T-819-09

Tutelas 2009

ACCION  DE  TUTELA CONTRA CUALQUIER AUTORIDAD  PUBLICA-Procedencia   

ACCION  DE  TUTELA  CONTRA  PROVIDENCIA DE LA  CORTE  SUPREMA DE JUSTICIA-Al no admitir su tramite las  diferentes salas de casación vulneran derechos fundamentales   

TEMERIDAD-Configuración   

TEMERIDAD-Casos  específicos en que no se configura   

TEMERIDAD-Ausencia   

ACCION   DE   TUTELA   CONTRA  PROVIDENCIAS  JUDICIALES-Procedencia excepcional   

ACCION   DE   TUTELA   CONTRA  PROVIDENCIAS  JUDICIALES-Evolución jurisprudencial   

ACCION   DE   TUTELA   CONTRA  PROVIDENCIAS  JUDICIALES-Causales   genéricas   y   especiales  de  procedibilidad   

ACCION   DE   TUTELA   CONTRA  PROVIDENCIAS  JUDICIALES-Clases de defectos   

DEFECTO SUSTANTIVO-No  se  presenta  en  este  caso  por  cuanto  la  decisión  fue  realizada con los  criterios  jurisprudenciales del momento y un cambio de jurisprudencia posterior  no afecta la cosa juzgada   

Acción de tutela instaurada por César Gómez  Bernal  contra  el  Juzgado  Diecinueve Laboral del Circuito de Bogotá, la Sala  Laboral  del  Tribunal  Superior  de  Distrito  Judicial,  la  Sala de Casación  Laboral   de   la   Corte   Suprema   de   Justicia,  el  Banco  Cafetero  “en  liquidación” y el Instituto de Seguros Sociales.   

Magistrado Ponente:  

Dr. HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO  

Bogotá D.C., diecinueve (19) de noviembre de  dos mil nueve (2009).   

La  Sala  Octava  de  Revisión  de  la Corte  Constitucional  integrada  por  los  Magistrados Juan Carlos Henao Pérez, Jorge  Iván  Palacio  y  Humberto Antonio Sierra Porto, quien la preside, en ejercicio  de  sus  competencias constitucionales y legales, específicamente las previstas  en  los  artículos  86 y 241 numeral 9º de la Constitución Política y en los  artículos   33  y  siguientes  del  Decreto  2591  de  1991,  ha  proferido  la  siguiente   

SENTENCIA   

Dentro del proceso de revisión de los fallos  de  tutela  proferidos  por  la  Sala  Jurisdiccional  Disciplinaria del Consejo  Seccional   de   la   Judicatura   de  Cundinamarca  y  la  Sala  Jurisdiccional  Disciplinaria  del  Consejo  Superior  de  la Judicatura en la acción de tutela  instaurada  por  César  Gómez  Bernal contra el Juzgado Diecinueve Laboral del  Circuito  de  Bogotá,  la  Sala  Laboral  del  Tribunal  Superior  de  Distrito  Judicial,  la  Sala  de  Casación  Laboral  de la Corte Suprema de Justicia, el  Banco    Cafetero    “en   liquidación”   y   el   Instituto   de   Seguros  Sociales.   

ACLARACIÓN PREVIA  

El  diecinueve  (19) de noviembre del año en  curso,  en  el  transcurso  de  la  Sala de Revisión, el Magistrado Jorge Iván  Palacio  Palacio   manifestó  la  existencia  de  una  eventual  causal de  impedimento  para  participar  en  el  proceso  de  decisión de la tutela de la  referencia. De manera textual, indicó lo siguiente:   

“(…)  deseo poner en conocimiento de los  Magistrados  que  conforman  la  Sala  Octava  de  Revisión,  que  suscribí un  contrato  de  asesoría jurídica con el Banco Cafetero en liquidación, el cual  estuvo  vigente hasta el 28 de febrero de 2009, entidad accionada en el presente  caso.  En  tal  virtud,  rendí  conceptos  relacionados  con  la indexación de  mesadas pensionales.   

En consecuencia, según lo establecido en el  artículo  56 del Código de Procedimiento Penal, aplicable en materia de tutela  conforme  a  lo  señalado  en  el  artículo  39  del  Decreto 2591 de 1991, se  configura  la  causal  de  impedimento  que se transcribe a continuación:    

Artículo  56.- Causales de impedimento. Son  causales de impedimento:   

(…)  

4.  Que  el  funcionario  judicial haya sido  apoderado  o  defensor de alguna de las partes, o sea o haya sido contraparte de  cualquiera  de  ellos,  o  haya  dado consejo o manifestado su opinión sobre el  asunto materia del proceso”.   

Sobre  el  particular,  observó  la  Sala de  Revisión  que  no  le  asistía  la  razón  al  Magistrado  Palacio Palacio al  considerar  que  se  encontraba configurada la causal consignada en el numeral 4  de  la Ley 906 de 2004 debido a que la asesoría jurídica prestada a uno de los  demandados  no fue específicamente sobre el presente caso. Por consiguiente, la  Sala   declaró   infundado   el   impedimento  propuesto  para  sustraerse  del  conocimiento  del  proceso de revisión de la acción de tutela promovida por el  ciudadano  César  Gómez  Bernal  contra  el  Juzgado  Diecinueve  Laboral  del  Circuito  de  Bogotá,  la  Sala  Laboral  del  Tribunal  Superior  de  Distrito  Judicial,  la  Sala  de  Casación  Laboral  de la Corte Suprema de Justicia, el  Banco  Cafetero  “en  liquidación”  y  el  Instituto  de  Seguros Sociales.   

I. ANTECEDENTES  

El pasado ocho (8) de octubre de dos mil ocho  (2008),   el   ciudadano  César  Gómez  Bernal  interpuso  acción  de  tutela  solicitando  el  amparo  de  sus derechos fundamentales a la igualdad, al debido  proceso  y  al  reajuste de la mesada pensional, los cuales, en su opinión, han  sido  vulnerados por la Sala Laboral del Tribunal Superior de Distrito Judicial,  la  Sala  de  Casación  Laboral  de  la  Corte  Suprema  de Justicia y el Banco  Cafetero “en liquidación”.   

De  acuerdo  con la solicitud de tutela y las  pruebas  obrantes en el expediente, el accionante sustenta su pretensión en los  siguientes   

Hechos  

1.-  César  Gómez Bernal, de sesenta y ocho  (68)    años1,     trabajó     en     el     Banco     Cafetero     –hoy  en  liquidación-   desde el  primero  (1)  de octubre de 1964 hasta el diecisiete (17) de septiembre de 1990,  es  decir,  durante  veinticinco  (25)  años,  once  (11)  meses  y  siete  (7)  días2.   

2.- Al momento de su retiro en 1990, el actor  devengaba  un  salario  promedio  anual  de  $369.1683,   equivalente  a  nueve  (9)  salarios   mínimos  legales  mensuales  vigentes  según  el  decreto  3000  de  19894.   

3.- A través de la resolución 307 de agosto  28  de  1996,  el  Banco  Cafetero  le reconoció al peticionario la pensión de  jubilación,  cuya  primera  mesada ascendió a $276.876, que corresponde al 75%  del   salario   promedio   durante  el  último  año  de  servicios5,   lo   que  solamente  equivale  a uno punto nueve (1.9) salarios mínimos legales mensuales  vigentes  de  conformidad  con  el  decreto  2310 de 1995, pues no se indexó el  salario  base  para calcularla a pesar de que habían trascurrido seis (6) años  entre   la   fecha   de   retiro   y   el  reconocimiento  pensional6.    

4.-  El  accionante  que  solicitó  al Banco  Cafetero  la indexación de su primera mesada pensional pero éste no accedió a  efectuarla7.  En  vista  de ello, instauró contra su antiguo empleador demanda  laboral  ante  el Juzgado Diecinueve Laboral del Circuito de Bogotá8.   

6.-  Apelada la decisión de primer grado por  parte  del  Banco  Cafetero,  la  Sala  Laboral del Tribunal Superior de Bogotá  decidió,  el  veintisiete  (27)  de  septiembre  de  2000,  revocar el fallo de  primera  instancia  para  en su lugar denegar las pretensiones de la demanda con  base  en  la  jurisprudencia  vigente  de la Sala Laboral de la Corte Suprema de  Justicia10.   

7.-  Ante  ello el actor interpuso el recurso  extraordinario  de  casación  contra la sentencia de segunda instancia, el cual  fue  resuelto  por  la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia  el  diecisiete  (17)  de octubre de 2001 en el sentido de casar la decisión del  Tribunal   y  conceder  el  derecho  a  la  indexación  de  la  primera  mesada  pensional11.   

Sin  embargo, modificó la liquidación hecha  en  primera  instancia,  fijando  la  primera mesada pensional en $614.225, suma  menor  a  la  determinada  por  el  ad  quo. La fórmula usada fue la siguiente:  Promedio   devengado   por  el  actor  durante  el  último  año  de  servicios  multiplicado  por  el  Índice de Precios del Consumidor del año en cuestión y  por  el  número  de  días a indexar por año, dividido por el número de días  transcurrido  desde  la  desvinculación  hasta  el  cumplimiento  de la edad de  jubilación.  Esta  fue  empleada  año  por  año  desde  1990  hasta 1996, sus  resultados  fueron sumados y a esta sumatoria se le aplicó el 75% para llegar a  la     primera     mesada    pensional    indexada12.   

