las entidades que presten servicios  públicos   domiciliarios  o  de  seguridad  social  de  salud  en  el  régimen  subsidiado  en  el  respectivo  departamento.  Así mismo, quien esté vinculado  entre  sí  por  matrimonio  o  unión permanente o parentesco dentro del tercer  grado  de  consanguinidad, segundo de afinidad o único civil, y se inscriba por  el  mismo  partido  o  movimiento  político  para  elección  de  cargos  o  de  corporaciones  públicas  que  deban  realizarse  en el mismo departamento en la  misma fecha”.   

3.2. Confrontada la norma legal acusada con el  artículo  179,  numeral  5  de  la  Constitución,  la  Corte  constató en tal  ocasión  que,  no obstante tratarse de la misma inhabilidad, existía una clara  contradicción,  toda  vez  que mientras el numeral 5 del artículo 33 de la Ley  617  de  2000  la  fija  en  el  “segundo  grado de  consanguinidad”,  el precepto constitucional es más  estricto  al  extenderla  hasta  el “tercer grado de  consanguinidad”.    En   consecuencia,   la   Corte  determinó  que  la  expresión  “segundo  grado de  consanguinidad”  debe  ser excluida del ordenamiento  jurídico  por  contrariar  abiertamente  los  artículos  179-5  y  299  de  la  Constitución Política.   

3.3. A su vez, ante el vacío surgido de esta  determinación,  que conduciría a que la inhabilidad legal de los diputados por  razones  de parentesco fuera aún menos estricta que la prevista en el artículo  179.5   superior   -al   desaparecer   la   inelegibilidad   por  parentesco  de  consanguinidad-,  en contravía de lo prescrito en el artículo 299 de la Carta,  la  corporación dispuso la aplicación de la norma constitucional, sustituyendo  la   expresión   normativa   que  se  declara  inexequible  por  la  expresión  “tercer   grado  de  consanguinidad”.   Así,   estará  inhabilitado  para  ser  diputado  quien  tenga  parentesco  en tercer grado de consanguinidad con los funcionarios señalados en  el  numeral  5  del  artículo  33  de  la  Ley  617  de 2000. De esta forma, se  armonizó   y   ajustó  la  disposición  legal  a  la  normatividad  superior.   

III.  DECISION.   

En   mérito   de  lo  expuesto,  la  Corte  Constitucional  de  la  República de Colombia, administrando justicia en nombre  del pueblo y por mandato de la Constitución,   

RESUELVE:  

Primero.- EstARSE a  lo  resuelto  en  la  sentencia  C-325  de  2009,  que  decidió      “Declarar     INEXEQUIBLE     la     expresión     “segundo      grado     de     consanguinidad”      contenida  en  el numeral 5 del artículo 33 de la Ley 617 de 2000  y  sustituirla  por  la  expresión “tercer grado de  consanguinidad”.   

SEGUNDO.- INHIBIRSE  de  proferir  un  fallo  de fondo en relación con la expresión “el  respectivo departamento” del numeral  5  del  artículo  33  de  la  Ley  617  de 2000, por ineptitud sustancial de la  demanda.   

Cópiese,   comuníquese,  notifíquese  y  cúmplase.   

NILSON PINILLA PINILLA  

Presidente  

MARÍA VICTORIA CALLE CORREA  

Magistrada  

MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO  

Magistrado  

JUAN CARLOS HENAO PÉREZ  

Magistrado  

GABRIEL EDUARDO MENDOZA MARTELO  

Magistrado  

JORGE IVÁN PALACIO PALACIO  

Magistrado  

JORGE IGNACIO PRETELT CHALJUB  

Magistrado  

HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO  

Magistrado  

LUIS ERNESTO VARGAS SILVA  

Magistrado  

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ  

Secretaria General  

    