8.- Aduce el actor que la mencionada decisión  vulnera   su   derecho  fundamental  al  reajuste  periódico  de  la  pensión,  reconocido  en  el   artículo  53 de la Constitución, ya que “la  fórmula  con  la  que  liquidó  la  primera mesada (…) le  representa  (…)  perder  más  de  la  ‘tercera      parte      de     su  pensión’  [lo  que]  no puede ser un criterio que se  acompase  con  la  Carta Magna, concretamente con su artículo 53, que garantiza  plena  y  no parcialmente el  Derecho     Constitucional    a    la    Indexación    Pensional”13.    

9.-  Agrega que la fórmula que se aplicó en  su   caso   para   liquidar   el   salario  base  de  la  pensión  “no   se   encuentra   contemplada  en  normatividad  alguna,  solo en jurisprudencia suscrita  por  la  Sala  de  Casación  Laboral  de la Corte Suprema de Justicia (…) por  encima  y sin reparo del artículo 19 del Código Sustantivo del Trabajo; norma,  que  por  remisión  analógica,  permite  llegar  al  artículo 178 del Código  Contencioso  Administrativo,  y  por  ende  a  la  fórmula que con sustento   legal   aplica   el    H.   Consejo   Superior   de   la   Judicatura   –Sala Jurisdiccional Disciplinaria, el  H  Consejo de Estado y la H. Corte Constitucional, para  liquidar  con  apoyo  normativo  y  no mutuo (sic) propio ni arbitrariamente, el  salario   base  de  la  primera  mesada  pensional”  14.   

Afirma que “en esta  forma    se    generó    una    “‘VIA      DE      HECHO’  por  defecto sustantivo y violación directa de la constitución,  cuando  la  H.  CORTE SUPREMA DE JUSTICIA –  Sala de Casación Laboral, profirió  una  sentencia  arbitraria  al  demostrar  su  desconexión  con el Ordenamiento  Jurídico  Constitucional,  ignorándolo  y  desconociendo  que la Constitución  Colombiana    impone    la    obligación    de    reconocer   el   ‘derecho   constitucional’ a la indexación de la primera mesada  pensional  –o  al salario  base  para  la liquidación de la pensión de jubilación, de manera plena y sin  ningún    tipo    de   condición”   15.   

10.-     Añade     que    “hoy  se  destaca  como  un hecho nuevo,  que  la  misma Sala [Laboral]  de  la  Corte  Suprema  de  Justicia  en  sentencia de  casación  de  13  de Diciembre de 2007, (que   sólo  vino  a  conocerse  a  finales  del  mes  de  febrero)  Radicación  31222  M.P.  Luis Javier Osorio López, y ante los pronunciamientos  que  en  sede de tutela hiciera la Corte Constitucional (…) que comunicaban la  fórmula  que  verdaderamente  indexa  una  pensión;  se  procedió  también a  ‘recoger’   por   parte  de  esa  Corporación  ‘todo pronunciamiento que  resulte  contrario  respecto  de  la  fórmula  que se hubiere empleado en casos  similares   donde   no   se   contempló   la  forma  de  actualizar  la  mesada  pensional…’”     16.   

Indica    que    esta   nueva   posición  jurisprudencial   “debela   (sic)  un  panorama  de  desigualdad,  que  a  su  vez  crea  dos  categorías  de  pensionados,  los que  realmente  fueron  indexados  obedeciendo a criterios justos  y equitativos  soportados  en  la  constitución,  y los que a pesar de encontrarse en el mismo  predicado  material  (como el accionante), reciben después de un largo trámite  judicial   una   pensión   desvalorizada  que  sólo  perpetúa  la  violación  indefinida  a un derecho Constitucional, además, de la carga perpetua, de tener  que  continuar  sufriendo,  los  efectos negativos, de unos pronunciamientos que  fueron  recogidos  expresamente por quien los provocó, por no ajustarse estos a  la  teleología  de las normas constitucionales. Situación, que amerita hoy por  parte  del  Juez  Constitucional  de  Tutela,  la  aplicación  de  criterios de  igualdad,   pues  se  trata  de  situaciones  idénticas  que  incluso  tuvieron  ocurrencia  simultánea  y  frente  al mismo patrono (…) lo que impone que por  vía  de  acción  de  tutela,  se  proteja  al  actor  el  derecho  fundamental  a   la   igualdad,   con  fundamento  en  esa  máxima  del  derecho  que se consagra que frente a iguales  hechos  deben existir iguales derechos” 17.          

11.-  Frente a la posible falta de inmediatez  de   la   acción   de   tutela   que   interpone,   sostiene  que  “tan  sólo fue interpuesta cinco meses  después  de  conocida  la  decisión  [de la Sala de Casación Laboral de la Corte  Suprema  de  Justicia]  que  modificó la fórmula que  indexa   a  un  valor  real  la  mesada  pensional”  18.   

12.-  Finalmente argumenta que, aunque había  interpuesto  una  tutela  anterior  por  los  mismos  hechos, no se configura la  temeridad  pues  la  presente  acción  incluye  un hecho nuevo que “revolucionó   el  panorama  objeto  de  estudio”  consistente  en  “la modificación que en  su   jurisprudencia   hizo   la   Corte   Suprema   de   Justicia   –Sala  de  Decisión  Laboral,  en  el  sentido  de sostener mediante sentencia 31222 de 13 de  Diciembre   de   2007,   que  se  debía  ‘RECOGER’             ‘todo   pronunciamiento  que  resulte  contrario  con respecto de la formula que se hubiera empleado en casos similares  donde    no    se    contempló    la    forma    de    actualizar   la   mesada  pensional…’”     19.   

Solicitud de Tutela  

13.- Con fundamento en los hechos narrados, el  ciudadano  César  Gómez  Bernal  solicitó  la  protección  de  sus  derechos  fundamentales  a  la  igualdad,  al  debido  proceso  y al reajuste de la mesada  pensional  que  considera  han  sido  vulnerados por los demandados al negarse a  reconocerle  la  indexación  de  la  primera  mesada  pensional de acuerdo a la  fórmula que considera ajustada a derecho.   

En  consecuencia  pide  dejar  sin efecto las  sentencias  que  profirieron en su caso la Sala Laboral del Tribunal Superior de  Distrito  Judicial de Bogotá y la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema  de  Justicia  “en lo que a la fórmula de indexación  se  refiere”,  para  que,  en su lugar, se ordene al  Banco   Cafetero   “en   liquidación”   indexar  su  pensión  “de   conformidad   con  la  fórmula  explicitada  por  la  Corte  Constitucional,  en  las sentencias T-098 de 2005, T-425 de 2007, T-815 de 2007,  T-1055  de  2007, o con la fórmula de la Corte Suprema de Justicia –Sala de Casación Laboral contenida en  la  sentencia  de  casación  31222  de  13 de Diciembre de 2007, (…) desde la  fecha  en  que  se  agotó  la  vía  gubernativa,  y  pague  desde entonces las  diferencias   resultantes  de  la  reliquidación;  [y  pagar]  el  valor  de  la  próxima  mesada  pensional  indexada  haciendo  los  reajustes  de ley en los sucesivo de conformidad con el  ordenamiento    vigente    en    la    materia”20.    

Respuesta     de     las     entidades  demandadas   

14.-  La  Sala Laboral de la Corte Suprema de  Justicia,  mediante escrito del dieciséis (16) de octubre de 2008, señaló, en  primer  lugar,  que la Sala Disciplinaria del Consejo Seccional de la Judicatura  “carece  de competencia para conocer de las acciones  de  tutela  promovidas  contra las decisiones de la Corte Suprema de Justicia”  pues  el  artículo  1, numeral 2, del decreto 1382 de  2000  prescribe  que lo accionado contra esa Corporación será repartido a ella  misma21.   

En  segundo  lugar  sostuvo  que “la  función  que  se  ha  encomendado  a  la  Corte  Suprema  de  Justicia,  enderezada  a poner fin a las decisiones judiciales en materia civil,  laboral  y  penal,  y  la  legitimidad  que  encarna  dentro  de  esas  ramas la  Corporación,  implica  que  las  decisiones  por ella proferidas como organismo  máximo,  límite  o  de  cierre,  no  puedan  en  manera  alguna ser revocadas,  anuladas  o  desconocidas  por  juez  de  especialidad  ajena,  porque la propia  Constitución  les imprime sello de intangibilidad al situarla en la cúspide de  la    jurisdicción    ordinaria”    22.   

Al  finalizar afirmó que la sentencia que se  ataca   fue   “proferida   con   severo   apego  al  ordenamiento  [y]  a pesar de  ser  adversa  a  una  determinada  parte,  no  denota  abuso  de  la función de  dispensar   justicia”  23.   

15.- La Sala Laboral del Tribunal Superior de  Bogotá,  a  través de escrito del veinte (20) de octubre de 2008, se limitó a  afirmar  que “en la decisión adoptada por la Sala se  encuentran   los   razonamientos  allí  expuestos”  24.   

16.-  El juez de tutela de primera instancia,  en  auto  de  diez  (10)  de octubre de 2008, vinculó como demandado al Juzgado  Diecinueve  Laboral  del  Circuito  de  Bogotá  por  haber  fallado  en primera  instancia  el  proceso  ordinario laboral promovido por el actor contra el Banco  Cafetero25.    El    mencionado    juzgado,    a    pesar    de   haber   sido  notificado26,   no   dio   contestación   a   la   acción   de  tutela  de  la  referencia.    

17.- El Banco Cafetero “en liquidación”,  mediante  escrito  del  dieciséis  (16)  de octubre de 2008, informó en primer  término  que  el Instituto de Seguros Sociales, mediante resolución 008855 del  23  de  abril  de  2002,  le  reconoció al señor Gómez Bernal una pensión de  vejez    a   partir   del   4   de   Septiembre  de  2001  en  cuantía  de  $948.91427  y  que,  en  razón  de  la  compartibilidad pensional, procedió,  mediante  resolución  118  de  2002,  a  deducir  la  mencionada prestación de  aquélla  que  se  encontraba  recibiendo  el  peticionario  por parte del Banco  Cafetero,  la  cual  ascendía  en  ese año a $1.311.979, razón por la cual se  reajustó  su  mesada  pensional al valor de $363.06528.    

En  segundo término, destaca que se presenta  temeridad  ya  que el señor Gómez Bernal había entablado con anterioridad una  acción  de  tutela  “por  los mismos hechos y donde  perseguía   idénticas   pretensiones.   Dicha   tutela  cursó  ante  la  Sala  Jurisdiccional   Disciplinaria   del  Consejo  Seccional  de  la  Judicatura  de  Cundinamarca         [quien]        mediante   sentencia   del   9  de  agosto  de  2004,  (…)  NEGO  el  amparo   solicitado   por   el   accionante.   Decisión  que  fue  CONFIRMADA  por el Consejo Superior de la  Judicatura.  Además  dicha  tutela  fue  excluida  de revisión por la H. Corte  Constitucional   por   auto   del   26   de   noviembre  de  2004”29.   

En   tercer   término,   argumentó   que  “la  cuestión  que  se  discute no tiene relevancia  constitucional,  como  quiera  que  LO  QUE  SE PRETENDE ES EL CAMBIO DE FORMULA  APLICADA  PARA  LIQUIDAR INDEXACIÓN (sic) DE LA PRIMERA MESADA PENSIONAL, (…)  que  se  refiere  a  un  interés  simplemente  económico  (…)”30.    

En  cuarto  lugar,  aseveró que “no   se   cumple  el  requisito  general  (…)  referente  a  la  INMEDIATEZ,  como quiera que  la    providencia   judicial   que   resolvió   lo  pretendido   (…)   fue  proferida  el  17  de  octubre de 2001, esto es, hace mas de 7 AÑOS                 (…)”31.   

Finalmente,   expresó  que  el  accionante  “tampoco acredita que se este en presencia de alguna  de   las   causales   específicas  para  que  proceda  el  amparo  [contra  una  sentencia  judicial  pues] la  providencia   contra  la  cual  se  dirige  la  (…)  acción  obedeció  a  la  valoración  que  hizo  el  operador judicial de las pruebas y la aplicación de  las   normas   legales   que   regulan   el  tema”32.   Aduce  que  “cada  controversia judicial desatada debe finalizar con decisión  judicial  en  firme,  por  lo  que  no  puede  pretenderse  que  ante  un  nuevo  pronunciamiento  (…)  de  aplique  la  misma  teoría  a  un proceso ordinario  laboral  culminado años atrás, bajo el argumentos del derecho fundamental a la  igualdad33”.   

Trámite ante la Sala de Casación Penal de la  Corte Suprema de Justicia   

19.- La acción de tutela de la referencia fue  rechazada  por  la  Sala  de  Casación  Penal  de  la Corte Suprema de Justicia  mediante  auto del treinta (30) de septiembre de 2008 con el argumento de que el  amparo  no  procede contra los fallos proferidos “por  la   Corte  Suprema  de  Justicia  como  órgano  límite  de  la  Jurisdicción  Ordinaria”37.   Así   mismo   estampó  que  no  era  procedente  remitir  el  expediente  a  la Corte Constitucional para su eventual  revisión   “pues  es  evidente  que  no  se  está  profiriendo fallo de fondo”.    

Decisiones    judiciales    objeto    de  revisión   

Sentencia de primera instancia  

20.-  Con  fundamento  en el auto 100 de 2008  expedido  por  esta  Corporación para aquellos casos en que la Corte Suprema de  Justicia  se rehúsa a tramitar acciones de tutela en su contra, el peticionario  presentó  su  escrito  de  tutela  ante la Sala Jurisdiccional Disciplinara del  Consejo Seccional de la Judicatura.   

Ésta,  en  sentencia del dos (2) de marzo de  2009,  consideró que era competente para decidir la acción de la referencia ya  que  la  Sala  Plena  de  la  Corte  Constitucional así lo dispuso “para  evitar violaciones al derecho a la igualdad, al acceso a la  administración  de  justicia  y  la no tutela judicial efectiva de los derechos  fundamentales  de  los  ciudadanos”  que  se venían  presentando  con  ocasión  de la renuencia de la Corte Suprema de Justicia para  fallar  de  fondo  las  tutelas  interpuestas  en  su  contra;  en este sentido,  inaplicó  el  numeral  2  del  artículo 1 del decreto 1382 de 200038.   

21.- Respecto del fondo de la cuestión, el ad  quo  negó  el  amparo  por  improcedente  con  fundamento  en  que la decisión  proferida  por  la  Sala  Laboral  de la Corte Suprema de Justicia en el proceso  ordinario  del  peticionario  “lejos está de merecer  el  calificativo  de vía de hecho, pues la valoración, aplicación normativa y  definición  del  problema  jurídico  motivo  de  controversia,  se fundamentó  normativamente  (…)  el  hecho  de que no acoja las pretensiones del actor, no  puede  tildarse  de  caprichoso  o  arbitrario,  en  el  sentido que muestra una  posición   razonada  ante  el  tema  relacionada  con  el  cuestionamiento  del  demandante”39.   

Agregó  que  el  asunto carece de relevancia  constitucional  pues “en este caso está de por medio  una  controversia  de  carácter  legal,  en  la  que el juez de tutela no tiene  competencia  para  intervenir,  dado que (…) la competencia del juez de tutela  está   limitada  a  la  materia  constitucional”40.   

Indicó    también    que   “los  nuevos  hechos  que  expone al actor (…) se fundamentan en  una  variación  jurisprudencial  posterior  tanto  de  la Corte Suprema como en  revisión  por  la  Corte  Constitucional,  aspectos que no pueden interpretarse  como  una  situación  de  hechos nuevos por cuanto el principio de cosa juzgada  perdería  todo  apremio y repercutiría en un maremagno conflicto violatorio de  la             Carta             Magna”41.   

Finalmente, frente a la violación del derecho  a   la   igualdad,   expresó  que  éste  no  se  presentaba  por  “el  hecho  de  que  la  Corporación  accionada,  en otra acción  judicial  haya  reconocido  a otro extrabajador distintos derechos, toda vez que  cada  situación fáctica es particular en virtud de diferencias probatorias que  se  valoran”42.   

Impugnación  

22.-  El  actor  impugnó el fallo de primera  instancia el cuatro (4) de marzo de 2009.   

Sostuvo  que  el  juez  de  primera instancia  “no distingue, transcribe  o  muestra (…) cual es la argumentación legal  y  constitucional  por  la cual la  Corte  Suprema  no  incurrió  en  vía  de hecho”43.         Reitera   que  esta  última  si  se  presenta  y  consiste  en  que  “la   Corporación   accionada  (…)  diseñó  su  propia fórmula de liquidación pensional  sin  sustento  legal alguno  (pues  el artículo 36 de la ley 100 no  lo  es)  existiendo  por  aplicación  analógica  la  posibilidad de acceder al  artículo     178    del    Código    Contencioso  Administrativo  (…)”44.         Indica  que  la  vía  de  hecho fue detectada por la propia Sala de  Casación  Laboral  de  la  Corte  Suprema,  quien  por  tal razón se vio en la  necesidad  de  cambiar  su posición en la sentencia 31222 de 13 de diciembre de  200745.   

Asegura que, al contrario de lo expuesto en el  fallo  de  primero  grado,  el conflicto entre el principio de cosa juzgada y el  derecho  a  la  igualdad  debe  resolverse  a favor de este último “dada  (…)  su  preponderancia constitucional frente al primero,  según  se infiere del artículo 13 de la Carta que prevé a cargo del Estado el  deber    de    protección    reforzada”46.   