1  Sentencia  de  fecha  11  de  agosto de 2005, Sección Quinta, Consejera Ponente  María  Noemí  Hernández,   radicación  76991-23-31-000-2003-04747-01  y  76001-23-31-000-2003-00023-01  (3580),  la  sentencia  del 3 de febrero de 2006,  Radicación  13001-23-31-000-2004-90011-01  (3877)  con  ponencia  de  la  misma  magistrada  y  el  fallo  de  segunda  instancia  proferido por la Procuraduría  Delegada  para  la  Moralidad  Pública de fecha 31 de agosto de 2006 dentro del  proceso 074-4274-04   

2  La  demanda  debe  contener:  (i)  el  señalamiento  de  las  normas  acusadas como  inconstitucionales,   trascribiéndolas   literalmente  por  cualquier  medio  o  aportando  un  ejemplar de la publicación oficial; (ii) el señalamiento de las  normas   constitucionales  infringidas;  (iii)  las  razones  que  sustentan  la  acusación,   esto  es,  el  por  qué  se  estima  que  se  violan  los  textos  constitucionales;   (iv)   si  se  acusa  quebrantamiento  del  debido  trámite  legislativo,  entonces  debe  señalarse cuál es el trámite que debió haberse  observado,  y  ;  (v)  la  razón  por  la  cual  la  Corte es competente.    

3 Corte  Constitucional.  Sentencias  C-1052  de  2001 y C-717 de 2008.  M.P. Manuel  José Cepeda Espinosa.   

4 Con  base  en  el  principio  de  conservación  del Derecho, cuando sólo una de las  varias  interpretaciones  de  una  norma legal acusada por inconstitucionalidad,  resulta   conforme   con  la  Constitución  Política  y  las  demás  resultan  violatorias   del  ordenamiento  superior,  la  Corte  Constitucional  tiene  la  potestad  de  proferir  una  sentencia interpretativa,  en  virtud  de  la cual declara exequible dicha norma  con  la  condición  de que se interprete en la forma que se señala en la misma  decisión.  Sin  embargo  1)  Reiteradamente  ha precisado esta Corporación que  “esa potestad sólo puede ser ejercida por la Corte  oficiosamente,  cuando existe fundamento constitucional para hacerlo, y no puede  ser  ejercida  por  petición  de los ciudadanos,  por ser incompatible tal  solicitud     con     la     naturaleza    de    la    acción    pública    de  inconstitucionalidad”4 y  2)  Para  que  ello  proceda  se  requiere que el actor haya formulado cargos de  inconstitucionalidad   y   que   la   Corte   proceda   a   proferir   fallo  de  fondo   

Es  claro, en este mismo sentido que el art.  241  C.P., confiere a la Corte Constitucional competencia para decidir sobre las  demandas   de   inconstitucionalidad   que  presenten  los  ciudadanos  contra las leyes (Num. 4), lo cual  significa,  como  lo  ha  sostenido  reiteradamente  esta  Corporación  que esa  acción   “tiene  por  objeto  la  declaración  de  inconstitucionalidad  de  las normas señaladas en el Art. 241 superior, y no la  declaración     de    constitucionalidad    de    ellas,    así    esta    sea  condicionada”4.   

En consecuencia, se decidirá rechazando, por  incompetencia,  la  demanda  de  “constitucionalidad  condicionada”  formulada por los ciudadanos Roberto  Romero  Turizo  y  Antonio  Meriño  de  Oro  (D-7855)  contra  la  disposición  contenida en el inciso 3º del art. 36 de la Ley 100 de 1993.   

5  Sentencias  C-447  de  1997,  M.P. Alejandro Martínez Caballero, C-898 de 2001,  M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.   

6  Ibídem.   

7  Sentencia  de  fecha  11  de  agosto de 2005, Sección Quinta, Consejera Ponente  María  Noemí  Hernández,   radicación  76991-23-31-000-2003-04747-01  y  76001-23-31-000-2003-00023-01  (3580),  la  sentencia  del 3 de febrero de 2006,  Radicación  13001-23-31-000-2004-90011-01  (3877)  con  ponencia  de  la  misma  magistrada  y  el  fallo  de  segunda  instancia  proferido por la Procuraduría  Delegada  para  la  Moralidad  Pública de fecha 31 de agosto de 2006 dentro del  proceso 074-4274-04.   

8 MP:  Dr. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.     

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