Por  último  defendió,  con  base  en  la  jurisprudencia  de  la  Corte  Constitucional, el carácter constitucional de la  indexación  de  la  primera  mesada  pensional,  por  lo  que  no  comparte  el  razonamiento   del   ad   quo  en  el  sentido  de  que  se  trata  de  un  tema  legal47.   

23.- La Sala Jurisdiccional Disciplinaria del  Consejo  Superior  de  la Judicatura, al resolver la impugnación mediante fallo  del  primero  (1)  de  abril  de  2009,  también  se consideró competente para  conocer  de  la  acción  de  tutela  de  la  referencia  por las mismas razones  expuestas     por    su    inferior    jerárquico48.   

24.-  En  relación  con el fondo del asunto,  revocó  la  decisión de primera instancia para en su lugar conceder el amparo,  con base en las siguientes razones.   

En  primer  lugar  sostuvo  que  “no  puede  hablarse de inmediatez porque subsiste la vulneración  del  derecho,  por  lo cual es irrelevante el tiempo transcurrido”49.   

En segundo lugar aseveró que no se presentaba  temeridad  ya  que “una nueva doctrina sobre derechos  fundamentales  constituye  un  hecho nuevo  que  permite la interposición de una segunda acción de tutela, a  pesar  de  que  por  hechos similares ya se haya hecho lo propio” la   que   en   esta   oportunidad   consistía   en  el  cambio  de  jurisprudencia  de  la  Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia frente a la  fórmula   de   la   indexación  de  la  primera  mesada  pensional50.   

En  tercer  lugar  expuso que, a la luz de la  Constitución  de  1991, el derecho a la igualdad debe primar sobre el principio  de  cosa  juzgada  y que el primero se vería afectado en el presente caso si se  permitiera   que   la   sentencia  de  casación  siguiera  produciendo  efectos  “a  pesar  de  que  la fórmula de indexación allí  prevista   no  consulta  los  criterios  de  justicia  y  equidad”51.   

Como  consecuencia  de lo anterior, dejó sin  efectos  la  sentencia  proferida  por  la Sala de Casación Laboral de la Corte  Suprema  de  Justicia en el caso de peticionario en lo relativo a la fórmula de  indexación  y ordenó al Banco Cafetero “en liquidación” (i) reliquidar el  monto  de  la primera mesada pensional teniendo en cuenta la siguiente fórmula:  promedio  de  lo  devengado  por  el  accionante en el último año de servicios  multiplicado  por  lo que resulte de dividir el índice de precios al consumidor  del  año  del  reconocimiento  de  la  pensión  por  el  índice de precios al  consumidor  del  año del retiro y (ii) pagar la diferencia de forma retroactiva  de las mesadas que no hayan prescrito.    

II. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS  

Competencia  

1.-  Esta Corte es competente para revisar el  presente  fallo  de tutela de conformidad con lo previsto en los artículos 86 y  241  de  la  Constitución  Nacional,  el  Decreto  2591  de  1991  y las demás  disposiciones pertinentes.   

Problema jurídico  

2.-  En atención a lo expuesto, esta Sala de  Revisión   debe   determinar   si   los   demandados  vulneraron  los  derechos  fundamentales  a  la  igualdad,  al  debido  proceso  y al reajuste de la mesada  pensional  del  peticionario  al reconocerle la indexación de la primera mesada  pensional  con  base  en  una  fórmula  que  éste estima carente de fundamento  normativo.     

3.-  A fin de resolver el asunto, la Sala se  pronunciará,  en primer lugar, sobre dos cuestiones previas consistentes en (i)  la  pretendida falta de competencia de las Salas Jurisdiccionales Disciplinarias  del  Consejo  Seccional  de la Judicatura de Cundinamarca y del Consejo Superior  de  la  Judicatura para conocer de las acciones de tutela interpuestas contra la  Corte  Suprema  de Justicia y (ii) la supuesta temeridad del demandante al haber  propuesto  con  anterioridad  una  acción  de  tutela  que,  al parecer, guarda  identidad con la presente.   

En   segundo  lugar,  se  referirá  a  la  jurisprudencia  constitucional actual en torno a la procedencia de la acción de  tutela   contra   providencias   judiciales,   para   luego   resolver  el  caso  concreto.   

Competencia de la las Salas Disciplinarias del  Consejo  Seccional de la Judicatura de Cundinamarca y del Consejo Superior de la  Judicatura  para  conocer  en  primera y segunda instancia respectivamente de la  presente acción de tutela   

4.- El actor en un primer momento presentó la  acción  de  tutela de la referencia ante la Sala de Casación Penal de la Corte  Suprema  de  Justicia,  la cual decidió rechazar sin darle trámite52.    En  consecuencia,él  acudió  ante la Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo  Seccional  de  la  Judicatura  de Cundinamarca para que conociera del respectivo  amparo  quien,  por  medio  de  auto  de  diez (10) de octubre de 2008, decidió  admitir   y  avocar  el  conocimiento  de  la  misma53.   Lo  propio  hizo  la  Sala   Jurisdiccional  Disciplinaria  del  Consejo  Superior  de  la  Judicatura  al   resolver  la  impugnación  mediante fallo del primero (1) de abril de  200954.   

5.- La Sala considera que estas decisiones se  ajustaron  a lo establecido por la Corte Constitucional por medio de auto 004 de  3 de febrero de 2004 en el que se dispuso:   

“En   esa  medida,  si  la  Constitución  Política  (art.  86),  el  Decreto  2591  de  1991  (art.  1º),  y  el Decreto  Reglamentario  1382  de  2000, establecen que la tutela procede contra cualquier  autoridad  pública  y  no  solo en contra de las autoridades administrativas, y  así  lo  han  reiterado  la  Corte  Constitucional  en  sus sentencias sobre la  procedencia  de  la tutela contra providencias judiciales por vía de hecho y el  Consejo  de  Estado  en  la  sentencia  anteriormente citada, es evidente que lo  resuelto  por  las diferentes Salas de Casación de la Corte Suprema de Justicia  al  no  admitir  a  trámite  las acciones de tutela que interponen las personas  contra  providencia  judicial  proferida por una Sala de dicha Corporación, les  vulnera  su derecho constitucional fundamental de acceso a la administración de  justicia  (C.  N.,  art.  229)  y  a  obtener la tutela judicial efectiva de sus  derechos   fundamentales,   de  conformidad  con  los  Tratados  Internacionales  (Convención   Americana   de  Derechos  Humanos,  art.  25),  y  las  Opiniones  Consultivas   de   la   Corte  Interamericana  de  Derechos  Humanos  (OC-11/90,  OC-16/99).   

Le  corresponde  por  lo  tanto  a  la  Corte  Constitucional,   como  máximo  órgano  de  la  Jurisdicción  Constitucional,  impedir  que  continúe  la  violación  advertida,  dado que las solicitudes de  tutela  en  los  casos  en  que  las  diferentes  Salas de Casación de la Corte  Suprema  de  Justicia  resuelven  no  admitir  su trámite, no pueden quedar sin  solución alguna.   

Pese a lo anterior, no es posible, como regla  general,  que  la  respectiva  Sala de Selección disponga lo pertinente sin que  las tutelas hubieren surtido el trámite propio de las instancias.   

En estos casos entonces, con fundamento en el  artículo  37  del  decreto  2591  de 1991, que dispone que son competentes para  conocer  de  la  acción  de  tutela, a prevención, los jueces o tribunales con  jurisdicción  en  el  lugar  donde  ocurriere  la  violación  o la amenaza que  motivaren  la  presentación  de  la solicitud, y con el fin de que las personas  logren  que  se  pueda  disponer  lo pertinente en relación con la revisión de  dichas  acciones  de  tutela,  los  accionantes tienen el derecho de acudir ante  cualquier  juez  (unipersonal  o colegiado), incluida otra Corporación de igual  jerarquía,  solicitando  la  tutela  del  derecho  fundamental  que  consideran  violado.  Es  claro  que  el  juez  escogido  por  el  actor o actores no podrá  suscitar  conflicto  de  competencia con la Corte Suprema de Justicia pues es la  autoridad    que    ya    con   anterioridad   ha   resuelto   no   admitir   su  trámite.   

Tampoco  podrá  negarse la tutela respectiva  con  fundamento  en la temeridad o mala fe del accionante, por cuanto para estos  casos,  al  no existir una decisión de fondo, la vulneración sobreviniente del  derecho   de  acceso  a  la  administración  de  justicia  justifica  la  nueva  interposición de la acción de tutela.   

Finalmente,  es  necesario dar un tratamiento  igual  a  otros  ciudadanos  que puedan encontrarse en la misma situación aquí  advertida.  Por  ello, para los casos en que exista la  misma  situación  de  vulneración  del  derecho  fundamental  de  acceso  a la  administración  de  justicia  y  la no tutela judicial efectiva de sus derechos  fundamentales,  los  ciudadanos  tienen el derecho de acudir ante cualquier juez  (unipersonal  o colegiado), incluyendo una Corporación de igual jerarquía a la  Corte  Suprema  de  Justicia,  para  reclamar  mediante una acción de tutela la  protección  del derecho fundamental que consideran violado con la actuación de  una   Sala   de   casación   de   la   Corte  Suprema  de  Justicia”    (subrayado    fuera   del   texto  original).   

De  acuerdo  con  lo  anterior,  esta Sala de  Revisión  confirmará  la  decisión  de  los jueces de instancia de declararse  competentes para conocer de la acción de tutela de la referencia.   

Temeridad  

6.-   El  artículo  38  del  Decreto  2591  de  1991  describe  la  actuación    temeraria    como    aquélla   que   se   presenta   “cuando,  sin motivo expresamente justificado, la misma acción de  tutela  sea  presentada  por  la  misma  persona  o su representante ante varios  jueces  o tribunales” y prescribe que su consecuencia  es    que    “se    rechazarán    o    decidirán  desfavorablemente  todas  las  solicitudes”. Además,  indica   que   el   abogado   que   incurra   en   ésta  conducta  “será  sancionado con la suspensión de la tarjeta profesional al  menos  por  dos  años.  En  caso  de  reincidencia, se le cancelará su tarjeta  profesional,  sin  perjuicio  de  las  demás  sanciones  a  que  haya lugar”.   

La   jurisprudencia   constitucional,   en  desarrollo  del  anterior artículo, ha determinado que para que se configure la  temeridad  y  se  puedan  aplicar las consecuencias antes descritas –rechazo  o  decisión  desfavorable  y  sanciones-  se  deberá  verificar,  en primer lugar, si existe una identidad de  partes,  hechos  y  pretensiones  entre  las  acciones  de  tutela  interpuestas  –lo  que  coincide con el  fenómeno  de  la  cosa  juzgada  en  el  caso  de que alguna haya sido decidida  previamente-  y,  en segundo lugar, si no existe justificación para ello razón  por   la   cual   hay  mala  fe  en  la  actuación  del  accionante55.   

Si  alguno  de  estos  dos elementos no está  presente  no  se  configura  la  temeridad.  En  este  orden  de  ideas, una vez  desechada  la  identidad  ésta no puede abrirse paso. Así mismo, si el primero  de    los   elementos   reseñados   –identidad-    está    presente   pero   el   segundo   –ausencia  de justificación y mala fe-  no  lo  está, esta Corte ha afirmado que tiene lugar la improcedencia en virtud  de  que  existe  cosa  juzgada  pero  no  las  sanciones pues la temeridad no se  configura56.   

7.-  En  lo  que  toca  con  la  triple      identidad     –de partes, hechos y pretensiones- esta  Corporación   ha   señalado   que   puede   ser   descartada  por  (i)  nuevas  circunstancias  fácticas o jurídicas que varíen sustancialmente la situación  inicial57,  (ii)  por  el  hecho  de  que la jurisdicción constitucional, al  conocer  de  la  primera acción de tutela, no se pronunció realmente sobre una  de     las     pretensiones     del     accionante58  o  porque  (iii)  la  Corte  Constitucional  profiere  una  sentencia  de  unificación,  cuyos  efectos hace  explícitamente  extensivos a un grupo de personas que se consideran en igualdad  de  condiciones59.    

Como  se  dijo,  en  ausencia  de  la  triple  identidad,  no  es  posible sostener que exista cosa juzgada ni temeridad y, por  lo  tanto,  la acción de tutela es procedente y el juez debe entrar a fallar el  fondo              del             asunto60.   

8.-  La  jurisprudencia  constitucional  ha  aclarado   que   un   hecho   nuevo  puede  ser  “la  consagración  de  una  doctrina  constitucional  que  reconoce la violación de  derechos   fundamentales   en   casos  similares”61.   

Así,  en la sentencia T-1034 de 2005 la Sala  Cuarta  de  Revisión estimó que no se presentaba temeridad  en el caso de  una    ciudadana   que   interpuso   dos   acciones   de   tutela   –una  en  el  año  2001,  la  cual fue  negada  en  ambas  instancias,  y  otra  en  el  2005-  debido a que una entidad  financiera  modificó  en su perjuicio la reliquidación de su crédito UPAC con  el  argumento  de que se habían detectado errores en la misma. Para sustentarlo  dijo  que  “a  pesar  de que los hechos expuestos en  ambas  tutelas son similares, existen motivos justificados para la presentación  de  la  nueva  acción  de  tutela  (…)  fue  con  posterioridad  que la Corte  Constitucional  profirió  las sentencias de tutela sobre casos similares en los  cuales  existieron  múltiples  reliquidaciones  de  los  créditos  y sentó su  jurisprudencia  sobre  el respeto al acto propio y la violación de los derechos  al  debido  proceso  y  a la buena fe de los usuarios del sistema financiero”.   

De  forma  similar,  en la sentencia T-009 de  2000,  la  Sala  Tercera de Revisión consideró que no configuraba la temeridad  en  el  caso  de  varios  trabajadores  amparados  por  el  fuero  sindical  que  interpusieron  dos  acciones de tutela –una   en  1998,  la  cual  fue  considerada  improcedente  en  ambas  instancias  y otra en 1999- debido a que fueron despedidos a raíz de un cese de  actividades  declarado como ilegal con acudir previamente a la justicia laboral.  Sostuvo  que  “podría afirmarse que, en el presente  caso,  los  actores  interpusieron  una segunda acción de tutela a raíz de las  mismas  circunstancias  fácticas  (…)  Sin  embargo,  en  la  segunda acción  presentada,  los  trabajadores despedidos alegan la vulneración de su derecho a  la  igualdad  y  solicitan la aplicación al caso de una doctrina constitucional  que   sólo   fue  formulada  por  la  Corte  una  vez  decididas  las  acciones  primariamente  presentadas  [se refiere a la sentencia  SU-036  de  1999].  Se  trata  entonces de una segunda  acción  que,  sin  embargo, se funda en un hecho nuevo: la consagración de una  doctrina  constitucional  que  reconoce (1) la aplicación inmediata del derecho  al  debido proceso en los procedimientos de despido en virtud de la declaratoria  de  ilegalidad de un cese de actividades y (2) la procedencia de la tutela a fin  de  hacer  exigible  el  mencionado derecho. En las condiciones anotadas, parece  claro  que  los  actores, en ejercicio de su derecho a la igualdad, consideraron  que  la  doctrina  sentada  por  la  Corte Constitucional, para resolver un caso  cuyos  hechos  son  idénticos  y  concomitantes  a los hechos que originaron su  solicitud de amparo, les era aplicable”.   

9.-   En  relación  con  las  justificaciones  admisibles para presentar  más  de  una  acción  de  tutela  con  triple  identidad,  y  que descartan la  mala  fe  necesaria  para el  fenómeno  de  la  temeridad,  la  jurisprudencia constitucional ha identificado  algunas  tales como (i)  la condición del actor que lo coloca en estado de  ignorancia62   o  indefensión,  propio  de  aquellas  situaciones  en  que  los  individuos  obran  por  miedo insuperable o por la necesidad extrema de defender  un     derecho     y     no     por     mala    fe63  y  (ii)  el  asesoramiento  errado    de    los   profesionales   del   derecho64.   

Debe verificar entonces la Sala si la presente  acción      de      tutela     guarda     triple     identidad     –de  partes, hechos y pretensiones- con  la anteriormente descrita.    

Se  advierte  que  la  identidad de partes se  presenta.  En  efecto,  aunque  el  actor  incluyó  en  esta  oportunidad  como  demandados  a  la  Sala  Laboral  del  Tribunal Superior de Distrito Judicial de  Bogotá  y  al  Banco  Cafetero  “en  liquidación”,  los  cuales  no fueron  demandados  en  el  2004,  ello no descarta la identidad de partes pues tanto en  ese  entonces  como  ahora  la violación de derechos fundamentales que denuncia  consiste  en  una  supuesta  “vía  de  hecho”  cometida  en la sentencia de  casación  expedida dentro del proceso ordinario laboral que instauró contra el  Banco  Cafetero  por  lo cual el principal demandado es, en ambos casos, la Sala  Laboral  de  la  Corte  Suprema  de Justicia, independientemente de que el fallo  pudiera  tener  efectos  frente  a  otras  personas como el Banco Cafetero “en  liquidación”.   

De   igual   forma,   existe  identidad  de  pretensiones  ya que, a pesar de que se ha expresado de forma distinta, en ambas  acciones   de   tutela   se   busca  modificar  el  fallo  de  casación  en  lo  correspondiente  a la fórmula de indexación para que se aplique en su lugar la  que usan la Corte Constitucional y el Consejo de Estado.    

Sin  embargo,  estima  la  Sala  que  no  se  configura  la  identidad  fáctica  entre la acción de tutela del 2004 y la del  presente  asunto  ya  que,  tal  como  lo  afirmó el juez de segunda instancia,  existe  en  esta ocasión un hecho nuevo: el cambio de jurisprudencia de la Sala  Laboral  de la Corte Suprema de Justicia respecto de la fórmula para indexar la  primera  mesada  pensional,  el  cual  se hizo patente en la sentencia del trece  (13)    de   diciembre   de   2007   –radicación  31222-  en la cual acogió la utilizada por esta Corte,  que  es  precisamente  la que el actor exige sea aplicada en su caso68.  Este hecho  varía  sustancialmente  la situación anterior pues lo habilita para alegar una  pretendida vulneración al derecho a la igualdad.   

Como se vio, la jurisprudencia constitucional  ha  considerado que un hecho nuevo puede consistir en una sentencia posterior de  un  Alto  Tribunal  en  la  que  se  acepte para casos similares una determinada  interpretación   del   ordenamiento   jurídico,   pues  ello  habilita  a  los  demandantes  para  introducir una cuestión referida a la violación del derecho  a   la  igualdad  que  no  era  posible  plantear  con  anterioridad69,   que  es  precisamente lo que sucede en el caso del señor Gómez Bernal.   

Así las cosas, en vista de que no se presenta  triple  identidad no se puede concluir que existe temeridad o cosa juzgada en el  presente asunto.     

La jurisprudencia constitucional en torno a la  procedencia   de   la   acción   de   tutela  contra  providencias  judiciales.  Reiteración de jurisprudencia.   

11.-  En  este  tema  ha existido una profusa  evolución               jurisprudencial70.   Actualmente,   la  Corte  sostiene   que  para  que  la  tutela  contra  de  una  decisión  judicial  sea  procedente,   y   por  ende,  para  que  pueda  prosperar  se  deben  verificar,  respectivamente,  la presencia de unas causales genéricas y otras específicas,  además de la violación a un derecho fundamental.   

12.- Las condiciones generales de procedencia  son  aquellas  cuya  ocurrencia habilita al juez de tutela para adentrarse en el  contenido  de  la  providencia  judicial  que  se impugna. En otras palabras, su  cumplimiento  no  determina la configuración de un defecto que demuestre que el  juez  ordinario  ha  violado los derechos fundamentales del accionante a través  de  la  expedición  de  una  sentencia  o auto, simplemente autoriza al juez de  tutela a examinar si ello ha sucedido. Estas son:    

     

i. Que  la  cuestión  que  se  discuta  resulte de evidente relevancia  constitucional  a  la luz de la protección de los derechos fundamentales de las  partes.  Exigencia  que  busca  evitar  que  la acción de tutela se torne en un  instrumento  apto  para  involucrarse en asuntos que corresponde definir a otras  jurisdicciones.     

     

i. Que    se   hayan   agotado   todos   los   medios   -ordinarios   y  extraordinarios-  de  defensa  judicial existentes para dirimir la controversia,  salvo  que  se  trate  de  evitar  la  consumación de un perjuicio iusfundamental irremediable.     

     

i. Que  la acción de tutela sea interpuesta en un término razonable a  partir  del  momento  en  que  se  produjo la vulneración o amenaza del derecho  fundamental,  cumpliendo con denominado requisito de la inmediatez. Lo anterior,  con  el  objeto  de  preservar  los  principios  de  cosa  juzgada  y  seguridad  jurídica, tan caros en nuestro sistema jurídico.     

     

i. Que  si  se  trata  de  una  irregularidad  procesal, ésta tenga un  efecto  determinante en la sentencia que se impugna y que conculque los derechos  fundamentales del actor.      

     

i. Que  la parte actora haya advertido tal vulneración de sus derechos  fundamentales  en  el  trámite  del proceso ordinario, siempre que esto hubiere  sido  posible71.      

     

i. Que  no  se  trate  de  sentencias  proferidas en el trámite de una  acción  de tutela. De forma tal, que se evite que las controversias relativas a  la   protección   de   los   derechos  fundamentales  se  prolonguen  de  forma  indefinida.     

13.-  Una  vez establecido el cumplimiento de  los  anteriores  requisitos,  el  juez de tutela sólo podrá conceder el amparo  cuando  halle probada la ocurrencia de al menos una de las causales específicas  de  procedibilidad  de  la  tutela  contra sentencias72, a saber:   

     

i. Defecto  orgánico,  que  tiene lugar cuando el funcionario judicial  que  emite  la  decisión  carece,  de  manera  absoluta,  de  competencia  para  ello.     

     

i. Defecto  procedimental  absoluto,  que  tiene  lugar  cuando el juez  actuó al margen del procedimiento establecido.     

i. Defecto  fáctico,  que  surge  cuando  el  juez  carece  del  apoyo  probatorio  que  permita la aplicación del supuesto legal en el que se sustenta  la decisión.     

     

i. Defecto  material o sustantivo, que se origina cuando las decisiones  son  proferidas  con  fundamento  en normas inexistentes o inconstitucionales, o  que   presentan   una   evidente  contradicción  entre  los  fundamentos  y  la  decisión.     

     

i. Error  inducido,  que  se  presenta  cuando la autoridad judicial ha  sido  engañada  por  parte  de  terceros  y  ese  engaño lo llevó a tomar una  decisión que afecta derechos fundamentales.     

     

i. Decisión  sin  motivación,  que  tiene lugar cuando el funcionario  judicial  no  da  cuenta  de  los  fundamentos  fácticos  y  jurídicos  de  su  decisión,  pues  es  en dicha motivación en donde reposa la legitimidad de sus  providencias.     

     

i. Desconocimiento  del  precedente,  que  se  origina  cuando  el juez  ordinario,  por  ejemplo, desconoce o limita el alcance dado por esta Corte a un  derecho  fundamental,  apartándose del contenido constitucionalmente vinculante  del derecho fundamental vulnerado.     

     

i. Violación directa de la Constitución.     

Con    fundamento   en   las   anteriores  consideraciones,  se  dispone  la  Sala  a hacer el análisis del caso concreto.   

Caso concreto  

14.-  En el presente asunto, el señor César  Gómez  Bernal  considera vulnerados su derechos fundamentales a la igualdad, al  debido  proceso  y  al  reajuste  de  la  mesada  pensional por parte de la Sala  Laboral  de  la  Corte  Suprema   de Justicia, la Sala Laboral del Tribunal  Superior  de  Distrito  Judicial  y  el  Banco  Cafetero  “en liquidación”,  entidad  que  accedió a “indexarle la primera mesada pensional” con base en  una fórmula que estima carente de fundamento normativo.   

Así mismo, es pertinente recordar que el juez  de  primera instancia vinculó como demandados al Juzgado Diecinueve Laboral del  Circuito  de  Bogotá,  por  haber  fallado  en  primera  instancia  el  proceso  ordinario    laboral    promovido    por    el   tutelante   contra   el   Banco  Cafetero73,  y  al  Instituto  de  Seguros  Sociales  en  vista  de que, en la  actualidad,  le  proporciona  una  pensión de vejez al peticionario74.    

15.-   Debe  la  Sala,  en primer lugar,  verificar  si  se  satisfacen  las  causales genéricas de procedibilidad.    

     

i. Que  la  cuestión  que  se  discuta  resulte de evidente relevancia  constitucional.     

La Corte ha indicado, de forma reiterada, que  las  cuestiones  relativas  a la actualización del salario base de liquidación  de    la    primera   mesada   pensional   tienen   una   innegable   relevancia  constitucional75   ya   que   el   artículo   53   de   la  Constitución  reconoce  explícitamente  el  derecho  al  mantenimiento  del  poder  adquisitivo  de las  mesadas  pensionales  y,  además,  éste encuentra relacionado de forma íntima  con  varias normas constitucionales, entre las que se encuentran el principio de  favorabilidad  laboral  (artículo  53 superior), el principio del Estado Social  de  Derecho  (artículo  1  ídem),  el  mandato  de  protección especial a las  personas  de la tercera edad (artículos 13 y 46 ídem) y el derecho fundamental  al mínimo vital.   

     

i. Que    se   hayan   agotado   todos   los   medios   -ordinarios   y  extraordinarios-  de  defensa  judicial existentes para dirimir la controversia,  salvo  que  se  trate  de  evitar  la  consumación de un perjuicio iusfundamental irremediable.     

A  partir  de  la lectura del expediente, se  evidencia  que  el  actor  satisface  el  mencionado  requisito  pues acudió al  proceso  ordinario  laboral  el  cual  surtió  las  dos  instancias  y llegó a  casación76.   

     

i. Que  la acción de tutela sea interpuesta en un término razonable a  partir  del  momento  en  que  se  produjo la vulneración o amenaza del derecho  fundamental, cumpliendo con el requisito de la inmediatez.     

A pesar de que la sentencia ordinaria atacada  data  del  diecisiete  (17)  de octubre de 2001, la Sala considera que se cumple  con  el  requisito de la inmediatez pues, como se ha visto, el hecho que origina  la  acción  de  la referencia es el cambio de jurisprudencia de la Sala Laboral  de  la  Corte  Suprema de Justicia el cual se produjo el trece (13) de diciembre  de    200777,  es  decir, sólo 10 (diez) meses antes de la interposición de la  presente tutela.   

     

i. Que  la parte actora haya advertido tal vulneración de sus derechos  fundamentales  en  el  trámite  del proceso ordinario, siempre que esto hubiere  sido posible.      

En  el  asunto de la referencia, es palpable  que  la  discusión sobre la fórmula de indexación no pudo ser planteada en el  proceso  ordinario  laboral pues ésta sólo surgió a partir de la sentencia de  casación, la cual no tiene recursos.     

     

i. Que  no  se  trate  de  sentencias  proferidas en el trámite de una  acción  de  tutela, exigencia que se satisface en este caso pues la providencia  atacada fue dictada en un proceso ordinario laboral.     

16.-  Para lo anterior, es útil recordar que  la  formula  usada  en  la  sentencia  de casación que se ataca para indexar la  primera  mesada  pensional  fue  la  siguiente:  promedio devengado por el actor  durante  el último año de servicios multiplicado por el Índice de Precios del  Consumidor  del  año en cuestión y por el número de días a indexar por año,  dividido  por el número de días transcurrido desde la desvinculación hasta el  cumplimiento   de  la  edad  de  jubilación.  Esta  fue  empleada  año  por  año  desde  1990  –año    de    retiro-   hasta   1996  –año de reconocimiento de  la  pensión-, sus resultados fueron sumados y a esta sumatoria se le aplicó el  75%   para   llegar   a   la   primera   mesada  pensional  indexada78.   

17.- El actor estima que la sentencia atacada  incurrió  en un defecto sustantivo, es decir, el que se presenta cuando el caso  se  decide  con  fundamento  en  normas  inexistentes.  En efecto, afirma que la  fórmula  que se aplicó en su caso para liquidar el salario base de la pensión  “no    se   encuentra  contemplada   en   normatividad   alguna,   solo   en  jurisprudencia  suscrita por la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de  Justicia  (…)  por encima y sin reparo del artículo 19 del Código Sustantivo  del  Trabajo;  norma,  que por remisión analógica, permite llegar al artículo  178  del  Código  Contencioso  Administrativo (…)79.   

Frente  a  ello,  la  Sala  considera  que la  fórmula  usada  por la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia en aquélla  oportunidad  no  configura  un  defecto  sustantivo  ya  que se fundamenta en el  artículo  36  de la ley 100 de 1993, que literal y expresamente ordena computar  la       indexación       del       promedio       devengado       anualmente80.   Recuérdese   que   tal  artículo  es  aplicable al caso del señor Gómez Bernal porque, de acuerdo con  las  pruebas  documentales que obran en el expediente81,  el  actor  fue  pensionado  como  consecuencia  del cumplimiento de los requisitos previstos en la Ley 33 de  1985,  en  virtud  del régimen de transición previsto en el artículo 36 de la  Ley  100  de  1993,  según  el  cual las normas anteriores a la ley 100 de 1993  operan  únicamente  para efectos de determinar  el tiempo de cotización o  de  servicios, la edad y el monto de la pensión, pero en lo demás se aplica la  ley           100           de          199382.      Estas      mismas  consideraciones  fueron  usadas recientemente en un caso similar por ésta misma  Sala             de             Decisión83.   

          18.-   También   se   desprende   del  escrito  de  tutela  que  el  peticionario  arguye como defecto de la sentencia acusada una violación directa  de  la  Constitución  “(…)  desconociendo  que la  Constitución  Colombiana  impone  la  obligación  de reconocer el ‘derecho   constitucional’ a la indexación de la primera mesada  pensional  –o  al salario  base  para  la liquidación de la pensión de jubilación, de manera plena y sin  ningún    tipo    de   condición”   84.  Añade  que  “la  fórmula  con la que  liquidó   la   primera   mesada   (…)   le   representa   (…)  perder   más   de   la  ‘tercera        parte        de        su       pensión’  [lo  que]  no  puede ser un criterio que se acompase con la Carta  Magna,   concretamente   con   su   artículo  53,  que  garantiza  plena   y   no  parcialmente  el  Derecho  Constitucional   a   la   Indexación  Pensional”85.    

          Al  respecto,  la Sala advierte que es cierto que el artículo 53 de  la  Constitución  prescribe que “el Estado garantiza  el  derecho  al  (…)  al  reajuste  periódico  de  las  pensiones  legales”  y  que  “La jurisprudencia  constitucional  ha determinado que el derecho a mantener el poder adquisitivo de  las  mesadas  pensionales  no  se  limita  a  la  actualización  de las mesadas  pensionales  una  vez  han  sido reconocidas por la entidad competente, sino que  también  incluye  la actualización del salario base para la liquidación de la  primera  mesada, que es lo que se ha denominado indexación de la primera mesada  pensional86,  sin  embargo,  esta  norma  no  fija la  fórmula  para  lograr  este  objetivo,  razón  por la cual no puede surgir una  violación  directa  de  la  Constitución  por  la  escogencia de una determinada forma de hacer el cálculo  matemático de la indexación.   

19.-  Finalmente,  el  demandante  arguye una  violación    al    derecho    a    la    igualdad87  porque  después  de que su  caso  fue  fallado  en  el  2001  la  misma  Sala Laboral de la Corte Suprema de  Justicia  cambió  expresamente  en  el 2007 la fórmula para indexar la primera  mesada  pensional,  acogiendo  la que usa esta Corte desde la sentencia T-098 de  2005  que  es  la  que  desea  que  se aplique en su caso particular88.   

          En  relación  con  lo anterior, es preciso que esta Sala reitere lo  dicho en la sentenciaT-855 de 2008, en la que indicó que:   

“(…) no son de recibo las consideraciones  del  apoderado  del  accionante dirigidas a intentar la aplicación de criterios  que  han  sido  trazados actualmente por la jurisprudencia de la Sala Laboral de  la  Corte  Suprema  de  Justicia  a  partir de las sentencias No. 31222 de 13 de  diciembre  de  2007  y  No.  29171  de  22  de  enero de 2008, las cuales fueron  proferidas  5  meses  después  de  que  se  resolviera  de manera definitiva su  controversia  por  medio  de  sentencia de casación, dentro del proceso laboral  correspondiente,  el  cual  a  juicio de la Sala contó con todas las garantías  constitucionales  necesarias. Lo anterior, debido a que, a partir de una lectura  detenida  del  expediente  se  pudo evidenciar, tal como se ha expresado, que la  liquidación  de  la  indexación  de la primera mesada pensional del accionante  fue  realizada  de  acuerdo  con  los  criterios  jurisprudenciales  que para el  momento  del  fallo  eran los acogidos mayoritariamente por la Sala de Casación  Laboral  de  la  Corte Suprema de Justicia, con lo cual un cambio jurisprudencia  posterior  no  puede  influir  en  un  asunto que fue resuelto de manera legal y  argumentada  con  el  lleno  de  las  garantías constitucionales por el órgano  competente en un momento determinado.    

En  tal  sentido,  recuerda  la  Sala  que la  acción  de tutela no puede servir de instrumento para revivir controversias que  fueron  resueltas  con  anterioridad,  cuya  decisión  ha hecho transito a cosa  juzgada;   y   mucho   menos  para  controvertir  interpretaciones  objetivas  y  razonables   de  los órganos de cierre sobre esa materia.  En efecto,  esta  Corporación  ha reiterado en varias oportunidades que la preservación de  los  principios  de  autonomía  e  independencia  judicial,  y de respeto a las  jurisdicciones  naturales,  impone  reconocer  que, frente a una interpretación  razonable  de  una  disposición jurídica, el juez de tutela debe abstenerse de  adoptar          medidas         anulatorias89. De manera concreta la Corte  Constitucional en sentencia T-588 de 2005 señaló:   

[N]o  es  posible  cuestionar,  por  vía  de  tutela,  una  sentencia,  únicamente  porque  el actor o el juez constitucional  consideran   que   la   valoración  probatoria  o  la  interpretación  de  las  disposiciones  legales  por  el  juez ordinario fueron discutibles. Es necesario  que  las  interpretaciones  y  valoraciones  probatorias del juez ordinario sean  equivocadas  en  forma  evidente y burda para que pueda  proceder el amparo  constitucional.  Cualquier  tesis  distinta  implicaría  no sólo desconocer la  autonomía  funcional  que  tienen  los  jueces  para  interpretar  el derecho y  valorar  las pruebas (CP art. 230) sino que además desconocería la separación  funcional  entre  la justicia constitucional y la jurisdicción ordinaria.    

Así, desde el punto de vista interpretativo,  es  obviamente  ‘contrario  al  principio  de  autonomía  judicial, – uno de los pilares y presupuestos del  Estado  de Derecho – que el juez de tutela tenga la facultad de dejar sin efecto  las  decisiones  válidamente  producidas  por otros jueces, con el argumento de  una   disparidad   de   criterios   en   la  lectura  de  una  norma’90”.   

20.-  De  acuerdo  con  las  consideraciones  expuestas,  la  Sala  de  Revisión  revocará  el  fallo  de  segunda instancia  proferido  por  la  Sala Jurisdiccional Disciplinaria del Consejo Superior de la  Judicatura  en  la  acción de tutela instaurada por César Gómez Bernal contra  el  Juzgado  Diecinueve  Laboral  del  Circuito  de Bogotá, la Sala Laboral del  Tribunal  Superior  de  Distrito  Judicial,  la  Sala de Casación Laboral de la  Corte  Suprema  de  Justicia,  el  Banco  Cafetero  “en  liquidación”  y el  Instituto  de  Seguros Sociales, que concedió el amparo, para en su lugar negar  el mismo.   

III. DECISION  

En  mérito de lo expuesto, la Sala Octava de  Revisión  de  la  Corte  Constitucional,  administrando  justicia en nombre del  pueblo y por mandato de la Constitución,   

RESUELVE  

Primero.- REVOCAR el  fallo  de  segunda  instancia proferido por la Sala Jurisdiccional Disciplinaria  del  Consejo  Superior  de  la Judicatura en la acción de tutela instaurada por  César  Gómez  Bernal  contra  el  Juzgado  Diecinueve  Laboral del Circuito de  Bogotá,  la Sala Laboral del Tribunal Superior de Distrito Judicial, la Sala de  Casación  Laboral  de  la  Corte  Suprema  de Justicia, el Banco Cafetero “en  liquidación”   y   el  Instituto  de  Seguros  Sociales,  para  en  su  lugar  NEGAR el amparo.   

Segundo.   Por  Secretaría  General,  líbrense las comunicaciones previstas en el artículo 36  del Decreto Ley 2591 de 1991.   

Notifíquese, comuníquese, publíquese en la  Gaceta de la Corte Constitucional y cúmplase.   

HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO  

Magistrado  

Magistrado  

JORGE IVÁN PALACIO PALACIO  

Magistrado  

MARTHA     VICTORIA     SÁCHICA     DE  MONCALEANO   

Secretaria General  

    

1  El  actor nació el 4 de septiembre de 1941. Folio 40, cuaderno 3.   

2 Folio  40, cuaderno 3.   

3 Folio  49, cuaderno 3.   

4 Folio  2, cuaderno 1.   

5 Folio  41, cuaderno 3.   

6 Folio  2, cuaderno 1 y folio 15, cuaderno 2.   

7 Folio  25, cuaderno 2.   

8 Folio  2, cuaderno 1.   

9  Folios 15-21, cuaderno 2.   

10  Folios 22-35, cuaderno 2.   

11  Folios 36-57, cuaderno 2.   

12  Folios 52 y siguientes, cuaderno 2.   

14  Folio 3, cuaderno 1.   

15  Folio 7, cuaderno 1.   

16  Folios 3 y 4, cuaderno 1.   

17  Folio 4, cuaderno 1.   

18  Folio 6, cuaderno 1.   

19  Folio 6, cuaderno 1.   

20  Folio 8, cuaderno 1.   

21  Folios 26 y 27, cuaderno 1.   

22  Folios 27 y 28, cuaderno 1.   

23  Folios 28, cuaderno 1.   

24  Folios 32, cuaderno 1.   

25  Folio 17, cuaderno 2.   

26  Folios 23 y 24, cuaderno 1.   

27  Folios 4, 5 y 72-76, cuaderno 3.   

28  Ibídem.   

29  Folios 5, 78-80, 90-114, cuaderno 3.   

30  Folio 10, cuaderno 3.   

31  Folio 10, cuaderno 3.   

32  Folio 11, cuaderno 3.   

33  Folio 18, cuaderno 3.   

34  Folios  4-19,  cuaderno 4. A través de auto del doce (12) de noviembre de 2008,  la  Sala Jurisdiccional del Consejo Superior de la Judicatura, juez de tutela de  segunda  instancia,  decretó la nulidad de la sentencia de primera instancia en  vista  de que no se había vinculado al Instituto de Seguros Sociales a pesar de  que la pensión del actor también está a cargo de tal entidad.   

35  Folio 77, cuaderno 1.   

36  Folio 78, cuaderno 1.   

37  Folios 13 y 14, cuaderno 1.    

38  Folios 84 y 85, cuaderno 1.   

40  Ibídem.   

41  Folio 93, cuaderno 1.   

42  Ibídem.   

43  Folio 110, cuaderno 1.   

44  Ibídem.   

45  Folio 112, cuaderno 1.   

46  Ibídem.   

47  Folio 113, cuaderno 1.   

48  Folio 13, cuaderno 5.   

49  Folios 17 y 18, cuaderno 5.   

50  Folios 17-22, cuaderno 5.   

51  Folios 17 y 22, cuaderno 5.   

52  Folios 13-14, cuaderno 1.   

53  Folios 17-19, cuaderno 1.   

54  Folio 13, cuaderno 5.   

55  Sentencias  T-009  de  2000. T-919 de 2003, T-919 de 2004, T-1034 de 2005, T-568  de  2006,  T-089  de 2007, T-184 de 2007, T-362 de 2007, T-310 de 2008, T-502 de  2008, T-1104 de 2008, entre otras.   

56  Sentencias  T-919 de 2003, T-433 de 2006, T-089 de 2007, T-362 de 2007, T-310 de  2008, T-502 de 2008, entre otras.   

57  Sentencias  T-009  de  2000, T-919 de 2004, T-1034 de 2005, T-433 de 2006, T-568  de 2006, T-390 de 2007, entre otras.   

58  Sentencias  T-009  de  2000, T-919 de 2004, T-1034 de 2005, T-433 de 2006, T-184  de 2007, T-362 de 2007, entre otras.   

59  Sentencia T-009 de 2000 y T-433 de 2006, entre otras.   

60  Sentencia T-009 de 2000 y T-1034 de 2005, entre otras.   

61  Ibídem.   

62  Sentencia  T-009  de 2000, T-184 de 2005, T-433 de 2006, T-089 de 2007, T-184 de  2007, T-362 de 2007, T-310 de 2008, T-502 de 2008, entre otras.   

63  Sentencias  T-009 de 2000, T-433 de 2006, T-089 de 2007, T-184 de 2007, T-362 de  2007, T-310 de 2008, entre otras.   

64  Sentencia  T-009  de 2000, T-433 de 2006, T-089 de 2007, T-184 de 2007, T-310 de  2008, T-502 de 2008, entre otras.   

66  Folios 90-114, cuaderno 3.   

67  Folio 5, cuaderno 3.   

68  Folios 58-72, cuaderno 2.   

69  Sentencia T-1034 de 2005 y T-009 de 2000.   

70 Al  respecto  ver las sentencias C-590 de 2005, T-606 de 2004, T-1244 de 2004, T-440  de  2006,  T-950 de 2006, T-045 de 2007, T-1059 de 2007, T-012 de 2008, T-014 de  208, T-129 de 2008 y T-311 de 2008, entre otras.   

71 En  aplicación  del  mencionado  requisito, en la sentencia T-320 de 2005, la Corte  negó  la indexación de la primera mesada pensional a una persona que no había  formulado  esta  solicitud  como  cargo  de  casación  en  el  proceso judicial  ordinario.   

72  Desarrollados  in extenso en  la sentencia C-590 de 2005.   

73  Folios 17-19, cuaderno 1.   

74  Folio 77, cuaderno 1.   

75  Sentencias  T-1059  de 2007, T-1096 de 2007, T-012 de 2008, T-014 de 2008, T-129  de 2008, T-311 de 2008, entre otras.   

76  Folios 15-21, 22-35 y 36-57 cuaderno 2.   

77  Folios 58-72, cuaderno 2.   

78  Folios 52 y siguientes, cuaderno 2.   

79  Folio 3, cuaderno 1.   

80  “El ingreso base para liquidar la pensión de vejez  de  las  personas  referidas en el inciso anterior que les faltare menos de diez  (10)  años  para  adquirir  el derecho, será el promedio de lo devengado en el  tiempo  que les hiciere falta para ello, o el cotizado durante todo el tiempo si  este  fuere  superior, actualizado anualmente con base  en  la variación del Indice de Precios al consumidor, según certificación que  expida  el DANE” (subrayas  fuera del texto original).   

81  Folio 40, cuaderno 3.   

82  “La  edad  para  acceder a la pensión de vejez, el  tiempo  de servicio o el número de semanas cotizadas, y el monto de la pensión  de  vejez de las personas que al momento de entrar en vigencia el Sistema tengan  treinta  y cinco (35) o más años de edad si son mujeres o cuarenta (40) o más  años  de edad si son hombres, o quince (15) o mas años de servicios cotizados,  será  la  establecida  en el régimen anterior al cual se encuentren afiliados.  Las  demás  condiciones y requisitos aplicables a estas personas para acceder a  la  pensión  de  vejez,  se  regirán  por  las  disposiciones contenidas en la  presente Ley”.   

83  Sentencia  T-855  de 2008. En el mismo sentido, sentencias T-040 de 2006 y T-070  de 2007.   

84  Folio 7, cuaderno 1.   

85  Folio 3, cuaderno 1.   

86  Sentencia C-862 de 2006.   

87  Folio 4, cuaderno 1.   

88  Folio 58-72, cuaderno 2.   

89 Ver  sentencia T-440 de 2006   

90 Ver  Sentencias   T-1009  de  2000,  SU-429  de  1998,  T-100  de  1998  y  T-350  de  1998.     

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